Una de las curiosidades de la actual crisis del gobierno
de Humala es que después de la malcriadez de Castilla, todo el mundo empezó a
pedir la renuncia de Villanueva en vez de la del ministro insolente. Más aún,
cuando empezaron a repartirse las culpas, otra vez, la llamada oposición, se
puso recia con la primera dama que habló el jueves sobre el famoso tema del
salario mínimo y trató de poner paños tibios el viernes, y no contra el jefe
del MEF que salió el domingo cuando parecía que se habían hecho las paces para
decir que la palabra del primer ministro lo tenía sin cuidado.
Que Nadine se mete donde no debe es algo fuera de todo
debate, pero que Castilla salga inmune de las crisis que promueve es algo que
no habla del poder de la pareja presidencial, sino de todo lo contrario. Haber
escogido el tema de si se está discutiendo o no el salario mínimo, cuando
legalmente era momento de empezar a discutirlo (dos años desde el anterior
aumento), ponía en el centro una tensión básica: ¿dónde se decide la cuestión
salarial?, ¿en el plano político o en el supuestamente técnico? Es evidente que
el del mechoncito vio la ocasión para matar dos pájaros de un solo tiro, un
premier desgastado y una preocupación empresarial que insiste en mantener
reprimidos los salarios. Ganó en ambos frentes y no sólo perdió Villanueva sino
también el presidente.
Nadie debería sorprenderse por eso que el desenlace de la
crisis haya sido una propuesta para que un hombre directo de Castilla y del
MEF, pase por fin a ocupar la jefatura de la PCM, que es como debe entenderse
el nombramiento de René Cornejo, que ha sido ministro de Vivienda desde el
inicio del gobierno y antes fue presidente de Proinversión. Y, además, que el
propio ministro que metió la zancadilla al premier, esté siendo ratificado como
para que en el futuro siga desmintiendo a todo el que hable fuera de su libreto
económico. Excelente. Y los Galarreta, Mulder, Aguinaga y otros, siguen
haciéndonos creer que todo el problema aquí es que la señora Heredia tiene
incontinencia verbal y le da por gusto por hablar de sueldos de ministros y
maestros, y remuneraciones mínimas sin que nadie esté manejando sus palabras.
Nunca, ningún gobierno, se mostró tan prisionero de la
tecnocracia del MEF, insensible socialmente, y privatista económicamente. Y
esta crisis, como ninguna otra ha sido gráfica para mostrar hasta qué grado el
presidente piensa que si prescinde de los tecnócratas del MEF, esos que son de
la confianza de la CONFIEP y de la derecha mediática, se le cae el gobierno,
sin darse cuenta que este gobierno se ha hecho cada vez menos suyo, menos en la
parte de las puyas, que esas sí, le van directo a la cabeza.
25.02.14
1 comentario:
Creo que ahora esa pregunta que le hizo a usted don raúl: "¿Crees que soy un huevón?" quizás no se entienda como exigir una explicación ante una insinuación negativa, sino más bien para que su interlocutor le confirme si estaba a altura del cargo. Ahora con los últimos acontecimientos creo que el sentido de aquella interrogante se va por lo segundo.
¿Le habrá preguntado lo mismo a Castilla cuando trató mal a Villanueva?
Saludos
Víctor Paredes
Publicar un comentario