viernes, octubre 30, 2009

Aló, don Bieto

¿Tuvo algo que ver este gobierno con la caída de los “alejos” del diario “El Comercio” , y su reemplazo por un nuevo director periodístico y una distinta composición en el directorio de la empresa? La duda ha empezado a asaltarme cada vez que me doy cuenta que Alan García tenía el control sobre diversos y contradictorios operadores políticos y que siempre estuvo jugando al filo de la navaja, sin que se le notara demasiado.

Explicar porqué un hombre de cierto progresismo, sobre todo para la familia de la que es parte, se convirtió de pronto en el elegido de antiguos alejistas, como Pepe Graña y Emilio Rodríguez Larraín, que fueron determinantes en las estable mayoría de los años 90, y como fue que Paco Miró Quesada y sus nuevos aliados coincidieron instantáneamente, en su primera sesión, que lo de la investigación basada en las grabaciones de BTR sobre actos de corrupción de miembros del gobierno, no debía ser publicado, es hasta hoy un sabroso acertijo.

En general se piensa que la nueva conducción evaluó los riesgos para la viabilidad del sistema del tipo de destape que iba a hacerse. Y Paquito ha insistido que le crean que lo hizo porque para él, no se enfrenta un delito con otro delito. Es decir que no sería legítimo usar como prueba contra los corruptos, las grabaciones ilegales. Pero, como digo, caben otras hipótesis. Después de todo, los votos que definieron la nueva mayoría, eran más cercanos a García que al entonces candidato a director. En particular, Pepe Graña Miró Quesada, el constructor con mayor número de contratos de este gobierno, entre ellos el megaproyecto de Collique.

¿Y si García ya sabía de la “traición” de BTR y buscó aliados en el diario de La Rifa para detener el escándalo, ofreciendo los votos que tenía bajo su control? Algunas versiones insisten que entre los diálogos chuponeados hay muchos que corresponden a la sección Bieto y los medios de comunicación, así como hay un paquete de Bieto y los jueces, otro de Bieto y los políticos, y varios más. ¿Cuántos estarán haciendo gestiones al más alto nivel para que no salga lo suyo y no se derrumben varios falsos prestigios? ¿Habrán sido grabados datos que no conocemos sobre el drama particular y paralelo, que se vivió en el decano de la prensa, cuando el gobierno asistía a su peor crisis política?

Uno quisiera creer en aquello de que al final todo siempre se sabe. La mortal pócima que García armó con lobistas cazando inversiones y dirigiendo gestiones por vías heterodoxas, y espías registrando todo, ha mostrado que tiene tanta dinamita que cada cierto tiempo vuelve al primer plano. Un año después que Bieto y Rómulo se hicieron famosos, las piezas del rompecabezas se siguen juntando y la imagen de la verdad es cada vez más evidente. Los diques construidos por el juez Barreto y la jueza Martínez para esconder, cercenar y refundir la información acumulada y contrarrestar su potencia explosiva, se están resquebrajando. Una vez más el Perú tiene una oportunidad para la verdad. No la desperdiciemos.

28.10.09
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sábado, octubre 24, 2009

La nueva guerra del VRAE

Lo primero que tenemos que tener claro en relación al asunto del VRAE es que hace poco más de un año esta era una zona de disputa de las rutas de la droga, en la que se producían esporádicos ataques de Sendero Luminoso para asegurar los pasos y sacar a la policía. Todos sabíamos además que esta era un espacio de profunda corrupción, donde no sólo se podía hablar de una guerrilla cobrando cupos, sino de autoridades, policías y militares tratando de picar su parte en el ilícito negocio.

El Sendero de los 2000, empezó a hacerse fuerte después de las derrotas, precisamente porque era el más organizado de todos los actores de este inmenso territorio donde imperaba el caos. Obviamente la prensa limeña miraba esta realidad a la distancia, dentro de la lógica de que otra vez se estaba minimizando la violencia en gestación y que había que aplastarla exactamente en el momento que comienza. La retórica, por supuesto, era la de la “estrategia integral”, que nadie tiene una idea de en qué consiste, pero el hecho central fue la contraofensiva ciega sobre el Vizcatán que se suponía el cuartel general de los seguidores de los hermanos Quispe Palomino en el corazón del VRAE, con la consigna de que este gobierno se atrevía a realizar lo que sus antecesores no habían querido.

Así comenzó la nueva guerra del VRAE. Como un despliegue de tropas y armamento que llegó finalmente al corazón del Vizcatán sin encontrar a nadie. Y ahí nomás se estaban derrumbando varios mitos: que los senderistas sólo sobrevivían porque estaban metidos en una cadena montañosa escarpada y de acceso casi imposible; y que ya no tenían apoyo social en el valle, por lo que tenían que huir permanentemente a su santuario. Lo cierto es que se retiraron del Vizcatán y sobrevivieron. Peor aún, fue el ejército el que se encerró en esa área construyendo bases que resultaron atacadas continuamente por los subversivos que son los que mejor dominan esas alturas.

La nueva guerra del VRAE fue celebrada como una muestra de la determinación de este gobierno de acabar con los últimos focos de subversión armada (aunque en gran medida fuese también una respuesta a la presión de los medios). Pero lo que ha ido pasando está generando más bien la imagen de una sucesión de derrotas. La ofensiva ha sido golpeada en diversos puntos, sufriendo numerosas bajas, pérdida de armamentos y hasta el derribo de un helicóptero. Como ironiza continuamente Fernando Rospigliosi, están resultando tan ineptos que casi no han logrado producirles daños a los senderistas, salvo los que se dice que se produjeron en el ataque a la comisaría de Acobamba, donde los subversivos se habrían llevado a sus propios muertos y heridos. En todo caso la sensación general es que un plan que lleva el simbólico nombre de “excelencia” está significando un tremendo fracaso.

Ciertamente, la prensa histérica no se ha puesto ni siquiera a considerar que podía haber otras opciones en relación al conflicto en el VRAE. Por ejemplo: diálogo con los cocaleros, propuestas de salida de paz a los subversivos, cambio de autoridades y personal de la policía, etc. Oficialmente las únicas conclusiones respecto al VRAE son más soldados, más armamento, más dinero, y alguna forma de sacar del teatro de operaciones a los pobladores. Esto tiene desde una versión benigna que insiste en los programas sociales, hasta la extrema que se expresa en la columna de un diario y que insiste en que un círculo en el mapa y un bombardeo con napalm sería suficiente para terminar el problema.

El punto es que la situación no mejora y no se ve como podría mejorar. En realidad la ofensiva puramente militar está entrampada y desorientada, esperando ser atacada por donde menos podría suponerse. La última noticia fue la del soldado que murió por una mina antipersonal que el propio ejército había colocado para protegerse de incursiones enemigas, a sabiendas que el Perú oficialmente ha erradicado este tipo de artefactos y que si la tropa puede terminar pisándolas qué no podría pasar con la población civil, incluido los niños. Todos sabemos que aunque se trate de un enfrentamiento focalizado, que no representa efectivamente amenaza al poder nacional (el Sendero del VRAE no puede salir a otras partes sin ser derrotado), el continuo desangramiento y la confusión actual de objetivos, desmoraliza no sólo a la tropa, sino principalmente a los jefes que lanzaron el plan inicial y al gobierno que se creyó a punto de una gran victoria.

Esta caída de moral combativa es además lo que explica que los frentes de batalla cambien bruscamente hacia las cárceles (se han eliminado los beneficios penitenciarios reforzando la idea que los presos por “terrorismo”, son prisioneros especiales, que están fuera del orden penal regular; se han cerrado los talleres de trabajo, que es una invitación a que no pueda esforzarse en reintegrarse productivamente a la sociedad; y se está detrás de los que ya salieron libres porque cumplieron sus condenas). Todo esto busca “victorias baratas” y consolida los tremendos reflejos autoritarios que subsisten en nuestro país e impiden que podamos pacificarnos y reconciliarnos.

25.10.09
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Bendito Tribunal

De pronto el debate sobre el aborto de las violadas y de las que llevan un feto con malformaciones graves, derivó al de la distribución gratuita de la pastilla del día siguiente. Si se tratara de una competencia se diría que se ha producido un empate. Por un lado se avanza a empellones en la reforma del código penal, para eliminar la penalización que pende sobre las mujeres que tienen que tomar decisiones en las condiciones más duras de la vida; y por otro, el Tribunal Constitucional retrocede como si nada en sus propios dispositivos para darle un triunfo simbólico a la hipocresía con crucifijo: sólo accederán a los anticonceptivos de emergencia los que puedan pagar el precio de las pastillas. El Estado dejará a las mujeres pobres, que son las que menos acceso tienen a anticonceptivos seguros, las que cuentan con menores posibilidades de criar a un mayor número de niños, las que sufren el mayor número de violaciones etc., sin la opción de que bajo decisión médica interrumpan el proceso inicial de la concepción, y eventualmente sean forzadas más adelante a decidir por un aborto en las más difíciles condiciones.

Rafael Rey que ha demostrado que sus funciones en la cartera de defensa las percibe bastante distanciadas de los problemas de frontera o del VRAE, ha reconocido que se reunió con los señores del Tribunal para influir en su fallo. De esta manera el ministro admite que no confiaba tanto en que Dios pudiese escuchar sus rezos (y los de Cipriani) e iluminar directamente a los magistrados, por lo que prefirió ir directamente a mostrarles su poder que es bastante más terrestre de lo que podría imaginarse. Si la fórmula original era: en caso que el Ejecutivo avale la iniciativa de reforma sobre despenalización, renuncio al gabinete; ¿cómo se podría interpretar que ahora el gabinete esté mayoritariamente en contra los novísimos santones del Tribunal Constitucional, y el ministro de Defensa no sólo los aplauda, sino que pida la erradicación total de las píldoras del día siguiente?, ¿cuál es el papel aquí de Alan García?

El fallo contra la píldora del día siguiente es, por lo demás, una pieza de antología, casi como si de un plumazo Vergara, Mesía y los demás integrantes del Tribunal hubieran querido aportar argumentos para los que discuten si esta instancia revisora de las normas es realmente una garantía. Han dicho los señorones que ordenan el retiro del producto porque hay una controversia respecto a si es abortiva. O sea se les pide resolver una controversia tomando en cuenta los argumentos científicos y jurídicos que corresponden al caso, y que indican que no hay base científica para condenar a la píldora por abortista cuando actúa antes de la fecundación, y tampoco legal para cuestionar la capacidad del Estado de facilitar medios de control de natalidad a los ciudadanos, y lo que resuelven es que no pueden resolver, que equivale a sacar al Estado del reparto gratuito, pero permitir que siga la venta. Se imaginan si este fuera el principio que rigiera todas las decisiones: se consolidaría el principio de una sociedad dual, con clases con dinero y acceso a los medios modernos, y clases pobres sometidas al oscurantismo.

Obviamente la controversia nunca va a acabar mientras existan tipos como Rey o Cipriani, por tanto tampoco llegará el momento de dirimir. Bendito Tribunal.

25.10.09
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miércoles, octubre 21, 2009

Cerrando talleres de trabajo

Mientras el gobierno no sabe qué hacer con el VRAE, y sus propios soldados ahora mueren porque pisan campos minados que el ministerio de Defensa ordenó sembrar en la zona, violando los compromisos internacionales que se habían suscrito hace poco para eliminar este tipo de artefactos de alto riesgo para la población que no sabe dónde se encuentran, y el ministro lanza discursos sobre la “defensa de la vida”, en relación al aborto de las violadas o de las embarazadas que cargan un feto gravemente enfermo, digo, mientras todo eso ocurre, se promulga la ley que elimina los beneficios penitenciarios de los procesados por el llamado delito por terrorismo y de un papazo empiezan movimientos de estas personas de una cárcel a otra y se cierran los talleres de trabajo en los que se elaboraban diversos productos artesanales, porque ahora ya no tendrían motivos para intentar reasimilarse por su propio esfuerzo.

Ni un solo caso de “terrorista” liberado por cumplimiento de sus condenas o aplicación de los beneficios recortados que les correspondían, ha sido reportado como refuerzo a los grupos que continúan desarrollando acciones armadas en la selva. Sin embargo, cada vez que alguno se aproxima a la fecha de su libertad se levanta una gritadera impresionante, como si en los próximos días algún nuevo Tarata fuera a reventar. Igual ocurre cuando algunos de ellos intentan reingresar a la política, cuando escriben un libro o brindan por la vida de sus dirigentes. Hace unos días nomás, le han negado el trámite de libertad condicional a Alberto Gálvez Olaechea, ex dirigente del MRTA, con 20 años de prisión, sin haber matado a nadie, ganador del premio de literatura del INPE en el 2008 (otro escándalo), autor de las más interesantes reflexiones autocríticas sobre el período de la violencia producida por algunos de sus actores. Pero, a pesar de que acredita buena conducta, capacidad intelectual, voluntar de reintegración social, se le mantiene preso, porque se tiene miedo a la bulla mediática, que a su vez no hace sino encubrir la ausencia de una política real de pacificación y reconciliación.

El ensañamiento con los presos es cobardía. Y poco importa a estas alturas que se diga que a los secuestrados del MRTA los tenían en reclusiones infames, o que Sendero era implacable con sus prisioneros. Eso fue. Y por eso ya se establecieron las sanciones judiciales, que es el precio que se tiene que pagar por violar la ley. Lo que es increíble es que la respuesta al reto del VRAE, que cada vez se le escapa más de las manos a Alan García, Rey y otros políticos y militares ineptos, pasé por rituales de brutalidad hacia los encarcelados. Finalmente fue eso lo que llevó, en un extremo, a las matanzas de los penales en 1985 (Lurigancho), 1986 (Lurigancho y el Frontón), 1992 (Castro-Castro), es decir operaciones primitivas de venganza del Estado desorientado que busca el blanco en los que menos pueden defenderse. Por cierto que lo más grave aquí es que nos quieran acostumbrar a la idea de una sociedad con garantías permanentemente limitadas. En las que el poder inventa “delitos especiales”, sobre los cuales se aplican regímenes de excepción, incluso retroactivos, que se endurecen como respuesta no a lo que pasa en las prisiones, sino a los fracasos del Estado para imponer su autoridad.

21.10.09
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domingo, octubre 18, 2009

Dos

El primero es célibe por profesión y el otro dice que es casto por vocación. Pero ambos opinan con una autoridad que no admite réplicas sobre los úteros de las mujeres, de los que andan tan distantes.

Uno era arzobispo en Ayacucho cuando en la región ocurrían atrocidades y las autoridades militares se negaban a escuchar las denuncias y reclamos de los campesinos que habían sufrido el secuestro de sus familiares en las redadas que no dejaban rastros, que eran robados y golpeados, y sus mujeres, violadas por soldados dueños de la noche.

Pero el monseñor nunca aceptó interceder por los que sufrían y que imaginaban que el papel del emisario de Dios era precisamente hacerle recordar a los generales y al presidente que estaba en Lima, que ellos no eran tropa de ocupación en territorio enemigo, sino de “salvación de la democracia”, o algo así, y los campesinos eran los que debían ser rescatados.

Pero el alto funcionario de la Iglesia de Cristo, lo que hizo fue poner un cartel en la puerta de su despacho indicando que no se atendía casos de derechos humanos. Así que la gente debía ir a otra parte a reclamar por las muertes, las desapariciones, las torturas y las violaciones. El problema es que no había adónde.

El otro es un ingeniero industrial, que nunca ejerció ni como ingeniero, ni como industrial, y que ha pasado su primera adultez como parlamentario, primero de la derecha de Vargas Llosa, y luego de la derecha de Fujimori. Partidario acérrimo de la amnistía de 1995, a los militares y civiles de la guerra sucia, “a los que tanto les debemos”, entre ellos varios asesinos de niños y mujeres embarazadas; luego enemigo del Informe de la CVR porque “desmoraliza” a la tropa; y últimamente promotor de un trabalenguas que reconoce que hubo militares asesinos durante la guerra interna, pero que no cometieron delitos de lesa humanidad porque eso sólo lo realizan los subversivos que tienen ideología (¡!!)

Este tipo que formó parte de la comisión que acusó a García de enriquecimiento ilícito en 1991, apoyó el golpe de Fujimori de 1992, se asoció con Lourdes Flores en el 2001 y 2006; se convirtió en ministro de la producción de Alan García sin haber producido nada durante toda su vida, y no sabiendo nada de pesca metió al caballazo la ley de cuotas pesqueras dentro de los decretos del TLC, hundiendo a este sector, pero salvando las deudas de los grandes pesqueros; rebotó luego hacia la embajada peruana en Roma, sin ninguna experiencia diplomática, e intentó correr el chisme al Vaticano de los curas que apoyaban la huelga de los nativos; y regresó a los meses para asumir la Cartera de Defensa, donde le están matando un montón de soldados, mientras el discute sobre Museo de la Memoria, organismos de derechos humanos, beneficios penitenciarios para presos por terrorismo y últimamente sobre el aborto.

Son dos que hablan ahora de los derechos de los no nacidos, cuando han dado plenas muestras de lo poco que les importan los derechos de los nacidos (como ironiza el caricaturista Heduardo). Pero el poder que tienen, como confesor oficial, el primero; y ministro con opinión, el segundo; no viene del aire. Es una expresión de una correlación que se introdujo en la época de Fujimori, que construyó un puente entre el Estado y la derecha eclesiástica más extrema, que Paniagua y Toledo no pudieron contrarrestar, y que García ha restablecido a plenitud.
18.10.09
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martes, octubre 13, 2009

Aborto rojo

¿Y qué tiene que ver el derecho de la mujer sobre su propio cuerpo, con las esterilizaciones forzadas de la época de Fujimori, que tanto hace reír al rey de las “chiquitas”? Pues lo obvio. Que en uno y otro caso se trata ni más ni menos que del asunto de la libertad individual y de los controles ancestrales que la Iglesia y los Estados trataron siempre de imponer sobre las personas, es especial sobre las mujeres.

Una mujer violada tiene todo el derecho de decidir sobre el fruto de un acto de violencia y humillación, y eso en nada se compara con el hecho de que una campesina sea sometida a la ligadura de trompas en el post parto, sin tener conciencia de lo que le están haciendo o siendo directamente engañada sobre el procedimiento. Más aún sin una mínima consideración sobre su visión cultural y la decisión compartida con su pareja (que dicho sea de paso, además, provocó varios casos de intervenciones mal hechas, con muerte de las pacientes)

Entonces qué tiene de extraño que uno, sea de ideas rojas o azules, apoye por elemental criterio que se despenalice el aborto en los casos de feto con daño irreversible, embarazo riesgoso para la vida y violaciones, y que lo haga desde una posición de principios, y no escondido bajo un estúpido trabalenguas (que la pena es reducida, así que no se aplica, o sea que es lo mismo que se condene o que se reconozca el derecho, ja, ja, ja); y que al mismo tiempo se denuncie la brutal política racista del régimen de los 90 de esterilizar mujeres quechuas y campesinas, al margen de su voluntad, a razón de cuatro por mes, en cada establecimiento, como si se tratara de beneficiar ganado, tratando de cubrir estadísticas pactadas con los organismos internacionales.

Obviamente que nadie podría obligar a la violada a abortar, ni a la que decide concluir un embarazo destinado a producir un bebe muerto o con bajísimas posibilidades de llevar una vida sana, o la que arriesga su propia existencia continuando el proceso. Pero que exista un sector influyente en la sociedad, con ecos en el Consejo de Ministros, la prensa, la educación y el templo, que pregona lo contrario, y que cree que sí se puede imponer a una mujer lo que los demás no están sufriendo, y más aún que se puede perseguir a las trasgresoras, aunque sea para una sanción simbólica, es una muestra de medievalismo en plena modernidad armada para los grandes negocios. Después de todo lo que se busca es coactar a los médicos y los demás profesionales de salud, para que no cumplan con su tarea de salvar vidas. A estas alturas existen varios casos denunciados ante la Corte Interamericana en la que los centros médicos se han negado a intervenir para evitar la muerte de la madre, porque entendieron que esta sociedad no se rige por las leyes o el sentido común, sino por los dictados de Monseñor Cipriani.

Le más curioso de este tema es como los supuestos liberales juegan en el campo del peor oscurantismo. Y convierten asuntos de viejísima estirpe libertaria en temática de “rojos”, que deben ser espantados con una cruz o con una risa fingida desde un diario. Son los costos de la alianza reaccionaria que se armado los últimos años.

15.10.09
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domingo, octubre 11, 2009

Congrezoo

En el Congreso de 1992 no había comepollos, lavapíes, mataperros, contrata domésticas, contrata chibolas, robaluz, etc. Sin embargo cuando Fujimori pronunció sus inolvidables palabras “disolver, disolver…”, hubo un abrumador apoyo a la decisión de cerrar la supuesta casa de las leyes y un aplauso a los anuncios presidenciales que los próximos inquilinos de la Plaza Bolívar ganarían un sueldo mínimo y no serían reelegibles.

Esto, por cierto, quería decir que el presidente había logrado convertir la crisis de la política, que era esencialmente una crisis de gobierno, en una de los políticos con representació n nacional y departamental que andaban peleándose entre ellos y de vez en cuando intentaban algún tímido gesto de control hacia el Ejecutivo. Fujimori acusó al Congreso de obstruccionista e inútil, y propuso una fórmula que para evitar la “obstrucción” (control), aumentaba la inutilidad.

Un Congreso que puede ser sustituido como legislador (decretos leyes, decretos de urgencia y otras leyes del Ejecutivo); que no fiscaliza (fiscales y jueces archivan sus denuncias); no representa (la población no tiene mecanismos para fiscalizar a sus parlamentarios) ; no debate (los tiempos de intervención son mínimos); ¿para qué puede servir si no es como espacio para el reparto de los últimos mendrugos del poder, que es lo que hace que los partidos se peleen ubicaciones como premio consuelo, y todo arribista con dinero e influencias se sienta con derecho a su curul?

Si entre las pocas cosas que verdaderamente puede decidir el Congreso está determinar el sueldo de sus propios miembros, lo que está tendido es la trampa para que congresistas improductivos se peleen con el pueblo. Es lo que hizo el sátrapa de los 90, al picar en el asunto de las remuneraciones de los disueltos, y hacerse el loco con las gollerías de sus reemplazantes, que luego fueron ametralladas por la prensa. Y lo repitió el actual gobernante que también exigió rebaja de sueldos y luego dejó que siguieran subiendo con pretextos y disfraces, hasta que algún medio terminaba destapándolos para aumentar la vergüenza.

El Congreso que hoy existe es hijo de la despolitizació n y el pragmatismo fujimorista, a la que se han adaptado los partidos, que juegan con sus reglas: mayorías de componenda, tránsfugas, capitulaciones ante el poder central, pequeñas trapacerías, otoronguismo, etc. Esto no se va a componer con títulos universitarios o certificados de antecedentes, si es que además la congresista más culta del hemiciclo duerme durante las sesiones y destaca por sus declaraciones racistas y autoritarias.

No tengo ninguna duda que el Congreso es el reflejo de una sociedad que no se ha repuesto de la autocracia, y que cada tanto vive la ilusión del salvador para luego desencantarse de todo. El papel de los medios es canalizar esa desilusión y derivarla donde menos entorpezca el funcionamiento del sistema. Claro, que cuando el 70% del parlamento está en falta y aún la que no ha jurado ya está cuestionada, lo que se está diciendo es que mejor estaríamos con el recinto cerrado. Y que el santo remedio es todo el poder a la presidencia, es decir a García como ayer a Fujimori.

11.10.09
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Investigación periodística

Si por Aldo M fuera, Soraya Suárez, sería la Contralora del Perú, y Favre seguiría dirigiendo la “reconstrucción del sur”. Y este tipo me habla de falsos valores y amigotes. También estarían construyendo el gasoducto para Chile, para alegría de la Suez, que pagó adelantado con un viaje a Tailandia la campaña, con lo que el problema del desbalance entre demanda interna y exportación se hubiera agravado hasta el colapso.

Obviamente las leyes comunales y antiamazónicas no habrían sido derogadas, porque todo era meter un poco de fuerza (“disparas los AKM, si no para qué los tienes”) y desalojar a esos bárbaros que ocupaban las carreteras deteniendo el progreso y las inversiones. Por eso llamó a cerrar filas el 5 de junio con Cabanillas y Simon, pero fue uno de los primeros en romper la fila, cuando se dio cuenta del resultado de la hazaña. También superó a Giampietri con la conocida fórmula “trazas un círculo, echas napalm y listo”, cuando el vicepresidente por lo menos pedía despejar civiles antes del bombardeo y llevarlos a alguna parte.

Aldo M defendió la concesión de Collique al consorcio Graña-Besco (Chile), a pesar de todas las evidencias sobre su naturaleza ilegal y corrupta, hasta que se cayó porque el Tribunal Constitucional encontró lo que este diario había dicho antes: que los requisitos que se exigió al ganador no fueron los mismos que se usaron para descalificar a otro postor. Y ahora el tipo no quiere entender que el mismo faenón (y otros asuntos peores) descalifican el concurso de concesión del puerto de Paita, porque piensa que toda crítica aquí es chavismo, humalismo y antichilenismo barato.

Este diario halló la pista de negociados que luego se confirmarían en el contenido de los petroaudios (caso de los barcos gasíferos), mientras que el director de “Correo”, sostenía que el único escándalo era que se pudiese escuchar las conversaciones del poder, tal vez porque imaginaba que podía salir alguna de las suyas. Y tampoco se inmutó cuando probamos que el estudio para las cuotas pesqueras fue encargado a la consultora de la que era director-gerente uno de los directores de las empresas beneficiarias, que además era influyente en la universidad que debía hacer la auditoría. Y hasta hoy Alditus no se da una vuelta por Chimbote y otras zonas de pesca donde crece la desocupación, como efecto del decreto que aplaudió.

Puede decir, por todo esto, lo que quiera de nuestro trabajo de “investigación unipersonal”, que lo realizamos seria y documentadamente. Después de todo, como ya dijimos, su única esperanza es que haya algún editor loco que le publique póstumamente un “Compendio de Chiquitas”, para perennizar toda su obra literaria. Y ese tipo se atreve a llamar “ignorante” a Carlos Malpica y decirle en el sumun de la sutileza el “Elvis Presley de la zurda” (¡!!); decir que José Carlos Mariátegui por lisiado no conocía la realidad de su tiempo; sacar escritos de juventud de Allende con la idea de descalificarlo; declarar que Grau debió ametrallar a los náufragos de la Esmeralda para perseguir a otros barcos chilenos; etc. Es decir habla porque tiene boca y escribe porque le sirve de taparrabos a los Agois.

11.10.09
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Ignorancia

En estos días leí a un ignorante llamar “ignorante” a Carlos Malpica Silva Santisteban. Lo hacía a propósito de un viejo concepto de los años 60, que usaba la expresión “taiwanizar” para referirse a países tapón que cedían soberanía ante los Estados Unidos en escenarios críticos de la guerra fría, a cambio de una ayuda continuada del imperio para reforzar sus economías, y que según el atrevido hubiera sido el destino más deseable para el país. Malpica no inventó el término, ni el concepto tuvo ninguna relevancia en su investigación sobre el Perú y los efectos de la dominación extranjera, que para nosotros fueron siempre una condición de mayor empobrecimiento y atraso.

Pero Carlos Malpica es el autor del libro con mayor número de reediciones y que junto a los “7 Ensayos”, son obra de consulta de numerosas generaciones. Nadie como el ingeniero Malpica describió la transformación del Perú oligárquico en el de la banca y las trasnacionales que hoy existe. Fue precursor de la reforma agraria y a la vez crítico de los aspectos errados de esta experiencia. Desnudó el mito de la ayuda exterior; la naturaleza entreguista de la política petrolera de Belaúnde y García; la crisis de la pesca; etc. ¿En qué puede comparársele el incomprendido autor diario de “chiquitas”, cuyo mayor mérito literario es haber convertido la columna del director de su diario en una extensión de las chiquitas, por dificultad para poder escribir más de cuatro líneas sobre el mismo tema?

Ignorante, dice el nieto que hace poco escribió que José Carlos Mariátegui se murió joven y lisiado sin saber lo que pasaba alrededor suyo, y que en el fondo no era sino un iluso romántico aislado en un escritorio, que nunca conoció el Perú. Y lo dice el que es capaz de proponer que los campesinos de Huancavelica y demás departamentos de la sierra se vengan a la costa para dejar las alturas a los proyectos mineros, y que los asuntos de la coca y la violencia se resuelven con un círculo donde se echa napalm. Hay que no saber nada del país, para proponer estas necedades. Y no es problema de edad, porque hace rato que el tipo pasó la edad a la que la enfermedad venció al abuelo, y sigue sin tener una idea de la complejidad peruana, aunque siempre opinará sobre las elecciones para alcalde Nueva York.

Es bien temerario confundir anticomunismo con cultura; amigotes políticos y empresarios con inteligencia; y un hojita resumen de Milton Friedman, con conocimientos económicos. Malpica y Mariátegui son dos cumbres del pensamiento peruano, como también lo es Flores Galindo. Están al nivel de Basadre, Porras, Víctor Andrés Belaúnde y algunos otros, a los que sería estúpido mezquinarles su valor intelectual por encima de cualquier controversia ideológica. La inteligencia, ciertamente, no es patrimonio de la izquierda. Pero tampoco de la derecha, que puede producir algunos especimenes realmente delirantes.

07.11.09
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domingo, octubre 04, 2009

Todas las pistas llevan a García

Rómulo, Don Bieto, Canaán, Ponce Feijóo y varios otros, han ocupado buena parte de la información periodística entre octubre de 2008 y la fecha. Y lo que tienen en común es que todos ellos están procesados o investigados, algunos presos y otros todavía libres, aunque sea evidente su participación en actos de corrupción. Lo otro que los relaciona, es su cercanía con el presidente Alan García.

Acaba de hacerse público la existencia de nuevos audios que pondrían en evidencia el poder que el simpático Bieto tenía sobre jueces y fiscales. Y cómo lo ejercía en nombre del presidente y la ansiedad que era capaz de producir en los magistrados. Pero claro, García no sabía nada de lo que estaba pasando a sus espaldas. O delante suyo.

Lo mismo pasaba con las actividades de Rómulo León, el aceitoso de esta historia (abría todas las puertas, sin necesidad de llaves) del cual dijo el presidente de Discovery Petroleum que había logrado lo que no ocurría en ningún otro país, una reunión de los inversionistas con el presidente de la república, lo que determinó que lo contra taran como su representante. Pero, la explicación oficial es que García no quería que el que después llamaría “rata”, se acercara a Palacio.

Hay varios audios de las conversaciones telefónicas entre la secretaria del presidente, Mirtha Cunza, y Rómulo León, organizando la agenda de las visitas de Canaán, donde ella misma era una de las visitantes más frecuentes, junto con el secretario general de Palacio de Gobierno, Luis Nava, el primer ministro Jorge del Castillo y otros cinco ministros. Evidentemente el presidente fue sorprendido por todos estos, ninguno de los cuales ha sido investigado, procesado, sancionado; y secretario y secretaria siguen aún en su puesto.

En otra conversación interceptada entre Rómulo y Fortunato Canaán se comenta lo que el primero le dijo al tío George, respecto al negocio de los lotes petroleros: “Jorge, quiero que sepas... si los hospitales pueden apoyar para la campaña; este tema no apoya la campaña, ¡resuelve la campaña!” a lo que el primer ministro de la época habría respondido con un decisiva pregunta: “¿Qué hay que hacer?”. O sea que hospitales, petróleo y otras, estaban en el mismo paquete de campaña. Pero el presidente no sabía tampoco lo que hacía el pemier y la caja que estaba armando para las elecciones.

Ponce Feijóo había llegado a Alan García en la campaña del 2006, para entregarle información de inteligencia, y según Gustavo Gorriti aceptó el encargo de ocuparse del comandante Humala mediante acciones de contrainteligencia que todavía algunos recuerdan: armas que entraban por Bolivia, chavistas que llegaban a Iquitos desde el Brasil, petrodólares que invadían el Perú. Más tarde, el propio Chito Ponce le trajo a Giselle Giannoti, para que revele un plan para matar al presidente con balones de gas rellenos de gasolina en la navidad del 2006, que condujo a la detención de dos jóvenes dirigentes de la organización “Todas las Voces”, que fueron liberados en menos de 24 horas por la policía, por falta de pruebas.

O sea Ponce Feijóo era de toda la confianza del presidente García y por cierto íntimo del vicepresidente Giampietri. Y no debe ser casualidad que pudiera llegar al Congreso, la Contraloría, la Confiep, el gobierno regional del Callao, diversas municipalidades, para hacerse cargo de su seguridad. Es decir tenía las mejores recomendaciones. Pero nadie sabía que los estaba chuponeando mientras cobraba por protegerlos. ¿O era que cada uno de los contratantes quería también sus servicios en el campo de las comunicaciones y el astuto marino terminó de esta forma interceptando a todos? ¿No era eso lo que hacía Montesinos, cuyas principales víctimas de intercepciones y grabaciones eran miembros del propio gobierno? ¿Cuál era el papel de Giampietri, el otro viejo hombre de inteligencia, en esta trama?

Cuando se observa que Ponce Feijóo y su banda cayeron en enero mientras trabajaban normalmente, seguros que los servicios de inteligencia y la policía de seguridad del Estado no se iban a meter con ellos, es imposible no preguntarse quién le pidió a la Fiscal Gladys Echaíz comprarse este problema y valerse de la policía antidrogas para la captura. ¿Quién sabía que había una organización chuponeadora tan próxima a los más altos niveles del poder que nadie sospecharía de ella, salvo alguien de la misma cúpula? Pero hay algo más: si en enero de 2009, toda la planilla de Business Track fue encarcelada porque de alguna forma una “investigación especial” los pescó con las manos en la masa; en junio el presidente llamó a su lado, como ministro de Vivienda, al abogado de la empresa de los chuponeos. Con lo que la supuesta capacidad de errar y de escoger la peor compañía, por parte de Alan García alcanzó cifras de Guinnes.

Y así estamos en el punto actual. Todo lleva a García. Pero para completar el cuadro se requiere de información que está en manos de jueces y fiscales. ¿Y alguien cree que Martínez y Barreto van a explicar lo que aparece sobre García en la información incautada? Hay demasiadas razones por las que no lo harán

04.10.09
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Ollanta y los radicales

Pucha con esto de que Ollanta se está juntando con los radicales. Y que “El Comercio” sea capaz de titular en primera página que la salida de Mekler es algo así como una ruptura del nacionalismo a consecuencia de la radicalidad, y que este suceso es poco menos que una desgracia nacional.

El problema es que esto no calza con la impresionante campaña que se hizo en el 2006 sobre que Ollanta era el radical de los radicales, el chavista, el comunista en uniforme de soldado, el caballo de Troya del estatismo, el populismo y demás plagas de Egipto.

Y hace poco nomás, y pensando en las siguientes elecciones, el presidente García afirmó que lo que ocurriría aquí iba a ser una nueva “guerra fría”, para evitar que el antisistema de la vez anterior pudiese levantar cabeza y poner en riesgo todos esos logros gigantescos que nos han colocado al borde del primer mundo y que son siempre celebrados en el local de la Confiep, entre banqueros, mineros y funcionarios de empresas trasnacionales.

O sea que no se entiende en qué exactamente consiste el “giro” de Humala. Salvo que “El Comercio”, “Correo” u otros, estuvieran esperando que las alianzas del comandante fueran hacia los radicales de derecha, entre ellos los partidos que hace algunos años lograron olvidar todas sus diferencias, para unirse en santa cruzada contra el enemigo principal de la democracia y la modernidad, que era el propio Humala.

¿O no es verdad que el frente “todos contra Ollanta”, cabían Alan García (oficialmente el peor presidente de nuestra historia), Fujimori (el gobernante más corrupto y autoritario), Lourdes Flores (la candidata de los ricos) y otros partidos menores, todos transformados en salvadores del sistema y que tamaña coalición sigue vigente?

Entonces ¿dónde puede estar el problema en que una candidatura que tiene su base en otros sectores de la sociedad que no se identifican con el modelo económico y la conducción del poder, busque aliados en este campo?, ¿en qué galaxia circulaba Mekler que recién se dio cuenta que el partido nacionalista coordinada con los partidos de izquierda?, ¿nunca se enteró de la existencia de la Coordinadora Político Sindical (CPS) o del Frente de Defensa de la Vida?, ¿cómo se alinearon las fuerzas en el país en relación al conflicto amazónico?, ¿no tiene eso nada que ver con las siguientes elecciones?

Lo que es verdad es que Ollanta Humala suscita mucho más odio y temor que los partidos de izquierda, y eso por la sencilla razón de que podría eventualmente ganar el gobierno con una base social totalmente distinta a la que ha venidos sosteniendo el poder en los últimos veinte años, con el agregado de que no genera el nivel de resistencia que normalmente tiene la izquierda entre los militares y que cuenta con influencia en sectores empresariales.

Lo de la izquierda y la radicalidad de sus envejecidos partidos es una anécdota política, que la prensa de derecha ya descubrió que genera confusión en la opinión pública y hace que algunos parlamentarios despistados caigan en la trampa de las aclaraciones. Y otros un poco más avezados inicien el reacomodo, porque ya sabían que estaban perdiendo sitio.

04.10.09
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Corrupción anticipada

Lamentablemente no puedo participar de la celebración de los que dicen que Fujimori se reconoció corrupto, como si la llamada “conclusión anticipada” representara alguna victoria de la justicia. Si el ex dictador fue ejemplarmente condenado a 25 años de prisión por delitos contra los derechos humanos, la misma sala del Dr. San Martín lo ha dejado huir en los otros casos en los que debía discutirse la apropiación ilegal de recursos públicos y el uso abusivo del poder. Y este resultado está alterando el balance final del llamado “juicio histórico”, por las razones que anoto a continuación.

El fujimorismo ha utilizado astutamente el efecto que el recuerdo de la violencia todavía tiene en mucha gente, para dividir al país en torno al proceso principal. De ahí que tenemos a una parte que considera justa la severa condena al que ordenó la actuación de grupos de aniquilamiento, mientras que otros piensan que era un recurso válido en las circunstancias y un tercer sector minoritario niega todo. Si bien el ex dictador fue aplastado por una sentencia severa y que no admite atenuantes, el juicio social no fue igual de contundente.

Pero quedaban los procesos sobre corrupción en los que no había como contar el cuento del “delito necesario”. Y ahí es donde ha entrado el mecanismo tramposo de hacer como que se acepta los cargos y se ahorra los interrogatorios, mientras que para afuera se afirma que esto se hace por falta de confianza en los jueces que ya condenaron a Fujimori a la máxima pena y que iban a volver a sentenciarlo nuevamente. De esta forma no sólo se evita el bochorno y las consecuencias políticas de explicar cómo se manejaban los dineros y las relaciones de poder en los 90, sino que se otorga un argumento político al núcleo duro de la banda, que seguirá diciendo que todo ha sido “por estrategia” (véase titular de “La Razón del martes)

En realidad no había base para “anticipar” el juicio, porque este recurso no es un beneficio, sino una transacción entre el Estado que busca ganar información adicional sobre el delito, detalles de la participación del que acepta los cargos, explicación de los móviles, nómina de los cómplices, etc., y el acusado que logra una reducción de la pena. Esto no está ocurriendo en los juicios de Fujimori. En primer lugar porque el Estado no gana nada con la anticipación, sino al contrario se pierden pruebas, y se mantiene un amplio margen de oscuridad en la comprensión del delito. En segundo lugar, porque no importa la mejora en la pena del culpable (no le aumenta ni le quita un solo día), sino que le ahorra el costo político de una presentación pública.

Legalmente, la sala no debía aceptar el recurso porque se lo impide la ley que señala que no procede la anticipación para los casos que muestran complejidad y deben trabajarse las pruebas para su total esclarecimiento (que es este caso, exactamente) y cuando los participantes del delito son más de cuatro. Basta leer la lista que presentó la Fiscalía de todos los implicados para tener una idea de que este es un típico acto cometido por una amplia organización delictiva infiltrada en el Estado que tenía a Fujimori como jefe. Lamentablemente, así como así, se ha perdido la oportunidad de desnudar ante el país lo que significó el régimen más corrupto del que se tenga memoria.

01.10.09
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