domingo, febrero 27, 2011

Libia

Lo que hoy ocurre en Libia sigue la lógica de lo que ha empezado a pasar en todo el mundo árabe y que probablemente sea la señal de un cambio a escala universal. Algo me hace pensar que los primeros que están entendiendo lo irreversible del proceso están situados en Washington y ya concluyeron que no se puede intentar parar un torrente de estas magnitudes y hay que actuar dentro de él. Túnez y Egipto se leían claramente como la derrota de dos satrapías aliadas de occidente en sendas explosiones populares que modificaban dramáticamente los delicados equilibrios de medio oriente sin que nadie sepa qué va a pasar después. Pero Libia suena a dictadura de izquierda, por más estrafalaria que esta fuese, también enfrentada con las masas, que desata una represión peor que en los países árabes pro occidentales y que parece estar requiriendo ya una cirugía de marines y bombarderos ultrasónicos que ni siquiera se consideró como posibilidad para los casos anteriores y otros que están en pleno desarrollo. Libia es invadible; Egipto, Túnez, Marruecos, Jordania, no. Libia se cae hacia occidente, los demás no se sabe hacia donde.

Pocos recuerdan ahora que Muhamar pasó del radical de los 70 y 80, al amigo de Estados Unidos y Europa en los 90, que trabajó su propia supervivencia en una época en que el Pentágono y la Casa Blanca repartían a diestra y siniestra certificados de pertenencia a diversos ejes del mal. El gobierno que más vociferó de antiimperialismo y antisionismo, pero nunca participó de ninguna de las guerras del medio oriente, dejó incluso de hablar fuerte con el correr del tiempo a pesar de que las masacres israelíes contra los palestinos y los libaneses se hicieron cada vez más fuertes, sin que a Estados Unidos y sus aliados reconociesen que ahí había algún derecho humano violado. El coronel tampoco movió un dedo respecto a las invasiones de Afganistán e Irak, donde los yanquis siguen bombardeando poblaciones civiles y sometiendo a naciones independientes, sin demasiado escándalo mundial. Gadafi se dio cuenta seguramente que no tenía futuro si se ponía en la primera línea de los que desafían al imperio, y que su talón de Aquiles era el mismo de Sadam, sus reservas petroleras, que pueden convertir cualquier incursión externa en pro de la democracia y los derechos humanos en un formidable negocio.

Hay algo del trato que los yanquis dispensaron al panameño Noriega, en el actual foco puesto en Gadafi. Casi la mitad de los 40 años de poder del líder libio fueron de convivencia con Occidente, pero ahora no existen para los comentarios de prensa. Y cuando su gobierno termine los Rospigliosi de estilo y las Palacios de ocasión van a decir como con Noriega y Hussein, que los Estados Unidos nos salvaron del autócrata aunque, haya sido su aliado, que le servía para el equilibrio internacional e interno (Libia es un centro de rivalidades tribales), y que lo que vaya a venir después de la caída, suponga una inestabilidad de largo plazo. El asunto es que Washington que siente que está perdiendo poder en una zona clave, ha decidido tomar una pieza petrolera y sumarse a la rebelión. Gadafi ya no le sirve a nadie. Es muy difícil que sobreviva. Lo que está entre interrogantes es cuándo acaba todo esto y cuál es el capítulo siguiente.

27.02.11
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jueves, febrero 24, 2011

¿Qué pasó el 2006?

Corría la navidad del año 2005, y el primer ministro Pedro Pablo Kuczynski hizo una declaración explosiva: sin que nadie se hubiera dado cuenta habían ido saliendo de prisión en lo que ya iba de la década de los 2000 unos 10 mil terroristas. Más aún, como acababa de ocurrir un atentado en la selva por esos días con un saldo de muertos y heridos entre los policías, PPK añadió una información adicional: que el cerebro de las acciones en el Huallaga y en el VRAE se encontraba en Lima.

¿Alguien se sorprenderá entonces del dato proporcionado por Javier Diez Canseco de que PPK fue la persona que se dirigió a los medios de prensa para proponerles lanzar una campaña sobre el efecto que el ascenso de Ollanta Humala en las encuestas estaba teniendo en la cotización del dólar y en la inflación, de la que había hablado Augusto Álvarez Rodrich sin dar nombres? Yo todavía tengo en mis archivos la columna editorial de un diario capitalino que recogió la idea y la convirtió en una desesperada filípica en enero del 2006: qué les pasa a los pobres que no se dan cuenta que con sus respuestas a las encuestadoras están haciendo tambalear al sol y produciendo una fuga hacia el dólar que va a crear inflación.

A esa nota le contesté con un toque de humor recordando que el columnista que hacía gala de su inteligencia al responsabilizar a la población de bajos ingresos y excluida del modelo económico, de la estabilidad de los grandes negocios, era también un partidario acérrimo del voto voluntario que según él hará que sólo vayan a las urnas los que tienen para gastar en pasajes, dejando fuera a tanto pobre electarado que vota por el humalismo y esas otras especies raras difíciles de digerir.

Es obvio decir que ambas maniobras desinformativas a cargo del que algunos creen que es el “candidato serio” de la presente campaña buscaban sembrar inseguridad y miedo, para manipular las decisiones. Nunca hubo 10 mil senderistas en armas y mucho menos tantas personas presas por terrorismo, aún si se cuentan a muchos inocentes que pagaron injusta carcelería. Y no había dirección nacional para los grupos remanente de Sendero Luminoso en la selva. Tampoco se desató el pánico financiero que se quiso orientar desde la prensa. Pero lo que nunca podrá decir Toledo es que su primer ministro actuó por cuenta propia, como dice que hizo su ex ministro del Interior cuando fue a proponer una campaña de guerra sucia contra Humala a la embajada de Estados Unidos y a solicitar fondos especiales para su cruzada por la democracia y contra los cocaleros, que Rospigliosi y los gringos identifican con el narcotráfico.

No es concebible que el primer ministro se metiera en gestiones ante los medios y que hiciera declaraciones destempladas, sin que el presidente se entere o lo corrija. Más bien lo que parece mucho más razonable es que los de Rospigliosi y Vargas en la embajada, y lo de PPK eran parte de una misma estrategia.

A fines de diciembre de 2005, Ollanta Humala y su esposa hicieron un viaje a Cuba con una escala de retorno en Venezuela, donde lo recibió Hugo Chávez e hizo unas inolvidables expresiones de apoyo a “a este muchacho Ollanta Humala”. Inmediatamente, en Perú, la repuesta no corrió a cuenta de los candidatos o del JNE si se hubiera violado alguna regla, sino del presidente en funciones Alejandro Toledo que dijo: “Hugo Chávez es presidente de Venezuela, no de América Latina... puede tener todos los petrodólares que quiera, pero eso no le permite desestabilizar a la región”. Lo que arrancaría una áspera controversia entre presidentes, con distanciamiento diplomático y retiro de embajadores.

Toledo había marcado un eje con esta intervención. Y sería él quién le señalaría el camino a Alan García para crear un debate internacional con Chávez que se superpusiera y tapara el que se estaba desarrollando dentro del país. Exactamente como hoy hace con su aliado del 2006, Alan García al que dirige todas sus denuncias, opacando a los demás candidatos, hace cinco años se hizo con Chávez para bajar a Ollanta. No era una acusación circunscrita al supuesto chavismo de Humala, que permitía ignorar las propuestas de cambios económicos, sociales y constitucionales sino una implícita transferencia a la idea de que el jefe de la campaña no estaba en Lima sino en Caracas. Hoy se hace lo mismo cuando se ningunea a Castañeda y Keiko y se afirma que la discusión es con su padrino, el grandulón García.

El 2006, Toledo se iba del poder sin pena ni gloria, sin haber podido presentar una plancha para la sucesión presidencial y con una débil lista parlamentaria, a la que la hicieron pasar la valla de descalificación con truco, para mantenerle la inscripción. Pero el hombre nunca se privó de seguir dictando sermones al pueblo peruano: una victoria de Humala sería un “salto al vacío”, “sería un desastre para el Perú”, “populismo barato”, etc. Pero ese mismo personaje es el que ahora dice que está más cerca de Ollanta que de García, y le birla cada que puede, las ideas del nacionalista que tienen mayor aceptación en las masas.

En el 2006, violando su condición de presidente de la república, Toledo se jugó para que ganara García, ahora el mismo Toledo dice para qué necesitan a Humala si yo puedo pelearme con García y hacer su plan de gobierno. Un juego lleno de riesgos que el chakano juega sin escrúpulos porque su meta por ahora es sólo ganar.

Hace cinco años, después de una primera vuelta áspera y difícil empezaron a restañarse las heridas y como se sabe el “tío George” se fue a la embajada para que ayudara a reconciliar a todos sus aliados para la tarea de derrotar a Humala. Entonces la “candidata de los ricos” se convirtió en una persona que siempre tendrá un lugar en la política peruana así llegue segunda o tercera; el “candidato que amenaza con traernos de regreso al pasado”, se transformó de un día a otro en el tipo que a pesar de cualquier cosa tiene una indiscutible vocación por la democracia.

Todos estos rebuscamientos tenían un solo sentido, armar el frente de todos contra Ollanta, que operó para la segunda vuelta y que integró a todos los partidos nuevos y viejos contra el nacionalismo, al gobierno de turno que debía ser neutral y a la embajada más visitada de la capital peruana. Toledo estaba ahí. Por eso le debemos el gobierno que ahora estamos a punto de despedir. Pero el no quiere que le recordemos eso.

El 2000, el 2001, el 2006, son fechas de las que el “cholo” no quiere acordarse porque él sólo está pensando en salvarnos nuevamente de nosotros mismos. ¿Cómo se convirtió en el candidato anti Fujimori y de dónde venía?, ¿qué ofreció en los Cuatro Suyos y en las elecciones del año siguiente?, ¿a cuenta de qué intereses se convirtió en enemigo de la candidatura de Ollanta Humala?, ¿por qué se fue del país si prometió quedarse a vivir entre los peruanos?

Podrían seguir las preguntas, para un país que ha empezado a recuperar la memoria. Pero no les parece mejor si pasamos la página y vamos a las propuestas.



Deja vu

Hay un aire de familiaridad en esto de los Wikileaks a medio leer o conocer en pleno proceso electoral, que despiertan ansiedad y sospecha entre la gente y que conduce a que una mayoría aplastante (90% según las encuestas) reclamen saberlo todo antes de las elecciones, con lo que sucedió en el 2001 cuando Fujimori ya había fugado del país e iban apareciendo con cuentagotas y de acuerdo a las conveniencias de los que controlaban el Congreso los vladivideos que mostraban los rostros de la corrupción y del autoritarismo.

En las calles se escuchaba el grito que recogía el sentimiento masivo del país: primero los videos, después las elecciones. Con eso se quería decir que el Perú reclamaba saber quienes estaban comprometidos con la mafia antes de terminar premiando con su voto a algún sinvergüenza agazapado como hubieron muchos que recién salieron a luz después que ya estaba instalado el nuevo gobierno. Entre ellos políticos, empresarios de televisión, banqueros y otros.

Contra el reclamo jacobino de la calle que pedía que el gobierno provisional limpiara al país de corrupción antes de votar por un nuevo presidente, sonó una voz disidente que señalaba que por ningún motivo se debían postergar las elecciones, ya que el país necesitaba urgentemente que ese señor se convirtiera en presidente. Era Alejandro Toledo prometiendo a diestra y siniestra, y pidiendo al país que sólo pensara en trabajar que de sus problemas él se iba a ocupar.

Con los años se supo los de las firmas falsas que comprometía al héroe de la democracia con el fraude contra el que después combatió, el video de Ferrero conspirando con Montesinos, los tratos oscuros con los magnates de la televisión para armar nuevas administraciones aliadas de su gobierno, etc. Es decir diversas relaciones con el pasado que no se conocían el 2001. Ahora, el “cholo” también está en contra que los Wikileaks que tiene “El Comercio”, el diario “El País” de España, y otros se pongan a la vista porque “perturban” las propuestas. Otra vez nos va a “salvar” si lo salvamos de su propio pasado.

25.02.11
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La encuesta adelantada

¿Por qué los voceros de Toledo se adelantan a advertir sobre un posible freno al ascenso de Toledo en las encuestas y aún sobre un eventual retroceso que favorecería a un Ollanta Humala que se ha pasado los últimos meses estancado en el 11%?, ¿de cuándo acá tanta sinceridad en boca de los que ya se daban por ganadores hace apenas unos días?

Hay que seguir la idea para entenderla. El wikileak de Rospigliosi-Vargas ha remecido al país porque ha hecho recordar un asunto clave: el papel de Toledo en la derrota de Humala en el 2006 y en la consiguiente elección de Alan García, su supuesto enemigo jurado, contra el cual supuestamente enfila en las actuales elecciones.

Por eso a pesar de que muchos perdonavidas se han prestado a decir que no hay pruebas de la relación Toledo-Rospigliosi, y que el gusano se arrastró hasta los gringos por su propia cuenta, el director del medio que sirve de trampolín al candidato ha escrito en su columna: “…a Humala le ha caído del cielo la publicitada visita de Fernando Rospigliosi a la embajada de Estados Unidos, permitiéndole emparentar a Toledo con García como aliados en contra suya, y de esa manera reaparecer como el verdadero opositor al régimen actual, terreno en el cual sólo compite con el partido de la chakana”.

Y más adelante: “Sólo Humala y Toledo están jugando en la cancha opositora. Por eso, cuando recién llega Toledo y se mete en la campaña enfilando baterías contra García taponea a Humala y lo congela en el 10% en el que hasta ahora se encuentra. Y es por eso que ahora, gracias a los “buenos oficios” de Alan García y la prensa tonta que lo obedece, quizás veamos a Humala volviendo a ser protagonista”.

Hay en estas palabras una interesante cantidad de ideas:

(a) Que cómo hace cinco años, el señor Toledo se considera el llamado a “salvar al país”, sólo que esa vez era a través de Alan García y esta vez tiene que ser a costa de él;

(a) Que desde su regreso al país, hace apenas unos meses, Toledo apuntó a taponear a Ollanta robándole el papel de opositor a García y buena parte de su programa, estancándolo e invisibilizándolo;

(b) Que el “torpe” de García, y para el caso los garciístas, no han comprendido esta estrategia y tratan de bajarse a Toledo, sin medir a quién benefician en esta operación.

Es la primera vez que el toledismo se confiesa en público de esta manera, admitiendo que la pose de oposición responde a un plan para manejar las corrientes de opinión. Aquí nos han construido un escenario en el que Toledo se ha colocado en la vereda de enfrente con respecto a las candidaturas que a primera vista eran intercambiables con la suya, acusándolas de garciístas, mientras le iba robando el lugar a Ollanta al disfrazarse de opositor de ocasión, con el poder de la prensa y el dinero, y sirviéndose de las dudas del comandante. Es como cuando Lourdes Flores era la “decencia” frente a la indecencia intrínseca en Kouri, y no había espacio para nadie más.

Este tinglado, por artificial, es sumamente vulnerable. Y el asunto del wikileak ha operado como un catalizador obligando a discutir en público los riesgos de que se caiga el tablero. Lo que está diciendo Juan Carlos Tafur es que García va a ser el responsable de no haber comprendido la tremenda operación que se ha estado desarrollando aquí para que no volvamos a los soponcios del año 2006. Pero difícil de creer que esté pensando exactamente en el presidente cuando escribe eso. Parece más bien un llamado al orden a la prensa que ha molido a Rospigliosi y que ha dejado mal parado a Toledo que por primera vez en la campaña ya no aparece como la víctima de todas las conspiraciones, sino como el organizador de la peor de ellas.

La experiencia dicta que las construcciones electorales aparentemente mejor armadas y capaces de apabullar a los electores, tienen siempre algún talón de Aquiles que pueden hacerlas caer cuando menos se los espera. Pregúnteles si no a Vargas Llosa 1990, Fujimori 2000, Lourdes 2006 y 2010, etc. La parte blanda de Toledo en la actual campaña son todas cosas que lo ligan a García por lo menos desde el año 2001, cuando lo ayudó a regresar al país para que fuera el rival que necesitaba para ganar las elecciones; pasando por el 2006, cuando convirtió al Estado en actor electoral para derrotar a Humala, hasta el momento actual en que vía Tafur le está pidiendo que se deje apalear para que el país que no lo quiere elija a su apaleador para que todo siga más o menos como está siendo hasta ahora.

25.02.11
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Wiracocha y Pachacútec

A propósito de los 100 años de Machu Picchu para el mundo, se cuenta una de las tantas historias sobre la ciudadela incaica, según la cual ésta fue construida por el inca Wiracocha como un centro de retiro y esparcimiento del soberano y sus numerosas esposas. La historia va más allá y señala que Wiracocha era generoso pero débil de carácter y disoluto. Lo que más apreciaba era desaparecerse del Cusco y encerrarse por temporadas en su refugio con sus mujeres a darse la gran vida.

La debilidad del inca fue entendida por el rey Chanka, Uscovilca, que decidió lanzar sus tropas sobre el Cusco. Wiracocha refugiado en la selva ordenó transar con los invasores, pero su hijo menor Kusi Yupanquí no obedeció sus órdenes y organizó la resistencia hasta derrotar al enemigo y obligarlo a huir. Wiracocha intentó maniobrar contra el hijo rebelde, apoyando a su hermano mayor Ynga Urco. Pero Kusi lo eliminó rápidamente. Así el Inca tuvo que volver a Cusco e inclinarse ante el hijo vencedor al que declaró Pachacútec (transformador del mundo), lo que no impidió que el príncipe le arrebatara la borla de la cabeza y se declarara emperador con el nuevo nombre que lo haría famoso en la historia.

Wiracocha fue desterrado del Cusco y confinado en su residencia favorita, donde murió diez años después, mientras que el imperio incaico alcanzaba su máxima expansión y desarrollo bajo el inca Pachacútec. Toledo ha dejado que sus seguidores lo proclamen como Pachacútec cada vez que hay elecciones. Pero viéndolo bien, se parece más a Wiracocha.

25.02.11
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martes, febrero 22, 2011

El gusano y la gusanera

Estoy a punto de creer que algunas chapas de juventud, por motivos que no necesariamente evidentes, pueden convertirse en anticipatorias del destino de ciertas personas.

“El gusano”, era el poco deseable seudónimo de Fernando Rospigliosi en la Universidad Católica, y que ahora deben estar recordando muchos que fueron sus amigos.

Porque hay que ser bien gusano para arrastrarse a la embajada para urdir complots por encargo, hacerlo clandestinamente y ahora jactarse de haber contribuido a salvar al país del antisistema y de Hugo Chávez.

Cierto lo que está por aclararse es a qué país fue el que salvó finalmente, cuando Estados Unidos se iba quedando sin aliados en su patio trasero.

Pero ahora a quién hay que salvar es a Toledo, que ha estado contando el cuento de la neutralidad que García no respeta, y que él violó continuamente en las anteriores elecciones cuando era presidente.

Confiaba por supuesto en la mala memoria de la gente despolitizada.

Pero ocurre que él no sólo intervenía en la campaña con la frase “salto al vacío” o armando crisis diplomáticas con Chávez por su reunión con Ollanta en diciembre del 2005.

Toledo se propuso crear una crisis internacional en relación a las elecciones peruanas, en las que interviniera Estados Unidos y por supuesto soltara dinero, como lo hizo en la crisis del 2000, de lo que Toledo nunca dio cuentas.

Rospigliosi no fue a una de sus tantísimas reuniones de asesoría a los gringos en las cosas en las que dice ser especialista, sino a tratar sobre cooperación de gobiernos en una campaña electoral dentro del Perú.

Y tan consciente estaba la señora embajadora Likins que esa era la condición, que le presentó el caso a Humala bajo la forma de “funcionarios del ministerio del Interior del gobierno de Toledo”, asunto que la prensa que hizo el papel sucio hace cinco años, ahora quiere convertir en confusión política: pero Rospigliosi ya no era ministro, y dónde está la prueba de que Toledo lo envió.

Tonteras. Porque si el ex ministro no representaba a nadie, porqué tenía que ser atendido a nivel de embajador, o habérsele aceptado los temas de gobierno que expuso, y ser materia de preocupación ahora para la señora Likins, que no dio su nombre, y que recién se supo con la publicación en el diario “El País”.

Además otro Wikileaks sostiene que Toledo directamente informó a la embajada de una donación de 6 millones y medio de dólares de Chávez para Humala, que nunca denunciaron. Y que más bien parece otra manera de decirle a Washington con cuánto te caes tú.

¿Por qué el gobierno de Toledo jugó este papel y se comprometió con descaro con la candidatura de Lourdes Flores y luego con la de García? Hay una sola respuesta. Para el “cholo de Harvard”, la transición del 2000-2001 fue la operación perfecta, que permitió pasar de un autoritarismo corrupto aliado de los Estados Unidos a una democracia controlada, sin cambios dramáticos, también del lado de los Estados Unidos.

Esto que se está tratando de hacer ahora en los países árabes. Toledo siempre se sintió el autor de esa odisea que representó una nueva frustración para los peruanos. Cómo iba a permitir que el 2006, alguien que se separaba de ese esquema pudiera llegar al poder.

23.02.11
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viernes, febrero 18, 2011

El wikileaks de Toledo

¿Pensó en algún momento Ollanta Humala que la embajada de Estados Unidos lo había citado para darle municiones contra su propio candidato y para facilitarle un relanzamiento de su campaña en el papel de víctima de una conspiración ocurrida hace cinco años? Eso no podía ser. Y por algún lado tenía que haber una trampa.

Después de tres horas con la embajadora Likins, el líder nacionalista sabía de los cables que los gringos habían querido mostrarle, pero no los tenía para enseñarlos. Estados Unidos se había curado en salud explicando lo que a ellos les pidieron, pero aclarando que ellos no aceptaron. Y que de buena fe mostraron el detalle para cuando estos documentos sean publicados. Por supuesto, cada uno es dueño de creerles.

Entonces Ollanta debió decidir: o me quedó con lo que sé, con lo que la embajada le habría amarrado las manos; o lo denuncio, con el riesgo que Toledo, la embajada y medio mundo lo desmientan y se ahonde la confusión. Nadie sabe si entre el anuncio de la conferencia de prensa y el comunicado de Gana Perú del día siguiente, hubo puras dudas existenciales o diversas presiones de un lado a otro.

De Toledo a la embajadora para que niegue los documentos; de la embajadora a Ollanta para que no haga la Conferencia; de Humala a su equipo de prensa para que diga que la “exclusividad” en esta información era del diario “El Comercio”. Todo esto cabe dentro de lo posible. Pero lo público es que no hubo la prometida declaración “bomba”; “El Comercio” dijo que no tiene el wikileak; y la embajadora salió a defender a Toledo, porque ella no dijo lo que Ollanta dice que dijo, pero no dijo lo que realmente dijo.

Entonces Toledo gritó que había que pasar la página. No que se muestre su wikileak, ni siquiera como hacían esos que pedían que se muestre su video que sabían que no se iba a revelar. Toledo peor, para él se acabó el tema. Y con la misma cara con que negó tantas veces a Zaraí, dijo que no había intervenido en la campaña del 2006 contra ningún candidato, cuando basta hacer un resumen de los “googles”, de la época para ver que al final de su gobierno se tomó como política de Estado ayudar a que gane Lourdes y luego Alan García.

Es poco probable que la embajadora Rose Likins haya calculado los eslabones de la trampa a la que han empujado a Ollanta, que es la de aparecer como el que tiene la prueba del crimen que todos saben que se cometió y quién lo hizo, pero que al final tiene que admitir que está actuando de memoria y que es su palabra contra la de otros. Y Toledo salta en un pie como si hubiera sido exculpado en algún juicio porque nadie puede mostrar el texto exacto que da cuenta de lo que pasó. Como suele pasar en nuestro país, hay los que tienen su vladivideo y siguen dirigiendo bancos y televisoras; los que tienen petroaudios y quieren ocupar el primer lugar de la lista parlamentaria o su potoaudio y pretender a pesar de ello ser alcaldesa. Así igual, estamos empezando a aceptar que el candidato favorito de las encuestas tiene su wikileak que explica su participación en la más bárbara campaña de demolición mediática de nuestra historia, con intervención de los Estados Unidos, para evitar la victoria del candidato que mejor expresaba las demandas populares, y todos quedan contentos.

20.02.11
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El quinto poder

Un nuevo poder acaba de ser confirmado en el Perú, el poder de las encuestas.

¡Qué Jurado de Elecciones todopoderoso que se lía con el Tribunal Constitucional y la Corte Suprema para dirimir quién es la última instancia!

Si, mucho más que todos ellos son las empresas encuestadoras que cuando les exigen mostrar a quiénes están entrevistando para creerles se declaran en huelga y hasta mueven candidatos a marchar por ellas.

¿Quién podría hacer marchar al primero de las encuestas a favor de sus demandas? ¿Los nativos contra las leyes de la selva, los campesinos contra las mineras, los azucareros?

No señor, son las encuestadoras, las únicas que han logrado el privilegio.

El primero de las encuestas marchando por las encuestas. Clarísimo.

Y el JNE retrocediendo penosamente porque encuestadoras, medios de comunicación y algunos candidatos lo pusieron en jaque.

¿Se imaginan cómo ha quedado esta institución que debe hacer prevalecer su autoridad para que el proceso sea creíble?

¿Alguien se imagina al árbitro de un partido tomando una decisión, buena o mal, y luego retrocediendo porque le dicen samba canuta?

Han preferido matar al primer órgano electoral del país antes que a las encuestadoras.

Y todo porque les exigieron mostrar la relación de sus entrevistados para hacer verificaciones de que el trabajo que realizan es realmente serio.

No es verdad que las encuestadoras no saben el nombre, la dirección y otros datos de los que entrevistan y conocen su preferencia política expresada en las respuestas.

Claro que eso a nadie le parece una violación del derecho a la reserva de las personas de no revelar sus preferencias políticas.

Lo que sería grave es que el JNE o alguna entidad supervisora pudiesen llegar a sus entrevistados para inquirirles si realmente fue visitado y si contestó como dice que lo hizo.

Aquí sí, nada de control de calidad.

Y es que el poder de las encuestas ya está establecido.

Ellos son los que dicen quién está ganando y quién puede disputar el triunfo, con lo que obligan a los electores a definirse en un escenario predispuesto.

La realidad creada por las encuestadoras es altamente manipuladora como lo sabemos todos y se complementa con la opinión de los medios que toman sus datos como la radiografía de algo que está pasando realmente.

Y cuando dudamos de esta “realidad”, ellos dicen que es porque estamos picones porque no le dan el primer lugar a nuestro candidato.

Pero no quieren ser fiscalizados.

Y si se intenta fijarle reglas, gritan que hay fraude. O sea que ellos son los que garantizan la trasparencia de los resultados.

¿Cuándo se ha sancionado a la encuestadora que daba por ganadora de la primera vuelta del 2006 a Lourdes Flores en el último sondeo antes de la votación, o a la que afirmó que Susana Villarán se había separado 14 puntos de Lourdes Flores en vísperas de la elección para la alcaldía de Lima, cuando la diferencia final fue de menos de un punto?

¿Acaso no es verdad que siguen gozando de la misma “credibilidad” de parte de los medios, que las siguen contratando y presentando como opinión garantizada?

En el Perú menos demedia docena de encuestadoras nos leen las elecciones antes de depositar el voto y cobran a los medios y a ciertos candidatos por su trabajo, todos los cuales representan intereses políticos concretos.

En el país hay desconfianza por una medición con directo contenido político.

Pero no permiten que los fiscalicen.

Y los medios quieren que creamos que nos han salvado al obligar al JNE a arrodillarse frente al poder intocable de las encuestas.

Es por eso que decimos que ha surgido el quinto poder.

Después del cuarto, que dice ser la prensa con dinero.

En un esquema en que a veces los poderes fácticos son mucho más fuertes que los formales. Como acaba de pasarle al JNE, que dijo que no iba a retirar su norma fiscalizadora. Y la retiraron vergonzosamente.

18.02.11
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jueves, febrero 17, 2011

Los Wikileaks que no se muestran

Luego de haber comunicado que en la tarde de ayer se haría una “gran revelación” sobre los contenidos de los wikileaks y la intervención de los Estados Unidos en las elecciones del 2006, la campaña de Gana Perú de Ollanta Humala retrocedió sobre sus pasos y anunció que la “exclusividad” de los documentos le correspondía a un diario capitalino al que invocaron a no demorar en las publicaciones.

Sorprendentemente, Ollanta Humala no recibió los documentos de los dueños del portal de información, sino directamente de la embajadora de Estados Unidos, cuyo gobierno persigue a Julián Assange por violar secretos diplomáticos de ese país. ¿Cómo puede entonces sentirse condicionado por un compromiso, no se sabe si comercial o político, entre partes que no han tratado con él?

Lo que está en juego, si nos atenemos a lo que viene informando el nacionalismo, sobre los cables que se encuentran en su poder, es información vital sobre la manera como el gobierno peruano y los partidos de derecha conspiraron con una embajada extranjera, contra el candidato que no querían que ganara, acusándolo de “chavista” y de responder a directivas externas cuando eran ellos los que tocaban las puertas del exterior para detener a Humala.

El caso se agrava aún más porque el gobierno que solicitó a través del ministerio del Interior (que ocupaba Rómulo Pizarro, posteriormente jefe antidrogas bajo el gobierno de Alan García, remunerado con fondos norteamericanos), fue el del actual candidato y líder de las encuestas, con extraordinario financiamiento externo. Alejandro Toledo Manrique. Ese que hoy se queja de que García quiere “bajarlo”, es el que pidió a los yanquis “bajarse” a Humala a quién consideraban un peligro para la continuidad del modelo económico.

No hay razón que justifique que un diario se guarde información de alta incidencia en la coyuntura, y que el candidato afectado por la manipulación de hace cinco años, crea que más importante es atenerse a incomprensibles términos contractuales antes que permitir al país saber la verdad sobre lo sucedido. Salvo que Gana Perú no quiera ganar las elecciones.

17.02.11
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Muy poco dinero para mí

El proceso por lavado de activos procedentes del narcotráfico contra el llamado clan de los Sánchez Paredes, busca establecer de qué forma se ha hecho su inmensa fortuna y cómo han podido operar durante tantos años sin que los ojos de la Justicia se dirijan hacia ellos.

Por ello Alan García ha saltado como un resorte apenas Alfredo Sánchez Miranda comentó ante la prensa que había ayudado económicamente en la campaña del actual presidente en el 2006 porque le habían dicho que era el “mal menor”. En una escena que recuerda la noche de los petroaudios, la denuncia sobre Cofopri, o el corte de cabeza a Fernando Barrios, el presidente se ha limpiado en un solo acto de toda responsabilidad.

Devuelvo el dinero, ha dicho. No sabía de quién era y se ha metido la mano al bolsillo para que vayan a cancelarle a Sánchez Miranda, agregando algo así como que no se va a ensuciar con una minucia de dinero. Y todos nos quedamos perplejos. Porque si podía pedirle dinero a Abanto, que es el abogado de la familia investigada, para salvar la emergencia, ¿cuántas más veces habrá García recurrido a su inmensa caja por minucias de este tipo, que puede cubrir con dinero de su propia billetera pero prefiere que la paguen amigos que quieren estar bien con el futuro gobierno?

Pero no solo sorprende la velocidad con la que el presidente se limpia de las zonas oscuras de su gobierno, sino la manera como quiere hacernos creer que no se agacha a recoger pequeñeces de dinero. Es como cuando les dice a los inversionistas extranjeros que no le interesa hacer tratos por 100 o 200 millones, porque lo que le interesa son proyectos de miles de millones. Por cierto no es solo asunto de un ego colosal superhinchado en estos años, que no quiere ser acusado de corrupción por cinco mil dólares, sino de un cambio de perspectiva posterior al crecimiento y a las inmensas comisiones cobradas en estos años.

En el 2002-2003, García podía prestarse a la operación de comprar en 18 mil dólares una camioneta nueva que estaba tasada comercialmente en 29 mil, y revenderla nueve meses después en 22 mil, estableciendo lazos con los Sánchez Paredes en todas las fases de la operación, ganándose 4 mil dólares y un tiempo de camioneta gratis, pero en el 2011, esas son cosas insignificantes que llevan al presidente a decir y ustedes creen que me voy a estar prestando para eso.

Ciertamente que en el nexo de García con el clan bajo investigación salten los nombres de Mirtha Cunza, llamando por teléfono al abogado Abanto, asesor de Alfredo Sánchez Miranda, para conseguir los 5 mil dólares para contratar una avioneta en Puno, y de Luis Nava como hombre de contacto con el grupo empresarial; no deja de ser irónico. Porque es la misma pareja palaciega que hacía los nexos con Fortunato Canaán y que llevaba la relación con Rómulo León al que García nunca quiso recibir.

Si tenemos que creer a Alan García vamos a concluir que nunca sabe lo que pasa a su alrededor y que no es más corrupto porque lo que le ofrecen es demasiado poco dinero para él.

16.02.11
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domingo, febrero 13, 2011

La manipulación política

En la segunda vuelta del 2001, el Perú debió escoger entre Toledo, el supuesto economista y “héroe” de los Cuatro Suyos, y el peor presidente del Perú y recién prescrito por delitos de corrupción: Alan García Pérez. Era un escenario imprevisible unos meses antes cuando acabó abruptamente el gobierno de Fujimori, con la fuga del dictador, con García aún refugiado en el exterior y Toledo emplazando al gobierno transitorio de Paniagua para que no se le ocurriera cambiar el cronograma armado con la OEA, porque sólo él podía salvar al país.

¿Cómo entró García en escena y, dicho sea de paso, casi le gana al tipo que permitía que en las calles le gritaran Pachacútec, general de generales? Aunque usted no lo crea, el principal gestor de esta reaparición tan temida por muchos, y que iba a representar la primera frustración electoral grave de Lourdes Flores (no entró a segunda vuelta), fue el propio Toledo que para ello llegó hasta Paris para consultar con el interesado y movió en Lima los recursos políticos con que contaba para conseguir la proscripción.

En pocas palabras, al candidato que casi le gana a Fujimori el año anterior y que se había comprometido con el país a una democratización radical (nueva Constitución y nuevas instituciones) y a una persecución implacable de los corruptos, le convenía transformarse en un mal menor respecto al fantasma del regreso de García, porque así ponía en segundo o tercer plano sus promesas hechas ante las masas movilizadas. Y, por supuesto, que hubiese una trama secreta detrás del inesperado desenlace de las elecciones del 2001, que ya nada tenían que ver con los problemas de la del 2000, no quiere decir que no hubo eso que llaman “guerra sucia”. Los apristas dijeron que el video Montesinos-Mantilla, se difundió en plena campaña para perjudicar a García, y los toledistas que sus rivales sacaron los casos Melody y Zaraí para bajarlo en las encuestas.

Del 2001, viene el mito de que Toledo y García son grandes enemigos, pero eso no se acredita con lo que hizo el APRA en el Congreso 2001-2006, especialmente desde la comisión de fiscalización presidida por Velásquez Quesquén. Y el episodio de las firmas falsas y el pedido de vacancia del 2004, puede verse desde dos ángulos: el del atrevimiento a plantear el tema y el de la conciliación que fue el definitorio y llevó a legalizar un régimen que había perdido toda su legitimidad y heroicidad inicial. Pero lo más importante, fue el papel de Toledo en la campaña del 2006, jugándose desde el poder para que gane García, incluyendo la polémica con Chávez y la manipulación de los medios para cambiar la percepción del monstruo de la elección anterior.

Así es como hemos llegado a 2011, con Toledo acusando que cualquier denuncia en su contra, tiene su origen en Palacio, y vendiendo el cuento de que un García obsesionado en el 2016, quiere tumbarlo para que no investiguen su actual gobierno. A su vez el grandote le contesta pero Alejandro, si somos lo mismo, porque gobernamos para las inversiones, mientras manda a su jauría de Mulder, Vargas y otros, a retar al cholo en sus infinitas contradicciones. Pero nos están manipulando. Porque con Toledo no se vienen cambios ni investigaciones serias, sino todo lo contrario. Y el APRA parlamentaria le estará apoyando.

13.02.11
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sábado, febrero 12, 2011

Abrazos de oso

Acaba de insinuarse lo que podría ser el futuro debate entre Alan García y Alejandro Toledo. Dice García que gracias a su gobierno y al crecimiento económico promovido por su política proinversiones, el país habría terminado corriendo a la derecha y decidido dejar atrás la opción antisistema que existía en las anteriores elecciones. Esto equivaldría decir que a través de las tres candidaturas que actualmente puntean las encuestas estaría la victoria del presidente 2006-2011, para eliminar los peligros preexistentes, no obstante que el saldo de esa épica haya sido la cuasi destrucción del APRA y el fiasco de sus postulantes favoritos.

Si Toledo ganara la elección, digo es un decir, debería aceptar que a pesar de todos sus esfuerzos por diferenciarse y aparecer contrapuesto a García al que culpa de todos las criticas que caen en su campo, fue en realidad el demiurgo detrás de su victoria. De hecho es una jugada audaz que busca atrapar al candidato del sistema que juega en los bordes y que ha tratado de evitar, desde un famoso desayuno en noviembre del 2010, el “abrazo del oso presidencial” que se le ha estado ofreciendo para que acepte convertirse en el tercer candidato de Alan García por fuera de su partido.

A Toledo no debe gustarle nada que García haya dejado de atacarlo directamente y que le envíe mensajes de reconciliación pública como si fuera necesario marcarle el dato de que hay más parecido entre ambos que lo que el candidato está dispuesto a admitir. Vamos a ganar de todos modos, Alejandro, le dice Alan, contigo, o con Castañeda o con Keiko, lo importante es que Humala ya salió de la foto. Pero a la estrategia que el toledismo ha puesto en juego no le vienen nada bien estas pretensiones.

En primer lugar, porque su lectura es justamente la opuesta a la del gobierno, es decir parte de considerar que la mayoría reclama cambios, porque no está contenta con la situación, y que la única forma de evitar la victoria del antisistema es ponerse a la izquierda del mismo sistema. En otras palabras el juego de Toledo es hacer su propio “abrazo del oso” a Humala y después de un palmeo decirle, no te preocupes Ollanta, si no ganas, gano yo, y nos libramos de los Fujimori, Castañeda y García. Más aún si el comandante quiere conquistar el “centro”, sin haberse consolidado en la izquierda, tal vez podamos invadir su propio campo, ya que hemos empezado a parecernos.

En este juego de disfraces, por tanto, García está jalando a Toledo de la camisa para despintarle las máscaras de progresista, moderno y liberal, que está usando para amagar a la izquierda; y Toledo trata de provocar un efecto de polaridad que se asemeje al del nacionalismo del 2006, sin las resistencias de entonces y con el gran pulmón financiero de los intereses internacionales que ya lo ven en la presidencia. El toledismo se dio cuenta muy rápido que el colchón de votos al que tenía que dirigirse no podía restringirse al paquete que le dio la victoria final a García hace cinco años, que estaba muy dividido para esta ocasión, lo que llevaba a mirar para el lado izquierdo para arrancarle una porción del 47% contestatario del 2006.

García planteó desde hace tiempo una “guerra fría” y un “combate internacional” contra el proyecto de Ollanta Humala. Y fracasó. Lo prueban los datos de la elección de octubre (regionales, municipales y referéndum) y de la segunda vuelta regional de diciembre, y lo ratifican las mismas encuestas que él saluda que dicen que un porcentaje cercano a dos de cada cinco peruanos exige cambio radicales en la economía, poco más de dos cambios moderados y apenas un quinto quiere la continuidad que constituye la obsesión presidencial. Si este es el balance actual, el rezagamiento relativo del nacionalista que se mueve entre el 10 y 12% de las intenciones, sólo expresa un problema para sintonizar con el estado ánimo de la población y una pérdida de iniciativa frente a la maquinaria tramposa que acompaña a Alejandro Toledo.

¿Habrá calculado García que sus zalamerías van a ser mal recibidas en las tiendas de Perú Posible? Es posible. Y si fuera así, implicaría que el dos veces presidente está volviendo sobre sí mismo y dejando atrás el desconcierto de las primeras derrotas. Como saben los conocedores, todo abrazo del oso es difícil de rechazar, le pasa al “Pachacútec de Cabana”, como al comandante nacionalista. Pero la clave en una elección estriba en saber diferenciarse en el momento en que tiene necesariamente que hacerse. ¿Le dirá Toledo a García que su avance en las encuestas no es producto del “éxito” de este gobierno, sino de las demandas de un viraje en la economía y la política nacional? Muy complicado, porque de ahí el debate pasaría inmediatamente a discernir por qué el “cholo” reclama a su vez ser el fundador del actual crecimiento económico, con todas sus características de apertura, desnacionalización y primarización productiva.

García lo está provocando a diferenciarse, justamente para tener el mejor ángulo para mostrar que son lo mismo. A su vez, Humala tiene que escapar a la trampa que le han tendido para robarle su espacio político. Claro que para hacer eso tiene que mostrar que la gran transformación está más allá de la vestimenta (polo rojo por polo blanco) y de las amistades internacionales (Venezuela por Brasil), y confirmar que las esperanzas que las masas se forjaron en torno a su mensaje todavía se mantienen en pie. Todavía hay tiempo para ello, pero el reloj ya camina en contra de las indecisiones.

11.02.11
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jueves, febrero 10, 2011

El caso Kuczynski versus Dammert

Las expresiones vertidas por el querellado se realizaron en función a un análisis crítico que éste efectuó respecto a la labor pública que ejercía el querellante Kuczynski Godard (…) por tanto se puede advertir que en el presente caso, no ha existido un animus de difamar al querellante como ciudadano, sino que el cuestionamiento ha recaído respecto a la función que desempeñaba dentro del aparato estatal lo que no puede ser restringido de modo alguno (…)
Sala Penal Transitoria
Corte Suprema de Justicia

PPK anda vendiendo por todo el país la imagen de gringo viejo, bueno, reilón y despistado, que quiere hacerse de la presidencia de la república después de haber hecho una considerable fortuna personal, para ayudar a que los peruanos que menos tienen también reciban algo para ellos.

Pero Pedro Pablo, también puede ser un tipo agrio y vengativo que intenta meter en la cárcel y dañar económicamente a quienes han observado su extraña capacidad para alternar roles públicos y privados, en los que en el primer nivel impulsa normas y decisiones que tiene que ver con los intereses con los que se encuentra asociado en el segundo nivel.

La querella contra Manuel Dammert, estudioso de los contratos del gas y la privatización de puertos y aeropuertos, que Kuczynski puso en marcha en el año 2009, buscaba silenciar a un tipo molestoso bajo el supuesto de que eliminando al investigador desaparecía la materia de la investigación.

Es un asunto que me concierne directamente porque en los casi cuatro años que llevo al frente de la unidad de investigación de LA PRIMERA he coleccionado 6 juicios por supuesta difamación y más de una docena de amenazas de llevarme ante los tribunales.

Antes, por el trabajo de mis libros y por artículos circulados en Internet fui igualmente querellado.

Y el patrón de estas acciones judiciales en mi contra ha sido el mismo: tipos con poder político y económico, representados por poderosos estudios de abogados, pidiendo carcelería e indemnizaciones, para limpiar un supuesto honor, que en ellos vale más que en los demás, cuando en el fondo lo que quieren es que no se les pueda poner en evidencia.

Por eso es tan importante la sentencia de la Sala Penal Transitoria que manda al archivo la denuncia de PPK contra Manuel Dammert.

No existía en el querellado intención de mancillar el honor personal del querellante, pues la actuación de este último como alto funcionario justificaba el hecho que se formulen críticas a su gestión…”

Una lección de derecho a los juzgadores que se han tendido a convertir en obstáculos a la trasparencia pública y al debate de ideas. Ahí donde PPK y cualquier otro tienen la misma libertad que Dammert, Wiener y otros de presentar evidencia para desmentir las investigaciones acusatorias, y para opinar en sentido opuesto, no cabe querella alguna.

Cómo dice la Corte Suprema, los que influyen en decisiones públicas se han expuesto voluntariamente al escrutinio de la prensa y a la investigación de sus actos. Y no pueden valerse del mismo poder que les ha sido conferido para silenciar a sus críticos.

Por fin la Justicia dice su palabra contra el abuso de las querellas por difamación.

09.02.11

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lunes, febrero 07, 2011

Cecilia Blume y el aeropuerto Jorge Chávez

Hay un dicho en las novelas brasileñas que me viene a la mente cuando leo el artículo que Cecilia Blume acaba de firmar para referirse a los diez años de la concesión del aeropuerto:

- Es demasiada mentira para quedarse callado…

Mi amigo Herbert Mujica, con quién hemos compartido investigaciones y debates sobre el tema de la privatización de nuestro principal aeropuerto y como consecuencia de ello, juicios y persecuciones, de parte de los administradores, acaba de hacerle recordar a Blume que no hubo los famosos postores de “primerísimo nivel” que sostiene, sino uno sólo que no tenía la documentación necesaria para postular (ni siquiera tenía los poderes inscritos), pero igual hubo una concertación oficial para no ver y asignarle la concesión.

Pero tampoco es verdad que el aeropuerto de Fráncfort que lideraba el consorcio ganador, ejerciese alguna vez como operador principal del Jorge Chávez, ya que abandonó a sus socios antes de constituirse la nueva administración, dejando en su reemplazo a una representación abogadil, que nada ha tenido que ver ni con las obras ni con la transferencia tecnológica.

Otra consorciada, la peruana COSAPI, de la que PPK era director y encargado para el tema del aeropuerto, se retiró también en los primeros días, transfiriendo sus acciones a los otros socios, recibiendo a cambio una gran paquete de obras que lo ayudó a superar su situación de insolvencia. Finalmente el socio norteamericano, la constructora Bechtel, se transformó en una de sus subsidiarias, Alterra, a la que han especializado en aeropuertos privatizados (Bagdad, Costa Rica, Lima), que luego también se fue.

Actualmente la propiedad de LAP es un misterio y una estafa adicional al país, porque los ganadores de la licitación que postularon en nombre de sus currículos técnicos y experiencia se desengancharon y dejaron a otros que no habían calificado para la tarea. Pero para Blume, todo siempre fue cuesta arriba. No le inquieta un gramo que el aeropuerto empezara a privatizarse con Fujimori, después que el propio presidente había denunciado en el CADE del 98 que revisaría las privatizaciones anteriores por que los operadores le habían mentido sobre las tarifas.

Pero el jefe de la Blume, el multiministro Pandolfi siguió adelante con la entrega del Jorge Chávez, falseando la urgencia de construir la pista alternativa y sobre la falta de dinero en Córpac para construirla. Al final convencieron al “chino” de que esta era una privatización que no le crearía antipatías entre la gente, porque sólo los que tienen plata circulan por el aeropuerto. Así fue que se llegó al famoso canon de 46.5% que como dice la misma Blume, no era lo que iba a pagar la concesionaria, sino los usuarios, a los que les cargaron supertarifas para todos los servicios aeroportuarios y complementarios.

Bastó ponerle 46.5% al TUUA, al derechos de aterrizaje y despegue, al uso de mangas, a los alquileres de espacios, al servicio de taxis, a la playa de estacionamiento, para que el ministro Silva Ruete y sus sucesores aplaudieran los grandes ingresos que otorgaba LAP al Estado, que eran los que pagaban los viajeros y las empresas que actúan en sus instalaciones, y que para remate no se usaron para fortalecer la actividad aerocomercial, equipar con radares, construir terminales nuevos, sino que en un 50% se entregaron como “aporte” a las empresas que ganaron las concesiones de aeropuertos de provincias.

Un asalto brutal que la señora o señorita Blume, quiere celebrar porque piensa que las obras realizadas y que hacen ver un aeropuerto más bonito, no podíamos haberlas hecho los propios peruanos, CORPAC, por ejemplo, con el mismo o menos dinero de los ingresos del aeropuerto. Lo que, por supuesto, no termina de explicar la gordita privatizadora, es porqué el motivo esencial de la privatización: la nueva pista, que tiene que ver con seguridad (la actual está debilitada y con informes técnicos alarmantes), y con capacidad operativa (mayor número de salidas y llegadas, y utilización de aviones de gran envergadura), no ha avanzado un solo paso.

Y eso de que cuatro gobiernos han hecho realidad ese portento de nuevo aeropuerto, casi como que suena como una confirmación sobre las continuidades esenciales entre lo que algunos llaman la dictadura corrupta de Fujimori, la transición de Paniagua y los gobiernos dizque democráticos de Toledo y García. Todos ellos han mantenido los sucios contratos de los 90, y en el caso singular del aeropuerto han completado la faena de Fujimori-Pandolfi, ya que fue un ministro de Paniagua el que firmó los documentos que el de Fujimori dejó sin rubricar, lo que legalmente debería hacer volar todo el proceso. Y ni Paniagua, ni Toledo, ni García han querido estudiar las denuncias que reiteradamente se hicieron sobre este caso y siguieron celebrando el aeropuerto bonito y de “talla internacional”, con el mismo complejo de inferioridad con el que tratan a los gobiernos del norte y a los ejecutivos de las trasnacionales.

Sólo que en el caso de LAP no saben ni siquiera con quién tratan. Porque el mundo de la propiedad y la administración de esta empresa es tan oscuro, como la historia de los alijos de droga que pasan por sus narices mientras los jefes de seguridad que son investigados por los jueces son rotados de puesto para ocultarlos y a los periodistas que nos interesamos en estos asuntos nos caen cada vez más juicios.

Siempre dijimos que el caso LAP pudo ser el que la transición 2000-2001, sometiera a una revisión esclarecedora porque todavía no estaba consumado, lo que hubiera podido mostrar como se hacían las cosas en el fujimorismo. Pero por recomendación de Silva Ruete se llegó a hasta el final de la concesión contra viento y mareas. ¿Hay que enorgullecerse de esto o hay que subrayar que nunca se quiso realmente corregir ese monstruoso robo que fueron las privatizaciones? Como que tampoco se quiso limpiar al Estado de funcionarios de la peor época de la corrupción, como las chicas Pandolfi, entre otras.

07.02.11



Mentiras de Blume

Herbert Mujica

¿De qué postores habla Cecilia Blume si solamente hubo una empresa, Lima Airport Partners, LAP, con un ridículo capital social de US$ 3 mil o S/ 10 mil soles, como concesionaria ganadora de una licitación que ofreció 46.51% al Estado? Inexacta la versión adrede de la asesora multifuncional de varios gobiernos.

Como si el aeropuerto fuera tan solo imagen, espejitos que mostraban a los habitantes vernáculos cuando los ibéricos llegaron a tierras indoamericanas, Blume afirma que el Jorge Chávez es “seguro, limpio, ordenado, con buenas instalaciones para pasajeros y carga”. Olvidó decir que es una coladera para el narcotráfico que saca enormes alijos de droga todos los años y sólo caen los peces chicos. ¿Siguen en prisión los que fueran empleados de LAP y a los que se vinculó íntimamente con una empresa de servicios y drogas?

¿No fue la addenda 4, en mayo del 2003, la que permitió que LAP se endeudara con bancos norteamericanos y alemanes por el orden de US$ 125 millones de dólares que al final debieron admitir como hecho real y poniendo de garante el Estado peruano? No sólo eso. Esa addenda “normal” fue la que previó que si la modernidad así lo imponía, LAP podía declinar la construcción de la II pista. ¿A los tres años ya necesitaban modificar el contrato de concesión que se regaló en carrera de un solo caballo?

Se ha referido a las mangas la señora Blume. ¿Qué, no sabe que éstas fueron sobrevaluadas por LAP y así se lo observó Ositran, años atrás, cuando de US$ 676,804 c/u pasaron a costar US$ 990,021?

¿Así que Perú comprendió que el Jorge Chávez es de responsabilidad del Estado y del operador-concesionario, LAP, y pagó un seguro con una partida que hizo aprobar al gobierno de entonces, Pedro Pablo Kuczynski? ¿Y para qué entonces la concesión a una entidad que apenas tenía US$ 3 mil o S/ 10 mil de capital social?

El texto de Cecilia Blume es una apología pro domo sua hacia la concesionaria Lima Airport Partners, LAP, empresa que persigue a los periodistas que cuestionan, sin respuesta de su parte, el contrato del Jorge Chávez. ¿Dónde está la inversión aquella de que hablaba el lenguaraz ex ministro de Economía, Javier Silva Ruete de US$ 1,400 millones de dólares que llegaba con este negocio?

¿Qué ha invertido LAP que no sea el mismo dinero que entra por concepto de TUUA, interno y externo, al Jorge Chávez diariamente? Corpac podía haberlo hecho igual, era un asunto de dirección y gerencia.

No habla Blume de cómo de LAP se desprendieron Cosapi y Bechtel y llegó Alterra que ya se fue también luego de múltiples problemas, los mismos que produjo en Costa Rica, y hoy aparentemente Fraport y el Banco Mundial tienen cuota sensible en el varias veces reformado contrato original de concesión del primer terminal aéreo. Cierto ¡cómo iba a revelar entretelones que dejan entrever que el Estado peruano no tendría a quién reclamar en sólido si se produjese una ruptura del contrato!

Hace alusión Blume a las tiendas, pero no detalla cómo las firmas peruanas fueron metódicamente expulsadas para promover los monopolios de Britt y Aldeasa, costarricense e ibérica, respectivamente, la primera de las cuales importa “artesanía peruana” hecha en China a precios al suelo.

Llama ejemplo Blume a lo que fue una entrega con dedicatoria porque en el contrato de concesión del Jorge Chávez no hubo más que postor único: Lima Airport Partners y se atreve a enunciarlo como paradigma de la unión pública y privada. ¡Qué descaro para confesar la moral con que se expiden quienes tienen la sartén por el mango y empleados o ex asesores a sueldo para decir cualquier cosa!

Y si quiere enterarse que no todos los peruanos son mamarrachos serviles a los que se compran sus escritos, vea ¡Estafa al Perú! ¡Cómo robarse aeropuertos y vivir sin problemas! http://www.voltairenet.org/article148321.html

¡Hay descaros en la vida, yo no sé!

¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Rompamos el pacto infame de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!



La concesión del Jorge Chávez


Cecilia Blume

LIMA La concesión del aeropuerto Jorge Chávez cumplió 10 años con muchos galardones, para orgullo general. Hoy, en elecciones, algunos (pocos) plantean que el Estado opere servicios públicos.

El Jorge Chávez fue concesionado buscando la retribución más alta. Hubo postores de primerísimo nivel y la empresa ganadora, liderada por el aeropuerto de Fráncfort (Alemania), ofreció 46.51% de retribución al país: casi la mitad de lo que ingresa al concesionario va al Estado. Hoy no usamos este sistema más, pues se traduce en tarifas a pesar de que con este megaoperador se logró cerrar el financiamiento y transferencia de tecnología de primer nivel.

Aunque el contrato se ha "adendado" varias veces, los peruanos tenemos un aeropuerto seguro, limpio, ordenado, con buenas instalaciones para naves, pasajeros y carga.

El jefe de ProInversión era Alberto Pascó Font, el concurso lo lideró Antonio Jochamowitz, y Augusto Bedoya fue el ministro de Transportes. Todos impulsaron este concurso cuando nadie sabía que el gobierno de Fujimori estaba terminando. El contrato fue suscrito por Paniagua, quien lo respetó en todo; lo inauguró Toledo y opera bajo García. Se ofreció poner a punto nuestro aeropuerto y se hizo. Mucho de lo dañado no se veía: el sistema eléctrico, aire, cómputo, comunicaciones, seguridad en pista y en el aeropuerto, sistema de transportes dentro y fuera, estacionamiento, mantenimiento de pista de aterrizaje, manipuleo de carga, tanques de combustibles y muchos que hubo que reparar y hasta sustituir. Las nuevas instalaciones hoy las tomamos como rutinarias: escáners, mangas, buses a los aviones, salones VIP, restaurantes, baños, tiendas, seguridad para la carga, fajas para las maletas, carritos porta equipajes y otros.

Parte importante y difícil fue el orden y romper la resistencia pasiva al cambio. Quien quería, entraba a despedir a sus familiares. Hoy hay zonas sólo para pasajeros.

A pesar de sus adendas, lógicas en un contrato largo y novedoso, el aeropuerto sirve a millones de peruanos y extranjeros, siendo un verdadero hub. Ha habido problemas, como cuando por el 11 de setiembre se quedó sin seguro, lo que el Estado resolvió para todos los aeropuertos con un seguro estatal, pues comprendió que los aeropuertos son responsabilidad del operador y del Estado. Hubo que hacer mucho para llegar a lo que tenemos, pero es un buen ejemplo de la unión pública y privada, siempre poderosa. Que el Jorge Chávez sea un ejemplo de que podemos hacer cosas bien hechas, cuando queremos.

07.02.11

domingo, febrero 06, 2011

Red de corrupción de altos funcionarios estatales

En el diálogo entre el asesor Alejandro Ríos y la empresaria pesquera y pastora evangélica, Adriana Pérez Genaud, que estaba acompañada por el ex viceministro Gerardo Castro, la mujer del dice al funcionario del Produce:

- Tú también vas a tener tu parte

Es el momento previo a la intervención del fiscal y la policía para detener a los sobornadores, que iba a encontrar a Adriana Pérez depositando 10 mil dólares sobre la mesa para asegurar la gestión de ampliación de licencias de captura para tres embarcaciones dentro de la llamada ley de cuotas.

La frase que está grabada confirma lo evidente: que Ríos estaba actuando como un aparente intermediario de otras personas con poder para influir en la decisión final, que son los que recibirían el dinero, del que también había una parte para él. Esto es lógico, porque el asesor no tenía poder de decisión alguno, como si lo tienen el ministro, la viceministra de Pesquería o el director de extracción y procesamiento pesquero.

La misma versión proporcionada por Alejandro Ríos indica que la gestión ante su persona se había iniciado quince días antes y que les propuso a los interesados asistir el 1 de febrero con el dinero. Eso quería decir que Castro y Pérez confiaban en que tenían un buen contacto y que tomaban como lo más normal, que para un caso que tiene visos de estar ajustado a ley (adecuar los permisos al DL 1084), tuvieran de todos modos que intervenir padrinos políticos y correr dinero para conseguir las resoluciones definitivas.

Y para que haya alguien que lleva 25 mil dólares en la cartera y desembolsa 10 mil, a pura palabra, sin que la resolución esté a la vista, debe haber muchas otras operaciones previas realizadas exitosamente. Las fuentes consultadas consideran que esto es algo que se ha venido repitiendo desde hace tiempo, pero recién existe la evidencia.

Lobby feroz

El caso del ex viceministro es emblemático por lo que representa usar ese antecedente como argumento de autoridad para tratar con las empresas e intermediar ante las autoridades en funciones. Es lo mismo que hacía Rómulo León, y que fue captado en los petroaudios, y el también ex ministro Remigio Morales Bermúdez, garbado en el potoaudio de Lourdes Flores, ofreciendo contactos de empresas brasileñas y españolas con la “futura alcaldesa”.

Todo indica que esta es ocupación natural de los ex ministros y ex viceministros de los dos gobiernos de Alan García. Ninguno vuelve a antiguos trabajos y estrecheces económicas, y muchos de ellos prefieren hacer las famosas “gestiones de intereses” (lobby). Pero además son lobistas con algún padrino detrás. Alan Simón García Nores, por ejemplo, se mueve en PRODUCE sin necesidad de decir a nombre de quién viene. Y Gerardo Castro, llegó a cuenta del “tío George”, lo que tal vez fue su perdición.

Este es el APRA del 2011, ¿qué les parece?

07.02.11
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El honesto Villasante

A falta de una política pesquera real que apunte a fortalecer la alimentación de los peruanos y la protección de los recursos marinos, el ministro Jorge Villasante ha querido pegarla de moralizador, con la peculiaridad que sus denuncias siempre caen en la cabeza de empresarios de poca monta, mientras se siguen haciendo negociados a gran escala. Pero admitamos que ha hecho un destape con sonoridad mediática en el caso del viceministro de su propio gobierno, vinculado a Pastor y Del Castillo que cayó con la coima puesta sobre la mesa.

Pero ocurre que en Cusco, un asesor legal de la RENIEC regional, de nombre Ulises Morán Bravo, pariente de Jorge Villasante, también fue cogido con las manos en la plata en junio del año pasado, cuando cobraba coimas por arreglar problemas de DNI a diversos ciudadanos. Este fue un caso muy sonoro regionalmente en el que intervino la defensoría del pueblo y el ministerio público, que acompañaron a uno de los afectados a entregar 1,500 soles a Morán que los recibió y guardó en su bolsillo, solo instantes antes de ser intervenido por la policía anticorrupción.

Morán fue enviado al penal de Quencoro, después de que el juez le clavó 5 meses de prisión preventiva, pero salió a las pocas semanas porque alguien actuó como su padrino en el poder judicial. Y todo indica que ese alguien, era su pariente y abogado, Jorge Villasante, por entonces fuera de todo cargo ministerial, pero con el mismo poder lobista de Gerardo Castro, el que logró una increíble resolución por la cual se invalida el proceso por haber intervenido un fiscal superior durante la detención y no uno de nivel provincial. O sea que es culpable, lo que obliga a la acción de oficio de cualquier fiscal que esté ante el hecho y de cualquier policía, pero un retorcimiento judicial, avalado por un poderoso pariente, ha borrado el delito.

Este caso que es muy conocido en la ciudad imperial, pone en duda al gran moralizador felicitado por Alan García.

Drogas, alcohol y mentiras

El hombre que negó tantas veces a su hija y que llegó a decir que no había tenido nada que ver con su madre, y que luego admitió que había mentido, en un intento por reducir el costo político del escándalo; el que dijo que fue secuestrado en una hostal por unas mujeres y dopado hasta anular sus facultades, cuando la versión de los testigos (hoteleros, policías y prostitutas), fue que participaba de una interminable juerga; acaba de decir en el programa de Rosa María Palacios que nunca consumió drogas. No que ya no lo hace (Clinton admitió ese consumo y Susana Villarán lo hizo durante la campaña de las municipales), sino que jamás se drogó, aún cuando exista por ahí un certificado del laboratorio de la Clínica San Pablo del 16 de octubre de 1999, a nombre del ciudadano Alejandro Toledo Manrique que arroja positivo para “egomina netilester” (cocaína/PBC), que algunos pueden considerar un refrito, pero que a la luz de las últimas declaraciones lo que confirma es su increíble capacidad para mentir.

Comparto con Ollanta Humala que la fila de candidatos haciendo cola para sacarse una muestra de su cabello para la prueba toxicológica es una payasada farandulera. Porque aquí el único que está bajo sospecha de diversas adicciones es Alejandro Toledo, y sus respuestas en la televisión no hacen sino acrecentar las zonas oscuras de su vida personal. De Toledo hay historias en abundancia que sus rivales políticos utilizan cuando quieren callarlo: el avión parrandero, la borrachera en el Brisas del Titicaca, los escándalos de Punta Sal, la mujer que quisieron violar en una orgía en Jesús María, las facturas de licores de Palacio de Gobierno en el período 2001-2006. Y hay otras más sórdidas y secretas, como la que me contó una ex alta funcionaria de ese régimen que afirma que el presidente borracho se le abalanzó encima y que tuvo que salir corriendo de Palacio; o la de la posición en que lo encontraron en el Hotel Sheraton cuando fueron a buscarlo para que saliera a saludar su victoria. Las hay hasta graciosas como la famosa consulta a Johnny Walker para salir a la calle el 9 de abril del 2000, que finalmente cambió la historia; o la pelea en el restaurante Rafael en Miraflores, en junio del 2001, cuando Toledo empezó a mentarle en público la madre a Baruch Ivcher, mientras Jimmy Arteaga hablaba con él, que se encontraba en Israel, por el teléfono móvil.

Claro que si Rosa María Palacios le hubiera preguntado por su afición a las bebidas fuertes, también lo hubiera negado y hubiera hablado de la guerra sucia y del circo de los otros. Y saldrían además sus escuderos de turno para decir que cada hecho de esos no era verdad, como no era verdad que Zaraí fuera su hija, o que las firmas de su inscripción fueran falsificadas, o que el título que obtuvo en Estados Unidos nunca fue de economista, sino de educador, etc. El problema, por supuesto, es que detrás del rosario de mentiras hay una personalidad distorsionada, que entiende que por el poder todo vale. Entonces cuando nos reclama discutir sus propuestas (varias de las cuales se las apropiado de los nacionalistas, a los que busca robarles el espacio), tenemos que preguntar si también esas propuestas están inoculadas de mitomanía, ya que de muchos de los temas de los que habla ahora no hizo nada cuando era presidente y tenía todo el poder.

06.02.11
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El candidato invisible

El candidato nacionalista está comprobando en estos días el aserto que dice que en política es mejor que hablen mal de ti, a que no hablen nada. En el 2006 un estudio de imagen indicó que el candidato de mayor exposición a los medios era de lejos Ollanta Humala, pero que en más del 90% esas menciones eran negativas. Si hoy se hiciera un análisis similar se obtendría que la presencia de medios del casi ganador de la anterior elección hoy es inferior no sólo a la de los llamados punteros de las encuestas, sino a la de PPK que ocupa el quinto lugar con menos de la mitad de la intención de voto de Humala. Los comentaristas hablan cada vez menos del nacionalista, ni para bien ni para mal, como si no tuviera relevancia, y en el colmo de la desinformación hace unos días la locutora de televisión Claudia Cisneros dijo mirando el titular de un diario limeño que Toledo era el único que se había pronunciado contra el Decreto de Urgencia 001, que liberaliza ad extremis el proceso para la aprobación de megaproyectos de inversión.

En el Congreso está presentado hace diez días un proyecto de ley para la derogatoria de esta norma suscrito por la candidata a la vicepresidencia por Gana-Perú, Marisol Espinoza, y su bancada parlamentaria. A su vez, Ollanta ha hecho diversas menciones al tema desde los primeros días reclamando que se haya lanzado el decreto sin ninguna consulta y luego exigiendo a sus adversarios que en vez del soso debate sobre los mechones de cabello y los exámenes de consumo personal de cocaína, se hagan un ADN de patriotismo en relación a esta norma entreguista de la que no se estaba hablando, a pesar de los miles de millones de dólares que están en juego en ella y los intereses estratégicos del país y sociales de diversos sectores que son afectados. Pero no es posible culpar a la Cisneros, que no es especialmente profunda en sus observaciones, sobre lo que no ve. Porque seguramente ese descuido respecto a lo que pueda decir Ollanta ya está instalado en los receptores de información, lo que significa que se está dejando de competir con lo que afirma Toledo, así lo único que el chakano alcance a decir es que hay “gato encerrado”, como lo había en tantos actos de su propio gobierno.

Hay que asombrarse que cuando no era época de elecciones algunos medios se preocuparan tanto de los relojes del comandante, los trabajos de Nadine y los retiros de descanso de la familia, llegando a su punto culminante cuando le enrostraron por la clínica en que había nacido su último hijo, temas que jamás se los discuten a otros miembros de la clase política; pero, de pronto esos mismo medios han retirado su interés sobre la vida personal del candidato y por supuesto también sobre sus actividades políticas. Para quienes tenemos la certeza que hace cinco años, las baterías de la guerra sucia fueron puestas de manera concertada para intentar demoler al personaje que avanzaba en las encuestas y que hubo una estrategia orientada a detenerlo con un criterio de todo vale, ahora están respondiendo a otra plan que apunta a hacerlo invisible, que es igual a desaparecer de la escena electoral sus propuestas más incómodas para el actual orden de cosas.

Lo que hay que reconocer, sin embargo, es que para la invisibilización no han estado jugando únicamente el tándem medios-encuestas, que los diluyeron inicialmente entre muchos candidatos derechistas, y luego lo fueron colocando lentamente entre los de opción secundaria, apuntando a convertirlo de aquí a un tiempo en un “voto perdido”. Ha habido errores de la campaña nacionalista que han favorecido que se opte por esta estrategia antes que por las del degüello que se usó hace poco contra Susana villarán y se empleó a fondo contra el propio Humala en las presidenciales del 2006.

Cuando el propio candidato empezó a corregir su imagen, se quedó sin imagen. Esa es la lección que estamos presenciando en estos días y de la que no está claro aún si el candidato logrará reaccionar. El borroso concepto de “correrse al centro”, repetido por sus enemigos y no desmentido por el candidato ha sido como una señal para que en vez de seguirlo combatiendo o saludarlo por sus rectificaciones, simplemente lo desaparezcan. El asunto es clave, porque tal parece que algunos en la campaña nacionalista imaginaron que la única arma que había para enfrentarlos era la llamada “guerra sucia”. En estos días han habido varias declaraciones de Ollanta condenando a una genérica “guerra sucia” que se supone que se refiere a la historia de la sirenita y la mutua acusación entre toledistas y castañedistas, el caso del supuesto Montesinos de Castañeda, el Rendón de Toledo, los candidatos de Keiko y la nacionalidad de Kuczynski.
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Pero parece que nadie hace guerra sucia contra el comandante y los medios ni siquiera se prendieron del intento por reactivar el caso Madre Mía, a cargo del “chauchiller” Pacheco o se ocuparon de las debilidades de sus listas parlamentarias. Casi que podría decirse que Ollanta debería reclamar que lo ataquen un poco, para que la gente vea que no ha dejado de ser un tipo al que el sistema le sigue temiendo y odiando aunque hoy lo oculte. Los que creen que evitando el choque directo de posiciones, Ollanta reducía las resistencias en su contra, posibilitando recoger el voto de los que antes le temían como un diablo, no han tomado en cuenta que el voto y el antivoto del 2006, existían juntos, y eran producto de la polarización. Y que ambos caen justos cuando las sustituye la invisibilización.

06.02.11
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viernes, febrero 04, 2011

Política económica y elecciones

Lo único que está claro de la pregunta que hace Imasen en su última encuesta, es que 36.5% de los entrevistados quiere un “cambio radical” en la política económica, lo que debe entenderse como una exigencia de una orientación distinta u opuesta a la actual; 37.8% quiere “cambios en algo”, que debe querer decir introducir algunas reformas al modelo; y 25.1% que dicen que la cosa debe continuar igual, que en síntesis debe entenderse como que están satisfechos con lo que ha venido ocurriendo.

Pero a partir de allí caben diversas interpretaciones. Por ejemplo, el diario que publicó la encuesta entiende que “el mensaje de los peruanos” sería que una mayoría (73.9%) quiere cambios en la economía. Pero con los mismos datos en la mano yo escuché a un publicista opinar que la información significaba más bien que el no cambio y los cambios dentro del modelo eran mayoría (62.5%). La teoría del vaso medio lleno y medio vacío, en una versión electoral.

Por supuesto, que lo que está saltando a la vista es la incongruencia entre la suma de las intenciones de voto en la encuesta de Imasen a favor de los candidatos neoliberales (Toledo, Castañeda, Keiko y PPK) que asciende a 77.3%, y que representa la posición del no cambio; y las opiniones sobre la política económica. Es por ello que el analista Álvarez Rodrich se adelanta a poner trapos fríos y acude a un estudio anterior de Ipsos Apoyo y a una lectura de Giancarlo Castagnola (miembro de directorio de cuánta empresa quiere estar cerca de la encuestadora y consultora), según la cual el 38% de encuestados que también se expresó por “cambios radicales”, luego tradujo esta expresión en asuntos como: “más apoyo social a los pobres”, “leyes laborales que protejan más a los trabajadores”, “más apoyo a la pequeña industria”.

O sea que si estos son los temas “radicales”, ¿cómo serán los “cambios de algo”?. En resumen que estamos de maravillas o como dicen los carteles de Castañeda: “el Perú está bien, tú deberías estar mejor”. La pregunta es si ese es realmente el humor de la calle, o si estamos acomodando todas las piezas para justificar el continuismo más cerril. Pero si volvemos a Imasen, tal vez podamos lograr una perspectiva diferente. Veamos algunas preguntas:

Continuismo por regiones

El 43.6% no quiere cambios en Lima-Callao, mientras el 28.1% quiere cambios parciales y 27.5%, un cambio radical. En el oriente el continuismo llega al 32.3%, los cambios parciales a 37.9% y la exigencia de cambio radical a 28.6%. Estas dos son las regiones con mayor inclinación conservadora a la fecha de la encuesta, según Imasen.

Luego se ve que en el sur el continuismo va por 18%, con 41.7% por los cambios moderados y 38.6% por cambios radicales. En el norte, el 14.5% no quiere cambio, el 32.5% pide cambios parciales y 52.6% una orientación radicalmente diferente. En el centro el continuismo es de 13.9%, el cambio moderado de 64.4% y el radicalismo de 20.1%.

En el área urbana el continuismo es de 28.4%, el cambio parcial de 35.1% y el cambio radical de 35.4%; mientras en el área rural los continuistas llegan al 14.5%, 44.8% por el cambio parcial y 40% por el cambio radical.

Política económica

El 40.2% de los encuestados considera que su situación económica ha empeorado durante la gestión del actual gobierno; 39.5% cree que no ha habido cambios, ni para bien ni para mal; y 17.4% que realmente ha mejorado. En Lima-Callao, el 31.2%, cree haber mejorado, mientras que el 68% de los encuestados del centro; el 62.1% del oriente; el 51.5% del centro; y el 46% del sur, considera que ha empeorado su situación.

También un 53.9%, a nivel nacional, considera que hay más inflación que antes; y 48.6% que hay menos oportunidades de empleo. Todos estos valores dan una idea crítica mucho más aguda que la que están dispuestos a admitir algunos analistas. Sobre el tema de la pobreza, un 48.2% considera que también ha empeorado, mientras el 33.2%, cree que la situación sigue igual y el 14.8% señala que ha disminuido. No hay duda que en este grupo de preguntas hay un ácido balance de la gestión gubernamental actual, a mucha distancia del autobombo de Alan García.

Inversiones

En el terreno de las inversiones y el gasto público, se puede confirmar que la mayoría (70.7%) estima que el presidente debe “atraer inversiones”, mientras que el 28.7% está en desacuerdo. Este punto refuerza un aspecto clave de la política del presidente García. Pero, a continuación viene otra interrogante acerca de si se ha estado haciendo “lo suficiente”, para que las empresas privadas cumplan la ley, y lo que dicen los números es que el 79.6% considera que no se ha hecho lo suficiente y sólo el 19.3% opina que sí se ha tratado correctamente a los inversores.

Tómese nota entonces que hay reclamo de inversiones, pero al mismo tiempo hay conciencia de que el Estado se está portando débil para regular a los inversionistas para que cumplan la ley.

El 77%, se pronuncia además, por el fortalecimiento de Enapu y Petroperú, en circunstancias en que las empresas del Estado están debilitadas y directamente se trata de liquidar a la administradora portuaria del Estado.

El último concepto económico de la encuesta nos dice que nada menos que el 82.6% no está de acuerdo con el manejo gubernamental de los recursos estatales. Este “desacuerdo” se desagrega en algunas motivaciones: es un uso corrupto (20.4%), no va dirigido a los pobres (7.5%), hacen lo que quieren (5.5%), no son eficientes (5.1%), no hay igualdad (4.9%)

Conclusiones

El Perú está lejos de convertirse en un país conservador en materia económica. Y, ciertamente, la mayor insatisfacción y menor continuismo, se da en las regiones del interior. La exigencia de cambio se sustenta en una mirada que afirma que la situación personal ha empeorado o no ha mejorado, que hay mayor inflación y menores opciones empleo, y que la pobreza habría crecido a pesar de las estadísticas oficiales.

La gente está de acuerdo con promover las inversiones al más alto nivel, pero considera que no se está haciendo lo necesario para que las inversiones se ajusten a ley, ni se está defendiendo las empresas con las que el estado puede participar en la economía, ni mucho menos se están utilizando los recursos del Estado de manera correcta, por corrupción, insensibilidad social y arbitrariedad.

¿Cómo que lo que piden cambios radicales, en realidad no quieren cambiar sino algunos detalles? Si la propia encuesta brinda un programa guía para disputar las elecciones en el Perú.

04.02.11
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martes, febrero 01, 2011

Estrategias electorales

¿Ustedes creen que lo que está en juego en esta elección es saber si Castañeda o Keiko pasan a segunda vuelta, para confrontarse con Toledo, y como espera cada uno de ellos. derrotar al rival que le toque? Muchos de nuestros más reputados analistas están tratando de convencernos que hasta aquí llegan los dilemas.

Por tanto, algo está claro: el candidato que casi gana la elección anterior y al que García le tenía pensado un golpe de Estado si triunfaba el 2011, se ha caído del 47 al 12%, y ya no es tomado en cuenta en el choque de estrategias. Obviamente tampoco PPK llegará muy lejos y el APRA y el PPC tendrán que pelear para pasar la valla. Pero esos son otros temas.

Aquí lo que cuenta es saber si la posición en que está Toledo en las encuestas (30%) se debe a que ya no encaja el discurso del cambio radical que enarboló Humala hace cinco años y que como estamos bien, aunque podríamos estar mejor, el debate se ha vuelto esencialmente conservador, donde no encaja el comandante de Locumba.

Pero si esto fuera cierto, se hubiera traducido claramente en el voto regional-municipal de 2010, que sin embargo siguió reflejando hartazgo hacia la derecha y el gobierno, castigando a varios de los partidos que ahora las encuestas muestran recuperados. Más aún, la misma encuesta de esta semana advierte de un 36% de electores exigiendo un cambio total en la política económica, triplicando la intención de voto del único candidato que ofrecía cambios importantes en esta materia.

El problema parece más complejo. El Ollanta iluminado, antisistema, radical, del 2006, transmitía convicción en cuanto a que representaba una insurgencia popular para una gran transformación que iba a afectar intereses poderosos, a lo que se sumaba una extraordinaria voluntad de poder que hacía que mucha gente lo viera como un próximo presidente. Ambos elementos están debilitados en este momento.

Cierto que sobre la imagen radical se cebaron sus enemigos para infundir miedo a las capas medias y para ponerle en contra la ciudad de Lima y algunas capitales del norte. Pero como todo en la vida, el líder conductor y comunicador, venía con sus miedos incorporados, lo cual no es sino un reflejo de la complejidad de la sociedad peruana. Creer que se puede ser otro y el mismo ha sido un error clave de esta campaña, que ha sido aprovechado por la derecha para mostrar un Humala “centrista” y buscando votos a costa de sus convicciones, como si se hubiera convertido en un político profesional que sacrifica el programa a los votos.

Para tener todos los discursos, para todos los públicos y todas las circunstancias hay que ser como Toledo, es decir no tener ninguna idea firme y tocar la música que quiere oír el auditorio. Si el enemigo que viene a robar mis votos, mi programa y ubicación política, es un tramposo, ¿cómo debo responderle? Ese fue el dilema ante García en la segunda vuelta del 2006 y Ollanta creció del 30% de abril, al 47% de junio, únicamente porque no se movió de su sitio y muchos que no votaron por él la primera vez respetaron su sinceridad política.

Hoy la relación parece invertida. Toledo no quiere encarnar el “cambio responsable” o moderado, por oposición al radical o “irresponsable”, sino que quiere cargar con todo lo que pueda del capital nacionalista. La última encuesta es un llamado de alarma para reaccionar a este intento.

02.02.11
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