lunes, septiembre 30, 2013

La unión civil todavía es minoría

Muchos de los que se oponen a la aprobación de la llamada unión civil que permitirá a los homosexuales que hacen vida en común ser reconocidos con los derechos de cualquier otra pareja, utilizan el argumento de que se trata de una minoría que no puede imponerse a una mayoría.

Imagino que ahora que la encuestadora GFK que trabaja con La República ha detectado que el apoyo a esta iniciativa llega a 26% y la oposición a 65%, la idea de que este tema se enfrenta al sentimiento mayoritario probablemente se reforzará.

No importa mucho si en la misma encuesta, en forma contradictoria, un 45% dice estar de acuerdo con el Papa que considera que no es nadie para juzgar a los homosexuales, y 33% manifiesta su desacuerdo.

Si fuera que no debemos juzgar a los que tienen, por la razón que sea, una sexualidad distinta a la de la mayoría, ¿por qué habría que negarles el derecho de legalizar su unión, si esto no afecta sus propios derechos como heterosexuales?

Pero hay algo más de fondo. La idea de la democracia como un aplastamiento de la mayoría sobre la minoría es extremadamente peligrosa. Mucho más si la mayoría ha sido construida por una cultura machista, que incluye el miedo a la homosexualidad como si amenazara el orden natural, y por valores religiosos que apuntalan el prejuicio.

Forjar un sistema de convivencia requiere integrar mayorías y minorías. Nos subleva que en otros países una porción de nacionales pretenda arrebatarles derechos a minorías inmigrantes, porque creen que les están quitando oportunidades y aspiran a usar el voto mayoritario para conseguirlo.

Finalmente el fascismo fue un régimen de mayorías fanatizadas que dieron sustento ya no a una conculcación de derechos, sino directamente al genocidio de las minorías judías, gitanas y homosexuales, bajo el principio de la pureza aria y la virilidad.

Es interesante apreciar que la encuesta GFK muestra que las menores resistencias a la unión civil entre homosexuales se presentan en los estratos A/B (37% de aprobación), en Lima (32% de aprobación) y en el tramo de edad entre 18 y 24 años (36% de aprobación).

Algo debe querer decir que los jóvenes sean más sensibles a este tema, así como los sectores con mayor capacidad económica y la parte del país donde hay mayor información.

Para el movimiento de personas homosexuales, lo que sale claro es que los tiempos están cambiando pero todavía hay un largo camino por recorrer. En todos los países en los que ya existe el matrimonio gay o formas intermedias como la unión civil, hubo siempre muchas resistencias en el comienzo hasta alcanzar una mayor aceptación.

Hoy se puede ver que en la Argentina, Uruguay, Brasil y otros 13 países que ya reconocen este derecho no ha pasado nada. La gente no se ha vuelto gay en forma masiva, pero si hay personas que se sienten más felices. 

30.09.13

domingo, septiembre 29, 2013

Tonterías mágicas

Así como alguna vez lo convencieron que la “inclusión social” que estaba buscando (antes le llamaba gran transformación) se lograría si se mantenía el mismo estilo de crecimiento que generó la exclusión y marginación de millones de peruanos, ahora acaban de hacerle decir que para diversificarnos y superar la economía puramente extractiva hay que darle más impulso a la minería. Faltaría nomás sacar la conclusión de que para que la derecha continúe manejando el poder como lo hace desde hace mucho, hay que levantar banderas populares y de izquierda para hacerse elegir y luego traicionarlas desde el poder.

La lógica del absurdo que suponen cada una de estas ideas advierte algo fundamental y que es la imposibilidad de hablar claro en el Perú del 2013. No es solo que Ollanta tenga una formidable confusión política en la cabeza o que García posea alguna razón cuando le asigna mayor claridad a Cantinflas en asuntos como saber si habrá proyectos como Conga. La verdad es que uno podría hacer facilito una lista de tonterías mágicas como aquella de que con la labia y las relaciones del expresidente gordinflón ya estaríamos creciendo a más de 8%, o que lo que le falta a Humala son ministros como los que se reunían con Canaán en la suite del Hotel Country.

Todo el escenario político está plagado de afirmaciones ilusorias, por ejemplo que lo que está faltando es “confianza empresarial” y nadie se atreve a decir hasta dónde debe ceder el Estado para conseguir que los inversionistas sientan que ya pueden confiar en el presidente. También hay debates tontos sobre lo que piensa y habla el presidente, como explicación de los índices económicos que se deterioran. En cambio nadie en el Perú oficial está viendo que el malestar social está creciendo rápidamente y cada protesta es más grande que la anterior.

Claro, según Aldo M, son sólo ganas de joder, y aquí podemos seguir haciendo lo que nos da la gana. Lo que significa que lo que está produciendo tanta ruptura entre la realidad y las interpretaciones de la clase política, es la negativa a reconocer lo que está pasando, o lo que es lo mismo la construcción ideológica para justificar no hacer ningún cambio en la política del Estado cuando todo el contexto interno y externo se está modificando. Ollanta dice que siendo más mineros nos volveremos industriales y empujando más proyectos que absorben escasa fuerza de trabajo crearemos más empleo. García contesta que se necesita un presidente más proactivo y Du Bois que mejor no hable ni piense.

Y toda esa cháchara pretenden que es una discusión seria. Por cierto lo importante es no admitir que está pasando el tren del crecimiento y el boom de la minería, y el país está quedando casi tan pobre como antes. Sólo que algunos son mucho más ricos que antes. Y todavía quieren seguir ganando, mientras se pueda.

29.09.13

sábado, septiembre 28, 2013

El Poder Judicial se lava las manos

Dice Ariel Bracamonte (que ahora firma como Ariel Fefer), que la anulación del juicio contra su hermana no es obviamente una absolución y agrega que es sinónimo de un Poder Judicial que no sabe hacer su labor o, en el peor de los casos, de corrupción.

Pues bien, lo que hemos visto durante más de cuatro años es un poder judicial capaz de condenar a alguien a 30 años de prisión, sin pruebas suficientes y sin respeto al debido proceso, y a una Corte Suprema incapaz de cumplir su labor de exculpar a una persona que ha sufrido una carcelería increíblemente larga, cuando lo único que existía en su contra eran suposiciones y prejuicios.

El último vocal que tenía que votar en este caso podía haberse pronunciado por la completa absolución y el fin de un juicio de ribetes kafkianos. Pero eso equivalía a declarar que los fiscales y los jueces que habían intervenido en el caso hasta el momento de la primera condena, se habían ensañado con la joven, no se sabe si por adaptarse al  linchamiento mediático, o porque realmente hubo corrupción y Ariel sabe de donde vino.

Los fiscales y los jueces que consideraron que el hombre que ingresó a la medianoche a la casa de Miriam Fefer y forcejeó con ella al ser descubierto, ahorcándola con lo que encontró a la mano, era un sicario a paga, sin haber podido probar que se dedicaba a tal oficio y que no era un ladronzuelo cualquiera; que supusieron que alguien le había abierto la puerta y que dentro de las varias personas que estaban en la casa, tenía que haber sido Eva, a pesar que el asesino decía haber subido por las rejas; que tomaron como prueba una llamada no contestada del celular de la madre hacia la hija, en un momento en que posiblemente ya estaba muerta; y otros tantos indicios imprecisos para condenarla; deberían ser marcados con fuego.

La verdad es que todos ellos son un peligro para la sociedad, porque han confundido su función jurisdiccional con el papel de Dioses omnipotentes que creen que pueden decidir libremente sobre la vida de los demás. Cuatro años de prisión sin pruebas y tener que volver a comenzar otro juicio es un castigo inaudito, que seguramente se hace mucho más doloroso cuando se comprueba hasta dónde puede caer un hermano. No podemos ocultar nuestro asombro por la falta de coraje del vocal Segundo Morales que se inclinó a la opción del nuevo juicio.

La Suprema estaba a punto de reparar aunque sea parcialmente el daño producido por las decisiones judiciales previas. Pero no se atrevió a hacerlo y prefirió lavarse las manos. Así Eva tendrá que postergar la reconstrucción de su vida y no podrá escapar del foco del escándalo mediático por un tiempo adicional. Me parece una nueva injusticia.

28.09.13

viernes, septiembre 27, 2013

El paro y el diálogo fallido

La conclusión cae de su peso: a unos cuantos días de la finalización del diálogo que según ha señalado el gobierno ha servido nada menos que para establecer una agenda nacional que deberá trabajarse con los técnicos de los partidos, el país real ha puesto de manifiesto que no cree que por allí hay una vía de solución a sus problemas.

Las provincias que paralizaron sus labores, las marchas que recorrieron el país y que tuvieron su cota más alta en la de la capital, eran la expresión de un descontento profundo que ya no cree en maniobras políticas y que está exigiendo soluciones inmediatas. Un gobierno al que la derecha económica y mediática trata de dirigir a golpes, se expone por supuesto a que del otro lado se le presione con los medios sindicales y de masas que les son propios.

Al final de cuentas el gobierno que Humala había ofrecido en campaña era uno que traería paz social por la supuesta cercanía del presidente con los movimientos sociales a los que podría canalizar a través de un trato directo y un compromiso por el desarrollo y la justicia social. Esto nunca existió y lo que parece más bien que está resultando es un gobierno inestable y débil, que no satisface a ningún lado.

Si el diálogo hubiese sido hecho con propuestas en la mano que pudiesen hacer ver alguna tendencia de cambio, es posible que el gobierno hubiera conseguido algo más que unas cuantas semanas de distracción política. Pero la señal que ha recibido el país después de la serie de reuniones y declaraciones del premier y los distintos partidos, es que el gobierno se hace más prominero de lo que ya era y viaja a Arequipa a darles todas las seguridades a los empresarios, mayormente extranjeros, que dominan este sector.

Este es el único diálogo real, en la percepción más extendida de la gente. Ergo, no hay mucho que pensar sobre cómo están ordenadas las cosas en el país y que la inclusión social, el Perú progreso para todos, y otros lemas por el estilo no dicen otra cosa de que seguimos siendo lo mismo de antes. En estas condiciones el mejor organizador de paros y movilizaciones es el propio Ollanta Humala, que suscita una especial irritación entre muchísimas personas que se sienten burladas por sus discursos electorales.

El premier Jiménez, por supuesto, puede molestarse porque su cuidado andamiaje al que ha dedicado 40 horas sucesivas de su valioso tiempo (según informe de la PCM), se difumina en el aire como si no tuviera de donde sostenerse. Pero quizás la vía que se abra casi de inmediato vaya a ser tratar de hacer pasar al movimiento sindical por el mismo aro que se ha hecho pasar a los partidos. Otro diálogo para otra nueva agenda. Mientras la agenda neoliberal sigue adelante.     

27.09.13

jueves, septiembre 26, 2013

Una respuesta a un reclamo de solidaridad

Vamos, Aldo.

La verdad es que después de la manera tan canalla como trataste (y sigues haciéndolo) a Javier Diez Canseco y la falta de remordimiento que muestras por lo que hiciste, así como después de leer tu querella con Gisela Ortiz, a la que quisiste meterla de “senderista” para debilitar los argumentos del juicio a Fujimori, quedan bien pocas ganas de hacerte aunque sea esos rituales de solidaridad que tu realizas y que ahora reclamas a Lévano y a mí, frente al reciente fallo de la Suprema sobre tu persona, que parece que fue arreglado para perjudicarte.

Obviamente no otorgo ninguna autoridad moral a Rodríguez Erazo para sentirse difamado y creo que fue una buena cosa que le cerraran el camino al Tribunal Constitucional. Hay que imaginar con lo que ya hemos visto con el actual Tribunal, mediocre y prepotente, lo que podría haber pasado si el director de “La Nación” se integraba a ese equipo donde las sentencias parecen provenir de una repartija de acuerdos los intereses y relaciones particulares de cada uno de sus miembros, en vez del derecho constitucional.

Así que aunque sea por una vez, o por casualidad, has defendido una causa justa y no has necesitado explicar las cosas con el artilugio de dividir el mundo entre rojos y buenos, clasificación en la que pones dentro de la segunda categoría a Alan García, Fujimori y otros por los que profesas franca veneración, pero siempre con la puntualización de que esto no te hace ni aprista ni fujimorista, que es la forma más cómoda de andar del brazo con ellos.

Ciertamente el poder judicial no es confiable en muchos sentidos, y especialmente en materia de libertad de expresión. A mi me ocurre que por un mismo artículo un juez y un tribunal superior me absuelven y una jueza me condena y me encuentro en la espera de lo que dictamine la Segunda Sala Penal ante la que apelé. No he escrito mucho sobre esto porque pienso que tener una columna diaria es un privilegio que no lo han dado para hablar de mí sino de lo que le interesa a la gente. Sería una ofensa a mis lectores que les dedique una semana de notas pidiendo solidaridad, sea o no que la merezca.

Antes se decía que un juicio de un tipo con la trayectoria de Ramírez Erazo o de una empresa prepotente como LAP eran galardones a la carrera periodística. Pero a estas alturas tengo mis dudas. Sobre todo si los jueces tienen tanto espacio abierto como para dictaminar en cualquier sentido amparados en dos abstracciones: la libertad de expresión y el derecho al honor, que pueden ser interpretados de manera ancha o restrictiva. Así hay periodistas que llegan a creer que pueden hacer leña de quién quieran y jueces que fallan de acuerdo al peso político o económico del demandante.     

26.09.13