jueves, noviembre 23, 2006

Crisis de todo lo existente

Para describir lo que acaba de pasar me inclino mucho más por la frase con la que titulo esta columna, que con las relamidas fórmulas: nuevo mapa político, victoria de los independientes, derrota de los partidos. Cierto, a primera vista uno se ve con la tentación de poner colores sobre el mapa del Perú y el de Lima y hacer contrastes: donde habían 12 regiones apristas, ahora hay dos o tres; donde ganó Humala en primera y segunda vuelta, ahora están un montón de jefes regionales; donde se enseñoreaba Somos Perú en la capital ya no queda casi nada de la herencia de Andrade Y Castañeda ha podido imponer solmenes desconocidos, etc.

También es fácil decir que el color predominante es el que se nos ocurra colocarle a los “independientes”, es decir esos movimientos locales-regionales, sin proyecto para el país, con algún líder catalizador, que se han alzado con la abrumadora mayoría de las presidencias regionales, municipios de capitales de provincias y distritos del interior. Pero, ¿qué quiere decir “independientes”?, ¿qué cosa los unifica como para que tenga algún sentido pintarlos con el mismo patrón? Alguien dirá seguramente que son una respuesta a los partidos nacionales, y en ese sentido son una expresión antisistema. Y que los derrotados, incluido el Partido Nacionalista, son el sistema mismo.

Pero, cuidado, también la enorme mayoría de “independientes” y regionalistas de la elección del 2002 están en la lista de los derrocados. Si algo caracteriza al independientismo es su volatilidad e inestabilidad, que es la marca de todo el sistema político peruano. Ninguno de los ganadores de hace cuatro años tuvo figuración en las presidenciales de hace algunos meses, lo que no es gratuito y tiene que ver con el perfil que mantuvieron ante el gobierno de Toledo y la relación que desarrollaron con las masas de su región. ¿Quién puede saber lo que pasará con los triunfadores del 19 de noviembre?

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El primer dato de la última elección es que ahora tenemos un gobierno, que lleva algo más de cien días en el poder, que se ha dedicado día y noche a generar coyunturas que le permitan estar en la noticia: austeridad, pena de muerte, vacunas, evaluación de maestros, defensa estatal a los violadores de derechos humanos, descentralización, sierra exportadora, control a las ONGs,, etc., y que parece estar haciendo mucho, o anunciando demasiado en casi todos los frentes, y al que las encuestas le asignan por ahora un importante respaldo, y que, sin embargo, cuando llega a su primera elección el país entero se niega a otorgarle un voto de confianza.

Lima vuelve a ser la plaza conservadora, de espaldas al resto del país, que cierra filas con la extrema derecha, que le advierte al presidente que si votó por él en segunda vuelta fue porque le tenía miedo a Humala, pero que ahora marca su distancia y recupera sus sufragios. El sur, la sierra y la selva, le indican al hombre de Palacio, que en realidad no los seduce el asistencialismo tipo “Sembrando”, ni el “aporte voluntario” que está pidiendo a las mineras para hacer obras “para los pobres pedilones” como los tienen clasificados. Y, lo más grave de todo, la costa exportadora (norte e Ica), que eran los baluartes más firmes del APRA, cualquiera fueran las tendencias del viento, se le empiezan a escapar de las manos, dando una señal de que no sienten que este sea el gobierno de las ilusiones de la base aprista.

¿Cómo definir todo esto sino como un fracaso del gobierno?, ¿qué tontería es esa de que Alan García gana porque su partido pierde y va a tener más manos libres y capacidad de decirle a los apristas en la cabeza de Mulder que son nada si él no es el candidato?, ¿hasta dónde caerá el sólido norte y el apoyo al gobierno, si García no escucha el mensaje de las urnas, y sigue creyendo que debe seguir gobernando para pagar el voto que las derechas le prestaron y que lo puso en la presidencia? Mi conclusión es que la derrota del gobierno es mucho más seria de lo que se suele describir como “llamada de atención” y coloca a García en el camino de la precariedad con la que funcionó Toledo durante casi cinco años, a pesar que es lo que ha estado tratando de evitar en todo momento. Esto también puede ser el anuncio de una mayor necesidad de tomar decisiones autoritarias para salir del impasse. Son los nuevos dilemas que hacen llorar al presidente.

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El segundo dato de la elección es que deja a la vista un total vacío de oposición frente al bajón que sufre el gobierno. Esta situación podría verse como más grave sino fuera que para el establisment habría sido aún más terrible si ese lugar hubiera sido llenado por los nacionalistas de Ollanta Humala. Así que hay festejos, en medio del desastre general Es lo que graficó Carlín colocando a García y Flores en el balcón de sus casa en ruinas, burlándose de Humala que también está en el suelo. Si hubo un error de los nacionalistas fue precisamente creer que les correspondería inexorablemente recoger los descontentos con el APRA. Y que su papel en las municipales sería similar al que el partido de la estrella tuvo en el 2002, como la fuerza nacional que se fortalece frente al gobierno.

Los nacionalistas no llegaron a ver que el regionalismo había sido uno de los componentes centrales de los votos del primer semestre y que Ollanta Humala logró enrolarlo dentro de esa alianza informal y movimiento aluviónico que fue su presentación en las dos primeras vueltas del primer semestre del 2006. ¿Qué forma iba a tomar ese gran frente de los explotados y postergados en el espacio de las municipales y regionales de fin de año? Francamente no sé si era posible hacer el tránsito de una etapa a otra, marcando lo equilibrios adecuados, en medio del desorden y la improvisación iniciales; pero lo que era fatal era hacerse ilusiones sobre una relación estable pueblo-partido, sobre todo porque a esto de partido había que ponerle todavía comillas, e imaginar que los movimientos de las regiones seguían siendo secundarios frente a
la estructura nacional.

El balance es que el humalismo no podido traducirse organizativamente en una opción regional y municipal. Eso no quiere decir necesariamente que el humor político-social que Ollanta supo levantar se haya diluido. Haciendo un breve ejercicio de responder por lo que pasó con los votos que fueron de Humala en las dos vueltas presidenciales en algunos departamentos, se encuentran los siguientes resultados[i]:

Puno: 58.9% (cinco candidatos)
Cusco: 86.7% (cuatro candidatos)
Tacna: 55.6% (tres candidatos)
Arequipa: 56.2% (cuatro candidaturas)
Ayacucho: 34.8% (tres candidaturas)

Sería torpe pensar que estas sumas sean fáciles de hacer en el terreno de la lucha política. Pero ellas nos dicen de todas maneras que hubo una división profunda en las regionales y municipales, sobre liderazgos más o menos próximos, y que sólo en algunos casos (Ayacucho, Huancavelica) esto favoreció a sectores de la reacción (pro fujimoristas), mientras que las votaciones del APRA fluctuaron entre 11 y 18%, y la derecha no existió casi en ninguna provincia, confinada a Lima.

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El tercer dato que vale la pena considerar es que los líderes regionales o “independientes” que han sido electos, son en muy pocos casos ratificados en sus cargos. La votación muestra –salvo Lima y Lambayeque-, un rechazo a la reelección y en algunos lugares inclusive una rebelión abierta contra ella. Esto podría parecer poco relevante, pero se vuelve crucial si se considera que muchos de los hoy vapuleados eran líderes emergentes hace cuatro años. ¿Por qué no se han fortalecido con el tiempo y se han proyectado sobre ámbitos más amplios que los originarios? Otra manera de preguntar lo mismo es inquirir: ¿por qué ninguno de ellos se convirtió en carta fuerte para las elecciones presidenciales, y entre los partidos devaluados y los jefes regionales independientes, surgió limpiamente la figura de Humala?

Obviamente porque se desperfilaron. La radicalidad regionalista no fue muy lejos. Y frente a sus insuficiencias, surgieron otros con discursos más radicales, pero igualmente oponiendo lo nacional a lo regional, con lo cual están condenados a tocar su límite. Esta es en buena cuenta la característica medular del proceso peruano: todo lo que parece fuerte y victorioso en un momento, tiende a descolocarse ante los nuevos desafíos. ¿Qué podría hacer que esto no vuelva a suceder con los ganadores de la reciente votación que viven su momento de gloria?

La victoria de los líderes regionales pasando por encima del partido de gobierno, los partidos de derecha, centro e izquierda, y el todavía incipiente partido nacionalista, puede tomarse como un síntoma altamente ilustrativo de la crisis nacional y de lo efímero de las correlaciones políticas. Uno escucha que Guillén de Arequipa quiere ir a una coordinación de regiones, que el presidente de Ancash anuncia un plan de lucha contra las mineras, que se habla incendios sobre el nuevo presidente de Puno y se le define como una especie de Humala al cuadrado, que se suman triunfos reales y supuestos a la cuenta de Patria Roja, etc., y parecería que todos los miedos han vuelto a ponerse sobre la mesa.

Pero la perspectiva no es suficientemente clara con los primeros resultados de las elecciones. No hay un programa de articulación regional; el entendimiento de la velocidad de las definiciones no es homogéneo, ya que para unos los conflictos son inminentes, mientras otros se ven cubriendo etapas de diálogo con el gobierno y las empresas, antes de pasar a otras medidas; cada líder regional está proyectado hacia dentro y lo que lo hace valioso en su lugar de intervención no vale para otras regiones; García aún mantiene amplia capacidad de juego para neutralizar algunas regiones y aislar a los presidentes más ariscos. Claro que todo recién comienza y estos problemas pueden empezar a superarse, sobre todo si se logra tener claro la forma cómo deberán conectarse los logros, con todas sus contradicciones, alcanzados en el primer semestre, con la nueva realidad del 19 de noviembre.

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El último dato importante que emerge del 19 de noviembre es el de la violencia, que los análisis convencionales tienden a separar como asuntos extraños, vandálicos, ajenos a la llamada “fiesta democrática”. Se han contado decenas de jurisdicciones (distritos, provincias, en las que ha habido fuertes enfrentamientos: toma y/o quema de locales (ONPE, Municipalidades, casas de los alcaldes, etc.), apedreamientos, choques con la policía. En la gran mayoría se trataba de rechazo a las reelecciones; en otros, cuestionamiento a ciertos ganadores que se perciben cercanos a las empresas mineras y otros grupos de poder.

Lo importante aquí es la explosividad a flor de piel y la incapacidad del mecanismo democrático para funcionar como siempre lo hizo, como un atenuador de conflictos. De alguna manera esto nos está diciendo que lo que ha sido sembrado a lo largo de la fallida transición de los 2000 y lo que puede sobrevenir a la extrema polarización del primer semestre, resuelta a fortiori ungiendo a un Alan García, en el que nadie creía (y parece que muy pocos creen) en presidente de emergencia de todas las fuerzas del sistema ante la irrupción social, son situaciones de indignación fuera de control. Estas estaban presentes a mediados de 2005, cuando los estudios de opinión daban bajísimos niveles de aprobación al gobierno, las instituciones y los partidos políticos, y eran muy pocos los que tenían esperanzas en una solución electoral.

La polaridad política de la segunda vuelta del 4 de junio: país partido en dos, bloque popular multiforme y una coalición de los viejos partidos frente a frente, era aunque muchos le tuvieran pánico, una fórmula de canalización de las tensiones. Véase lo que pasa cuando se rompen los diques. La violencia está viniendo no porque Humala la convoque (hasta donde le es posible trata de contenerla), sino porque otra vez estamos en que nadie cree en nadie, y cada uno jala para lo suyo. Con las confianzas quebradas el país puede escaparse de las manos en corto tiempo.

Es necesario buscar una mirada total, de golpe, al escenario en su conjunto. Ahí es donde pueden verse los peligros, que no se van a conjurar con la nueva amenaza de García contra las revueltas. Y ahí también deben estar las posibilidades de construir una fuerza popular organizada que reúna a todos los factores de cambio.

23.11.06

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[i] Datos de la ONPE al 90.1%, para votación regional, agregados por candidaturas más o menos próximas a las que se agruparon en torno a la UPP-Ollanta Humala en la segunda vuelta de junio.

jueves, noviembre 16, 2006

Todos a Washington

Parece que Humala no ganó en el Perú, pero sí lo hizo en Estados Unido. Por lo menos es lo que se puede deducir de la lectura de los editoriales de la prensa limeña, las declaraciones de los empresarios y la cara de las autoridades del gobierno. Íbamos tan bien con un presidente de Estados Unidos que gozaba de una mayoría parlamentaria cómoda, y que aparte de hacer la guerra de Irak y Afganistán, poner muros contra los inmigrantes, poner al mundo al borde del conflicto atómico, apoyar a Israel en todas sus trapacerías, intervenir en asuntos internos de otros países, bloquear a Cuba contra el 99% de las Naciones Unidas, perseguir a los gays, proscribir a Darwin en los colegios, etc., tenía la enorme ventaja de promover tratados de libre comercio. Ya el 2004, Toledo había dicho sagazmente que la reelección de Bush podía ser peligrosa para la paz mundial, pero era conveniente para el Perú, porque requeriría buscar aliados al sur de continente y para eso estábamos nosotros. O sea que lo que era malo para el mundo, resultaba bueno para el Perú. En eso todavía estamos.

En cualquier otra época, García se hubiera felicitado por tener un interlocutor más próximo en el congreso gringo, si se entiende que eso de la social democracia aprista tiene algún sentido, y habría trasladado la culpa de apostar todas las fichas a un Bush cada vez más estupidizado, a Toledo y su desesperación entreguista, esa que recordaba alguna vez Mauricio Mulder anotando que traicionamos a Brasil en la OMC, a Venezuela y Bolivia en la CAN, a Ecuador y a Colombia en la negociación del propio TLC, con la meta de conseguir, primero que nadie, el segundo TLC sudamericano, al lado de Chile, que aquí se imaginaba como una especie de graduación en el favor de los dueños del mundo. Pero en Toledo esto de lustrabotas era una profesión y una inclinación natural. Lo curioso es como García, ha venido a demostrar tan rápidamente que no tiene ninguna independencia de los grupos dominantes locales y de su batería de prensa, aún en las posiciones en las que cualquiera con menos de dos dedos de frente se da cuenta que lo están empujando a una piscina sin agua.

Era tonto visitar a Bush en la víspera de su derrota y acompañarlo a hacer una declaración a favor de la política contra la que iban a votar los norteamericanos. Pero García fue como bonzo a acompañarlo en su hora más trágica. Y es aún más bruto insistir en presionar al vencido para que apure la presentación de un documento que está fuera de toda prioridad en la negociación de republicanos y demócratas, cuando se sabe que un acuerdo mucho más importante para ellos, como es el de Vietnam, ha quedado relegado, porque la nueva mayoría quiere revisar lo actuado en los últimos años, incluidos los tratos de comercio. A lo que se exponen es a que el tratado sea directamente rechazado o puesto en el limbo, porque llegó en el momento inoportuno. Pero no hay quién los convenza. Sin duda, eso de la última batalla y de no echarse atrás y ser optimistas hasta el último momento, refleja una negativa de nuestros empresarios y nuestra prensa bushista a aceptar la realidad y trabajar con ella. Y de ahí viene que el presidente debe irse a Washington, el Consejo de Ministros instalarse en la embajada, el Congreso, la CONFIEP, mientras más sea el número de viajeros, más se van a conmover los legisladores de Estados Unidos y en una de esas se abre la ventana de oportunidad y metemos dentro nuestro TLC. Y todo porque se ha creado una emergencia, una situación inesperada, no ven que nadie podía calcular la victoria demócrata y no ven que estos no son nada de confianza ,como sí lo son los rudos de George W. Bush

Una “nueva estrategia” se le ha llamado al sancochado. Y es que nadie puede aplicar estrategias, ni nuevas, ni viejas, cuando cerró su participación en el juego. Y eso es lo que hicieron entre diciembre y junio los fanáticos del TLC, apuntalados en el último paso por un APRA, que había anunciado revisión, y votó en bloque el mamotreto de Toledo. No hay estrategia posible si todo depende de la otra parte. Sólo hacer llamadas, visitas, declaraciones y encomendarse a todos los santos. Y como será el enredo, que hace tres días De Soto había anunciado su propia “estrategia”, que era buscar que Estados Unidos acepte complementar el TLC con cartas de compromiso (side letters) en las que se aclararía la cuestión laboral, ambiental y otros. Y dijo que esto tenía 20% de posibilidades. Porque el otro 80% iba para una reapertura de negociaciones y nuevo plazo.

¿Cuánto por ciento de probabilidad podría tener la “nueva estrategia” de García, la CONFIEP y Aldo M., de enviar ministros y todo lo que se pueda para insistir en Washington? Cero por ciento.
16.11.06

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miércoles, noviembre 15, 2006

Tiempos modernos

El Perú está en plan de sinceramiento.

Con la misma flema que Martha Chávez dice que hay que reconocer al grupo Colina por su contribución a nuestra tranquilidad actual, más allá de sus inevitables “excesos”, Aldo M. señala que podemos ofrecer bases militares a Estados Unidos sobre el territorio nacional para que apure lo del TLC.

Fujimori puede declarar que Montesinos era un conocido distante, que ocupaba un puesto sin importancia en su gobierno y que no sabía a qué se dedicaba por las noches en la salita del SIN, y la Chichi decirnos que apoya a García y a Castañeda porque son demócratas.

Giampietri puede vestirse de almirante para arengar a la tropa contra los derechos humanos, y García Miró hablar de la mordaza.

Alan García declarar que si hubiera habido pena de muerte a los terroristas desde el principio, se hubiera acabado con Sendero Luminoso en corto tiempo, y el diario La Razón titular que las corruptas eran las ONG.

Cada vez más en este país se puede volver a decir cosas que estaban ocultas esperando su momento. Chávez está deslizando que las víctimas de La Cantuta, Barrios Altos y otras, eran senderistas, por lo tanto están bien muertos, como dice el presidente.

Aldo M. nos está provocando para ver cuanto escandaliza todavía la real politik de las piernas abiertas para que el imperio nos adopte como una de sus favoritas, después de Chile.

Fujimori ya se prepara para las dos opciones que ve para adelante: que García se venga abajo en unos años y por el reclamo de orden los empresarios y el pueblo de menor nivel político exijan su retorno como el único que puede manejar este país tan ingobernable; o que García tenga alguna forma de éxito y no encuentre otro heredero para su actual tipo de gobierno que reentronizar al “chino”.

Para mantenerse en esa ruta requiere hacerse el distraído.

La Chichi ya aprendió que hay negocio con los ganadores electorales respaldados por programas de las 11 p.m. y siempre se puede utilizar las denuncias para condicionar el voto de la gente.

Giampietri sabe que es cuestión de tiempo que se dicte la segunda amnistía para violadores de derechos humanos, mientras la población aumenta su confusión sobre cuál es la época que estamos realmente viviendo y las ONG se preocupan por que la APCI no los deje sin financiamiento.

García Miró revisa mis artículos para ver si vuelve a enjuiciarme. Y Alan García se encuentra estudiando cuáles van a ser sus anuncios del próximo fin de semana, para que los titulares hablen de él.

Y los La Razón ya están recibiendo llamadas de los familiares de los presos, perseguidos y procesados, sobre si ya pueden ir trayendo la plata que juntaron en los azarosos años 90 y que tienen inmovilizadas en el exterior.

15.11.06

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martes, noviembre 14, 2006

García, tu sí puedes

Si García quiere pasar a la historia como un estadista y competir con Chile como afirma, pues tiene sí o sí que conseguir ese TLC, esa membresía de la cual sólo goza Chile en la zona y que le da un valor agregado que no podremos alcanzar si el TLC se nos cierra. ¡No seamos tan mediocres de conformarnos con el ATPDEA!
¿García perdió el TLC?
Aldo M.
Correo 14 noviembre 2006

Vaya.

García todavía tiene una oportunidad con la historia y se llama TLC.

Si no se ahueva y se comporta como un estadista hará ahora todas las gestiones, contestará todas las llamadas telefónicas, dictará cuanta teleconferencia sea necesario, es decir será Alan García, para conseguir la membresía más importante que existe en el mercado global actual, ser socio privilegiado de los Estados Unidos, ahí nomás al lado de Chile.

Vamos García, no te cojudees. Si se puede.

Dejar esta decisión trascendental en manos demócratas, cuya mayoría no cree en libre comercio, es un super error. Nos van a tontear como lo hace Rangel con minucias como legislación laboral, medio ambiente, etc., y nos van a dar el caramelo caviar, rojo, mercantilista, humalista, del ATPDEA.

No sea como Fujimori, García, que se durmió con el contrato Shell y pensó que la empresa no se iba a ir porque tenía invertidos 300 millones de dólares (los mismos que después le regalamos a Pluspetrol), y que para los grandes petroleros es como sencillo.

No señor, a esos gringos no basta con darles el sí o sí, firmarles lo que sea, aprobarles cuantas veces sea el TLC como ellos quieran; hay que levantar carpa frente a la Casa Blanca y ahí debe quedarse García con su cartel: “Queremos TLC”, hasta que salga.

No seamos mediocres. El ATPDEA estaba bien para el debate, cuando decíamos que no se podía conseguir la prórroga porque los yanquis no querían, y que si nos ponían aranceles al espárrago se acababa el mundo. Ahora lo prorrogan, e igual hay que decir que se acaba el Universo. O por lo menos que nos perdemos la oportunidad de ganarle a Colombia en contar primero con el papelito que traerá las inversiones e incrementará el comercio.

Para después, ya no tiene gracia, porque se pierde la ventaja relativa.

¿Qué hace García sentado en Lima ocupándose de la muy insignificante política menuda local de los Lescanos, Humalas, Benedictos y etcéteras, que llenan los titulares del diario “Correo”, cuando el tratado comercial más importante de nuestra historia peligra?

Vamos García. Dóblele el brazo a Bush para que no nos negocie con los demócratas y no nos dé el ATPDEA como consuelo. No se conforme con triunfos morales. O con casi lo logro.

Vaya a Washington y no regrese si no trae el TLC en la cartera. Ni en la guerra, ni en la política hay sustitutos de la victoria.

Si quiere ser el gobierno que la derecha necesita, y que el imperio considera amigo estratégico, no basta que le gane a Humala, ni que provoque a Chávez. El verdadero peligro son los demócratas de Bill Clinton.

14.11.06

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miércoles, noviembre 08, 2006

El Simpático

Existen tres listas web apristas que envían un montón de e-mails inútiles a las redacciones, de los cuales es imposible descolgarse o “spamearlos”. Son más pesados aún que los de Mariano Loo o Raúl Wiener, otro par que no deja de enviar diarios y repetitivos correos sin que se los pidan.
Los pesados
En “Chiquitas”
Diario “Correo” 08-11-06

Este asunto de las ONG ya me tiene hasta las narices. Tanta queja porque los quieren inscribir. Yo la verdad no sé quién ha puesto el titular de hoy sobre las exoneraciones tributarias, porque a mi me interesan cosas más importantes. Ni quién fue el idiota que metió eso de las FACR el domingo, y las declaraciones del embajador colombiano, el lunes, que se mandó diciendo que si no se controla a las ONG terminan financiando a las guerrillas.

¿Quién habrá sido el obseso que escribió las columnas: Película Cantada (07-11-06), Te estatizo pero no me estatices (04.11.06), Escenarios de una ley (02.11.06) M.O.N.G.O.S. en ataque de nervios (30.10.06), Falacias de las ONG caviares (26.10.06), habiendo tantos temas mucho más trascendentes sobre los cuales opinar?

Tampoco tengo idea quién era ese personaje de M. que discutió con la Palacios y el Rospi sobre ONG y les dijo que esto era para tirarse a CONACAMI y a la ONG del cura Arana, y qué tanto saltaban los de Ideelé, IEP y otros caviarones si a ellos no les va a pasar nada.

¡Qué lata esta de hacerse las víctimas!, ¡con el tremendo poder mediático que disponen, para inventar cualquier cuento!

Nada que ver con la minoritaria lucha que dimos para impedir que Humala ganara en las elecciones y que la resumo en mi columna del 2 de octubre de este año. Ahí sí todo era idealismo y convicciones firmes en que la libertad puede llevarnos a sacrificios tan sublimes como votar por Alan García.

Si hubiésemos tenido entonces los medios que hoy apoyan a las ONG caviares. Por ejemplo a la Chichi, Palacios, Althaus, Gorriti, Zileri, Chicho Mohme, los Miró Quesada, Álvarez, Tafur, que como se sabe, todos eran partidarios de Humala.

Yo estoy ahora en darle recetas a García, ese pobre muchacho que no sabe como orientarse desde el poder, pero que cuenta buenos chistes. Doy recetas aunque no me las pidan.

Pero lo que me molestan son esos pesados que mandan mails. Ya lo dije el otro día en mi columna “Te estatizo pero no me estatices” (04.11.06): “Me preguntan si yo hubiese cerrado entonces al senderista Diario de Marka[1], al emerretista Cambio y al fascista Ollanta so riesgo de perturbar la libertad de prensa y les contestó que sí, que en la ultrademocrática España se ha cerrado varias veces al diario Egin por incitar al terrorismo separatista vasco.”

Igual haría con ese pesado del Wiener.

08.11.06
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[1] El Diario de Marka fue el periódico de la izquierda que participaba en las elecciones y llevó a Alfonso Barrantes a la alcaldía de Lima. Sendero Luminoso sacó un periódico llamado “El Diario”. Pero Aldo M. desconoce.

lunes, noviembre 06, 2006

Algo más sobre las ONG

Cuando se reúne un grupo de profesionales: profesores, asistentas sociales, enfermeras, sociólogos, y gestionan un proyecto por 20 mil dólares ante alguno de los ayuntamientos de España con el fin de levantar un programa para el retorno de los niños segmentadores de basura (separan y venden desperdicios) a la escuela, en las Lomas de Carabayllo a poco más de una hora del centro de Lima, donde no hay agua potable y el aire está cargado de toxinas; o cuando otros eligen como destino los poblados de Nievería y Paraíso en Huachipa, donde todo es polvo y olvido, y los niños desde los tres años ya están amoldando ladrillo con sus pies y manos, no es bastante lógico suponer que lo que estas personas están pensando es que al final del mes podrán cobrar sus dólares y consumirse un sabroso caviar en alguna de las terrazas de los hoteles de Miraflores, donde se realizan las recepciones a las que nunca falta Aldo M.

Los agrónomos, veterinarios, médicos, enfermeras, sociólogos, antropólogos que trabajaban desde fines de los 70 en las comunidades ayacuchanas y que no se retiraron del campo a pesar de la violencia, las amenazas de Sendero, la prepotencia e ignorancia de las fuerzas represivas, las invocaciones de las organizaciones cooperantes, y que hoy siguen ahí mismo en faenas de una o dos semanas que se realizan caminando, subiendo y bajando cerros, de un pueblo a otro, ¿no es cierto que son unos privilegiados que podrían estar haciendo otra cosa en vez de vivir del dinero de los gringos?

Las organizaciones que suben al río Corrientes o llegan a las comunidades del Camisea para ver con sus ojos el daño que causan las empresas petroleras y poder recoger la voz de comunidades nativas que vivieron ancestralmente en esas tierras y esos ríos, y de pronto se han visto arrollados por una modernidad que no comprenden, ¿no son el modelo más diáfano de ONG corrupta que refiere todos los días el diario “Expreso”? ¿Acaso es un mérito internase en los espeso de la selva?

¿Estará haciendo una chanchita el padre Arana, en los tiempos libres que le deja Yanacocha, para hacer su contribución a las FARC? ¿Los que trabajan en prevención de desastres en Chosica, Moquegua, Callejón de Huaylas, San Martín no son acaso unos rojimios acomodados a los que hay que obligarlos a “armonizar” con las políticas del gobierno? ¿Tiene alguien una idea de lo que pasa con el agua en Tocroyo, provincia de Espinar, en el Cusco, cuando se abren los caños en agosto, y que hasta allí suben para quedarse veinte días al mes, los miembros de una ONG, integrada por sencillos profesionales provincianos, con un corazón que aguanta la altura y las maldades? ¿Conoce alguien el nombre de Manuel Soto, asesinado en las partes altas del Mantaro, por no dejar de visitar a los campesinos?

Seguramente se pensará que el tema de las ONG es el de los directivos de las instituciones limeñas que tienen reconocimiento de prensa y que pueden costear abogados para pelearle al gobierno, que son los que han cubierto las conferencias de prensa y la reunión con el primer ministro. Pero como dice el director de “Correo”, a éstas no las va a cerrar el gobierno, a lo sumo quiere molestarlas y bajarles el copete. Las peligrosas son las otras. Hay que tirarse a CONACAMI y a Grufides del padre Arana, ha ejemplificado el enfant terrible pituco-liberal-autoritario, y asunto acabado. Y, por supuesto, a las que ven lo del petróleo. Y, ¿por qué no?, a los que critican el TLC que son una larga lista sobre el territorio peruano.

Las de derechos humanos, no sólo a las grandotas y conocidas que residen en Lima, sino a las que hacen seguimiento de las violaciones allí dónde ellas ocurren. A las agrarias, a las urbanas, a las laborales, etc. Quitarles las redes de sustento a los movimientos sociales con cualquier pretexto: el caviar, las FARC, los dólares, las 4x4, la mamá de Tarzán, y muchos otros que hemos leído en estos días y que sólo revelan supina ignorancia.

06.11.06

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domingo, noviembre 05, 2006

Convicción de matarife

Ha vuelto a hablar García de la eficacia de la pena de muerte para evitar el regreso del terrorismo y se ha dirigido a los que dicen que se trata de una nueva “cortina de humo” y que cada vez que quiere cambiar la agenda mete declaraciones fuertes aumentando el número de los fusilables.

Para que no dudemos de él, ha sostenido entonces que este es un asunto de convicciones, o sea que ha reflexionado y concluido que en el pasado faltó la decisión para eliminar desde el principio a los tipos que matan policías y degüellan campesinos, con lo que no hubiera habido tanta violencia como la que hubo.

Bien. Vamos a conceder que se trata de convicciones, y que todo no es manipular los miedos y los odios que subyacen en una sociedad desorientada, que tiende a aplaudir el autoritarismo.

Entonces si está convencido de que con matar se pacifica, y que mejor es matar por delante antes que empiecen a matarnos, lo que tenemos que concluir es que el presidente que tenemos es una bestia...

Hace veinte años García tenía la convicción que si se tiraba a los senderistas de los penales los dejaría sin dirigencia. Así lo comentó al periodista Augusto Zinnerman que lo detalló posteriormente en uno de sus libros. Y efectivamente en Lurigancho no quedó un sólo prisionero para contarla y en el Frontón sobrevivieron un puñado porque ingresó el Fiscal de la Nación y tuvieron que detenerse las ejecuciones.

Claro que aplicó la pena de muerte, sin necesidad de jueces y de normas. Pero lo que consiguió no fue sino darle un gigantesco aliento a la rebelión senderista, que convirtió el acto de resistencia de sus prisioneros en el símbolo de su heroicidad, mientras el Estado quedaba manchado de sangre, García trataba de echar la responsabilidad a otra parte, los marinos pretendían que lo del Frontón había sido un acto de guerra, pero Giampietri zafaba el bulto afirmando que no había estado allí, etc.

En el distrito de Los Molinos, en Jauja, los militares interceptaron a más de medio centenar de miembros del MRTA. Y dispararon a matarlos porque alguien les había dicho que lo hicieran, y luego fusilaron a los prisioneros en plena pampa, como lo relataron los pobladores. Alan García llegó un poco después en un helicóptero y se paseó entre cadáveres, a la manera como tiempo después lo haría Fujimori en la casa del embajador japonés. No hubo un solo sobreviviente. Pero la muerte no derrotó la violencia sino que la convirtió en un espiral imparable. Más adelante el MRTA abatiría a tiros al general López Albújar que había sido el ministro de Defensa en la época de la matanza de Los Molinos.

El comando Rodrigo Franco y su continuidad, el grupo Colina, ejecutaron la pena de muerte por encargo del poder contra abogados, sindicalistas, estudiantes, etc. Los que decidían los crímenes estaban convencidos como García que hay que matar antes que maten.

En los años previos al primer gobierno del APRA, se instalaron los comandos político-militares de zona de emergencia. La doctrina que llevaron adelante fue la de arrasar el terreno, que se resumía en no tomar prisioneros, aterrar con la violencia a la población para separarla de los subversivos, actuar sobre la presunción (mejor equivocarse matando a un inocente, que dejando libre a un senderista). Los partes de guerra de 1983-1984-1985, no consignan detenidos ni heridos de parte de los subversivos en ninguno de los combates que ocurrían todos los días. Era una pena de muerte sistemática en un conflicto que todavía estaba en sus comienzos y focalizado en tres departamentos.

Con todo ello, los generales Noel, Huamán, Mori, ¿doblegaron a Sendero mantándole un montón de gente?, ¿cesó o aumentó el reclutamiento?, ¿acaso no es cierto que luego de aguantar el embiste, se fue ampliando el ámbito del conflicto y creció el número de dirigentes y cuadros medios de Sendero Luminoso transformándose en un problema nacional?

En 1932, el APRA de Haya de la Torre, era considerada una organización terrorista. La rebelión de Trujillo y la muerte de los oficiales prisioneros en el cuartel Donovan, derivó en una represión salvaje, que concluyó en el fusilamiento de más de 600 apristas. Seguramente había quienes pensaban que el partido moriría con ellos. Pero todos sabemos que no fue así y que el martirologio resultó un formidable elemento de cohesión para soportar las persecuciones.

Si sólo fuera por respeto a la memoria de su partido, García tendría que detenerse en su entusiasmo mortícola y asumir que “terrorismo” es un término demasiado ancho que puede terminar redirigiéndose contra toda expresión de protesta. Y que lo que está haciendo ahora es un peligroso deslizamiento hacia la acción preventiva tipo Bush, que asume que el terrorista no es el que hace actos del terror, sino el que podría hacerlo.

En circunstancias en que los miembros de la Comisión de la Verdad y de las ONG son tratados por la prensa macartista, que influye notablemente en García, como si se fueran prosenderistas, cuando se acusa de subversivos a los movimientos ambientalistas en las minas, cuando las autoridades repiten cada cierto tiempo alarmantes informes sobre el número de subversivos libres (cuando se trata de personas que cumplieron sus condenas), y cuando se trata de penalizar de la manera que sea a la organización de Ollanta Humala para que no haya oposición al gobierno ¿de que manera podrían interpretarse las declaraciones de García sino como una siniestra amenaza para todo el mundo?

Hoy mismo el editorial de Aldo M., confiesa que si hubiera podido hacerlo el enfant terrible del pensamiento pituco-liberal-autoritario, habría cerrado los periódicos rojos, incluido el que dirigía Antauro Humala. O sea que ya estamos entrando en el clima que estaba buscando el señor presidente. Aquel donde lo arbitrario se hace natural, y la autoridad imagina que la razón del orden lo justifica todo. Y es aplaudido por una prensa que hace poco festejaba haber impedido la posibilidad de un brote fascista en el Perú.

¡Qué viva la muerte!, de la que viven tantos vivos.

04.11.06

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jueves, noviembre 02, 2006

Los 100 días del señor presidente

1. En 100 días en el poder, Alan García no ha cumplido su ofrecimiento de hacer pagar más impuestos a las empresas que se están beneficiando escandalosamente del alza de los precios mundiales de las materias primas, sin ningún esfuerzo propio de inversión y gestión, y que se resisten a compartir estos beneficios con el país y las regiones propietarias de los recursos, estableciendo el cuadro aberrante de crecimiento incontenible de las utilidades frente a un Estado sin capacidad de inversión, que juega a la austeridad para evitar mejorar los ingresos de los trabajadores públicos, y una sociedad de millones de pobres, muchos de los cuales viven en las áreas contiguas a las grandes empresas extractivas.

2. En cien días en el poder, Alan García nos ha querido hacer creer, en cambio, que lo “inteligente” era no poner impuestos a las mineras y otras empresas exitosas, sino requerirlas para que hagan un aporte voluntario, con lo que se evitaban controversias legales y supuestamente se conseguían similares resultados. Así el derecho se ha transformado en aparente generosidad de la gran empresa. Los montos voluntarios, por supuesto, son mucho más bajos de lo que podría obtenerse sobre un porcentaje razonable (unas quince veces menos). Además, en la propuesta de presupuesto público para 2007, no figura el monto de este anunciado aporte, lo que puede interpretarse como que el Estado no será el que reciba esos montos, sino que los aplicarán las mismas empresas a su real entender, deduciéndolos del total de sus obligaciones tributarias.

3. En cien días, Alan García no ha logrado rebajar las tarifas de servicios públicos como era su compromiso; al contrario dejó que se cumpliera el alza del agua que Toledo programó para agosto y que los planes de ajuste de la energía eléctrica que venían del anterior gobierno siguieran adelante. En el caso de los teléfonos protagonizó el ya famoso affaire de la renta básica, declarada nula por el Congreso, con voto aprista, y luego observada por el mismo gobierno, que terminó planteando a la empresa española una negociación de varios puntos, mientras le permitía seguir haciendo incrementos en sus planes tarifarios. En resumen, la telefonía sigue tan cara como antes, la empresa monopólica ha demostrado que nadie la toca y el presidente ha tenido ocasión de aumentar su cuota de discursos pretextando que aumentar la cobertura del servicio significa más poder para la empresa extranjera.

4. En cien días, Alan García no ha cumplido con la rebaja inmediata del precio de los combustibles en 10%, que fue su argumento “realista” para contrarrestar a Humala que aseguró que podía reducirse mucho más. En los tres primeros meses de gobierno aprista hubo más bien un alza, que luego se corrigió con un pequeño descenso. Pero durante todo el período el precio internacional cayó en más de 25%. En julio el barril de crudo valía 75 dólares y en octubre llegó a 55. ¿Cómo puede ser posible entonces que estemos pagando más de lo que se pagaba antes que AGP jurara como presidente? Evidentemente el gobierno no se atreve a ponerle la mano alas petroleras.

5. En cien días, Alan García no ha dado un sólo paso hacia la libre desafiliación de las AFP que era una de sus promesas electorales más repetidas y por lo que había votado la bancada del APRA durante el gobierno anterior. No ha puesto el ojo sobre la inmensa rentabilidad bancaria y los abusos usureros contra la gente. Pero el presidente austero viaja de un lugar a otro en el jet particular de Romero, que ha reemplazado la nave presidencial, con lo que evidencia quién lo sostiene.

6. En cien días, Alan García no ha hecho absolutamente nada por la agricultura, olvidándose de sus rollos agraristas de hace veinte años, el “trapecio andino”, el “crédito cero” y otras de sus viejas genialidades. Ahora todo su planteamiento se ha reducido a la fórmula de “sierra exportadora”, que pretende trasladar al espacio serrano la misma polaridad minoría exportadora con mercado seguro y mayoría de agricultores y campesinos para el consumo interno y la autosubsistencia echados al abandono.

7. En cien días, Alan García, no ha invertido un centavo en infraestructura de desarrollo ni ha definido políticas de solución de la crisis de todos los sectores del transporte (aviación comercial, marina mercante y transporte terrestre), pero si se ha dado el tiempo para que la ministra Zavala y la mafia de Proinversión privaticen 12 aeropuertos de provincias a favor de una empresa sin capacidades técnicas y financieras para hacerse cargo de esta responsabilidad, y empiece a concesionar nuevamente carreteras. En medio de este enorme vacío de Estado se han venido multiplicando los accidentes de carreteras con numerosas víctimas, que el gobierno quiere reducir a un asunto de “autoridad presidencial” que pretende tener la capacidad suficiente para inspeccionar todos los vehículos.

8. En cien días, Alan García ha identificado sus políticas nacionales con las de los Estados Unidos, tanto en materia de TLC, asumiendo que el “libre comercio” es el camino al desarrollo y la reducción de la pobreza, y reconociendo que el documento elaborado durante el gobierno de Toledo (que con seguridad no ha leído ni entiende), es beneficioso para nuestro país; como en el tema de hoja coca y represión al narcotráfico, que una vez más se traduce en persecución de campesinos, erradicación forzosa de sembríos, cultivos alternativos sin mercado, policías especiales, etc., donde el gobierno peruano reprime y el norteamericano pone el dinero para armar a los represores; como en el de “terrorismo”, asumido en la lógica bushista de intervenir países, secuestrar sospechosos, violar derechos humanos, etc.

9. En cien días, Alan García ha puesto al Perú en el centro de un acuerdo que favorece ampliamente los intereses chilenos en el país y no ha querido que se debata los contenidos de este acuerdo. El llamado TLC con Chile es un sistema de protección de inversiones que sostendrá los más de 5 mil millones de dólares que los vecinos del sur han colocado en el país, frente a no más de 50 millones peruanos que invertidos en tierras del sur. Este acuerdo pernicioso pretende disfrazarse de “gesto de paz” de nuestra parte, en circunstancia que el gobierno de Santiago sigue comprando armas y ya figura como la segunda potencia militar de la región, después de Brasil.

10. En cien días, Alan García ha lanzado el programa agua para todos, prometido en la campaña, pero lo ha hecho sin un plan serio que garantice la sostenibilidad del recurso, a través de fuente seguras y sustentables; sin un financiamiento asegurado (han dicho más bien que al Estado no va alcanzarle el dinero, lo que sugiere que en algún momento llamarán a los privados); sin una política de conservación, buen uso y ahorro, que comprenda a todos los usuarios; sin una decisión sobre el programa de privatizaciones de empresas provinciales que está vigente y que debería comenzar por los casos de Piura-Paita, y Huancayo. En lo que sí tiene muy claras las cosas el ministro Garrido Lecca es en su alianza con las mafias de Sedapal y Proinversión que han impulsado la política de exceptuar de licitaciones y concursos los gatos del programa de agua.

11. En cien días, Alan García se ha ido involucrando en una nueva pugna por el control de las instituciones militares, al punto de que hemos llegado a vivir el insólito espectáculo de un comandante general del Ejército peleando públicamente con sus generales. Una crisis general de autoridad, que se expresa en las decisiones ascenso y asignación de cargos del comando, en el control de gastos e inversiones, en la evaluación de desempeños etc. García está persiguiendo contar con una cúpula militar aliada, a la manera de Fujimori. Esto es lo que provoca los enfrentamientos. Parte del afán ha sido el apoyo abierto que el gobierno ha ofrecido a los militares enjuiciados por delitos contra los derechos humanos y el papel cada vez más destacado que va tomando el almirante Giampietri en diversas decisiones gubernamentales (se vistió de marino par arengar a los miembros de su arma contra los organismos de derechos humanos, el 8 de octubre; ha impulsado la persecución delas ONG; está distribuyendo información de inteligencia a los medios, etc.)

12. En cien días, Alan García ha convertido los problemas de inseguridad de la gente a una sencilla ecuación: el que se sale de los límites fijados por García debe merecer la pena de muerte. Primero fue el caso de los violadores de menores que son por cierto profundamente repudiados por la opinión pública; ahora está anunciando la muerte a los terroristas, después que algunos medios empezaron a hablar de banderas rojas y trabajo político de supuestos senderistas en las universidades. A pesar de que el Perú está restringido por ser firmante del Pacto de San José, para extender la pena capital a nuevos delitos (sólo se le reconoce su aplicación en casos de traición a la patria en casos de guerra externa), García insiste en agitar a la población sobre este tema, jugando irresponsablemente con la posibilidad de quedar fuera del sistema interamericano de derechos humanos y convertir al Perú en paria mundial.

13. En cien días, Alan García ha trastocado la mirada que los peruanos tenían sobre la anticorrupción, al nombrar una procuraduría especial paralela a la que existe para el seguimiento de los delitos del período fujimorista, dedicándola a los delitos del toledismo. De esta manera se está quitando la connotación particular del proceso a la dictadura y se ha permitido incluso que el procurador contra Toledo señale al ex presidente como “el animal político más corrupto”, acusándolos de gastos frívolos e irresponsables que terminan equiparados a la corrupción sistemática de los 90. El equipo anticorrupción que ya estaba bastante debilitado, se ha ido desgranando en medio de denuncias a la falta de voluntad y a las proximidades del APRA con el fujimorismo, que hacen imposible cerrar correctamente los juicios y lograr la extradición del ex dictador. En el Congreso está funcionando una maquinaria para lograr el blanqueo y legalización del fujimorismo corrupto. Los jueces están emitiendo cada vez más sentencias benignas o exculpatorias a los mafiosos. Y García se lava las manos.

14. En cien días, Alan García ha hecho vacunarse contra la rubéola-sarampión, a 17 millones de personas entre los 2 los 39 años de edad, en medio de denuncias sobre la falta de una demostración d prioridad sobre este procedimiento, habiendo muchas otras enfermedades más difundidas por erradicar; sobre la asignación dela buena pro de estas vacunas a un laboratorio ligado a miembros del partido apristas; sobre riesgos para los vacunados que no han sido suficientemente advertidos y asegurado. Siendo la primera medida en salud de este gobierno deja una enorme preocupación sobre las lógica mercantilistas y la ausencia de metas razonables en este decisivo sector. Entretanto aumenta la TBC y otras enfermedades graves.

15. En cien días, Alan García ha anunciado que evaluará maestros y estudiantes para saber el estado en que se encuentra la educación peruana. En este punto la pregunta es igualmente si el problema es de diagnóstico o de medidas que deberían haber empezado a adoptarse o por lo menos programarse para los primeros meses del próximo año. El famoso censo evaluatorio ha sembrado preocupación en el magisterio que se siente amenazado con razón por lo que presienten como un intento de descalificarlos. El reclamo es que las evaluaciones se hagan después de las capacitaciones y que tomen en cuenta las diferencias que existen en la educación urbana y rural, y por regiones de mayor o menor pobreza.

16. En cien días, Alan García ha convertido la reforma o reestructuración del poder judicial en un disparate en el que se comienza con una gran amenaza de que el presidente los reorganizará si ellos mismos no lo hacen, los supremos decretan su reestructuración, el Congreso define nuevas remuneraciones para los altos magistrados, los supremos reclaman, García veta la ley y finalmente se abre una investigación sobre signos de riqueza a la Corte Suprema. El país sigue viendo al Poder Judicial como un ente corrupto y una amenaza para sus derechos, el Congreso está en una guerra con ese Poder y García está sacando provecho de todos los conflictos. ¿Qué hemos ganado en este punto fundamental del apolítica del Estado? Absolutamente nada.

17. En cien días, Alan García dio su primer golpe de Estado al derribar a los dos alcaldes que se disputaban el sillón municipal de Chiclayo y decretar por sí y ante sí que los reemplazaba por el prefecto nombrado por el gobierno central. Sin tener ninguna atribución para hacerlo, García quiso afirmar en este caso el principio napoleónico de que el gobernante se encuentra más allá de cualquier ley. A pesar de tratarse de una medida absolutamente extemporánea (40 días después de los enfrentamientos), el presidente lució como el tipo que resuelve los problemas que los demás enredan (resoluciones contradictorias del JNE y el Tribunal Constitucional) y el que establece lo que es bueno para su pueblo. Quedó abierta así la vía para nuevas intervenciones del supremo.

18. En cien días, Alan García organizó primero un diálogo con las dirigencias cocaleras, luego desató la represión en Sión, más tarde sancionó a los represores, pero luego ratificó que la erradicación forzosa era una “política de Estado” (en realidad de Estados Unidos), y que no se detendría, con lo que el diálogo quedaba sin mayor sentido, demostrando en definitiva que no tiene nada claro respecto a lo que se debe hacer frente a la hoja de coca y el narcotráfico. Para acrecentar la confusión, García ha nombrado como jefe de DEVIDA al ex ministro del Interior de Toledo, ha ordenado la trasferencia de Enaco a la región del Cusco (siendo el tema de la coca un asunto nacional) y ha ratificado frente a Bush los principios de la política norteamericana en este campo.

19. En cien días, Alan García ha hecho conocer finalmente las medidas de su publicitado schock descentralizador, que siguen la pauta fijada por Toledo, acelerando la entrega de organismos y proyectos, pero no aumentando las atribuciones ni los recursos de los gobiernos regionales. Para el presupuesto de 2007, no hay ampliación para las regiones, pero el gobierno confunde al país inventando una cifra de 3 mil 500 millones que equivaldría supuestamente a una valorización de lo transferido: activos, créditos, proyectos, etc. En términos de capacidad de gasto, de capacidad de captar recursos dentro de su área, de autoridad para disponer de sus principales riquezas y regular las grandes inversiones, el “schock descentralizador” no trae nada.

20. En cien días, Alan García encontró un tema sobre el cual construir una imbatible alianza con el fujimorismo y la derecha, que es el del control de las ONG. Al margen de los defectos que pueda tener una u otra de estas organizaciones, lo cierto es que se está construyendo un fantasma al cual responsabilizar de los conflictos sociales (caso de las relaciones entre mineras y petroleras, con comunidades afectadas por la expansión de estas empresas y por la contaminación), y sobre las cuales cobrar la venganza por las denuncias sobre corrupción y violación de derechos humanos que se hicieron contra Fujimori y partidos como el APRA.

21. En cien días, Alan García convirtió la política antipobreza en un programa por fuera del Estado, administrado por su esposa, precisamente mediante una ONG a la que han empezado a contribuir grupos privados que buscan la buena relación con el gobierno. El proyecto“Sembrando” choca claramente con la política de descentralizar los programas sociales, se encuentra fuera de los sistemas de fiscalización del Estado y representa una recaída en el más grueso asistencialismo de los pobres.

22. En cien días, Alan García aumentó el número de sus hijos conocidos a partir de una información periodística que señaló el hecho que tenía una antigüedad de más de un año. Con esto, buena parte de su imagen de hombre de familia, con un hogar sin fisuras, gran cristiano y otros detalles electorales, se vino abajo.

01.11.06

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