domingo, septiembre 30, 2012

La decisión de Ollanta

Todo esto comienza en una dramatización en la que el expresidente entra y sale del hospital y ahora de una clínica privada cada vez más abatido y delgado, moviéndose muchas veces en camillas y sillas de ruedas. Difícil no conmoverse con las imágenes que nos presentan a un hombre que no parece tener otra ocupación que la de su propia salud, pero que en realidad ha estado al mando de la campaña del 2011 y sigue siendo la cabeza de un proyecto político. Los hijos demandan un trato humanitario para su padre lo que no puede discutirse desde el lado de sus derechos, aún cuando sus condiciones del prisionero son especiales y le permiten un trato médico muy cercano y un acompañamiento familiar que ya quisieran otros presos.

El problema es que el debate que ha levantado el pedido de indulto ha escapado rápidamente de su envoltorio inicial y ya tenemos editoriales que sostienen que el presidente Humala debe dar la gracia así se pruebe que el prisionero no se está muriendo. Y que para sacar adelante esta posición se debe recurrir al principio del monarca de perdonar a quién quiera, ignorar los seguros que se pusieron en la sentencia y prepararse para salirse de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para acabar con el “absolutismo caviar” que expresaría este organismo internacional de garantía de los derechos de la gente. Es decir le están diciendo al presidente actual que se comprometa en tumbar la decisión judicial del 2009, con todas las implicancias impunidad que eso arrastre y que convierta este episodio en una ruptura definitiva con los sectores que se aliaron con él para detener el intento de regreso al poder de la familia dictatorial de los 90.

Ya no es con su entorno más cercano, sino con uno de los componentes sociales y políticos básicos de de su victoria que va dirigido este ataque. Y, por cierto, Ollanta podría quedar mucho peor que Alan García en el caso Crousillat, si en un cierto plazo el “chino” regresa a la política nacional. En realidad se trata de una trampa política a la que el presidente ha contribuido con su gentil invitación a que los hijos le presenten el pedido. Esto ha sido captado rápidamente por la cúpula fujimorista (menos Kenji) que ha movido rápidamente sus fichas. Caída la sentencia de Villa Stein era evidente que los recursos legales del eficiente abogado César Nakasaki se iban agotando. De ahí que el indulto haya entrado como una tromba como un ariete político. Ahora una comisión de médicos revisará el pedido y entregará sus conclusiones al presidente que tendrá que tomar una de las decisiones políticas más difíciles de su gobierno.

La cosa no es simple porque detrás de esto se encuentra toda una larga pelea por la democracia, la moral pública y la justicia para las víctimas de los abusos de la violencia, que llevaron a una decisión histórica al condenar al expresidente. Uno de los motivos de legítimo orgullo de los peruanos que aquí podemos sancionar a los personajes más encumbrados, está puesto sobre la mesa. No nos engañemos que este no es un tema del pobre viejito enfermo, sino el de una etapa política de la historia del Perú, cuyas heridas aún no han cerrado.

30.09.12
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sábado, septiembre 29, 2012

Entre lo humanitario y el arreglo político

Sorpresas no da la vida. Estábamos en el asunto del fallo a favor del Grupo Colina que por fin fue anulado, lo que ayuda a fijar el marco exacto para juzgar los crímenes de los 90, y como si fuera un asunto desconexo aparece un acuerdo de la familia Fujimori para formalizar el tantas veces mencionado indulto humanitario a favor del expresidente. Es decir readmitimos que estamos ante graves delito de lesa humanidad, cometidos por una organización criminal que jamás hubiera podido existir si no era protegida y auspiciada por las más altas instancias del poder, pero en ese mismo momento se recurre otra vez a la emoción de la gente para que concluyamos que culpable o no, el personaje se está muriendo y Ollanta Humala es el único que puede devolverlo a su familia para que pase con ellos la última etapa de su vida.

Nadie –menos yo, que sé lo que es sufrir el dolor de las grandes enfermedades-, podría estar a favor de que una persona débil o poderosa se consuma en prisión por un mal del que ya no puede restablecerse. Es por eso que hace un buen tiempo que he reclamado por un trato humanitario para el exmilitante del MRTA Jaime Ramírez Pedraza, que padece de esclerosis lateral amiotrófica, que destruye el control de sus músculos y lo acerca cada vez más a la muerte en el penal de Castro Castro donde no existen condiciones mínimas para atenderlo, ni llegan ambulancias cada tanto para llevarlo a alguna clínica privada para tratarlo.

Pero este caso, como probablemente hay otros, no hace noticia ni se gana la primera página como la lengua operada de Fujimori. Y ahí viene el tema, porque todos los médicos serios consultados aseguran que el paciente no padece del cáncer recurrente que se dice, y que sólo la primera de sus operaciones tuvo que ver con la presencia de células malignas en un estado inicial. Todo lo que ha pasado luego es que la cavidad bucal ha quedado afectada y ha requerido intervenciones para tratar molestias no cancerosas. Entonces, ¿hasta dónde puede llegar el recurso humanitario para una persona que no parece estar en un trance de inminente fatalidad y que está siendo atendido y curado de manera continua por médicos de alto nivel?

La inquietud que por supuesto invade al país es que lo que se esté proponiendo es un indulto con un compromiso político encubierto. Para esto el presidente Ollanta lanzó una flor al sugerir que no entendía porque la familia no había solicitado el indulto. Y ahí se vino abajo el orgullo de Keiko que había dicho que no lo harían porque su padre es inocente (a pesar de haber aceptado varios de los cargos) y Kenji volvió a meter la pata con su emplazamiento para que fuera Humala quién otorgara de oficio el indulto al prisionero. En sustancia estamos ante una prueba política crítica para el gobierno nacionalista, que tiene como una de sus mayores vergüenzas haber trasladado al hermano del presidente en funciones al penal más aislado del país para evitar que siga haciendo noticia.

Tiene un pésimo sabor que lo que se dijo en la campaña: que la Fujimori no sacaría a su padre de la cárcel si tenía el poder y que Ollanta dejaría a Antauro como un asunto de los jueces, se pueda cerrar ahora con un cambalache en el cual ya no sólo vamos a estar hablando que el programa de los perdedores fue el que finalmente se impuso, sino que la cabeza de los derrotados recuperarían a su cabeza política que lleva la carga de graves crímenes político. Esperemos que así no sea.

29.09.12
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viernes, septiembre 28, 2012

Los nuevos ricos

El caso de la señora fujimorista que tiene un desbalance de 12 millones de soles en sus cuentas familiares, que no se hubiera puesto en evidencia si no fuera porque se le ocurrió presentarse a congresista y que ella achaca al trabajo como “ilegal” de su esposo en el Japón, es similar al de Cecilia Chacón cuya brecha es un poco menor (alrededor de un millón de dólares) y que usa una coartada igualmente increíble: lo ganó siendo mesera en los Estados Unidos. Hace algunas semanas traté el caso de otro congresista naranja que en los 80 era guardia civil y en los 90 empezó a acumular empresas, tierras y a controlar el agua en el norte chico del país y que según parece tiene el poder local suficiente para manejar las instituciones. Hay otro con hostales que sirven para la prostitución clandestina. Y así sucesivamente.

¿Hay alguna coincidencia en que estas personas de reciente fortuna se encuentren en la bancada procedente de una lista de candidatos que Keiko afirma que escogió con el máximo cuidado (¿se acuerdan del incidente de la enfermera que atendía a Fujimori por las noches en la DINOES, que también era empresaria, y que la hija expectoró con escándalo?) y que han emergido de pronto a la política cuando resultaron electas para el Congreso? Puede plantearse de otra forma el mismo problema: ¿cuántos otros “desbalances”, dinero y propiedades dudosas hay que se formaron en los 90 y que aún no conocemos?

Lo que es evidente es que estos elementos útiles para una historia del fujimorato dicen de por sí que la corrupción de la época fue mucho más extendida de lo que se supone y que  la buena fortuna de ciertos tipos y tipas no acabó el año 2000, sino que siguió amparándose en el sistema de relaciones económicas y políticas que se mantiuvo depués de la dictadura a pesar del discurso oficial anticorrupción y democratizador que se escuchó desde ese año y que poco a poco se fue debilitando.

Alguna vez me sorprendí de saber que el prófugo exdirector del diario “Expreso”, Eduardo Calmell del Solar (uno más de la salita del SIN) era socio en Chile de una empresa de servicios de helicópteros que ha proyectado sus actividades hacia Perú, junto con Emilio Rodríguez Larraín testaferro de la empresa de aviación chilena LAN en el país. ¿De dónde salió el dinero para que un fugado de la ley se convierta en un próspero empresario en un país vecino y extienda sus negocios hacia el país donde tiene orden de captura? Curioso, ¿no?, como casi todo lo que tiene que ver con el mundo del “chino”, que innovó la política nacional al sacar del anonimato a personas que nunca hicieron nada por el país, por sus pueblos o por sus gremios, pero que tienen gran habilidad para el dinero y muy escasa para las justificaciones creíbles.

Los fujimoristas no son los únicos capaces de producir nuevos ricos mientras trasladan a su personal hacia los planos principales de la acción públic. Su gracia es haber sido pioneros. Y si se ve bien se entenderá porque tantas inscripciones y cambio de partidos para cada elección, porque esta es la única forma de tener bajo el látigo (como dice Yoshiyama) a este conglomerado de intereses que marca tan profundamente las características de la política peruana en los últimos 22 años.

27.09. 12.
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El fallo bananero

¿Cuál es la defensa no bananera del Estado peruano que el presidente del Tribunal Constitucional (TC) esperaba que se hiciera en Costa Rica?, ¿la de Vitery es decir la del fallo de Villa Stein que el aludido afirma que es “soberano”? Vamos, si todo este lío viene porque el expresidente de la Corte Suprema dictó en su actual condición de presidente de la Sala Penal Permanente una sentencia que violaba la posición ya asumida por el Estado peruano para el caso Barrios Altos y otros frente a la Corte Interamericana. O sea no es que hay dos posiciones una externa y otra interna en relación a este asunto de derechos humanos, sino una posición oficial ya tomada en conjunto por la Corte y el Estado del Perú hace bastantes años para perseguir severamente y sancionar los delitos de lesa humanidad que cometen agentes estatales como el Grupo Colina y la protección que reciben de algunas autoridades, que don Javier Villa Stein decidió desconocer.

Todavía en la televisión se pasa un resumen de una entrevista al polémico juez supremo en laque el tipo dice que para ellos (su sala) no hay autoría mediata, lesa humanidad ni organización ilícita para delinquir. Casi como decir que el Estado soy yo, contraviniendo el de paso la sentencia ya en firme del proceso a Fujimori, que justamente trataba de autoría mediata, lesa humanidad y asociación de voluntades para cometer delitos contra los derechos humanos. La intención clara de Villa Stein era darle fuerza jurídica y política a los que quisieran reabrir por algún resquicio el tema Fujimori y discutir si el Grupo Colina pudo actuar por su cuenta o sin que el presidente cayera en la cuenta de que existían. Por supuesto que el tremendo juez sabía en que se estaba metiendo de ahí la vehemencia con la que ha expresado sus posiciones, mientras la mayoría de su sala se replegaba y aseguraba tener desacuerdos de fondo sin llegar a explicar claramente porque el voto final refleja el punto de vista de solo dos delo vocales, por cierto de los más cancheros.

Y ahora se mete el TC a través de su presidente para hacernos creer que el deber del Estado es sostener lo insostenible. Si el Perú ha perdido tantos casos en la Justicia Internacional es porque el fujimorismo introdujo procedimientos bárbaros en el sistema judicial (tribunales militares, jueces sin rostro, testigos anónimos, reducción del derecho a la defensa, penas excesivas, etc.), a la vez que negó protección a las víctimas de actos de terror estatal, así como maltrató a sindicalistas, trabajadores y personas que no gozaban de la simpatía gubernamental). Siendo así, lo coherente con el sentido de la democratización de fines de los 90 y principios de los 2000, era aceptar que se habían cometido legicidios continuados y que el Estado debía recuperar la normalidad y cumplir sus compromisos internacionales y nacionales con los derechos humanos.

Hoy eso se califica como expresión de alguna debilidad, como si el papel de los gobiernos de Paniagua y Toledo debería haber sido defender los actuados del régimen dictatorial que se acababa de derrumbar. Toda la argumentación de Rafael Rey para intentar que el país se salga de la Corte, apunta con el disfraz de la soberanía, a la restauración del aparato de represión del gobierno al que apoyó de muchas formas. Lo que más bien ocurre en el Perú es que la limpieza del viejo régimen nunca llegó al fondo y dejó mil cabos sueltos. Uno de ellos es Villa Stein. Al que no se sabe si por despiste o complicidad le hace el juego el Dr. Álvarez del TC.

28.09.12
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miércoles, septiembre 26, 2012

Caviaronadas

¡Qué país tan caviar el nuestro! Tenemos Municipalidad caviar (a pesar de Marco Turbio), Universidad caviar (a pesar de Cipriani), presidente de la Corte Suprema caviar (a pesar de Villa Stein), Defensoría caviar, derechos humanos caviares, analistas de izquierda caviar y de derecha caviar, asesores caviares en la PCM, partidos caviares, y encima una Corte Internacional que caviaronamente emite un fallo ordenando que el país sea coherente con lo que se resolvió hace diez años sobre el caso Barrios Altos y la actividad del Grupo Colina. O sea ellos mandan en el Perú a pesar del giro de Ollanta, las presiones de la CONFIEP, el rol de la mayoría de la prensa, etc.

Obviamente no voy a intentar aquí hacer una definición de lo que los fujimoristas y sus amigos de la DBA quieren decir cuando usan un concepto con tantas acepciones y modelos. Después de todo el procurador Vitery no supo qué contestar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre la razón por la cual en la sentencia pro-Colina de Villa Stein, que él defendía, se usaba esa palabra. Porque, ¿qué puede haber de “caviar” en una discusión sobre crímenes tan alevosos como el de los ametrallados en la pollada de Barrios Altos, la eliminación de campesinos en el Santa, o la desaparición del periodista Pedro Yauri, que Villa Stein dijo que no eran de lesa humanidad, ni sistemáticos ni habían autores mediatos?

A lo que sí quiero referirme es que la palabrita, que a Carlos Meléndez le parece una buena “chapa”, se ha convertido en una manera peyorativa de referirse al frustrado entusiasmo democratizador de la sociedad peruana luego de la derrota del régimen fujimorista el año 2000. En otras palabras no se trata ya de saber si estamos hablando de izquierdistas de gustos burgueses, o de gentes que empezaron muy a la izquierda y se movieron a la moderación o los que lo hicieron desde la derecha hacia el centro (fujicaviares), sino de todo lo que tiene que ver con el juicio histórico de la dictadura. Por supuesto fuera de Kenji y Martha Chávez, la mayoría de los anticaviares matizan y reconocen barbaridades del régimen de los 90. Un ejemplo es la propia sentencia de Villa Stein que todo indica que si hubiera podido habría declarado prescritas las responsabilidades de los Colina, como lo hizo Fujimori con su amnistía de 1995. Pero como eso es muy escandaloso lo que se hizo fue un retroceso parcial para variar la perspectiva.

Ya algunos habíamos advertido que la sentencia que ahora la CIDH ha terminado de tumbar, era una provocación para poner unos jueces contra otros, agitar el tema de la soberanía contra la justicia interna y poner en jaque al gobierno de Humala que vacila entre los derechos humanos y los militares. Es en este mismo ángulo que se colocan algunos promotores de la revocatoria de la alcaldesa Villarán que quieren castigar que la izquierda haya ganado la Municipalidad, o los que prefieren una Católica del Opus Dei antes que de los caviares. En resumen la ambigüedad del término va dirigida a señalar que estamos en contraofensiva, no porque nos hayamos convertido en una sociedad progresista, aunque sea de tipo caviarona, sino porque los que tenían todo el poder hace veinte años tuvieron que ceder y mimetizarse, y ahora están de regreso.

26.09.12
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martes, septiembre 25, 2012

El factor Nadine

Nunca me he creído eso de que Ollanta y Nadine se estén disputando el poder, o si se quiere expresarlo de otra manera que la primera dama no se esté dando cuenta del daño que le hace a su esposo su excesivo protagonismo. Pienso que la idea de una Nadine intercambiable con el presidente ha sido una consecuencia de una realidad mucho mayor que es que no hay liderazgos de reemplazo para asegurar la cohesión del nacionalismo (empezando por la bancada) y evitar que militantes y simpatizantes dejen de verle futuro a su organización.

La precandidatura no confirmada de la señora Heredia, con los altos índices de aprobación que aún mantiene, implica que el ollantismo todavía puede ser una buena inversión a mediano plazo. Pero para que país y especialmente los que votaron por Gana Perú se tomen en serio la propuesta había que hacer todo el protagonismo que ahora algunos perdonavidas definen como exagerado, pero comprensible, en el papel de mujer activa y moderna que se imputa a Nadine. Mi hipótesis es que se ha fabricado una lideresa sustituta para dar la idea de un régimen de diez años.

Lo interesante es que esta jugada ha sido secundada por empresarios y tecnócratas que se han encargado de difundir la especie de que Nadine está a la derecha del presidente y que es a ella que se le deben los giros de la campaña, del nombramiento de Castilla y Velarde, y la salida de los ministros y funcionarios progresistas. Curiosamente antes era que la esposa de Humala estaba a su izquierda y lo había ganado a sus antiguas posiciones radicales, de ahí que muchos de los medios que ahora la adulan hayan sido sus peores enemigos del pasado.

El hecho es que Nadine hace presencias y gestos, pero no produce definiciones. Públicamente es la activista de los programas sociales, la creadora del famoso twitter “¿es tan difícil andar derecho?” y otros por el estilo, la acompañante de los viajes al extranjero del presidente o la que llena el vacío de sus ausencias como ocurrió últimamente. Pero también es el objeto de muchas versiones extraoficiales: que propone ministros, que se aparece en reuniones del presidente y opina sobre cualquier cosa, que llama a las autoridades para pedirles cuentas, etc. Las encuestas reflejan la acumulación de estos datos que el gobierno no ha querido nunca contrarrestar.



Por eso cuando el presidente dice que no hay cogobierno, que las críticas a Nadine vienen de la tradición machista y que ella va a seguir haciendo lo que hace, lo único que importa es la última frase. Y eso se refuerza con la primera dama saliendo poco después diciendo que sabe que está varios pasos atrás del presidente, lo que equivale a confirmar que no hay disputa entre los dos ni error en lo que ya se ha hecho. Ollanta seguirá formalmente como el presidente que habla a nombre del gobierno y su esposa como una política que tiene la ventaja de un lugar en el primer plano.

Pero poder, poder, es lo que tiene Miguel Castilla y el grupo del MEF que se ha apropiado de muchos ministerios e instituciones públicas, y que dan la impresión de estar lejos de sentirse satisfechos. Si poder es capacidad no sólo de decidir sino ejecutar lo que se decide, el único que ha sido capaz de eso en 14 meses de gobierno es el ministro de Economía y nadie más. El punto es que a él lo podría echar el presidente si quisiese. Por eso está tercero en el ranking de los poderosos, detrás de los dos que le entregaron el cargo.

25.09.12
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lunes, septiembre 24, 2012

Todo el poder a la tecnocracia

Por lo que estoy informado la salida de Álvaro Vidal por el mecanismo del ministro que le dice al alto funcionario que el presidente le está solicitando la renuncia, mientras se corta la línea telefónica con Palacio, ya ha sido empleado otras veces especialmente con algunos de los personajes que más cerca estuvieron durante los cinco años que mediaron entre las dos campañas presidenciales. Por eso es que no hay que tomar en serio las declaraciones de José Villena que se lava las manos respecto a lo que dice el texto del expresidente de Essalud y precisa que renuncia es renuncia y no despido, como lo diría un niño con aquello de primera boca es la que vale.

Ciertamente, interesan aquí no tanto las dificultades del gobernante para terminar de eliminar del poder a su antiguo entorno sino los voceros de los que se está valiendo para ello. Villena es un hombre de Castilla colocado en la cartera de Trabajo para hacer girar el eje de la política laboral de los primeros meses de gobierno que apuntaba a llevarse bien con el movimiento sindical. Hay que reconocer que el personaje ha aprendido mucho de su mentor ya que sus decisiones han sido metódicas pero implacables a lo largo de varios meses. Ya sacó a un viceministro y al presidente de la Seguridad Social y ahora ya todo empieza a estar como antes. Por eso cuando los periodistas le preguntan si la caída de Vidal es una consecuencia de la huelga médica, el ministro contesta que eso estará en su conciencia.

¿De cuándo acá el miembro de un gobierno –que además viene de haber sido batido en Conga y otras situaciones de conflicto-, admite que está forzando la salida del presidente de la principal institución a su cargo por presión de una medida de fuerza? Eso sólo ocurre porque el ministro de Trabajo que pudo haber exigido al de Economía para que Fonafe aflojara para el aumento solicitado por el directorio de Essalud y haber acompañado a su presidente ejecutivo frente a la negociación con el sindicato médico, se colocó como si con él no fuera el problema. Y no lo hizo no por pro-sindicato, porque es todo lo contrario, sino simplemente porque la huelga le cayó del cielo para precipitar el cambio que estaba buscando.

Esta batalla mezquina de la tecnocracia que ya estaba en el Estado antes del 28 de julio de 2011, y los miembros del equipo original de Ollanta que ocuparon algunas posiciones de gobierno ya se había visto en la PCM, Vivienda, Energía y Minas y seguramente en muchos otros lugares de los que no estoy suficientemente informado. Es un proceso que está produciendo un fenómeno absolutamente nuevo que es una pléyade de funcionarios estatales de anteriores gobiernos copando todos los espacios del poder hasta alcanzar un Estado dirigido por él mismo, mientras discutimos tontamente si Ollanta tiene más poder que Nadine o viceversa.

Sin duda, si puedes echarte al presidente de Essalud utilizando perversamente una huelga por justas demandas médicas que existen porque los tecnócratas de tipo Castilla, Villena y otros nunca han querido resolver porque están obsesionados por guardar cada vez más dinero en caja para que sus cifras macroeconómicas y la alianza con las inversiones siga adelante, es porque la tecnocratización y derechización del poder (que para el caso son lo mismo) ha avanzado demasiado como para aspirar a revertirla.

22.09.12
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Recordando a Silva Ruete

Javier Silva Ruete, alguna vez llamado el “gordito simpaticón”, ha muerto y como suele suceder en el Perú sobran panegíricos que eliminan todo debate sobre su trayectoria que, como bien se dice, es un elemento importante de la historia del Perú en los últimos cincuenta años. Cinco veces ministro es un récord que habla de una extraordinaria vocación burocrática a la que sólo se acerca el también muchas veces sonriente PPK. Pero lo que debería ser materia de reflexión es saber por qué el hombre pudo ceñirse el fajín en gobiernos tan distintos como el primero de Belaúnde (agricultura), el de Morales Bermúdez (economía), el de Paniagua (economía) y finalmente el de Alejandro Toledo (otra vez economía), a más de haber pasado por ser senador por el APRA en el primer gobierno de Alan García, jefe de plan de gobierno de Vargas Llosa durante la candidatura del FREDEMO en 1990 y presidente del BCR entre 2003-2004.

La evidencia indica que Silva Ruete se fue convirtiendo en un personaje providencial. Así llegó al ministerio de Economía en 1978, en la última etapa del régimen militar y en el peor momento de la economía y arregló con el FMI sobre la base de un compromiso para despedir decenas de miles de trabajadores estatales, que fue lo que originó la formación de los sindicatos estatales agrupados en la CITE. Fue también el que dio los primeros pasos de la apertura económica, bajando aranceles a una serie de productos y subsidiando las exportaciones no tradicionales. Sin embargo, durante el segundo gobierno de Belaúnde se reubicó como crítico del “excesivo liberalismo” del premier Ulloa y sus muchachos y por esa vía se asoció con Alan García para el gobierno que comenzaba en 1985.Pero luego dio un nuevo bandazo y se pasó al campo de un viejo amigo de los tiempos universitarios. Así elaboró el plan de privatizaciones para Mario Vargas Llosa que al final lo aplicó Fujimori.

En noviembre del 2000, alguien le dijo a Paniagua que la garantía económica era Silva Ruete, que haría que no fuguen las inversiones. Y el exgordito se tomó tan a pecho su responsabilidad que corrigió públicamente al presidente anotando que sí se pagaría la deuda puntualmente y se respetarían los contratos de la dictadura, aún los no terminados de firmar y plagados de irregularidades como el de Camisea o el del aeropuerto Jorge Chávez. En ambos casos se compró a fardo cerrado la herencia de la dictadura que por todos lados mostraba su esencia corrupta, como antes se había cargado el “activo y el pasivo” de los militares de los 70, y volvería hacerlo con el gobierno de Toledo. Esa maleabilidad lo hace un gestor del modelo económico actual tanto en el contenido de sus medidas pro-inversión como en el cinismo de las vías para su aplicación que hace a ciertos tipos capaces de ser ministros de economía de los más variados gobiernos.

Un día ante el Congreso cuando defendía la concesión del aeropuerto a favor de LAP, el tantas veces ministro dijo con gran soltura que la concesión iba a producir mil millones de dólares de ingresos con los que se pagaría tres pistas nuevas de aterrizaje para bajar grandes aviones. No hay ninguna pista hasta el día de hoy, pero hay buenos negocios para cierta gente. Pero los congresistas quedaron ese día con la boca abierta y Silva Ruete tuvo un motivo más para reírse cuando volvió a estar solo.

24.09.12
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domingo, septiembre 23, 2012

La candidez del sapo

Cándido de toda candidez, reincidió en jugárselas por los que sabía que iban a perder. Pero es tanto su tema de que el municipio de Lima pueda estar en manos de la izquierda, aunque sea la más descafeinada y a pesar de no haber nunca cruzado palabra con la alcaldesa como para darle un fundamento racional a sus odios, que otra vez volvió a sentirse como cuando Marco Tulio decía allá por febrero que ya tenía un millón de firmas y dejaba entender que al final iba a tener tantas adhesiones que hasta podría prescindirse en la votación para la revocatoria.

Lo que pasaba es que se había creído que sus propias chiquitas que hablaban de la “lady vaga”, o de la “villa-haragán” (últimamente ha publicado que lo único que se ha hecho en los dos últimos años es poner inspectores en la avenida Abancay, mientras mostraba entusiasta fotos de la resistencia al traslado a Santa Anita y de los paros del transporte, como si esos problemas se hubiesen creado en la actual gestión) coincidían con una aplastante mayoría que decía no estar conforme con el gobierno municipal que se eligió en el 2010. Si las encuestas decían que a Susana la apoyaba apenas poco más del 10%, a solo unos meses de haber asumido el cargo, entonces la cosa estaba segura entre las invencibles firmas de Marco Tulio y el respaldo del diario de las causas perdidas, que alguna vez presentó a la candidata de Fuerza Social con el puño en alto al lado de una foto de Abimael Guzmán en el mismo gesto, como si eso los hiciera políticamente equivalente.

Claro, como en las historias que contaba un viejo cómico, al cándido se le advirtió que la revocatoria no caminaba porque no había una fuerza política que pusiera la cara por ella; que la banda de Marco Turbio era en realidad un service político para encubrir a los que estaban pagando y empujando el proceso (Marco Turbio definió a su pandilla como la de los mucamos de Castañeda); que éstos nunca hicieron campaña política en serio y se movieron entre el blufaso y la maniobra hasta que ya no se les pudo tomar en serio (salvo el cándido); que a estas alturas ya no sabe si el famoso “error material”, llamémosle malicioso, del funcionario de la RENIEC que contesta sobre los plazos de vencimiento para el último lote de firmas señalando un día después del plazo de ley, fue hecho por algún villaranista cuando más parece que lo hizo un marcotulista; que las extemporáneas firmas del 6 de julio eran obviamente un recurso de emergencia de los que ya estaban vencidos para aparentar que habían sido despojados.

Todo esto lo sabía el cándido, pero insistió en que los problemas de la revocatoria eran Iribarren, Carlo Magno o los digitadores de la RENIEC y los chuponeadores (en realidad grabadores de las fanfarronadas de Marco Tulio). El hecho es que cualquiera con un poco sentido de realidad hubiera sabido muy pronto que Marco Turbio y su combo no dan para revocar a nadie y que las primeras impresiones sobre la nueva alcaldesa alentadas por la mala prensa ya han variado significativamente. Por eso los partidos que no se metieron al principio, menos se iban a quemar después. Sólo el cándido ha seguido en la danza, y eso que se cree sapo.

23.09.12
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viernes, septiembre 21, 2012

Las manos del MEF en ESSALUD

Un titular de la prensa de derecha de ayer jueves, que informa sobre la renuncia de Álvaro Vidal a la Jefatura de Essalud agrega un sobretítulo “Sindicalista no era para el cargo”. Lo más curioso es que ese mismo día por la mañana algunos sindicalistas del gremio médico y de trabajadores de la institución coincidían en que el Dr. Vidal no era la persona para la presidencia de Essalud y uno de ellos mencionaba en la baraja de nombres alternativos a Luis Castañeda Lossio, famoso entre otras cosas por haber despedido miles de trabajadores de la Seguridad Social.

Por su parte LA PRIMERA anota que la salida del presidente ejecutivo de Essalud significa que “FONAFE toma control total”, lo que es equivalente a decir que Luis Castilla (la tercera persona más poderosa del país según la elites entrevistadas por IPSOS-APOYO) se hizo finalmente de la organización más grande del país y usó una vez más de punta de lanza al ministro de Trabajo José Villena, que a pesar de la voz aflautada que se maneja ha demostrado ser un paciente demoledor de autonomías y pluralidades en los principales cargos del Estado.

Que hay una razón válida en los reclamos económicos de los profesionales de salud, postergados y maltratados por sucesivos gobiernos, es algo que no puede discutirse (como tampoco cabe hacerlo en el caso de los profesores) y es posible que a Vidal le haya faltado fuerza para contrarrestar el juego de presiones en que estaba atrapado desde un inicio por las opciones tomadas por el presidente Humala, pero de ahí a que los dirigentes no tenga una mirada de lo que puede estar por venirse hay una considerable distancia.

En el caso de los médicos del ministerio de Salud, por ejemplo, hemos escuchado agitar para que PPK sea aceptado como mediador en el conflicto lo que indica un inmediatismo económico sorprendente y una gruesa pérdida de perspectiva. Porque habrá que rogar para que no llegue finalmente el momento de comparar la gestión solitaria y esforzada de Vidal con el de la consolidación del dominio total de las instancias de poder por la tecnocracia neoliberal que sigue paso a paso imponiendo su control sobre el Estado. Obviamente un sindicalista convertido en autoridad, como era el caso de Álvaro Vidal, va a tener que adaptarse a su nuevo terreno de actuación pública. Es una ley de la vida. Pero eso de extrañar a Castañeda, Chirinos, Gutiérrez y a la administración aprista de Barrios y Ortega, con la que estuvo vinculado el actual secretario general del sindicato de médicos de Essalud, el Dr. Vinces, es como olvidar en donde nacieron los actuales problemas que el buen Álvaro intentaba solucionar.

En lo estrictamente personal debo decir que guardo el más profundo agradecimiento a Álvaro Vidal y su equipo que me dieron las mejores muestras de solidaridad durante mi largo internamiento en el Hospital Rebagliati entre julio y agosto de este año. Hay pues un sentimiento subjetivo en la manera como percibo el desenlace de la crisis que comenzó con la huelga médica y que ha servido para abrirle la puerta de salida al presidente de la institución. Pero, al margen de ello, estoy seguro que Vidal se va limpio de corrupción y con sus convicciones en alto. Pocos pueden decir eso.

21.09.12
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jueves, septiembre 20, 2012

Fiscales en zonas de violencia

La mención que hace algunos días hizo el presidente a que los fiscales debían ponerse bien los pantalones ha producido una fricción con el Ministerio Público, que era algo que según todos los indicios el Dr. Peláez Bardales estaba tratando de evitar. El hecho es que hubo un comunicado del Comando Conjunto que faltó a la verdad afirmando que un fiscal había estado presente cuando se produjo la intervención militar-policial en Ranrapata; un ministro que desmintió esto en Conferencia de Prensa; un Fiscal de la Nación que aclaró que su institución no había sido parte de los acontecimientos; y un presidente que cerró el asunto con la frase de que los fiscales no pueden andar por los cerros junto con los militares, que para el caso de la operación Mantaro había habido una fiscal que finalmente firmó las actas y que había alguna materia relacionada con el coraje personal (supongo que a eso alude lo de los pantalones, aunque se refiera también a magistradas que pueden llevar faldas) en la discusión abierta sobre la presencia en Ranrapata.

Varios temas están aquí superpuestos: (a) a saber si en operaciones planificadas y apoyadas en informes de inteligencia, con objetivos preestablecidos y en áreas de población civil, se puede dar por prescindente, por razón militar (eficacia y seguridad), la acción del Ministerio Público que es la garantía que disponen los intervenidos y las personas que están entre dos fuegos que las cosas se hicieron correctamente; (b) si el papel de los fiscales puede quedar reducido a convalidar con su firma la versión militar-policial de los hechos, para luego ser incluidos como avales dentro de un comunicado como el que emitió el Comando Conjunto; (c) si “ponerse los pantalones” significa que el fiscal debe dar por ciertos los informes militares o de inteligencia que señalan quién es el terrorista y el colaboracionista, y quién el responsable de los daños a terceros. Hay en las palabras del presidente un sabor ácido a subordinación del Ministerio Público a la estrategia militar y una crítica velada a cualquier reclamo de autonomía.

En el caso de Ranrapata hay una diferencia frontal entre la versión del gobierno que tiende a ajustarse a la de los jefes de la operación militar-policial y la que viene de la población. En medio de ese desacuerdo el Ministerio Público debería ponerse los pantalones para reclamar su obligación de estar presente en el momento de los hechos, no firmar más que lo que le consta y escuchar lo que tienen que decir todos los implicados. Por lo que se sabe ya se está cocinando una norma, en la misma lógica del negacionismo, para excluir legalmente la presencia fiscal en las zonas de guerra, como si se tratara de territorio enemigo. Una opción de este tipo acortaría la distancia hacia los jueces sin rostro, arrepentidos y otras disposiciones que los fujimoristas dicen que nunca debieron abolirse. Esto nos puede estar advirtiendo que otra vez el plan militar empieza a colisionar con las libertades y garantías de la gente, o que por lo menos que hay alguien que piensa así y empuja en ese sentido. Una niña está muerta y nadie se pone los pantalones para castigar a los responsables.

20.09.12
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miércoles, septiembre 19, 2012

Director de grado o fuerza

En plena campaña electoral del 2011, el director de LA PRIMERA, don César Lévano La Rosa, recibió una corona de flores con su nombre que llevaba implícito un siniestro mensaje sobre lo que desearían sus adversarios para lograr silenciarlo y que reeditaba los métodos del Grupo Colina en los años 90. Algún tonto escribió por ahí que el viejo luchador quería victimizarse refiriéndose a la protesta que este diario publicó al día siguiente y sugiriendo que nosotros podíamos habernos enviado la simbólica amenaza, para desviar la atención de la pedrea que Jaime de Althaus recibió una noche al salir de su programa. Pero fue el propio César el que acabó ese debate con una sola frase: ahora me siento un periodista coronado.

Imagino que ahora nos dará otra lección otra lección de humor y sabiduría luego de pasar por el brutal trámite de ser trasladado por la policía, por órdenes de la juez del 23 Juzgado Penal de Lima que lo requirió de “grado o fuerza” ante su despacho para rendir su instructiva en un caso que César ni siquiera sabía que existía, ni quién lo denunciaba, ni por qué motivo. La jueza Elena Mayuri Bocanegra que dictó el procedimiento tenía que saber, por cierto, que estaba atentando contra una de las escasas glorias del periodismo peruano, con 86 años bien vividos, una prótesis y una historia personal en la que varias veces pisó la cárcel por sus convicciones políticas y su independencia de escritor y periodista.

Pero si quieren sorprenderse aún más con este caso entérense que la jueza que generó el apremio no estaba en su puesto cuando llegó su detenido y había dispuesto que un secretario le tomara la instructiva para un caso que recién daba sus primeros pasos. Es decir como una elaborada celada un proceso en fase inicial que no es de conocimiento del denunciado se convierte en un motivo para armar la noticia del director apresado. Pero más interesante aún fue conocer en el juzgado la identidad del denunciante: nada menos que el dirigente del cogollo fujimorista y funcionario de Yanacocha, Vicente Silva Checa, cuya participación en diversas conspiraciones en el año 2000 (Cable Canal de Noticias) y 2006 (correspondencia con el dueño de Petrotech y su esposa para apoyar a Alan García y su esposa), ha sido ampliamente difundida.


En el 2011, LA PRIMERA obtuvo información de inteligencia que se refería a un plan para detener como fuera la candidatura de Humala, en la que intervinieron empresarios, personajes políticos y dueños de medios de comunicación, que había sido bautizado como el “Plan Sabana”, en el que entre otras personas se encontraba implicado Vicente Silva Checa. Más de un año después, se ha armado la emboscada judicial contra César Lévano utilizando la leguleyada de invocar una inexistente resistencia a la autoridad.

César Lévano, me consta a mí que también he andado en estos avatares, ha estado pacientemente atendiendo todas las citaciones judiciales en su contra que le han llovido como expresión del afán de acallar denuncias y silenciar a nuestro diario. Violando el sentido de la ley que indica que cada redactor o columnista es responsable de los textos que firma, se insiste en comprender al director en todos los procesos y los jueces lo admiten contra el texto explícito de la ley. Lévano no hizo la nota sobre Silva Checa como tampoco hizo muchas otras por las que lo han acusado sin que corresponda.

Yo sé que don César nos va a hacer sonreír con alguna de sus ironías. Después de todo para los periodistas honestos los jueces abusivos y las citaciones de grado o fuerza son parte del oficio.


19.09.12
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martes, septiembre 18, 2012

Entre la verdad y la guerra

La población de Ranrapata tiene una sola versión de lo que sucedió el día en el que la niña Zoraida Caso cayó abatida por una bala en la espalda disparada a gran distancia cuando trataba de huir asustada por el ingreso de militares y policías a su pueblo. Para los comuneros sólo hubo disparos de un lado realizados por militares y policías que irrumpieron en el pueblo haciendo uso de sus armas seguros de encontrarse con un grupo de senderistas que si existía estaba en el campo de donde huyó con facilidad.

Frente a este testimonio colectivo, se han levantado una variedad de historias cargadas de elementos visiblemente falseados de parte del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, la oficina de prensa de Palacio de Gobierno, los ministros de Interior y Defensa, y el congresista Otárola. Si hubo o no presencia fiscal (ahora se sabe que existió sólo para la firma posterior de un acta con la versión militar-policial de los hechos); si el objetivo eran los niños o los subversivos; si había o no un campamento y donde se hallaba; si la bala correspondía a las armas de reglamento de los militares o la policía; si las mujeres detenidas era o no colaboradoras de los senderistas; si se tenía informaciones serias sobre que los niños estaban cautivos aunque lo evidente era que vivían con sus padres; etc.

Y, por cierto, la credibilidad de todo este enredo de informaciones ha sido dañada aún más por el criterio repetido por el ministro del Interior y otras autoridades, a más de una variedad de militares metidos a políticos y de políticos militaristas, que sostienen que lo que se juega en torno a la verdad de la muerte de la niña Zoraida, es la moral de la tropa mandada a combatir en la intrincada geografía del VRAE y que ahora estaría temiendo ser perseguida y procesada por este desgraciado acontecimiento. O sea que entre investigar y sancionar responsables, y fortalecer la eficacia militar habría que tomar una opción y hay muchos que ya lo están haciendo.

Uno de los elementos que parecían más sensibles en el discurso del presidente Humala se refería a ser duros y rigurosos con los que atentan contra la niñez en diversas formas. Se refería no solamente a los violadores y asesinos de niños, sino a los criminales que actúan de forma tal que no les importa si en una balacera alcanzan a una criatura con una bala como pasó en el Paseo de República en Lima. Pero, qué pasa cuando el descuido es de los agentes del Estado encomendados a una misión con riesgo, y que para asegurarse disparan primero y preguntan después, o como diría el cardenal Cipriani se trata de zonas donde no se puede entrar con guantes, mandiles y pidiendo permiso.

Ollanta se ha tomado varios días para decidir qué era lo que se debía priorizar. Y si bien sigue hablando de que se investigará, lo cierto es que antes que tenga un informe claro ya nos dijo que las operaciones continuarán porque ellos ya tienen el plan claro que los políticos y “opinólogos” que vimos lo de Kepashiato y ahora lo de Ranrapata, no entendemos y nos atrevemos a opinar.

18.09.12
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lunes, septiembre 17, 2012

Los intereses tras la revocatoria

La presencia del dirigente de los empresarios transportistas de Lima-Callao, Julio Rau Rau, en el acto final del paro de los comerciantes de La Parada que se oponen a ser trasladados al nuevo mercado mayorista de Santa Anita, anunciando la próxima victoria de la revocatoria contra la alcaldesa Susana Villarán, no hace sino confirmar que este proceso se está convirtiendo, ante todo, en una suma de intereses anti-reforma comandado por los mismos testaferros que lo iniciaron en nombre de un grupo de políticos frustrados que no quisieron poner la cara.

Hay que saber en este momento que intentar poner en jaque la acción de la Municipalidad de Lima en estos momentos es pretender que los grupos afectados por el ordenamiento del transporte, el comercio de alimentos y otros, mantengan la situación tal cual ha sido desde hace muchos años. Poco faltaría para que los proyectos de recuperación del centro histórico también encuentren revocadores que no quieran mover la realidad dantesca que todavía persiste en muchas de sus calles en las que proliferan la informalidad, el caos de los vehículos de carga y descarga estacionados en las vías estrechas, la prostitución y la delincuencia, etc.

En un principio el impulso a la revocatoria se presentó como una tempranísima censura a una gestión que pretendía ofrecer perspectivas diferentes y donde había un énfasis en los temas de derechos y cultura, que chocaban con el pragmatismo de mucha gente a la que se le había convencido que la tarea municipal se mide en el número de obras físicas que se entrega cada año. De ahí vino aquella perversa campaña para acusar a la alcaldesa de “vaga”, inactiva e incapaz, que sus propios creadores echaron al olvido, salvo cuando el bueno de Marco Turbio trata de disfrazar su tarea de un supuesto propósito vecinal. A casi dos años de gobierno municipal de Susana Villarán, las obras visibles ya no pueden discutirse, pero la novedad mayor va por el lado de las reformas más difíciles como la del transporte.

Si se recuerda, el alcalde Andrade se lanzó en su momento a una reforma que parecía imposible para ordenar el comercio ambulatorio que cubría la ciudad de Lima, y hubo resistencias parecidas a las actuales movidas por sus adversarios políticos, entre ellos el gobierno de Fujimori. La ironía actual es que el grupo que tuvo la Municipalidad en los dos períodos previos a Villarán y eludió conscientemente responsabilidades como las del transporte y el caso de la Parada, haya terminado apoyándose en estos focos resistentes a todo cambio para suplir su incapacidad para generar una movimiento político ciudadano, si es que realmente creen que la alcaldesa de Lima debe ser echada de su cargo y reemplazada por otros gestores.

La capitulación del Jurado Nacional de Elecciones ante el realmente turbio grupo revocador que visiblemente fracasó en su oportunidad para lograr las firmas para generar la convocatoria a una consulta ciudadana sobre la permanencia de la alcaldesa y sus regidores, luego de fanfarronear sobre sus millones de adherentes, refleja por cierto que hay más gente e intereses políticos metidos en este negocio de lo que ya sabemos, lo que confirma la gran hipocresía que se ha ido construyendo para terminar detrás de Rau Rau y de los dirigentes de La Parada. Es como cuando Lourdes Flores dice que jamás revocaría a la alcaldesa y los regidores del PPC presentan inmediatamente una moción de vacancia y su lideresa los respalda.

17.09.12
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domingo, septiembre 16, 2012

De color modesto

En el mismo país en el que todos nos conmovimos ante el brutal ataque de una banda de “marcas” en el llamado “zanjón”, que dejó parapléjica a una pequeña niña, y en el que nos indignamos ante el vil atentado contra la familia del congresista Reggiardo en San Borja, que por un milagro logró que las balas no tocaran a su hija, debería sorprendernos que la mayoría de medios haya tomado al paso lo ocurrido con la niña Zoraida Caso de 9 años acribillada, según las evidencias, por las denominadas fuerzas del orden, en medio de la confusión creada por la irrupción de los uniformados en la perdida localidad de Ranrapata en la provincia de Huancayo. He revisado los titulares e informaciones del viernes y del sábado y parece que más importancia que esta tragedia absurda la tuviera un emplazamiento de Rafael Rey a Diego García Sayán sobre los indultos de principios de la década anterior o la apelación de pleno derecho que hace la RENIEC al fallo pro-revocatoria de la alcaldesa de Lima de la nueva mayoría del JNE.

También los políticos, apristas, fujimoristas, pepecistas y otros, han puesto el énfasis en la parte del “aprovechamiento político”, la foto y todo eso, pero han insistido en la tesis de que no se debe mover la cuestión de la responsabilidad militar que va desde el llamado trabajo de inteligencia previo, los objetivos de la operación, la forma de intervención y la información a sus superiores sobre lo ocurrido con la niña baleada. Hay ahí responsables, y si nos atenemos a las palabras del presidente son esos lo que no deben ser encubiertos y deben ser sancionados. Lamentablemente para algunos una muerte tan remota y de un color tan modesto (como diría Ribeyro), puede pasarse a las páginas interiores para ver cuál es el destino de los ministros. La indignación de otras veces casi no se siente en las mismas personas que se molestan cuando les dicen que redujeron el problema de la guerra interna a Tarata y a las molestias que sintieron por los apagones y los coches bomba cuando vivían en Lima, y que sienten especial antipatía cuando la CVR les recuerda que el escenario central del conflicto fue el campo y sus víctimas los más pobres del país.

A veinte años de la captura de Abimael Guzmán que ha sido motivo de gran celebración, con medio mundo queriendo apropiarse de la hazaña, resulta doloroso en extremo pensar que en Ranrapata no se sienten tan vencedores porque ahí siguen viviendo la guerra como una clara desconfianza del Estado hacia los hombres de poncho, las mujeres de polleras y aún sobre sus hijos a los que un general importante describió como futuros guerrilleros. Alguien ha descrito los hechos de Ranrapata como un segundo capítulo del drama de Kepashiato. Pero en este último lugar los caídos fueron policías y soldados enviados sin un plan a enfrentar un enemigo escondido en la selva. Ahora la víctima es sólo una niña a la que se le cortó el futuro de un solo tajo. Y esta es una prueba tremenda para los peruanos que tenemos que aprender que estas cosas no se pueden silenciar, ni pasar por agua tibia. Allá los políticos avestruces que dicen que no hay que hablar porque se está investigando. Hay que hablar y bien fuerte, para que en Ranrapata sepan que aquí los sentimos nuestros y no los abandonamos.

16.09.12
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sábado, septiembre 15, 2012

Tragedia en Ranrapata

El 9 de julio escribí: “Por tanto, técnicamente hablando el Estado había “secuestrado” a esta población infantil quitándolos a sus familias reales, por una razón de guerra, que es lo que hace al general Guivovich decir que nos hemos evitado 11 futuros guerrilleros” (la nota se denomina “Pioneritos” y se refiere al supuesto rescate de niños en el VRAE que según dice la ministra Jara ya empezaron a ser devueltos porque no eran los guerrilleros potenciales de que hablaba el excomandante general del Ejército).

Por cierto en los días en que me atreví a señalar algo tan fuerte como esto, la mayoría de la prensa y casi toda la clase política estaban borrachitos de entusiasmo por la noticia que se ajustaba como un guante a la campaña que habían lanzado algunos programas dominicales sobre los niños soldados que preparaban las huestes de los Quispe Palomino para su guerra sin fin. Pero como lo indicaba la lógica más elemental a un grupo casi errante que además busca tener las mejores relaciones con la población (lo que corresponde a su autocrítica del período anterior), le representaría una tremenda carga llevarse niños de las comunidades para concentrarlos en sus campamentos.

Por eso lo más probable era que se tratase de los hijos de los propios subversivos (que también procrean) y si fuese así se entraba en el terreno pantanoso de establecer la legalidad del acto de llevárselos por la fuerza, especialmente a los más pequeños. El hecho es que ahora parece que ni siquiera eran eso, sino pequeños campesinos arrebatados a sus familias a las que han empezado a ser reintegrados. Pero todo esto sale a luz cuando tras otra “impecable” intervención cuyos objetivos según el ministro o el militar que hable son de lo más variables: rescatar niños de un campamento de adoctrinamiento, capturar senderistas en una casa que les daba alimentación, etc., se produce la terrible muerte de una niña baleada desde lejos por un arma de largo alcance cuando aparentemente huía de la confusión creada por las fuerzas combinadas del Ejército y la Policía.

Todo esto además aderezado por un show mediático que repetía la escena de julio de los niños en brazos del presidente, la primera dama y otras autoridades, pero esta vez sin Ollanta que se encontraba en la reunión de APEC en Rusia. Alguien había decidido que este era un momento para la foto y los jefes a cargo de la operación no habían advertido que había una niña muerta de por medio, que era la hermanita de los “rescatados”, y que en paquete que habían traído a Lima estaba la madre de todos ellos. Un formidable enredo porque tampoco había habido campamento senderista y probablemente ninguna necesidad de hacer disparos sobre la gente. Pero como en otros casos, operadores diligentes empezaron a inventar historias de justificación que no han hecho sino hacer más increíble la versión oficial.

Una cadena de preguntas han quedado en el aire: ¿quién es responsable del pésimo trabajo de inteligencia que confundió campamento con casa y terroristas con comuneros?, ¿quién decidió la acción en Ranrapata en ausencia del presidente?, ¿quién ordenó ocultar la muerte de la niña?, ¿quién inventó que los niños traídos a Lima eran “pioneritos”?, ¿quién engañó a la primera dama y a la ministra de la mujer?, ¿quién emitió el comunicado de Palacio?, ¿quién informó de maneras distintas a los ministros del Interior y Defensa?, ¿quién le dijo a Otárola que volviera a meter el pico y la pata donde no lo habían llamado?

15.09.12
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viernes, septiembre 14, 2012

Cambiando de tema

Creí, hace un mes, poder poner a un lado el tema de mi enfermedad para dedicarme a lo que siempre he hecho que es opinar sobre la política y la economía, le moleste a quién le moleste cada una de mis apreciaciones. Pero todas estas semanas que median desde mi operación (10 de agosto) han sido un ir y venir para saber lo que me toca hacer de aquí para adelante. Se imaginarán lo que es plantearse los nuevos retos de mi salud cuando todavía no puedo enderezarme del todo por la amplitud de la herida que llevo en el cuerpo y tener que barajar la posibilidad de una intensa quimioterapia y nueva operación para acabar con lo queda del mal aún dentro mío.

Leía en estos días que la asociación entre el cáncer y el cangrejo viene de la peculiaridad de esta enfermedad de no quedarse en un solo sitio, como ocurre con las demás. Si no detenemos su marcha irá paso a paso invadiéndonos hasta derrotarnos. También aprendí que el prefijo onco, proviene del griego y se refiere a la bolsa que encierra a los tumores. Finalmente supe que fue del extraordinario esfuerzo por encontrar la manera de enfrentar a la leucemia que se llegó al descubrimiento de la quimioterapia. Hasta entonces se combatía la enfermedad de las células con cirugía de la parte afectada, lo más extensa para evitar propagaciones, y radioterapia que buscaba quemar el tumor-, pero cuando el daño estaba en la sangre era imposible operar y focalizar para quemar.

La historia de la lucha contra el cáncer es como la de los hombres por transformar el mundo y hacerlo más justo, marcada por fracasos y muchas veces por experimentos que resultaron inicialmente más dañinos que la propia enfermedad. Pero los médicos que se empeñaron en sobreponerse a las dificultades, fueron precisamente aquellos que no se conformaron con que les dijeran que mejor era ayudar a una muerte tranquila de los pacientes a los que se creía que no se podía sanar. Hoy el porcentaje de curación de la enfermedad que por mucho tiempo se declaró incurable, es cada día más alto.

Todavía es una gran lucha la que permite vencerlo. Yo estoy en mi segunda batalla contra el cangrejo maldito. Pero noto que la gente que me rodea y más aún muchos que apenas me conocen por lo que escribo siguen creyendo en mí como si alguien que ha tenido la fortaleza de seguir escribiendo antes y después de una gran operación, ya no pudiese retroceder en su empeño de sanarse. Así que aquí me tienen en las vísperas de iniciar un proceso de quimioterapia para eliminar lo que me queda de enfermedad después de haber perdido el riñón y otras partes de mi cuerpo en la primera parte de esta cruenta batalla por mi salud.

Cuento esto porque ayer no pude escribir como lo hago cada día por una larga preparación para ser analizado por una máquina de protones que mañana dará un informe sobre las zonas que aún me quedan por curar y hoy al sentarme ante la laptop sentí una cierta indiferencia hacia los temas de la coyuntura que a veces tanto me apasionan y me pregunté si no tenía otras urgencias de las que hablar. Y ahí salió esta columna. Ustedes disculparán.

14.09.12
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jueves, septiembre 13, 2012

El fin del caso Boyle

“…con el criterio de conciencia que la ley autoriza y administrando justicia a nombre de la Nación: el señor Juez del Primer Juzgado Penal Transitorio de Lima, falla absolviendo a Raúl Alfredo Wiener Fresco y Edmundo Dante Lévano La Rosa por delito contra el honor-difamación en su forma agravada por medio de la prensa escrita, en agravio de Frank Thomas Boyle Alvarado”. (20 de agosto de 2012)

Hace algunas semanas la Comisión de Transportes del Congreso (no la megacomisión de Tejada), dispuso una investigación sobre los responsables de la privatización de los puertos de Paita y el Muelle Norte Callao, por existir suficientes indicios de favorecimiento a las empresas que resultaron ganadoras de las licitaciones y de diversas infracciones constitucionales. Entre los investigados figura el presidente de la Autoridad Portuaria Nacional APN, el almirante Frank Boyle Alvarado, que ya lleva poco más de siete años en el cargo y casi nueve en el directorio de una institución en cuyos estatutos se encuentra un artículo con el número 118 que a la letra dice “la designación de los miembros del directorio de las Autoridades Portuarias es por 5 (cinco) años, improrrogables…”.

El Almirante dice que a él lo han mantenido en su puesto los presidentes Toledo, García y Humala, lo que estaría probando su capacidad para la función. Pero aún si fuera cierto esto, de todas maneras se estaría violando la norma explícita aparentemente por ministros que no leen los reglamentos y por un alto funcionario que, como los de los 90, se cree irreemplazable en su labor. Pero el caso es más serio cuando se contrasta con el hecho de que los años en los que la APN ha tenido el mismo presidente se han producido las oscuras privatizaciones que ahora investiga el Congreso. Tómese nota de este dato curioso: en marzo del 2009 debía culminar el mandato de cinco años de Frank Boyle, pero el gobierno de la época hizo como si los plazos no estuvieran establecidos y dejó a la presidencia de la APN en el limbo. Fue en esos días inciertos que se entregó Paita a un consorcio entre una empresa portuguesa y otra aparentemente peruana, cuyo directorio hasta poco antes incluía al propietario de uno de los principales grupos portuarios de Chile, nuestro mayor competidor comercial en el Pacífico Sur. Poco después, tras los hechos consumados, se nombró al nuevo presidente de la APN para los siguientes cinco años, que sorprendentemente era el anterior, el almirante Frank Boyle.

Como todo esto levantaba sospechas de haber sido maquinado para sacar adelante una privatización con ganador preestablecido que es lo que ahora se investiga, hicimos dos notas de investigación cuestionando la ratificación de Boyle en el cargo y su responsabilidad en el caso Paita. Por ello se me acusó junto con el director del diario por delito contra el honor-difamación, que es lo que acaba de resolver el Primer Juzgado Penal Transitorio de Lima, de cuyo fallo me he notificado ayer. De la resolución judicial extraigo un solo párrafo: “…nos hallamos ante un supuesto de ejercicio del derecho de información, pues en la noticia emitida… predomina la relación de hechos, infiriéndose que en presente caso, la conducta de los querellados no reviste un animus injuriandi, difamandi o la voluntad de calumniar, sino la intención de informar acerca del curso de las investigaciones…

O sea Boyle no es un intocable, no investigable o no opinable. Sino un ser humano normal que debe responder por su responsabilidad pública ente el Congreso y el país.

12.09.12
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martes, septiembre 11, 2012

11 de Septiembre 2012 en EEUU

Ya está visto que las formas de hacer la guerra son diferentes entre republicanos y demócratas en los Estados Unidos. Ambos las hacen, pero buscan razones distintas y varían los sistemas de alianzas según las justificaciones. La guerra demócrata se presenta cubierta de razones elevadas: intervención humanitaria como se dijo para la intervención del gobierno de Clinton en la ex Yugoeslavia y los bombardeos sobre Belgrado, coalición por el Kosovo que comprometió a la OTAN en su primer combate sobre territorio europeo y aparente cumplimiento de una misión de interés universal.

En cambio los republicanos a los Bush se metieron al fardo en Afganistán e Irak, sin ocultar que lo que se encontraba en cuestión era la hegemonía del coloso norteamericano después del 11 de septiembre de 2001. Era como aprovechar la ocasión del espanto por la tragedia para golpear sobre los Estados que se tenía dentro de la agenda de próximos enemigos, demostrando al mundo que no importa de dónde vino el ataque sino que siempre habrá algunos que pagarán el atrevimiento. La guerra republicana ha evidenciado que no requiere de alianzas aparatosas o de sometimiento a organismos internacionales controlados por los Estados Unidos pero donde se filtran posiciones en contrario que retrasan las decisiones. Imperialismo puro y sin disfraces, si se quiere.

Barack Obama recibió un voto que le reclamaba poner fin a las guerras insensatas como la de Irak que se justificó en la supuesta existencia de armas de destrucción masiva que no había por ninguna parte y que condujo a la muerte a cientos de miles de personas, a una guerra civil interminable y a una derrota ominosa del ejército estadounidense. Pero el nuevo presidente quiso diferenciar la otra guerra en Afganistán como si esta fuera la realmente válida, con resultados muy similares a lo ocurrido en Irak. De ahí los demócratas han mudado de modelo de conflicto y han vuelto a las “causas” que sustenten su papel de ordenadores mundiales como se ha visto en Libia y ahora en Siria, donde Estados Unidos y sus aliados de Europa, aparecen al lado de supuestas rebeliones civiles contra regímenes autoritarias, en las que de un día para otro brota una oposición armada hasta los dientes haciendo una guerra total sostenida por Occidente.

El gobierno demócrata de los Estados Unidos se ha convertido sucesivamente en amigo de la oposición en los dos países árabes, contra sus dictadores que por añadidura antes eran amigos de Washington. El resultado ha sido un cuadro de mayor inestabilidad para todo el Medio Oriente y un proceso que parece apuntar claramente a privar de aliados a Irán, el enemigo más poderoso de los estadounidenses en la región. Irán es un blanco típico para una guerra republicana, esas que no miden en aparatosidad bélica, niveles de destrucción y plazos. Lo irónico es que como dijo un exembajador yanqui hace poco la dinámica de las cosas es tal que si las próximas elecciones en los Estados Unidos la ganaran los republicanos tendríamos guerra con Irán e incendio en todo el golfo pérsico, casi automáticamente con la misma ola de mentiras de la vez pasada.

Pero si se reelige Obama también tendríamos guerra por la presión de Israel y por el curso que ya han tomado los acontecimientos que no le permiten a la Casa Blanca desdecirse de lo que viene haciendo. La tendencia es trágica, pero advierte de que más allá de las apariencias los dos partidos del Imperio terminan enrolados en lo mismo. Es parte del destino manifiesto.

11.09.12.
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lunes, septiembre 10, 2012

Añorando a Pinochet

Jaime de Althaus ha escrito esta semana, basándose en citas de otro autor, que la causa por la cual la izquierda peruana, a diferencia de sus similares latinoamericanas, no se ha modernizado y adscrito al modelo neoliberal, es porque no ha sufrido los rigores de una derrota similar a la que los otros sufrieron de parte de dictaduras anticomunistas. La tesis resulta más inquietante porque se presenta muy cerca del 39 aniversario del golpe de Pinochet, quizás el más acabado ejemplo de cómo la represión más brutal dio curso después de muchos años a una izquierda dispuesta a hacerse cargo de la herencia del dictador sin modificarla en sus rasgos esenciales.

Althaus en buena cuenta está queriendo decir dos cosas básicas: que el neoliberalismo verdadero entra con sangre que es como se arraiga en todos los sectores políticos que regresan a la democracia curados de espanto de la posibilidad de ser nuevamente aplastados por la bota militar; y que en el Perú, a pesar de Fujimori y de su eliminación como factor electoral gravitante, la izquierda no llegó a pasar por la cura de bruto que se aplicó en otros países, algunos de los cuales tienen ahora a antiguos guerrilleros como gobernantes moderados, que seguramente no harían la oposición a Conga que se hace acá.

El normalmente angustiado conductor televisivo menciona sin embargo a la Izquierda Unida de 1980 a 1990 como una singular oportunidad de la izquierda peruana y recuerda el estilo conciliador de Barrantes que seguramente hubiera producido un gobierno ajeno a tentaciones radicales. Notoriamente se contradice porque el éxito de la izquierda electoral peruana de los 80, para nada venía de las armas de algún generalote. Era en realidad una derivación de la experiencia reformista de Velasco (1968-1975) y del fallido intento de Morales Bermúdez por hacer la reversa e imponerse a los movimientos sociales. Si la IU no pudo ir más lejos fue porque fue flanqueada por Sendero Luminoso que empujó al país a un tipo de polarización que desfavorecía a la izquierda electoral, y por su propia división interna.

En todo caso la izquierda que atravesó los 90 lo hizo cargando múltiples cruces y convencida de cargar con una tremenda derrota en frío que había reducido su influencia política y militancia, mientras su dirigencia lucía desgastada y sin reemplazo a la vista. Si uno lee los programas que la izquierda levanta en los 2000, se quedará con la idea de que la vida la había moderado, en el sentido de rebajarle sus demandas en la creencia que el país no estaba para reclamos avanzados. En ese contexto aparece Ollanta Humala vestido de radical, a la izquierda de la izquierda, levantando en el ánimo de la gente la idea de que se podían hacer cambios profundos al esquema armado en tiempos de Fujimori que es a lo que alude Althaus cuando habla de lo “moderno”.

El punto es que si tenemos ahora una base de masas para Conga y otras protestas duras, es porque al lado de los líderes regionales y populares tradicionales tuvimos una esperanza mayor de alcanzar espacios de poder y cambiar la relación con el Estado. La izquierda no inventó lo que ha pasado en este primer año y no hubiera podido hacerlo, pero tuvo la intuición necesaria para no separarse del sentimiento real de las mayorías, que es lo que cuenta en estos casos. Por eso Althaus está volviendo a preguntar de donde sale el Pinochet para modernizar a los revoltosos de la izquierda peruana.

10.09.12
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domingo, septiembre 09, 2012

Respuesta al congresista Elard Galo Melgar Valdez

Luego de haberle dado oportunidad al fujimorista Melgar Valdez, a su derecho de rectificación, ejercemos nuestro derecho de réplica para insistir en el punto de vista que hemos sostenido desde un comienzo que es que el congresista debe ser investigado por la Comisión de Ética por la cadena de indicios graves que lo señalan como una persona proclive a la trampa y al aprovechamiento del patrimonio público, lo que contradice su función actual de representante de la nación. Veamos:

1) No existe un debate sobre las tecnologías que el señor Melgar afirma emplear para el uso del agua en sus tierras, sino una sanción de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) por emplear mucha más agua de la que estaba autorizado y en predios que no eran los declarados, como el propio congresista lo reconoce aunque diga que ha impugnado ante instancias superiores. Lo que sí es de notar es que una inspección judicial ha encontrado recientemente que tierras que eran del Estado y que fueron declaradas en posesión productiva, están realmente abandonadas y sin riego, lo que pone por lo menos en interrogantes su hipotéticamente ejemplar tecnología del agua de riego.

2) El intento de transferir la responsabilidad sobre los errores de uso del agua asignada a la Comisión de Regantes de la zona no parece muy digno de un empresario agrario exitoso, pero aún si fuera cierto que los encargados no abrían y cerraban las tomas en los horarios adecuados, habrá que hacerle recordar al congresista agricultor el nombre de don Eugenio Bravo Rosales, presidente de la comisión de regantes del subsector de riego San Felipe que abastece a Agropecuaria San Ramón SAC y que ya lleva ocho años en el cargo, a pesar de que los estatutos prohíben su reelección, por influencias del empresario Melgar Valdez.

3) Nadie ha dicho tampoco que los terrenos que ahora dispone don Elard Melgar sean ilegales, en el sentido de que algún tribunal hubiera dictaminado tal condición. Por el contrario hemos dicho que el señor Melgar consiguió hacerse de 415 hectáreas de propiedad del Estado arguyendo “prescripción adquisitiva de dominio”, en otras palabras abandono del propietario y ocupación pacífica, continuada y pública de los terrenos por espacio de diez años, siendo favorecido por el Poder Judicial (que según se dice hizo una constatación de la posesión en tierras que no eran las reclamadas) y la procuraduría del ministerio de Agricultura que apeló a destiempo el fallo de primera instancia.

4) Finalmente tampoco se ha dicho que el actual congresista esté enjuiciado penalmente, sino que lo estuvo por incurrir en “denuncia calumniosa” para no reconocer un contrato y una letra que había firmado con el que fuera gerente de tres de sus empresas, asunto que arregló a través de una transacción extrajudicial con la que reconocía que el contrato y el documento de garantía eran válidos (ante el juez había declarado que eran fraudulentos y que su firma y la de su esposa habían sido falsificados). Este caso que debió concluir en su condena por estar demostrado que quiso abusar de la Justicia, concluyó en una absolución posterior al acuerdo de las partes, cuando el delito ya estaba cometido.

5) El congresista que nos rectifica finalmente se ha olvidado de explicar entre otras cosas, porqué declaró cero ingresos y rentas en su documento de hoja de vida ante el Jurado Nacional de Elecciones, ahora que varios de sus colegas están siendo denunciados por falsa declaración; y qué significa que en l misma ficha de Registros Públicos en la que renuncia al cargo de gerente general de Agropecuaria San Ramón SAC, cediéndoselo a su hijo, aparezca su nombramiento como Apoderado de la empresa con poderes amplios ante bancos, financieras y otros contratistas que lo mantienen como el personaje central de la empresa, violando la ley.

Como se ve, el tema del congresista ronda bastante el tema de ética con la que actuamos para hacer negocios y que no tiene que ver con terceras personas, sino con la responsabilidad y honestidad con la que se ejercen los cargos de representación.

09.09.12
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Ola de huelgas

La actual ola de huelgas no ha venido del aire, ni es la expresión de la impaciencia de diversos sectores sociales que no entienden que todo no puede darse a la vez, como estiman algunos líderes del gobierno. En realidad se trata de una combinación de factores que han hecho una mezcla explosiva: (a) una larguísima postergación salarial durante los años en que más se ha hablado de éxito económico y en los que se han inventando múltiples pretextos para dejar fuera de la mejora a la mayoría laboral del país (necesidad de nuevas leyes, meritocracia, no desalentar las inversiones, mantener el impulso exportador, etc.); (b) un año cumplido del gobierno elegido con las mayores ilusiones populares en los últimos treinta años, en los que la atención del poder ha estado puesta en llevarse bien y hacerse creíble de los grupos económicos con mayor capacidad de presión y en impulsar el mayor número de programas sociales para los más pobres, como si estos constituyeran todo el resto de la población, dejando a los trabajadores y un inmenso bolsón social fuera de toda respuesta; (c) la inobjetable victoria de Cajamarca frente a la alianza del gobierno con la gran minería en el tema del proyecto de Conga, que sin duda debe haber levantado el ánimo y envalentonado a las organizaciones.

Es verdad que el porcentaje de responsabilidad de los gobiernos previos, entre ellos el de Alan García, es muy grande, como ocurre en el caso del congelamiento del salario de los maestros para dar paso a la carrera magisterial, o la satanización de los médicos del sector público como si trabajaran poco y no merecieran una mejora en sus haberes, el engaño sistemático a los policías y la persecución a sus dirigentes, etc. El famoso cuento de la austeridad alanista cuando el Estado tenía más dinero, fue una coartada para agredir el salario público y afectar a cientos de miles de personas dependientes del presupuesto nacional. Pero también los gobiernos de Toledo y García mantuvieron un pacto con la empresa privada para no levantar las restricciones a las mejoras de salarios que venían de la época de la crisis económica, con lo cual el país fue ampliando la brecha de desigualdad y la participación de las utilidades en el ingreso nacional creció a expensas de la salarial.

Esa bomba de tiempo era un elemento indiscutible de los descontentos que alimentaron el resultado electoral del 2011. Y ahí es donde viene la responsabilidad del gobierno actual de dejar correr el tiempo e ignorar lo que sabía que iba a pasar. Si en la etapa inicial de ilusiones y luna de miel con sus electores, el gobierno hubiera mostrado voluntad para cambiar la injusta lógica que venía de sus predecesores, aunque sólo fuera cambiando el discurso, reconociendo los derechos e iniciando mejoras parciales, es probable que este segundo año sería diferente y que aún si se de todos modos se producían las protestas están hubieran tenido un tono menos enconado que el que hoy se ve en las calles. Algo final: quiérase o no, Conga ha marcado una nueva “hoja de ruta” en el trato entre los sectores populares y el gobierno. La dureza de la protesta versus la serie de virajes de un gobierno varias veces acorralado está en el imaginario de la gente y ese espíritu se siente en el actual movimiento huelguístico que sacude el Perú.

07.09.12
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Veinte años después


Nunca me he sentido muy motivado por la discusión aquella de si la captura de Abimael Guzmán fue un hecho policial puro, en el que ni Fujimori ni Montesinos tuvieron parte, lo que casi significaría quitarle a la dictadura de los 90 su principal activo que sería la derrota de Sendero Luminoso. La gente lamentablemente no lo ve así y es que la DIRCOTE y el GEIN no fueron jamás entidades autónomas o que expresaran alguna corriente política diferenciada del régimen que tendía a copar y controlar todos los espacios del aparato del Estado.

La historia posterior de los “héroes” que protagonizaron esta decisiva captura y que sin duda mostraron un alto profesionalismo en la ejecución de su tarea, no es tampoco muy aleccionadora que digamos. Por lo menos hay zonas muy oscuras en la trayectoria del general Ketín Vidal y su relación con Montesinos que él ha tratado de acallar con denuncias judiciales antes que con esclarecimientos convincentes. También es pública y notoria que la revista “Caretas” se ha echado a lanzar barro sobre el papel de Benedicto Jiménez en la operación “Victoria”, recogiendo opiniones de algunos de sus subalternos de la época. Por otro lado se conocen varias sentencias en su contra en las que se le acusa de “extorsionador” a través de la prensa.

En el caso del general Miyashiro, lo obvio es su relación con el fujimorismo por lo que parece bastante difícil ubicarlo en una intervención a espaldas de lo que fue claramente su gobierno. Hoy en día, Miyashiro es parte de una corriente militarista que hace añoranzas de los duros estilos de los 90, con el exjuez Ibazeta, el general John Caro, el almirante Montoya y otros, para los cuales si nos descuidamos los terroristas volverán a estar a punto de tomar el poder. En estos días además ha aparecido otro personaje que antes no era mencionado entre los jefes de la operación de captura de Guzmán, que es el ahora general Carlos Morán, que todavía permanece en el servicio activo. Todos los medios se han ido sobre él para que les cuente la historia y hasta para que explique las desavenencias producidas entre sus compañeros.

Pero este general tampoco es un santo, ya que fue pieza clave en el operativo del general Hidalgo para desaparecer los USB del caso BTR que comprometían a Alan García y Jorge del Castillo. Más aún fue su segundo en varias de las falsas capturas que el hombre del bigote armó para aparentar eficiencia en la represión del narcotráfico y que llevaron a la cárcel a varios inocentes, mientras las mafias seguían operando sin que nadie los moleste. Por todo esto vuelvo a decir que no me siento partícipe del debate sobre quién tiene el mérito porque estamos hablando de un gobierno y sus operadores, y en cambio tiendo a creer que la caída del llamado “presidente Gonzalo” vino sobre todo del propio esquema de actuación de Sendero Luminoso. La idea de un jefe dirigiendo desde la clandestinidad de clase media en Lima, un vasto ejército de elementos echados a acelerar la guerra contra el Estado, generaba un tremendo foco de vulnerabilidad y que la policía encontrara el hilo para capturarlo era cuestión de tiempo.

Sendero no tenía la fuerza para derrotar a las Fuerzas Armadas y la Policía ni la paciencia china para desgastarlos eternamente. Su derrota fortaleció el autoritarismo y que se impuso a toda la sociedad. Pero esa es otra historia.

09.09.12
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sábado, septiembre 08, 2012

El golpismo fujimorista en acción

Hay un inconfundible aroma golpista detrás de los recientes ataques a la Comisión de la Verdad. No se trata ya sólo de reescribir la historia para que el orgullo militar pueda negar lo que realmente ocurrió durante la guerra y establecer un hito de impunidad que permita alejar cualquier viso de investigación sobre sus acciones aún las más controversiales, sino de partidarizar el asunto de la memoria de la guerra. Aquí sólo hubo una agresión ideológica derivada de creencias que comparte toda la izquierda y que derivó en una situación de amenaza sobre el Estado y de zozobra para la sociedad que fue finalmente resuelta por la intervención de las Fuerzas Armadas y la Policía, con algunos excesos que no son comparables con los del terrorismo, y que es lo que nos permite vivir en paz actualmente.

Para lanzar esta tesis basta que PPK se lance al ruedo diciendo que se liberó terroristas, como si se pudiera probar que a alguien se le redujo o se le eliminó la pena por decisión política (sin contar los indultos que se otorgaron a inocentes sentenciados por terrorismo con el bárbaro sistema de procesamiento de los 90 y que se dictaron desde el período final del gobierno de Fujimori), o que alguno de los que salió libre por condena cumplida o algún beneficio se reintegró a la violencia. O puede ser que sea suficiente que el presunto nombre del abatido líder del VRAE coincida con alguien que aparece en la lista de los desaparecidos de la década de los 80 (lo que no se puede imputar a la CVR como si ésta pudiera saber del destino final de cada persona). Y podría seguir la lista, porque lo que el fujimorismo, acompañado del APRA y de la prensa de la DBA, quieren es decirle al alto mando que ellos los están protegiendo cuando se echan a la caza de la Comisión y de los que han convertido en símbolos de la transición del año 2000, que fon todas sus debilidades y traiciones, fue la que creó las condiciones por las cuales hay un número de generales y almirantes encarcelados por corruptos y asesinos, y los propios Fujimori y Montesinos se encuentran tras las rejas.

Si la Comisión Lerner y las normas de corrección del sistema antiterrorista durante los gobiernos de Paniagua y Toledo, son echadas abajo, estaremos ante la reivindicación final del hombre que reclamaba una reelección sobre otra con el argumento de que sólo él podía salvarnos del terrorismo y en el camino de regreso hacia unas Fuerzas Armadas que no admiten el juicio de la sociedad civil contra las que insurgieron los rebeldes de Locumba en el año 2000. El problema que hay ahora es que el gobierno también compite en ofrecer su propia revisión histórica, más moderada, pero igualmente proyectada a influir en los cuarteles, como se aprecia en el tema de Chavín de Huántar y la iniciativa del negacionismo. Al primer ministro Jiménez se le veía por eso desencajado cuando quería explicar que el “William” caído en la selva, tenía el nombre de un desaparecido de la CVR. Son los dilemas de querer contentar a todos los lados, o si se quiere de venir del campo de los que defendían las conclusiones del Informe del año 2003 y ahora no quieren ser arrinconados por el militarismo que rebrota en el debate político peruano.

08.09.12
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