miércoles, marzo 31, 2010

Decencia, montesinismo y fujimorismo

Si usted, amigo lector, no puede distinguir el voto de Rafael Yamashiro (PPC) exculpando en la comisión de los petroaudios a Jorge del Castillo y su banda de ministros de Canaán, del de Carlos Raffo (fujimorista), debe ser porque algo falla en la línea de la decencia de Lourdes Flores. Esa ensalada de encubrimiento entre social cristianos, fujimoristas y apristas, concretada después de varios meses desde el momento en que “casi” se censura al gabinete del “tío George”, es un modelo de lo que ha pasado en los últimos años.

Desde la elección del 2006, se oficializó el criterio de que uno puede creerse muy decente, pero puede acompañar a otro muy corrupto (al que incluso se investigó y denunció en el pasado), si es que sobre el terreno hay algún enemigo ideológico más peligroso que un corrupto. Y fue Lourdes la que encarnó esta línea política que puso a su partido y sus votos después de la primera vuelta detrás de Alan García, en alianza con el fujimorismo. Ahí el tema de la corrupción fue encarpetado a sabiendas, como se hizo en la comisión de petroaudios, por miedo a lo que podría sobrevenir.

Y el asunto es más antiguo. Cuando otro que llegó al poder como enemigo de los corruptos, tuvo en sus manos descabezar la mafia de la televisión, lo que suponía dar una batalla en serio contra la crisis moral del país que había levantado a los cuatro suyos, se hizo en el pantalón y evadió su responsabilidad, enredándose en oscuros juegos con otros “no tan corruptos”, como Ivcher Genaro, Chicho y los de “El Comercio”. La anticorrupción relativa de Toledo y Lourdes, tiene algunos signos distintivos: (a) asegurar que no hay un problema constitucional en el Perú, que es algo así como sentirse cómodos con la camisa de fuerza que dejó la dictadura; (b) no cuestionar en absoluto los contratos de la época de Fujimori (ninguno ha sido revisado), manteniendo las prebendas que se otorgaron a las grandes empresas, que precisamente se sostienen en la constitución del 93 (Contratos son contratos); (c) coexistir con el engaño de personajes que estuvieron con el dictador y luego se pasaron a la democracia, y en las dos posiciones se llenaron de plata; (d) asegurar que “nuca robaron nada”, “ni fueron a la salita”, “ni tienen su petroaudio”, lo que se convierte en una alegato de conducta personal, que salta los problemas políticos.

La reciente declaración Lourdes Flores haciendo distingos en el repudiable montesinismo (Kouri) y el aún rescatable fujimorismo (Keiko), ha hecho pensar a muchos si no será que la línea de la decencia es demasiado flexible y adaptada a las circunstancias electorales, y si en otro momento la doña se habría abrazado con el ex alcalde chalaco, como ya lo hizo no hace mucho. Y razón no le falta a los que desconfían de quienes como en la máquina del tiempo nos quieren decir que aquí el problema es el del rebrote de una enfermedad erradicada, cuando todos somos testigos de cómo se ha conciliado con la corrupción política y se camina de lo más bien con la corrupción empresarial que es donde está el verdadero dinero.

30.03.09
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lunes, marzo 29, 2010

Rafael Rey atrapado en sus propias redes

Sorpresa. A la lista de los ministros de Rómulo y Canaán, ahora se agrega, en primicia de LA PRIMERA, el nombre del casto multiministro Rafael Rey. Entre los secretos que guardaba la jueza Martínez está la serie de por lo menos 25 archivos en los que participa el hombre de las cuotas pesqueras y los tanques chinos. Ahora, por supuesto, nadie sabe donde anda la mayor parte de la información sobre el personaje, como también se han perdido grabaciones a otros altos miembros del gobierno aprista.

Pero en lo que acaba de salir a luz ya se puede saber que Rey también recibía encargos del lobista mayor del régimen y luego rendía cuenta sobre el resultado de sus gestiones: “Lamento que sólo se nos hiciera caso en lo de las 84 partidas con protección efectiva negativa. Insistiré en el asunto”, le dice el ministro a Rómulo León el 5 de noviembre de 2007.

¿Y quién era Romulín para que le brinden explicaciones sobre gestiones arancelarias del ministro de la Producción?, como se sabe, fue de representante de intereses petroleros, navieros, de inversionistas hospitalarios y chucherías por el estilo? ¿Por qué el ministro concierta una acción con un personaje que hablaba a diario con la secretaria del presidente y hacia citas para el secretario de Palacio de Gobierno con empresarios extranjeros, pero García no quería recibir? ¿Qué clase de historia extraordinaria hemos estado viviendo en esto años que todavía nos cuesta entender lo que ha ido pasando?

Hace muy poco, el presidente García habló de aranceles, refiriéndose a un extraño fallo del TC (uno más) en el que se restituye aranceles a las importaciones de cemento, favoreciendo en especial a una empresa peruana, y comentó irónico que en ese asunto “había muchos millones en juego”. De donde se deduce que la política arancelaria puede ser manipulada para favorecer intereses particulares (nacionales o extranjeros). Entonces, ¿qué hacía Rey haciendo gestiones de gobierno por encargo de León, que según su propia coartada en el proceso que se le sigue era un “gestor de intereses”, es decir un tipo que intermediaba por sus clientes?

Por supuesto, la pregunta no es el papel de León que por lo visto tuvo acceso a todo el gobierno, sino Rey, que en este caso no está siendo mencionado en una conversación de terceros como ocurre, hasta ahora, en lo que se conoce de Del Castillo, Garrido Lecca y otros, sino de negociaciones directas del ministro con el actual reo de San Jorge, que además no ha negado cuando fue requerido por LA PRIMERA.

¿Y por qué no habló de nada de esto cuando la coyuntura estaba caliente y otros salían a explicar sus relaciones antes de ser descubiertos? “Palabra de honor que no me acordaba”, fue la respuesta.

Ahora la pregunta es, y los demás correos y conversaciones grabadas que ya no están en el USB que le cambiaron a la distraída jueza, ¿qué otras gestiones de interés contendrán?, ¿quién se ha apurado a desaparecerlos? “Acaso creen que los he robado yo”, dijo el ministro. Pero los periodistas no tenemos que creer una cosa u otra, sino dar cuenta de los hechos al público que nos lee.

Lo que es evidente es que Rey acaba de ingresar al centro de la investigación de los petroaudios, luego de haber estado pasando piola durante un buen tiempo.

Olluquito Martínez

Rey también fue ampayado por los videos de Vladimiro, cuando gestionaba ante el asesor en nombre de la familia de Eudocio Martínez, conocido en Chimbote por el alias “Olluquito”, su fortuna pesquera (es dueño de Hayduck) y sus probables vínculos con el narcotráfico. Esta intervención fue definida como puramente “humanitaria”, sin interés en los negocios del procesado que efectivamente logró un trato benigno de la justicia. Revisando las páginas de negocios, nos encontramos ahora que uno de los fabricantes de cuerdas, cordeles y redes marinas, es la empresa Fibras Marinas S.A. con RUC 20255135253, que forma parte del grupo Hayduck y en cuyo directorio se encuentran el hijo de Olluquito: Walter Marino Moreno y los hermanos Baraka Mazuelos. ¿Coincidencia?

Otro dato sobre el que hay que profundizar son las iniciativas legislativas de Lucianita León, muchas de ellas referidas a exoneraciones de impuestos y rebajas de aranceles, entre ellas a las redes de pescar, lo que probablemente nos vuelva a llevar hasta su ubicuo padre. ¡Qué tales pescados que la Justicia peruana no quiere tomar en sus redes!

29.03.10
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Matando el proceso al chuponeo

La mejor manera de entender lo que está pasando en el caso Business Track, es decir que la probable invalidación del proceso, por la desaparición y manipulación de la pruebas, se convertirá, por primera vez, no sólo en una victoria de los acusados, sino también, en simultáneo, de sus supuestas “víctimas”. Eso es lo que hace tan especial esta historia de los chuponeos: ni los que escucharon ilegalmente a otros, ni los que fueron interferidos desean que se sepa el contenido de los archivos de la empresa de Ponce Feijóo.

Usemos un ejemplo. La jueza Martínez anunció, hace unos meses, que el chuponeado más significativo era Alan García y lo transformó en parte civil afectada. Por supuesto que García ha usado esta condición para insistir que a él no se le puede relacionar con los actos de BTR porque era su “víctima”. Una víctima que nunca ha podido explicar sus relaciones con Ponce antes del 2006; las visitas y asesorías en Palacio del equipo de BTR, a lo largo de los años siguientes; y el impresionante número de contratos con el Estado con que contaban los chuponeadores. Por lo más interesante no es la manera ya conocida con la que García evade los asuntos embarazosos, sino el desinterés que como jefe de Estado ha mostrado por saber los temas en que estuvo siendo espiado que podrían ser en teoría asuntos de seguridad nacional. A simple vista uno puede decir sin exagerar que el presidente debe sentirse más bien aliviado de que muchos archivos hayan desaparecido y otros hayan dejado de ser confiables.

Pero la vara usada con García por la jueza Martínez, no se la ha aplicado a Ollanta Humala, que pidió directamente ser considerado parte civil y se lo negaron. ¿Con qué criterio se hizo eso? Con el de la arbitrariedad o quizá algo peor. Porque era público que Humala fue interferido durante la campaña de 2006. Pero a diferencia de García, pedía su inclusión para poder acceder a la información que le habían succionado. Visto así, la “victima” García, gana cuando sus audios desaparecen, y el excluido Humala se quedará sin saber que información suya tenían sus adversarios a través de las operaciones de BTR. ¿Por qué esta diferencia? Por un solo motivo: las indagaciones de BTR que realmente interesan son las que fueron hechas a miembros del gobierno en trance de diversas operaciones de dinero, como las que aparecen en los inolvidables diálogos de Rómulo, Bieto y Canaán. Y el efecto de anularlos como prueba es que son estos personajes los que se salvan.

Que para salvar a García, Del Castillo, Garrido Lecca, y otros, haya sido necesario tumbarse dos procesos: el de petroaudios y BTR, burlarse de dos investigaciones del Congreso, y dejar como la mona a varios jueces y al mismísimo presidente del Poder Judicial que metió su bocota para apoyar el ocultamiento que hizo la jueza Martínez de los audios y los mails que nunca llegaron a manos del Congreso, mientras en las oficinas y las bóvedas de la Justicia Peruana, habían quienes con toda tranquilidad cambiaban los USB, borraban archivos, se robaban el disco duro, sirve para confirmar que aquí ha estado en juego gravísimos asuntos que podían haber significado el final de este gobierno. Pero como ocurre en el Perú, con la justa se salvaron.

28.03.10
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A 28 años de la guerra de las Malvinas

En 1820 las Provincias Unidas del Río de la Plata, antecedente inmediato de la actual Argentina hizo posesión formal del archipiélago de las Malvinas, por entonces esporádicamente ocupadas por cazadores de focas y balleneros, que hacían una estación de sus correrías en las inhóspitas islas. La posesión era inobjetable en la medida en que se trataba de un territorio adyacente a las costas argentinas y a que los poseedores previos, franceses, españoles y británicos, la habían despejado y olvidado por lo menos desde 1811.

En enero de 1833, una expedición militar inglesa ingresó por la fuerza a las Malvinas y las anexionó al imperio. Sometió el archipiélago a la corona, bajo el status de territorio británico de ultramar y permaneció ahí hasta el presente, salvo el pequeño interregno de la guerra de las Malvinas, cuando los argentinos las ocuparon por las armas, antes de ser derrotados por una nueva expedición enviada por Londres que esta vez incluía portaviones, barcos, submarinos de alta tecnología, aviones, soldados profesionales y mercenarios, etc., que se impusieron después de sangrientas batallas marítimas, aéreas y terrestres.

¿Alguien podría dudar de la condición colonial de las islas después de este relato? Por lo menos nadie los hacía abiertamente en el Perú de abril de 1982. Y no lo hicimos los que habíamos denunciado el carácter fascista de la dictadura militar que sufrió ese país desde 1976, encabezada inicialmente por el general Videla, al que le sucedió el general Viola y finalmente el general Galtieri, que fue quién ordenó el desembarco el 2 de abril de 1982. Nadie podía negar tampoco, en esos días, la crisis en que estaban sumidos los militares en el poder que se habían metido en una política de apertura al capital extranjero y de sobreendeudamiento hacia el exterior, que llevó a un 90% de inflación, una recesión prolongada y un descenso vertical del salario promedio que en ese país era históricamente el más alto del sur de América. Indudablemente, los milicos requerían un desfogue a la presión social y lo buscaron por la vía patriótica, confiados en que para los británicos lo que estaba en juego eran unos peñones olvidados y pelados (las focas y las ballenas habían sido exterminadas) a muchísimos kilómetros de distancia de la metrópoli.

Se equivocaron de medio a medio. El gobierno de Londres también tenía su propia crisis y su necesidad de patriotismo. Eran los tiempos de la Thatcher, que para algunos es como la Juana de Arco del neoliberalismo, aunque otros pensemos en las viejas brujas de los cuentos de niños; pero, en fin, la dama de hierro estaba en un mal momento y se encontraba amenaza en continuidad debido a la fuerte presión de las huelgas obreras que respondían a su dureza neoliberal: cierre de empresas, privatizaciones, reducción de derechos sociales. Por ello, aunque la opinión de la Forgein Office (Ministerio de Relaciones Exteriores), fue originalmente en el sentido de buscar un arreglo diplomático (antes de la guerra, había una negociación para poner en arriendo y hacer una transferencia gradual de las islas), la primera ministra advirtió rápidamente que esta era su oportunidad para encabezar una cruzada contra la “agresión externa”.

Militarmente, la Junta de Buenos Aires había estimado que la guarnición que protegía las Malvinas era irrelevante para su defensa y que movilizar el ejército que se requería para su recuperación, suponía un esfuerzo logístico impresionante, que seguramente sería pensado varias veces por el gobierno británico. Asimismo había descartado un conflicto en escala nuclear o un ataque sobre el territorio continental por que eso escalaría las tensiones del mundo bipolar que existía en ese entonces. Teóricamente, Estados Unidos se iba a encontrar en una encrucijada ya que tanto Argentina como Gran Bretaña, eran parte del bloque occidental, eran aliados estratégicos y la dictadura había sido su engendro directo para controlar una supuesta insurrección comunista. Respecto a América Latina, y especialmente los países del sur, se daba por descontado que apoyarían el movimiento de descolonización y pondrían una fuerte presión sobre Londres y Washington.

Se equivocaron en casi todos sus cálculos. Si bien la ocupación inicial fue relativamente fácil y rápida, la reacción de la metrópoli fue la de la vieja gloria herida en lo más íntimo de su amor propio. ¿Cómo un país del tercer mundo se había atrevido con el antiguo imperio? Eso no podía quedar así. Y por ello, la respuesta fue la más potente que podía desarrollarse antes de llegar a una intervención generalizada y a la destrucción total de los argentinos. Thatcher se negó a cualquier negociación, a pesar de las recomendaciones que se le hicieron desde su propio gobierno, desde Washington y otros países de Europa. La condición política para evitar la guerra que se venía, fue fijada sin atenuantes. Argentina debía retirarse al estatus anterior al 2 de abril, lo que equivalía a una derrota sin combate. El Consejo de Seguridad de la ONU con los votos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Japón, Irlanda, Togo, Jordania, Uganda, Guyana, Zaire; la abstención de Unión Soviética, China, Polonia y España; y el solitario voto en contra de Panamá; exigió la salida incondicional de las tropas gauchas de Las Malvinas.

Estados Unidos además proveyó armamento, tecnología e información a la expedición recolonizadota de los británicos, a pesar de mantener un tratado de asistencia recíproca con los países del sur de América, incluida la Argentina. Entre la OTAN y el TIAR, la Casa Blanca eligió al primero. Y mientras la mayoría de los países de Latinoamérica se declaraban del lado argentino, y el Perú se comprometía con apoyo directo a Buenos Aires, enviando aviones, misiles y pilotos de aviación; Cuba, ofrecía respaldo a la dictadura anticomunista en el enfrentamiento con la potencia imperialista; Panamá jugaba su voto en la ONU; también en esta parte del mundo los que faltaron a su obligación de fraternidad con sus vecinos del subcontinente. La dictadura de Pinochet, que tanto colaboró con los gorilas argentinos en la represión de luchadores sociales de los dos países, y que se permitió asesinar al general Pratts en un atentado con bomba en la capital argentina, autorizado por la Junta de Gobierno, dio la espalda a su congénere y se alineó con la gran potencia, brindando apoyo material y de inteligencia para la intervención militar británica que se llevó la vida de más de 600 jóvenes argentinos enviados a una guerra que su gobierno no sabía como ganar.

28.03.10
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Cristina y las Falklands

¿Con qué clase de champú hay que lavarse la cabeza para distinguir un reconocimiento de culpa, un desagravio y una voluntad de reparación, de la palabra “perdón”, mientras se pretende que Menen (el paradigma neoliberal de los 90) no tenía “toda la culpa”, porque habían militares de por medio (y una tremenda coima que cobró la familia presidencial de la época…) y se olvida de paso que la Fernández fue de los pocos que condenaron la traición del gobierno argentino contra el Perú cuando era parlamentaria?

Pero más difícil va a ser encontrar el producto que induce a la siguiente reflexión: las Malvinas son inglesas y hay que llamarlas Falklands porque ahí el primero que desembarcó en 1690 fue un británico y porque el imperio dijo algún día que eso era suyo y mandó a un grupo de sus nacionales a colonizar. Con ese criterio, claro está, los ingleses deberían mantener su dominio sobre la India, porque ellos llegaron primero; y Zambia debería llamarse Rodesia porque fue el nombre que le puso el señor Rhodes, al servicio de su majestad.

Y es la misma lógica que hay que tener para decir que no se está justificando la invasión abusiva de Estados Unidos a Irak, pero que es un avance que tropas extranjeras a sangre y fuego hayan echado al antiguo dictador, aunque no hayan ganado ninguna paz ni ningún progreso, pero si unas elecciones reconocidas y cauteladas por el invasor. Por supuesto que hay un montón de formas de no aprobar y si permitir lo que de boca para fuera se condena, como el golpe en Honduras, o las matanzas de Palestinos, o que los ingleses vengan a explotar petróleo a las costas argentinas porque ellos llegaron primero, más exactamente antes que Argentina existiera como nación libre.

Pero volviendo a la visita de la presidenta: ¿alguien cree que el mismo que tituló su columna el lunes: “Cristina, saluda y vete nomás”, le haría igual desaire al multimillonario Piñera, presidente de Chile, si llegara por acá, siendo que este jamás reconocería culpas, haría desagravios o buscaría reparar al Perú en algo, a pesar que las heridas entre los dos países no sólo vienen del Cenepa (donde Santiago también vendió armas y municiones a los ecuatorianos), sino que se remontan a la mayor parte de la historia republicana?

Ciertamente hay el refugio de afirmar que los chilenos practican la real politik y que eso les permitió estar en el bando británico en las Malvinas y en el ecuatoriano en el Cenepa. Si eso para algunos es suficiente excusa para no pedirles la reciprocidad que se exige a otras naciones, allá ellos. Cada uno es dueño de sus propias rodilleras. Finalmente lo que hay que discutir más allá de majaderías y ofensas gratuitas con las que el caballerito cree que escapa de los debates, es si la política exterior peruana se va afianzar en lazos de pertenencia a la región sudamericana o con el cuento de la real politik va a ir detrás de las grandes potencias, afirmando que no aprobamos las invasiones, los golpes y las limpiezas de poblaciones, pero que bonita que se ve la democracia después de haber barrido a los extremistas.

Y que, claro, una base yanqui, un TLC con Chile, una policía secreta compartida con Colombia, son realidades mucho más prácticas que un periplo de la dama peronista y sus vestidos que provocan envidia en las mujeres y no sé qué irritación en algunos varones.

24.02.10
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lunes, marzo 22, 2010

La transición fallida

Toledo ha reaparecido en la televisión peruana afirmando que a pesar que no tenía decidido lanzarse a la presidencia, casi que lo han ya metido en la carrera con las denuncias de Aurelio Pastor de que es el preferido del grupo periodístico de “El Comercio”. Engolado más de lo usual se ha explayado refiriendo cuál fue su papel en el destino de los grandes medios de comunicación en los primeros meses de la “recuperación de la democracia”. Y en este punto justamente nos ha dado el dato clave: fue el ex presidente y nadie más que él, quién decidido que no se anulasen las licencias de las estaciones de televisión que habían vendido su línea a Fujimori y Montesinos, para dar paso a nuevas administraciones ajenas a la corrupción.

Es obvio que esa era una confesión sobre su responsabilidad en torno a la actual crisis del indulto, como hacia la que enfrentó a Delgado Parker y Schultz por Panamericana, o la que se está gestando nuevamente entre los Winter e Ivcher, y la situación permanentemente incierta de ATV fantasmalmente controlada por un fantasma mexicano que nunca da la cara. Si Toledo hubiera anulado las licencias, no habría habido ninguna posibilidad de que el gobierno aprista especule con la posibilidad de usar a Crousillat para desestabilizar la administración de América Televisión, pero tampoco quedaría la enorme sombra que existe sobre el mecanismo de transferencia que se usó para que el día menos pensado “El Comercio” y “La República” se convirtieran en titulares de las deudas del principal canal de la televisión peruana.

Una y otra cosa se vinculan a lo que hizo o dejó de hacer, pero que Toledo declara como si se tratar de un mérito que debiera reconocérsele y que podría ser nada menos que una bandera para volver a postular a la presidencia. Según dice, cuando viaja por el mundo es aplaudido por no haber tocado la propiedad de la mafia televisiva y haberse contentado con propiciar “soluciones” oscuras, cuyas características más saltantes fueron que no se alteró el sistema de prensa existente; se crearon administraciones débiles y manejables por el poder; se convirtieron en traspasos sumamente baratos para los ganadores ya que no invirtieron nada o recibieron compensación como Ivcher; y dejaron pendiente la cuestión de propiedad preparando el terreno para las disputas actuales.

Algunos se espantan que los hombres de la salita del SIN estén de regreso. Pero se olvidan que ellos nunca se fueron y jamás hubo un político capaz de quebrar los poderes económicos gestados en la dictadura, entre ellos los de la prensa. Entonces, ¿de qué sorprenderse? Cuando Toledo, Lourdes, los Miró Quesada o Chicho Mohme, nos llaman a detener a la mafia, que pueden ganarles las elecciones, habría que preguntarles qué hicieron cuando tenían la posibilidad de desarmarlos. Más aún, ¿dónde estaban en los años 90, antes que se montaran en los acontecimientos para transformarse en “luchadores de la democracia”? El Perú fue estafado una vez por un grupo de políticos, abogados y lobistas de empresa que jugaron con la ilusión democrática, para mantener el edificio fujimorista sin mayores cambios y vender eso como si se tratara de una transición sin sobresaltos.

Los sobresaltos y amenazas de regresión son precisamente el producto de la cobardía de esos años, que Toledo se ha encargado de confirmar el otro día en un programa de televisión.

21.03.10
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miércoles, marzo 17, 2010

El plan de García

Lo más equivocado que se ha dicho en estos días es que detrás del indulto había un plan. Por supuesto nadie creía que lo de la playa Asia (Eichía) o del Costanera 700 era planificado con García para refregarnos en la cara su poder y sinvergüencería. Entonces se decía, pero que estúpido este hombre haciéndose el moribundo y ahora vacilándose como un play boy de 77 años. Pero ahí vino el asunto de la demanda contra 56 personas por delitos relacionados con la transferencia de América Televisión al Grupo formado por “El Comercio” y “La República”, y pareció que todo se había vuelto claro.

Había un plan para quitarles el canal de mayor sintonía a sus “legítimos administradores” (nadie dice dueños) y afectar la “libertad de prensa” (deberían decir el cuasi monopolio de prensa). Y cuando el burro de Pastor dijo que el gobierno iba a investigar lo que hizo Toledo en este caso, la maniobra apareció completita. Pero en ese momento ya habían otras señales que se estaban dando sobre el mismo asunto: el tío George, más tío que nadie del ministro Pastor dijo que el indulto era equivocado, y Omar Quezada quiso mostrar que el nuevo CEN del APRA puede tener opiniones y pidió la nulidad de todo lo actuado. El mismo García hizo eco a esas voces y dijo que se sentía un poco burlado.

Luego vino la etapa de los desmentidos. Velásquez aclaró que cuando Pastor habla en nombre del gobierno lo hace en el suyo propio. Pastor retiró la propuesta que antes era del gobierno, y ahora era personal, de él mismo. García dijo que investigarían las posibles trampas de la documentación que había tenido en sus manos para disponer el indulto, con la posibilidad de revocarlo si se comprobaba que los médicos habían producido informes falsos. Es decir nadie acompañaba la denuncia judicial del ex magnate televisivo que además se fue a Motupe para pedir también una cautelar en su favor en el estilo Genaro, que si fuera parte de un plan la hubiera debido solicitar antes de hacer cualquier otra cosa.

Para fijar los principios Pastor aclaró que si se anulaba el indulto presentaría su renuncia. Pero el sábado su firma estaba en la resolución que “dejaba sin efecto” la medida, sin que hubiera habido la ofrecida investigación de los informes, y la renuncia empezó a postergarse. Y como para no perder la costumbre, el ministro Salazar anunciaba noticias sobre la captura para las siguientes horas, al estilo Rómulo León, mientras el abogado Castro lanzaba desafíos a los funcionarios del gobierno. ¿Y el plan? Por ningún lado, como tampoco existía cuando lanzaron la SUNAT sobre Panamericana. García había puesto un factor de desorden en un escenario relativamente estable, probablemente sin saber hasta donde iba a llegar el descontrol. Y de ahí empezó a retroceder.

Hace un tiempo describí a García con la fórmula “el modo demente de gobernar”. Ahora díganme si aparte de él existe otro capaz de producir esa cosa rara de indultar y desindultar, de liberar y perseguir al liberado, de meter a su ministro en un lío con los medios y botarlo después de una patada para salvar la cara ante los poderes de la prensa.

17.03.09
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domingo, marzo 14, 2010

Crousillat y la libertad de prensa

José Enrique Crousillat y su hijo, se embolsicaron 14 millones de dólares de los fondos secretos del Estado que eran manejados por Vladimiro Montesinos. Pero a García le pareció que este era un viejito enfermo que debía ir a morir con sus familiares. Y lo dijo después de varia veces en los que la prensa le preguntó por el rumor de que se venía un indulto. “Cuando llegue a mis manos lo estudiaré”, señaló con el tonito de sorna con que se burla de los periodistas que nunca pueden repreguntarle. Y zás, un día parece que llegó el expediente de indulto y antes que volvieran a interrogarlo ya el viejo broadcaster estaba libre y en camino a armar una buena pelea. Algunos dicen que este ha sido uno de los mejores disparates de García, más o menos en la línea del intento de quedarse con Panamericana usando la SUNAT. Pero Crousillat no es un órgano del Estado, ni un miembro del partido de gobierno. En todo caso la jugada es mucho más compleja y está generando un desorden mayúsculo en el que saltan a la vista mucho más asuntos de los que se quiere ver.

¿Quiénes están detrás del milagro de la recuperación física de José Enrique Crousillat y lo han inducido a dar la batalla inmediata por el canal poniendo el dedo sobre el oscuro arreglo que originó el traspaso de la administración de la primera televisora peruana a una sociedad de dos de los grupos de prensa escrita más fuertes del país? Algunos piensan que estamos ante el regreso de Televisa que tuvo que ceder sus acciones y su supuesta acreencia contra América Televisión, en circunstancias en que su hombre de confianza huía al exterior impulsado por los vladivideos en los que aparecía haciendo torres de dinero con los billetes de la corrupción. Otros, que aquí hay un derivado de la historia de los petroaudios y de las redes del chuponeo que se extendieron hacia “El Comercio”. Después de todo el director que asumía el cargo precisamente en los días en que se preparaba el lanzamiento público de las conversaciones grabadas de Rómulo, Bieto y Canaán, advirtió los riegos de gobernabilidad de la denuncia y trato de frenarla. Ahora la resaca de la tormenta creada estaría golpeando con la fuerza de un tsunami a la empresa de los Miró Quesada y de paso a la de Mohme que fue la que directamente recibió el regalo de representar al Wiese.

Hay una tercera hipótesis aún más chirriante que las anteriores y es la que dice que García quiere obligar a la sagrada familia de la prensa a negociar antes de las elecciones y que para ello se necesita ponerlos bajo una amenaza y empezar a decir a la vez que puede corregir lo del indulto. Y ahí viene el mayor problema, porque mucha gente bienintencionada está diciendo por ahí que de lo que estamos discutiendo es de “libertad de expresión”, como si tal cosa existiera en el Perú o si se pudiera afirmar que mantener el cuasi monopolio de prensa escrita-televisiva del Grupo “El Comercio”, asociado además con el de “La República”, equivale a alguna libertad para los peruanos. Bastaría solamente recordar el papel de los medios en la campaña del 2006 o ante los hechos de Bagua para saber de qué estamos hablando. Crousillat no debe volver a la televisión por mafioso, pero no nos hagan por eso confundir la libertad con el actual sistema de prensa.

14.03.10
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miércoles, marzo 10, 2010

Chuponeo la otra cara de la corrupción

Como dijo el caricaturista Heduardo, lo mejor de toda la historia de los petroaudios es que quienes eran escuchados eran gente del gobierno, y quienes los chuponeaban también.

Esta ha sido la semana del chuponeo. Y como pasó con los petroaudios lo que tenemos por un lado son congresistas bien intencionados tratando de explicar cómo es eso que se chuponea en el país, versus miembros del gobierno que lo único que quieren es tapar su relación con los delitos y se defienden con eso de que las acusaciones son “políticas…”, miembros de Unidad Nacional que parecen del partido de gobierno y fujimoristas que se lavan la manos porque nunca encuentran pruebas. Y así nos vamos a otra impunidad consagrada, con la jueza Martínez estableciendo que la víctima aquí ha sido el presidente que también fue chuponeado; Villa Stein creyendo que toda crítica a sus jueces es con su persona; y los medios resignándose a que esto es el Perú donde pasa todo y no pasa nada.

Pero, hagamos la pregunta mínima: ¿qué es el bendito chuponeo? El mandato que le fue entregado a la comisión Luizar trataba de establecer la existencia de una posible red de intercepciones telefónicas, determinar los mecanismos utilizados para este fin y hacer recomendaciones legales al respecto. De acuerdo a la Constitución, el chuponeo es una violación del derecho al secreto de las comunicaciones de las personas. La ley pena la interferencia y escucha de conversaciones privadas, pero a la vez otorga autorización fiscal para intervenir comunicaciones para la investigación de una larga lista de delitos. Esta ambigüedad lleva a que Mantilla y otros digan que sí hay equipos para estas labores, que se realizan regularmente en el Estado, y otros la nieguen. Todo entendemos que la Comisión, por su composición, o las limitaciones de sus miembros, no haya podido ser capaz de establecer qué está pasando en el Estado alrededor de este delicado asunto y se haya quedado en la hipótesis que la tecnología que se compró en la época fujimorista y en los años siguientes, fue a manos de BTR y otras empresas, nadie sabe cómo. .

Si algo es particularmente oscuro en el Informe Luizar es la falta de móviles, probablemente porque como en el caso de los petroaudios, el presidente creyó que enumerando hechos sería más fácil lograr que otros suscriban el documento. Es por falta de una acusación directamente política, que los culpables pueden hacerse los distraídos con frases a lo Cabanillas: yo no sabía, no conocía, los contraté porque me dijeron, los dejé entrar en la madrugada porque no conozco de aspectos técnicos; o a lo Giampietri: y a usted que le importa lo que yo hablaba con mi amigo Ponce Feijóo.

Veamos algunas cosas obvias: (a) estamos ante un delito eminentemente político, es decir no hay evidencia de que se trate de espionaje industrial y venta de información entre empresas, y si hubieran estos casos serían secundarios al objeto principal de las interceptaciones que ha sido seguir actividades que ocurren dentro o alrededor del Estado; (b) los chuponeadores no actuaban por cuenta propia, es decir para obtener una información de valor para luego ponerla en el “mercado”, eran más bien trabajadores por encargo, con algún grado de autonomía, sobre todo en las rutinas de autoprotección (información de los mismos que los contrataban); (c) el chuponeo era una prolongación como actividad privada de una labor que se desarrollaba dentro del Estado, en este caso en la Marina de Guerra, de donde provienen los “especialistas”, algunos de los cuales estaban en actividad y hacían la conexión con los actúale miembros de Inteligencia de esa institución.

¿Para qué se chuponea? Aunque la Comisión no lo pueda decir es casi elemental decir que se hace para poder manipular escenarios políticos y personas, disponiendo de información secreta y anticipada de las acciones de otros; controlar las actividades de los propios por elemental desconfianza entre personas que saben que están actuando en forma corrupta; prevenir respuestas en contra de los que chuponean y de sus jefes, guardando información de todo el mundo. En resumen el chuponeo no es gratis; es político; es especializado; forma parte de las actividades de gobierno clandestino que subsisten en el país y que se exacerbaron en la época de Fujimori; es un trabajo cerrado y hermético (nadie reconoce que lo realiza o que tiene vínculos con él); los involucrados se protegen y la red se corta si es descubierta.

Las pistas

Nunca se ha aclarado como fue que la policía antidrogas, al mando del general Miguel Hidalgo, favorito de Alan García, llevó adelante una investigación especial para el presidente, paralela a las oficiales, y le echó el ojo precisamente a una empresa que tenía innumerables contactos con el Estado, cuyos gerentes se telefoneaban con los más altos miembros del régimen, que no sabían a lo que realmente se dedicaba. Pero, de pronto, plaf, el general de los pischtacos, les cayó a los bandidos. Ciertamente que cabe ahí la hipótesis de que quién ordenó esta investigación supiera adonde debía apuntar y que hubiese decidido descabezar y eliminar la red antes que pudiera haber un mal mayor. La Comisión, por supuesto, no se plantea este problema. Y es que si 124 llamadas de Mercedes Cabanillas en un año, con un supuesto proveedor de servicios al que antes no conocía, le parece lo más normal a apristas, castañedistas y fujimoristas, qué escándalo habrían hecho si se sugiriera preguntar al presidente porqué orientó la investigación hacia el amigo íntimo de su vicepresidente y el confidente nocturno de su ex presidenta del Congreso.

Vamos, si en el Perú nunca nada puede probarse, de qué vamos a extrañarnos. Pero hay más: (a) Ponce fue integrante de Inteligencia Naval durante el primer gobierno de García, bajo órdenes del almirante Manuel Arriarán y sostuvo vínculos con el Comando Rodrigo Franco, como han indicado ex integrantes de esa organización en sus confesiones; (b) en condición de subdirector de Inteligencia, Ponce protegió a Montesinos en el caso de los cupos que cobraba a Vaticano, que habían sido detectados por su institución y mintió ante la justicia, con lo que le devolvió el favor de haber sido cubierto por el asesor durante el proceso que se le entabló por la desaparición y muerte del estudiante de la Universidad del Callao, Martín Roca; (c) por sus deudas de derechos humanos, el presidente Paniagua anuló el ascenso de Ponce a contralmirante en el año 2000, pero García, teniendo a la vista los informes, lo restituyó al cargo en noviembre del 2006, cuando ya estaba en retiro, lo que nunca se había hecho para nadie, revelando una fuerte complicidad; (d) la relación Ponce-García, es mencionada en el 2003, por ex miembros del comando Rodrigo Franco ante la Comisión Herrera, como un riesgo para su seguridad; € el periodista Gorriti indica en su libro “Petroaudios” que Ponce Feijóo trabajó para Alan garcía en la campaña del 2006; (f) en enero del 2009, luego de ser detenido, García anula el ascenso ilegal de Ponce, sin ninguna explicación.

Toda esta información no es trabajada por la Comisión de los chuponeos. Por ello quedan en el aire los vínculos de unos personajes con otros. ¿Qué clase de amistad es la de Giampietri con Ponce, que el almirante ha dicho que durará hasta la muerte?, ¿qué papel cumple Kouri que primero contrató a BTR para chuponear al anterior presidente de la región del Callao, y que luego le dio un supercontrato a Ponce cuando ya era presidente de región?, ¿quién le indicó a Cabanillas que BTR debía ingresar al Congreso?, ¿quién podía tener interés en controlar las actividades de Rómulo, Bieto y Canaán, donde se jugaba tanto dinero?

Hay otras decenas de preguntas sin respuestas. Pero todas apuntan a la misma responsabilidad. El resultado a medias de la Comisión Investigadora y el descarado boicot de la alianza APRA-UN-Fujimorismo, está dentro de lo previsible. Lo que resta es persistir en la lucha contra la corrupción.

08.03.10
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Televisión peruana

Si Alan García ha tenido que decir finalmente que como buen tetudazo se creyó que Crousillat era un viejito inofensivo a punta de morirse y que un poco que se burlaron de su ingenuidad, no puede ser por otro motivo que porque el pleito que está arrancando va a oponer a algo más que a un ex presidiario con la salud deteriorada, con los actuales administradores de América Televisión (Grupo Plural: La República y El Comercio).

Después de todo José Enrique Crousillat, nunca dejó de ser un testa de los mexicanos de Televisa, que no pudieron recuperar su inversión ni tomar distancia del broadcaster descubierto con las manos en los 14 millones de dólares que le entregaba Vladimiro Montesinos. Casi una década este baldón brutal impidió discutir la otra cara del destino del canal de mayor sintonía del país, que era como fue que dos grupos de la prensa escrita se convirtieron de pronto en acreedores de una estación de Televisión con la que no tenían negocios.

Pero ahora, el APRA le borró de un plumazo la merecida carcelería antes de cumplirse la mitad de la pena. Y como sobre el país ya no cuentan los antecedentes, y los visitantes de la salita del SIN se mueven de lo más tranquilos en los bancos, los medios de comunicación y la política nacional, ¿por qué tendría Crousillat que sentirse disminuido? Más aún, ¿porqué Televisa va a dejar de presionar a su antiguo representante para que desestabilice el mejunje toledista que se armó para entregar la administración de la principal señal de televisión a sus amigos, al menor costo?

Lo que vamos a ver a partir de ahora es una comedia bizarra. Porque el ladrón de la caja fiscal, ahora perdonado en su delito, va reclamar que de todas maneras es el propietario del canal, porque mientras estaba fugado el Banco Wiese y Televisa se trataron de limpiar de lo ocurrido y de otras responsabilidades, aceptando ceder la representación de sus deudas (reales o ficticias) en la junta de accionistas, por los que no tenían otro derecho que el padrinazgo del régimen.

Esta situación de precariedad no podía no ser conocida por Alan García cuando empezó a moverse lo del indulto, por eso se puede decir sin temor a error que lo que se buscaba era armar el chongo y que lo que está haciendo el presidente cuando anuncia que revisará los papeles médicos que debió confirmar antes de cualquier decisión política. Como la cosa va en crescendo, García se ha adelantado a decirle a Crousillat y los suyos que tampoco, tampoco, crean que es manco.

Cualquiera que se acerque a la realidad de la televisión peruana verá que los cuatro canales privados grandes tienen enormes vulnerabilidades en materia del sistema de propiedad, títulos de los administradores, deudas, impuestos no pagados, etc. Es el terreno propicio para que el poder pueda presionar, alentar conflictos y meter a la SUNAT, Indecopi o el Poder Judicial. No sorprende que los administradores actuales de América Televisión hayan tomado el indulto como una declaratoria de guerra. Lo que no se sabe es si enfrentarán directamente al gobierno por la situación creada, o si volverán a negociar para mantener el control.

10.03.10
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El Perú de García

Lo más interesante del congreso aprista es que Mulder, que se propone retener a cualquier precio la secretaria general, es el hombre al que García tiene que agradecerle haber sometido al partido al giro neoliberal, administrado las presiones por el reparto de los cargos públicos para que no se desborden, y lograr que toda disidencia se condene hasta ahora a la marginalidad. Pero el tío George, que disputa el cargo, fue el personaje que le construyó el actual gobierno en sociedad con la gran empresa, pero metiendo dentro de ellas a empresarios piratas y amigos como Canaán con los que es más fácil el entendimiento, y el que empantanó los conflictos sociales todo lo que pudo sin darles solución, esquema que ha seguido funcionando con el premier Simon y ahora con Velásquez Quesquén.

¿Y Quesada? ¿No es acaso el tipo del COFOPRI, condecorado hace unos días al lado de Arana, de Barrios de Essalud, de León de Sedapal y otros, en lo que parecía una galería de funcionarios al gusto del presidente (unos días después se destituyó a León por una investigación por corrupción) y el cuarentón ideal de García para rejuvenecer al partido? Es decir los tres se están sacando los ojos, se acusan de fraude, dan la idea de estar a puertas de romperse en mil pedazos, pero todos afirman ser candidatos del presidente, defienden la derechización del aprismo y tienen sus propias marcas de la corrupción de estos años. En un balcón, sin embargo, García mira y afirma que es normal que esto ocurra en los grandes partidos: que los dirigentes se peleen a muerte sin ninguna diferencia ideológica y política de por medio; y ha insistido en que al final todo llegará a buen puerto y se encontrará la fórmula para mantenerse unidos.

Pero, lo que es obvio, es que los tres en disputa van a salir abollados, aún si la solución es alguna forma de colegiatura. Puede estar garantizado que el APRA no va a romperse, pero también lo está que no hay liderazgo alternativo. Cuánto ha contribuido García para este resultado, es algo que se seguirá discutiendo. Lo que es evidente es que él sabía adónde se estaba yendo que era a cualquier sitio menos a la elección de un secretario general de origen democrático y con algún poder propio. El desorden del primer día lo debe haber hecho sonreír. Y más aún que ninguno de los cabezas, salvo lo que ya fueron esquinados (Salgado y Guzmán Gallardo), se atreva a hacer alguna relación entre los problemas del partido y su presidente, que también es el del país.

Hay que decir algo final. Así como García reina sobre un APRA enfrentada y necesitada de árbitro; proyecta el mismo método sobre el ámbito nacional. Por eso los que creen que con las candidaturas de Lourdes y Castañeda ya la derecha ha resuelto el problema de la sucesión en Lima y el gobierno nacional, se olvidan del gran elector que está en Palacio. No se dan cuenta que lo que busca García es mover el escenario e introducir tanta confusión como sea posible. Declararle admiración a Castañeda y Keiko, fotografiarse con Kouri, ofrecerle consejos de Lourdes Flores, atender a Bayly a media noche para conversar sobre Baruch. Con la tierra bien movida y con varios candidatos propios, el Perú sabrá quién sigue mandando aquí y en Alfonso Ugarte.

07.03.10
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miércoles, marzo 03, 2010

Terremoto en Chile

La cifra económica del desastre chileno ya se encuentra sobre un 15% del PBI (30 mil millones de dólares) y sigue subiendo junto con el recuento de cada vez mayor número de cadáveres. Pero cuando se ofrece este dato que normalmente plantearía gravísimas interrogantes para el futuro de cualquier país, se agrega inevitablemente una apostilla: “sin embargo, expertos coinciden en que la nación está preparada para enfrentar la contingencia”.

Para hacer esta precisión se remarcan las siguientes premisas: (a) la minería del cobre no ha sido afectada y las exportaciones seguirán sobre niveles normales; (b) la posición fiscal del Estado es la mejor del subcontinente (tiene la más alta recaudación), por lo que podrá pagar los costos de reconstrucción de la infraestructura pública dañada; (c) el mercado de capitales chileno es muy activo y seguramente podrá invertir fuerte en un nuevo plan de viviendas.

Casi como decir que el sistema se reconstruye solo, que es además lo que varios gobiernos han venido diciendo de la crisis internacional. El fortalecimiento neoliberal de algunas de las economías del sur de América nos habría entonado de tal forma que hasta podemos darnos el lujo de un terremoto 8.8 y no tener que producir un reajuste en los roles del Estado y los actores sociales.

La presidenta y sus ministros, acompañados por el presidente electo que es el otro foco de atención de la prensa, han traducido esta misma mirada de su país en reiteradas declaraciones sobre lo innecesario de la ayuda internacional, la capacidad del Estado para proveer lo que se requiere en la emergencia y la supuesta seguridad que el plan ofrecido por Piñera no se alterará por el sismo.

Nítidamente se aprecia el contraste con la forma como los chilenos de a pie viven el momento. Las imágenes de los saqueos no son las de los pobres-pobres que nunca tuvieron nada, sino de gente de clase media y trabajadores que de pronto se han quedado sin casa, sin dinero y alimentos y que no confía demasiado en ese Estado que se juzga todo poderoso. Algo como le ocurrió a la Argentina del 2001, cuando la crisis económica proletarizó violentamente a la clase media europeizada.

Tal vez sea muy corto el tiempo para estimar si el dique social que se quebró con el remezón de la tierra se cierra con la combinación de represión a los revoltosos y ayuda directa a los damnificados. Lo que sí ha salido a relucir es que en el esquema de la reconstrucción lo que no está es el Chile real de millones de seres humanos que se han percibido enormemente vulnerables en el individualismo exacerbado que se les alentó durante 27 años.

Frente a esa ansiedad social que se vislumbraba en diversos momentos de conflicto, el poder político se ha ejercido con mano de hierro, como para que todos sepan que la eficiencia del sistema depende del más estricto control de las masas, herencia pinochetista que la Concertación ha mantenido escrupulosamente. Ahora que vuelve la derecha, sobre un Chile destruido y unas elites que apuntan a la reconstrucción por el mercado, ¿qué irá a pasar?

03.02.10
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lunes, marzo 01, 2010

El caos

La imagen de orden y eficacia que todos tenemos sobre Chile, se resquebrajó de pronto cuando empezaron a llegar las noticias sobre los saqueos en Concepción y la dificultad de la policía para contener los desbordes. Lo más sorprendente era contrastar la actitud de las autoridades que en varias formas hicieron saber al mundo que no necesitaban del envío de ayuda inmediata y su insistencia en aparecer como dueños de la situación y la desesperación incontenible de miles de personas que incluso llegaban a reclamar ante la prensa su derecho a saquear ante la falta de productos de primera necesidad y se quejaban de la dura respuesta de los carabineros.

Los que recuerdan las horas siguientes del terremoto en Haití saben que los pobres de ese país aguantaron estoicamente sin casa, alimentos ya agua, que se fueran restableciendo los suministros y se organizara la distribución de ayuda y demoró bastantes días para que empezaran a aparecer brotes de violencia, reprimidos con el uso de las tropas extranjeras. En Chile hemos visto desborde en el segundo día, lo que puede estarnos diciendo varias cosas a la vez: (a) que la gravedad de la situación no está siendo comprendida, ni siquiera por las autoridades, y que el afán de mostrar una circunspección cercana a la arrogancia está dando lugar a una grave confusión política; (b) que la pobreza y vulnerabilidad chilena es mayor de la que se está dispuesto a aceptar abiertamente, dicho esto sin negar que en condiciones de miseria masiva (Haití) y de debilidad del Estado, la desgracia sería mil veces más grave; (c) que el Estado chileno está metido en un grave dilema, debiendo temerse que dado sus reflejos autoritarios se derive hacia una mayor violencia.

Finalmente hay que decir que parte del desorden es que la tragedia ha llegado con dos presidentes frente a frente en Chile, cuando faltan muy pocos días para el cambio de mando. Todos hablan por supuesto de unidad, pero lo que se percibe es que Bachelet no quiere irse con la imagen de que al final el país se le escapó de las manos, ni Piñera quiere ingresar para quedar preso de un plan de reconstrucción de largo plazo impuesto por sus adversarios políticos.

01.02.10
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Líbrenme de la anticorrupción que de los corruptos me libro yo

Llevo casi cinco años litigando en diversos escenarios judiciales contra los dos abogados más emblemáticos de lo que alguna vez se llamó el sistema anticorrupción construido como respuesta a la abrumadora corrupción del régimen de Alberto Fujimori. Y el tema que me enfrenta con los famosos doctores José Ugaz Sánchez Moreno y Luis Vargas Valdivia, es el de las investigaciones que desde hace mucho tiempo venimos desarrollando junto con el periodista Herbert Mujica sobre el proceso de privatización del aeropuerto Jorge Chávez y la gestión de LAP, y por las cuales un juez acaba de dictar orden de captura contra Mujica, dentro de un enfermizo afán por silenciarnos.

Evidentemente hay un contrasentido en que dos juristas que dicen haber contribuido a la condena de Fujimori y Montesinos, se empeñen en judicializar, perseguir y encarcelar el empeño de investigación y denuncia, y nunca salir a defenderse con argumentos que muestren lo que el país ha ganado realmente al conceder este servicio básico y que no hubiera podido conseguir bajo administración propia. No hay por cierto mucho que extrañarse que los héroes de la anticorrupción hayan derivado a la condición de escudos de LAP, si al mismo tiempo se hicieron consultores de Telefónica, LAN y otras empresas no precisamente caracterizadas por su nobleza. De hecho, los contratos profesionales con escasos reparos morales están dentro de la historia de Ugaz y Vargas Valdivia que fueron enrolados continuamente en varias de las reorganizaciones judiciales de los 90.

Que luego Ugaz deviniese, por esas cosas del destino, en el perseguidor oficial de Fujimori contra Montesinos y de Paniagua-Toledo contra Fujimori, hasta ser reemplazado por su socio Vargas Valdivia, los haya convertido en parte de un santoral de democratizadores y moralizadores que abarca también a políticos y funcionarios que se apropiaron de la transición institucional de cambio de siglo. A Toledo eso le sirvió para llegar a la presidencia y olvidarse totalmente de sus compromisos de los Cuatro Suyos. Y a los ex procuradores para conseguir una suculenta cartera de clientes de empresas con sospechas de corrupción que imaginaron que esta sola asociación les era provechosa no sólo en imagen sino en las relaciones que estos abogados han establecido dentro del sistema judicial.

En fin, mi experiencia personal me advierte de los muchos crímenes que se pueden cometer en nombre de la anticorrupción. El juez Barreto puede ser un ejemplo de estos dilemas. Y otro, aún más importante, el ex contralor Genaro Matute, actual coordinador de la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción, contantemente interrogado por los medios y las instituciones del Estado como una suerte de especialista en asuntos relacionados con la corrupción. Al que, al igual que Ugaz, no le debemos ninguna batalla memorable, informe trascendente o culpable puesto al descubierto. Pero ahí está como si la anticorrupción se estuviese volviendo una especie de sellos que ahora se ponen a los productos, las empresas y hasta a los países para certificar que han pasado por algún tipo de control de calidad.

Hace poco, a raíz de la grave denuncia del IDL, sobre la recompra de vehículos policiales portatropas que en el 2007 fueron rechazados por el ministro Alva por sobreprecio en el contrato, y que ahora están regresando a nombre de otro exportador y a una cotización mucho más alta, Matute dijo totalmente suelto de huesos que no podríamos anular el acuerdo porque seríamos penalizados. Es ese papel de la “anticorrupción” del que tenemos que prevenirnos.

28.02.10