Así como alguna vez lo convencieron que la “inclusión
social” que estaba buscando (antes le llamaba gran transformación) se lograría
si se mantenía el mismo estilo de crecimiento que generó la exclusión y
marginación de millones de peruanos, ahora acaban de hacerle decir que para
diversificarnos y superar la economía puramente extractiva hay que darle más
impulso a la minería. Faltaría nomás sacar la conclusión de que para que la
derecha continúe manejando el poder como lo hace desde hace mucho, hay que
levantar banderas populares y de izquierda para hacerse elegir y luego
traicionarlas desde el poder.
La lógica del absurdo que suponen cada una de estas ideas
advierte algo fundamental y que es la imposibilidad de hablar claro en el Perú del
2013. No es solo que Ollanta tenga una formidable confusión política en la
cabeza o que García posea alguna razón cuando le asigna mayor claridad a
Cantinflas en asuntos como saber si habrá proyectos como Conga. La verdad es
que uno podría hacer facilito una lista de tonterías mágicas como aquella de
que con la labia y las relaciones del expresidente gordinflón ya estaríamos
creciendo a más de 8%, o que lo que le falta a Humala son ministros como los
que se reunían con Canaán en la suite del Hotel Country.
Todo el escenario político está plagado de afirmaciones
ilusorias, por ejemplo que lo que está faltando es “confianza empresarial” y
nadie se atreve a decir hasta dónde debe ceder el Estado para conseguir que los
inversionistas sientan que ya pueden confiar en el presidente. También hay
debates tontos sobre lo que piensa y habla el presidente, como explicación de
los índices económicos que se deterioran. En cambio nadie en el Perú oficial
está viendo que el malestar social está creciendo rápidamente y cada protesta
es más grande que la anterior.
Claro, según Aldo M, son sólo ganas de joder, y aquí podemos
seguir haciendo lo que nos da la gana. Lo que significa que lo que está
produciendo tanta ruptura entre la realidad y las interpretaciones de la clase
política, es la negativa a reconocer lo que está pasando, o lo que es lo mismo
la construcción ideológica para justificar no hacer ningún cambio en la
política del Estado cuando todo el contexto interno y externo se está modificando.
Ollanta dice que siendo más mineros nos volveremos industriales y empujando más
proyectos que absorben escasa fuerza de trabajo crearemos más empleo. García
contesta que se necesita un presidente más proactivo y Du Bois que mejor no
hable ni piense.
Y toda esa cháchara pretenden que es una discusión seria.
Por cierto lo importante es no admitir que está pasando el tren del crecimiento
y el boom de la minería, y el país está quedando casi tan pobre como antes.
Sólo que algunos son mucho más ricos que antes. Y todavía quieren seguir
ganando, mientras se pueda.
29.09.13
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