El grupo periodístico que se ofreció, sin que nadie se lo
pidiera, para compensar el tremendo desequilibrio informativo y de opinión que
deriva del crecimiento elefantiásico de la corporación construida alrededor del
diario El Comercio, nos sorprende el día de ayer con un editorial en defensa
del fallo del juez Velásquez que favorece a Alan García y pretende dar por
anulado lo actuado por la Megacomisión del Congreso desde el 8 de marzo,
dejando en el aire una cantidad de pruebas acumuladas en algunos de los temas
más importantes en la investigación al anterior gobierno.
Esto quiere decir que a todo el coro de derecha que en estos
momentos pretende colgar al congresista Sergio Tejada, como si fuera culpable
de echar a perder el encargo que recibiera del pleno, se une el diario digamos
de centro, en el que su principal columnista ha venido repitiendo que todo lo
que sea hurgar sobre los hechos del gobierno de García responde a motivaciones
políticas para frenar su candidatura el 2016. Ahora, la columna editorial se ha
alineado con el columnista alanista y si bien dice que el fallo judicial se
arregla a derecho, no lo demuestra por ninguna parte, salvo al decir que es un
texto ponderado y que sigue la lógica del amparo ganado por Javier Diez Canseco
contra la sanción del Congreso, y que motivara que el congresista Mulder dijera
que era una sentencia escrita por un payaso.
Pero justamente, la comparación con la demanda de JDC, es lo
más errado de la posición editorial de La República, que irónicamente fue el
diario en el que el fallecido congresista escribió hasta sus últimos días. Para
aclarar este punto bastaría recordar tres cuestiones elementales:
(a) que Diez Canseco se amparó frente a una acusación injusta,
fuera del reglamento de ética del Congreso, a la calidad de las pruebas y a la
inserción en el informe final de asuntos que no eran parte de la investigación;
esto nada tiene que ver con las exigencias de García de tener las preguntas
antes del interrogatorio, ser tratado con “respeto” y a que no se filtren
borradores de los informes a la prensa;
(b) que Javier jamás pidió silenciar a sus enemigos
representados en la Comisión, como Mulder, Díaz Dios y Urtecho, que hacían
declaraciones agresivas y acusatorias a cada rato, sin que nadie les exigiera
“imparcialidad”; en cambio García quisiera ver a Tejada en silencio y que no
expresara sus sentimientos frente a lo que ha ido saliendo de la investigación;
(c) que la acción de Javier Diez Canseco fue dirigida contra
una acusación ya formulada con las formalidades del caso y que derivó en una
sanción, lo que es totalmente distinto a “ampararse” frente a una investigación
en proceso, donde no hay conclusiones establecidas.
¿Cómo podría pretenderse que se trata de un fallo ejemplar y
no de un favorecimiento político?
24.09.13
www.rwiener.blogspot.com
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