miércoles, septiembre 04, 2013

Ollanta y el panzón

¿Por qué la derecha no le cree a Ollanta Humala que ha hecho nada en su contra, y si le creyó a Alan García que anunció la estatizac ión la banca y la reducción de los pagos de la deuda externa?

La pregunta es inquietante si se recuerda que la actual DBA peruana se engendró en la pelea contra García a partir de 1987, y si bien no consiguió llegar directamente al gobierno, por la aparición de Fujimori, si logró instalar un sentido común para la economía y la política que estaba hecho de la idea de que cualquier desvío nos regresaría a los años del primer gobierno de García.  

En la segunda vuelta el 2006 muchos de los que votaron por García el 2006, decían que lo habían hecho tapándose la nariz. Y Aldo M corregía a los muy equivocados que decían que ese año la disyuntiva era entre el cáncer y el sida, anotando que Alan sólo era una diabetes con la que se podía vivir (grave insulto a los diabéticos).

En fin, el caso era de un candidato, con un pasado gubernamental desastroso; que por supuesto no había sido la propuesta original de la derecha, que era Lourdes Flores; y que había hecho promesas de controles (precios de las medicinas, renta telefónica y otros) y de revisión del tratado de libre comercio, que paraban los pelos de algunos sectores; que finalmente pudo ganar con el apoyo de una derecha asustada con el discurso y las relaciones de Humala.    

Pero, como se sabe, AGP no sólo fue perdonado por sus pecados de juventud, sino que a nadie extrañó que echara al tacho sus promesas. Las narices se destaparon y muchos periodistas  de la derecha más dura y achorada de la época, como el de la diabetes, se convirtieron en asiduos de Palacio y en defensores de García como si fuese la encarnación de lo que siempre habían pensado. Nunca hubo un enojo por el millón de pachotadas que lanzó desde su posición presidencial, ni a nadie se le pasó por la cabeza de que podía estar retrtrocediendo a su versión original.

Tampoco se armó la batahola que sí hubo con Toledo y se repite con Humala, por actos de corrupción que en el caso de García tuvieron la gravedad de los petroaudios, el caso BTR, la no reconstrucción de la zona del terremoto a pesar de los recursos asignados, y muchos otros que han seguido saliendo después que acabó el gobierno.

Hoy mismo se puede ver que el hombre del ego colosal sigue siendo el mayor engreído de los empresarios, incluidos por supuesto los banqueros que lo quieren mucho, los medios de comunicación y editorialistas capaces de escribir que las acusaciones que hoy se le hacen sobrela corrupción de 2006-2011, son las normales que caen sobre los que han ejercido la presidencia, aunque al lado del personaje estén Fujimori preso y Toledo bajo investigación penal.  

¿Por qué a Humala, que nunca siquiera intentó levantarle la voz, ni hacerle alguna escena de coraje frente a los grupos de poder, fue zarandeado tan feamente por su inocente pensamiento de que podía comprar los activos de Repsol, o pateado en el piso por viajar a Venezuela si en ese país ni abrió la boca, o criticado hasta la exasperación por reconocer que la crisis inyernacional nos está tocando?

¿Por qué sólo en la izquierda existen los que están seguros que Humala se pasó definitivamente a la derecha, mientras que los derechistas de cuño viejo aseguran que el problema del presidente es de “confianza”?

En otras palabras: ¿por qué no confían en él, como si confiaron en García?

Creo que hay tres motivos claves: (a) porque piensan que el tercio de la protesta que encabezó para ganar la primera vuelta todavía existe, y que no se trata sólo de arrebatarle a su líder sino de liquidar la posibidad de que haya otro que intente lo de Ollanta, para eso hay que escarmentar el pecado original de desafiar al sistema; (b) porque Ollanta vaciló en su viraje hacia la represión (gabinete Valdés) y terminó haciendo concesiones a la presión social, lo que significa que no va hasta el final como si lo hizo AGP varias veces en su vida; (c) porque todavía no han terminado de corromperlo, cuando lo hagan ya será de los suyos.       

04.09.13
Columna de Wiener
Miércoles de Política Nº 10

1 comentario:

Anónimo dijo...

falta una razon mas, porque Ollanta es cobarde y teme morir de pie luchando y prefiere bajar la cabeza. Como lo ven debil, peor lo atacan y humillan. Es como el bullying, una vez que lo cogen no lo sueltan, asi de energumenos son la DBA