“Torpes”, les espetó el ego colosal a los miembros de la
Megacomisión, por incluir en sus investigaciones sobre la interferencia
política en el caso BTR, a la exFiscal de la Nación, Gladys Echaíz, y a
continuación anotó que se trataba de “una mujer profesional y honesta a la que
se quiere destruir para atacarme a mí”.
Como siempre García hace girar el mundo en torno suyo: si lo
investigan es porque le temen como candidato y si se discute la participación
de otras autoridades que tenían la obligación de actuar con autonomía, por su
relación con los hechos denunciados, es únicamente para atacarlo a él.
Es como si la señora Echaíz no tuviera que responder por
ella misma la explicación, que más suena a coartada, del general Miguel Hidalgo
de que su intervención al frente de la DINANDRO (Dirección Antidrogas), en el
caso de intercepción telefónica, al margen del Director de la Policía y el
ministro del Interior, se hizo por pedido de la Fiscal de la Nación.
¿Por qué Echaíz le dio cobertura fiscal a una actividad que
el presidente García quería que estuviera a cargo de alguien de su absoluta
confianza? La historia es aún más compleja, ya que entre los primeros actos de
Hernani en el ministerio de Córpac estuvo la remisión de una lista de oficiales
para el retiro entre los que estaba Hidalgo, lo que no fue firmado por García.
Entonces se trataba de una pugna entre dos sectores de la
Policía en la que el presidente tomó partido, tanto así que después de la
captura de BTR, Hidalgo disparó a la dirección de la institución y de ahí al
cargo de ministro. ¿Cómo fue que a la Fiscal de la Nación se le ocurrió que
este era el hombre para resolver el enigma de los chuponeos que era el dolor de
cabeza del gobierno aprista en el último trimestre de 2008?
Todo apunta a la conclusión de que para justificar una
investigación paralela, en la que se pudiera tener el control del material a
incautarse y el dominio sobre los procesados, García buscó el paraguas de la
más alta autoridad del Ministerio Público. Y esto probablemente ocurrió cuando el
tío George ya había recibido el soplo de que los amigos marinos a los que había
visitado para pedirles ayuda contra los escuchas que habían abierto su juego
con Canaán, Rómulo y Bieto, eran en realidad los que habían estado
chuponenando.
O sea Hidalgo fue puesto sobre una pista segura, que no fue
revelada a otros jefes de la Policía que tenían formalmente a cargo este caso.
Por eso, cuando García, Del Castillo, Hidalgo y Echaíz quieren que los
felicitemos por su “eficiencia” para salvarnos de BTR, mientras han congelado
el caso petroaudios que era su origen, es porque estaban convencidos de que la
hicieron redonda. Pero hay “torpes” que les están malogrando la fiesta.
21.09.13
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