Que yo recuerde, es la primera vez que un investigado logra
que le anulen judicialmente los avances de investigación, cuando aún no se ha
emitido ningún informe definitivo y no tiene sentido alegar que no se ha
cumplido el debido proceso.
Las palabras del ego colosal reflejan esta situación cuando
se refieren a que ahora los de la megacomisión tendrán que tratarlo con mayor
respeto, lo que quiere decir que se trata ante todo de una victoria moral que
le permite imponer condiciones a sus investigadores, al margen de la gravedad
de los hechos imputados.
Algo por el estilo, está encerrado en la pretensión del
abogado de García que señala que pedirá la cabeza del presidente de la
Megacomisión. Se están valiendo pues de la sentencia de un juez para destruir
un proceso que apunta a abrirle al país los ojos respecto a los hechos
producidos durante cincos años del segundo gobierno aprista y que estaban
ocultos a la luz pública:
·
¿Cuántos sabían que se habían aprobado con firma
del presidente más de cinco mil indultos y conmutaciones de penas para
delincuentes comunes, entre ellos más de 400 por narcotráfico agravado, y que
existen indicios claros de que se pagó para conseguirlos, por lo que el jefe de
la comisión de gracias, nombrado y protegido de García, se encuentra en
prisión?
·
¿Hasta qué punto estaba enterada la población
que dentro de las publicitadas obras de “Agua para todos”, hay algunas que
nunca se hicieron pero se dieron por realizadas, con aval presidencial, y que
se presentaron informes de costos obviamente sobrevalorados que nunca fueron
cuestionados en los altos niveles de gobierno?
·
¿Acaso no era cierto que se ha estado queriendo
dar por concluido el caso BTR, con la prisión que cumplieron sus principales
directivos, y de paso olvidar el de los petroaudios, obviando el contenido de
los audios que evidenciaban la grave corrupción del poder, la interferencia del
presidente y la Fiscal de la Nación en las investigaciones, la desaparición y
manipulación de las pruebas, la extralimitación de funciones del jefe de la
Dinandro, luego premiado con altos cargo públicos, etc.?
Todo esto (y bastante más), se lo debemos a la Megacomisión
y su presidente que han puesto a la defensiva al mismísimo Alan García,
obligándolo a maniobrar con sus amigos en el Poder Judicial. Claramente no
quiere que sus propias declaraciones, lanzadas con la soberbia del que se cree
todopoderoso, reboten hacia el informe final, como aquello de que Chinguel era
un hombre probo y que ponía las manos al fuego por él, o que Dios le dictaba
los narcoindultos y que lo volvería a hacer, etc.
El insólito fallo que obliga a reiniciar una investigación
más “respetuosa” y reservada a García, quedará en los anales de la Justicia
como un caso escandaloso de favoritismo político y consagración de la
impunidad.
22.09.13
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