Ollanta debe creer que por fin hizo un acto de firmeza
cuando contradijo las presiones de diversos sectores de la prensa para que
cambie al primer ministro y abra el camino a una recomposición más profunda del
gabinete.
Lo malo es que la firmeza y el ministro Jiménez son
conceptos contrapuestos. Basta observar los movimientos seguidos en el asunto
de los bonos de la deuda agraria y la controversia con el Tribunal
Constitucional para saber que premier es incapaz de una buena pelea por lo que
cree.
Es como una marca del gobierno. Se empieza tímidamente, con
el presidente y el premier anunciando
que habría que tener cuidado, o pensar mejor, un tema como el de los bonos que
puede llevar a la quiebra al Estado, y de pronto empiezan los titulares, los
editoriales y las declaraciones de diversos personajes, todos los cuales le
dicen a Humala más o menos lo que Alan García piensa de Haya de la Torre fuera
de cámaras.
El resultado es que en poco tiempo tenemos un cargamontón de
proporciones. El presidente del TC,
salta como una fiera y asegura que encabeza una institución autónoma que no
sigue los gustos presidenciales y que de todos modos resolverá sobre el pago a
los bancos y financieras que tienen los bonos agrarios, entre ellos uno en el
que trabajó 21 años en un alto cargo, en el área legal.
Ahí no hay tema de autonomía. Uno puede haber servido a un
patrón toda la vida y luego resolver como juez a favor de su antiguo empleador;
y ni siquiera el “decoro” al que aludió el presidente del Congreso detiene la
faena. Y cuando en Palacio parece que va a arder Troya por la insolencia del
presidente del TC, aparece en escena el ministro del mechoncito en el centro de
la cabeza, para poner en orden las cosas.
A la mañana siguiente, Castilla se estrena como traductor de
Humala en visita a los del TC y zanja el
asunto. De pagar se va a pagar. Más aún ya se está pagando, pero el Tribunal
debe ser prudente para armar una fórmula que no afecte la Caja Fiscal. Y pocos
han caído en la cuenta que lo que se está diciendo es que hay que dejar el
inmenso fardo de miles de millones de dólares en manos del MEF, que sabe cómo hacer
estas cosas, que ya las está haciendo, nadie sabe con qué criterio y
autorización.
A partir de ese momento cabe la pregunta y ¿dónde quedó
Humala?, ¿en qué lugar se extravió el premier? Y esta experiencia tiene un
elemento adicional. Llega 28 de julio, tiempo de discurso anual, y en otras
ocasiones de cambios ministeriales. Pero el presidente promete ahora que no
habrán sorpresas como si realmente alguien pudiera creer que este gobierno es
capaz de algo como eso, después de la única verdadera sorpresa de los últimos
dos años que fue la transformación de Humala de candidato del cambio a
presidente del más insulso continuismo.
El punto es que tampoco lo van a dejar decir algo nuevo que
entusiasme a un país que cada día está más desalentado por la falta de brillo
en la conducción de los asuntos públicos. La estrategia de no hacer olas que se
usa para afrontar los maretazos de la derecha y que emplean casi todos los
ministros para los arranques de ira de un presidente acorralado en el inmenso
espacio de un Palacio casi vacío al que soñaba llegar, está marcando todo el
período político.
Humala se está empezando a quedar solo, luego de perder al
núcleo radical de sus electores a los que maltrató duramente cuando el
conflicto de Conga, a los que esperaban cambios moderados que tampoco se
dieron, a los que saludaron su derechización y ahora ven que ni para derechista
es útil, a los empresarios angurrientos que le quitaron la confianza, a los
militares que lo miraban como uno de los suyos, a los de su partido olvidados y
sumidos en crisis, etc.
Es impresionante que al segundo año de gobierno se haya
agotado el modelo de crecimiento con programas sociales, que le inventó
Castilla. Y que sea el mismo tipo que lo llevó al presidente a su actual
aislamiento el que tiene las principales riendas del poder y no puedan
quitárselas.
17.07.13
Comuna el Director
Miércoles de Política Nº 3
1 comentario:
Está bueno eso de NO HAGAN OLAS, mientras tanto Alan García se frota las manos y muchos MEDIOS (que estuvieron en la REPARTIJA de dinero de Montesinos) están maniobrando en ese sentido, satanizando a un congreso mal constituido por la alta votación del fujimorismo. Para que ahora sí, sólo sus candidatos lleguen a segunda vuelta:Alan y Keiko, eso es lo que la DBA quiere imponer al país.
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