En los primeros día de agosto del 2011, el recién
juramentado presidente Humala realizó una comida de despedida con uno de sus
antiguos asesores de campaña que volvía a su país. Y como para marcar lo que
para él era importante, empezó con una pregunta:
-
¿Y quién crees que debe ser la apuesta para el
2016?
El exasesor que me contó esta anécdota, pensó rápido hasta
estar seguro de tener la respuesta que Ollanta estaba esperando:
-
¿Quién otra que no sea Nadine?
Y ahí siguieron conversando, como si se hubiera levantado un
obstáculo.
Nadine, por supuesto, acaba de repetir que ella nunca dijo
que postularía a la presidencia y que ese tema ha sido una creación de los
medios de comunicación. Pero durante dos años las señales que envió continuamente
el gobierno fueron las de que contaba con una candidata fuerte, con una
aprobación encima del 60% de acuerdo con las encuestas y con una participación
evidente en las más importantes decisiones de gobierno.
En marzo, el presidente desafió a los que le exigían que
negara lo de la candidatura de su esposa indicando que no lo haría “para que
sufran”. Eran los días en que pensaba en la posibilidad de adquirir los activos
de Repsol y defendía su decisión de haber viajado a Venezuela a la
juramentación de Maduro.
Este fue el momento crítico en el que los empresarios le retiraron
la “confianza” al presidente y los medios arreciaron por definiciones. También
parece ser que en estas circunstancias el ministro Castilla empezó a presionar
con su renuncia. Humala que había dicho poco antes que su estilo de gobernar
era moverse algunas veces a la izquierda y otras a la derecha, empezó sin
embargo a retroceder en todos los puntos.
Fue la propia Nadine la que resolvió el asunto Repsol con
unas cuantas palabras que resuenan hasta ahora: si los números dicen que no va,
no va. Y no fue. Lo que ha marcado una parálisis en todo el esquema de
desarrollo petrolero y gasífero del país que tenía como ejes el fortalecimiento
de Petroperú, la modernización de la refinería de Talara y el reingreso a la
explotación directa de los lotes en operación, así como la construcción de
gasoducto del sur.
La idea de un gobierno que se reservaba el sector energético
como un espacio de relativa soberanía y acción estatal, se cayó con una frase
de la primera dama. Pero también empezó a morir la ilusión de que el gobierno
se mantuviera en los limites de una política exterior independiente, o cuando
menos de cierto equilibrio en una región dividida entre un bloque autonomista y
mayoritario, y otro proclive a las tradicionales políticas de subordinación a
los Estados Unidos.
Esta semana, tras el infame tratamiento que varios gobiernos
europeos le aplicaron al presidente Evo Morales que volvía de Moscú, Humala
quedó colocado en la encrucijada de liderar la protesta de los gobernantes
sudamericanos como presidente de Unasur en funciones, y mostrar que nos hacemos
respetar, o esconderse debajo de la cama para no distanciarse de Colombia y
Chile, que en los hechos era alinearse con los agresores, y dejar sin cabeza a
la organización regional. Negándose a ir a Cochabamba y a suscribir la protesta
sudamericana, Humala ha borrado su atrevimiento de viajar a Caracas. La derecha
esta otra vez servida.
Faltaba entonces un solo elemento: la posibilidad de la
candidatura de Nadine. No es que esta postulación significara a
lgo en si mismo ya que la doña no expresa nada distinto a su
marido, salvo quizás un poco mas de claridad y energía. El nacionalismo es
ahora una de las corrientes de la derecha peruana, sin otra originalidad que su
énfasis en los programas sociales (que también relieva el fujimorismo) y la
circunstancia de que sus dos principales dirigentes ejercen temporalmente el
poder.
El miedo a Nadine se centraba en que los Humala-Heredia
pudieran adquirir alguna fuerza como un proyecto de más largo plazo y se
hiciese más difícil mantenerlos en la esquina en la que están desde hace mucho
tiempo. En esencia la humillación suprema, a las muchas que ha habido estos
años, era que también reconozcan que están fuera de carrera para la siguiente
elección. O sea que son casi nada. La rendición total.
10.07.13
Columna del Director
Miércoles de Política Nº 2
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