viernes, julio 12, 2013

Rendición total

En los primeros día de agosto del 2011, el recién juramentado presidente Humala realizó una comida de despedida con uno de sus antiguos asesores de campaña que volvía a su país. Y como para marcar lo que para él era importante, empezó con una pregunta:

-       ¿Y quién crees que debe ser la apuesta para el 2016?

El exasesor que me contó esta anécdota, pensó rápido hasta estar seguro de tener la respuesta que Ollanta estaba esperando:

-       ¿Quién otra que no sea Nadine?

Y ahí siguieron conversando, como si se hubiera levantado un obstáculo.

Nadine, por supuesto, acaba de repetir que ella nunca dijo que postularía a la presidencia y que ese tema ha sido una creación de los medios de comunicación. Pero durante dos años las señales que envió continuamente el gobierno fueron las de que contaba con una candidata fuerte, con una aprobación encima del 60% de acuerdo con las encuestas y con una participación evidente en las más importantes decisiones de gobierno.

En marzo, el presidente desafió a los que le exigían que negara lo de la candidatura de su esposa indicando que no lo haría “para que sufran”. Eran los días en que pensaba en la posibilidad de adquirir los activos de Repsol y defendía su decisión de haber viajado a Venezuela a la juramentación de Maduro.

Este fue el momento crítico en el que los empresarios le retiraron la “confianza” al presidente y los medios arreciaron por definiciones. También parece ser que en estas circunstancias el ministro Castilla empezó a presionar con su renuncia. Humala que había dicho poco antes que su estilo de gobernar era moverse algunas veces a la izquierda y otras a la derecha, empezó sin embargo a retroceder en todos los puntos.

Fue la propia Nadine la que resolvió el asunto Repsol con unas cuantas palabras que resuenan hasta ahora: si los números dicen que no va, no va. Y no fue. Lo que ha marcado una parálisis en todo el esquema de desarrollo petrolero y gasífero del país que tenía como ejes el fortalecimiento de Petroperú, la modernización de la refinería de Talara y el reingreso a la explotación directa de los lotes en operación, así como la construcción de gasoducto del sur.

La idea de un gobierno que se reservaba el sector energético como un espacio de relativa soberanía y acción estatal, se cayó con una frase de la primera dama. Pero también empezó a morir la ilusión de que el gobierno se mantuviera en los limites de una política exterior independiente, o cuando menos de cierto equilibrio en una región dividida entre un bloque autonomista y mayoritario, y otro proclive a las tradicionales políticas de subordinación a los Estados Unidos.

Esta semana, tras el infame tratamiento que varios gobiernos europeos le aplicaron al presidente Evo Morales que volvía de Moscú, Humala quedó colocado en la encrucijada de liderar la protesta de los gobernantes sudamericanos como presidente de Unasur en funciones, y mostrar que nos hacemos respetar, o esconderse debajo de la cama para no distanciarse de Colombia y Chile, que en los hechos era alinearse con los agresores, y dejar sin cabeza a la organización regional. Negándose a ir a Cochabamba y a suscribir la protesta sudamericana, Humala ha borrado su atrevimiento de viajar a Caracas. La derecha esta otra vez servida.

Faltaba entonces un solo elemento: la posibilidad de la candidatura de Nadine. No es que esta postulación significara a
lgo en si mismo ya que la doña no expresa nada distinto a su marido, salvo quizás un poco mas de claridad y energía. El nacionalismo es ahora una de las corrientes de la derecha peruana, sin otra originalidad que su énfasis en los programas sociales (que también relieva el fujimorismo) y la circunstancia de que sus dos principales dirigentes ejercen temporalmente el poder.

El miedo a Nadine se centraba en que los Humala-Heredia pudieran adquirir alguna fuerza como un proyecto de más largo plazo y se hiciese más difícil mantenerlos en la esquina en la que están desde hace mucho tiempo. En esencia la humillación suprema, a las muchas que ha habido estos años, era que también reconozcan que están fuera de carrera para la siguiente elección. O sea que son casi nada. La rendición total.

10.07.13
Columna del Director

Miércoles de Política Nº 2

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