viernes, julio 26, 2013

Tiempos nuevos

La pregunta es si hay algo nuevo  en el país después de la repartija. Y hay respuestas para todos los gustos: (a) los que dicen que ya pasó, que fue un error que se corrigió, que las manifestaciones fueron minoritarias y que sus organizadores se quedaron sin banderas (es decir que tras una breve turbulencia volvemos dónde estábamos);

(b) los que piensan que si esto sigue como va, de tumbo en tumbo, y con presiones cada vez más fuerte de todos los lados, y si se le agrega más adelante un mayor malestar económico que el actual, lo que puede pasar es que se creen condiciones para un desvío autoritario (desde el gobierno o contra el gobierno);

 (c) los que andan asustados con el desorden y ven reaparecer viejos fantasmas, incluso alguien por ahí que dice que vuelve el terrorismo (lo que suena a reclamo inconsciente de mano dura desde el Estado);

(d) los que ven un rebrote de los impulsos democráticos que se manifestaron a finales de los 90 y que forzaron la transición democrática del 2000-2001, que luego se asfixió en la rutina continuista de los siguientes gobiernos, volvió a la carga para cerrarle el paso a Keiko y se aturdió con la traición de Ollanta (la idea de que hemos entrado a un ciclo de movilizaciones democráticas independientes, sin caudillos y alternativas, pero con una gran potencia social).

¿Dónde está la razón?  El tiempo va a despejar todas las incertidumbres. Pero avancemos por ahora con algo. Aunque ahora el tema de los medios sea el de las ministras mujeres y por ahí se deje anotado que las resoluciones del 17 de julio sobre los cargos vacantes en el BCR, TC y Defensoría quedaron sin efecto, la sensación que ha quedado en el aire es que ya no hay base para la credibilidad hacia los líderes políticos.

La debacle de la bancada de Perú Posible no puede juzgarse como una revolvedera más en el escenario parlamentario, porque se trata de la cuasi desaparición del aliado clave del gobierno, que deja paso a una situación mucho más inestable. Lo que no pudo hacer Ecoteva y las casas de la suegra de Toledo, lo logró el capricho por elegir a Freitas. Y esto significa que la crisis post repartija  recién está empezando.

Efectivamente, la perspectiva institucional es bastante mala, pero de ahí a que alguien se anime a resolver esto a punta de tanques como en el 92, hay mucha distancia. El ánimo mayoritario del país no es autoritario, aunque haya los que mantienen reflejos anclados en el período de la vio9lencia, y confundan las protestas juveniles y laborales, con los coches bomba. En realidad la confusión existente sobre lo que sucede y puede suceder, es normal y propia de los tiempos de cambio. Aquellos en que algunos piensan que todo permanecerá igual, otros se asustan, y cada vez más se deciden a la lucha.  

26.07.13

1 comentario:

Chuquillanta dijo...

Sr.Wiener completamente de acuerdo con Ud. son miedos que a mi tambièn se me presentan, pero la democracia es lo que estamos viviendo, pero mi protesta es hacia la reforma de la constituciòn.
Nora Marìa Chávez