Si usted quiere entender la situación
política y acercarse a una explicación de por qué nunca va a haber un consenso
legítimo en el actual Congreso con votos divididos entre nacionalistas,
fujimoristas, peruposibilistas y otros, para elegir un Defensor del Pueblo,
recomponer el Tribunal Constitucional y completar el directorio del BCR, les
recomiendo leer una editorial reciente de Fritz Du Bois en Perú 21 (21.07.13),
en la que no brinda algunas claves del pensamiento DBA, que están pesando sobre
el Perú de hoy dado su desproporcionado poder de prensa.
La primera idea es que la Constitución del
93, aquella que emergió del golpe de Estado del 5 de abril, que permitió las
dos reelecciones de Fujimori, que hizo posible las privatizaciones y nos obliga
a no movernos de los contratos más onerosos, es la que “nos protege” del
chavismo. ¿Quiénes somos los protegidos?, ¿en qué sentido es la protección? No
se dice, pero se supone que los tres votos oficialistas en el TC amenazaban esa
ventajosa posición poniendo en peligro “ todo lo que el Perú ha avanzado…”
Luego sigue una recriminación a los
“creadores de la Constitución” (se supone Keiko, Kenji, Martha Chávez) por
haberla expuesto sólo para darle gusto a Souza. Lo cual significa que el fujimorismo
debería ser el llamado a defendernos, pero se amarró con el gobierno por darle
un premio consuelo al excongresista y abogado de su jefe máximo. ¿Y Humala que
pito toca en todo esto? De acuerdo con Du Bois debería estar preocupado en alejar
sus fantasmas, lo que significaría hacer cosas como recibir a Capriles (para
que nadie lo vea como chavista) y recuperar el entusiasmo empresarial, más de
lo que ya ha hecho todos estos meses, lo que es difícil de concebir.
O sea que la gente que está molesta con la
repartija no lo estaría tanto si Humala se plegara a la oposicion venezolana y
se sometiera a los caprichos y exigencias empresariales que suben cada día.
Seguro no habrían movilizaciones en las calles, ni se perderían 21 puntos en
las encuestas en cinco meses, ni habría crisis de credibilidad, etc. ¿No les
parece que con el pensamiento Fritz, lo que escribe Aldo M, o lo que representa
Martha Meier, no hay como entenderse, si se quiere de verdad un país
democrático, en el que se respete la voluntad de las mayorías?
Yo, por ejemplo, repudio una constitución
que protege intereses minoritarios y una distribución profundamente injusta de
la riqueza, frente a las demandas de los trabajadores y el pueblo, que se
tachan de “chavistas”, como antes se les decía “comunistas”. También me niego a
sentirme representado por los “creadores de la Constitución”. Y si Humala sigue
creyendo que la confianza de los empresarios y los grandes medios, es más
importante que la opinión de las calles, la crisis seguirá aumentando.
24.07.13
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