Qué son 2 mil 500 o más jóvenes peleando en las calles en
una ciudad de 9 millones de habitantes? Cuando marchen cuatro millones me
avisan. Entretanto que les peguen, los gaseen y los lleven presos. Y no se
quejen porque en Estados Unidos y España se quedaban una semana tras las rejas.
Pensamiento DBA, con una B bien grande, plena de brutalidad.
Pero habría que preguntarse: ¿quién representa al país de
hoy?, esos miles de estudiantes muchos de ellos interviniendo por primera vez
en política, que ya no le creen a las instituciones como el Ejecutivo, el
Congreso y cierta prensa, y que siguen movilizándose hasta que la repartija
caiga completamente y empiece una nueva relación entre el poder y la sociedad;
o los políticos que hicieron el entuerto y son incapaces de asumir su
responsabilidad.
Como siempre, Aldo M otra vez actúa como un liberal fallido,
cuya verdadera pasión son los palos, las bombas y los muchachos encerrados en
las comisarías. Para que aprendan, como dicen los generales. La historia no la
hacen las muchedumbres, como se ve en Brasil, Egipto o Grecia, sino los
policías que despejan las avenidas de los que joden.
Y por si acaso esta
no es una dictadura, chibolos; dicho sea por el que aseguraba que Ollanta era
un fascista congénito, el que iba a irse al extranjero si ganaba las elecciones
pero se quedó porque nombró a Castilla; y que ahora se molesta porque a los
apristas (que antes también odiaba y ahora ama) no los admitieran en la marcha
porque nadie cree que ellos encajan en una protesta ética cuando lo que quieren
es salvar a Alan.
Vamos Aldo, ya fuiste muy lejos en tu odio a los caviarines,
tu trauma con La Católica, tu molestia con los que votaron por el no en la
revocatoria, y estas tratando de cerrar los ojos a lo que sabes es un
sentimiento ciudadano en pleno desarrollo. Hay síntomas por todas partes de que
los partidos, incluidos aquellos que en su origen se proclamaron enemigos de la
partidocracia tradicional (fujimorismo, toledismo, humalismo), han entrado en
colisión nuevamente con la ola democrática que viene de las bases.
Este no es un fenómeno arbitrario, o una idea de algunos
personajes “progres” que quieren hacer figuretismo, ni un invento de algunos
diarios o corresponsales extranjeros que tanto apenan a M, sino una onda
profunda que no se presenta por primera vez y que ha sido traicionada por
liderazgos oportunistas que se montaron sobre ella.
Que la represión quiera matar este germen de democratización
es algo que ya se vio en otros momentos y justamente ahí, en la voluntad de
persistir y no entregar la calles, es que se ve la consistencia del movimiento.
Aunque algunos no entiendan.
25.07.13
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