En noviembre del
2010, el recién ascendido general Carlos Morán dirigió desde la DINANDRO el
operativo denominado “Eclipse”, por el cual fueron detenidos 42 dirigentes
cocaleros y autoridades municipales de la zona del Huallaga, acusados de
tráfico de drogas y colaboración con el terrorismo. Las principal prueba del
caso era una filmación de un agente infiltrado de una reunión que se supone era
dirigida por “Artemio” en la que los elementos subversivos hacen arengas a unos
campesinos que simplemente escuchan. Algunos de los detenidos estuvieron en ese
momento, aunque alegan que fueron presionados por la fuerza, la mayoría sin
embargo no participó pero igual fue presa.
El otro elemento
de la acusación era su condición de cultivadores de la hoja de coca, lo que en
un concepto elemental los convertía en “traficantes”. Como periodista los
visité en el penal de máxima seguridad Castro Castro, y pude ver que se trataba
de gente humilde, campesinos, totalmente distantes de la idea que nos hacemos
de los traficantes, esos a los que AGP liberaba con su firma, o con los capos
de las grandes familias que siempre salen bien librados de las denuncias
judiciales. La mayoría de los detenidos de “Eclipse” salieron en libertad
porque las “pruebas” fueron rechazadas por los jueces, pero uno de ellos murió
en prisión.
Ahora nos
enteramos que se ha lanzado el operativo “Conquitar” que es casi una copia de
“Eclipse”, con la diferencia que ocurre durante el gobierno de Ollanta Humala y
en el que la policía se ha ido directamente contra una de las exparlamentarias
nacionalistas del período anterior, a la que acusa de ser una lideresa del
narcotráfico y de tener vínculos no sólo con la extinguida organización de
“Artemio” en el Huallaga sino con los Quispe Palomino del VRAE. Las pruebas:
declaraciones de testigos encubiertos que acusan sin dar la cara, e
intercepciones telefónicas descifradas por la policía que interpreta que cuando
se habla de envíos de fruta se refiere a la droga.
Permiítaseme
desconfiar de todo lo que está diciendo sobre este caso: (a) porque hace tiempo
que hay una evidente intención de comprometer a Obregón y Malpartida, y los dirigentes
cocaleros más conocidos, para quebrar lo que fue un esfuerzo por convertirlos
en interlocutores con el Estado para las políticas de desarrollo en el Huallaga
y otras zonas donde se cultiva la hoja de coca, y mostrar que aquí también
Humala jugó con fuego, lo que lo convierte en más rehén de sus antiguos
adversarios; (b) porque los que hacen el operativo (entre ellos el general
Morán) saben demasiado de perseguir falsos objetivos y culpar inocentes; (c)
porque esto tapa la importancia de los narcoindultos en el contexto de la
llegada del nuevo embajador yanqui, experto en drogas; (d) porque las pruebas
que se conocen son tan débiles que no justifican lo aparatoso de las capturas.
17.07.13
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