jueves, julio 11, 2013

El sueño del poder

Un lector interpreta, como puede leerse en un comentario en la Web del diario La Primera (www.laprimeraperu.pe), que cuando se dice que Humala entregó la cabeza de Nadine como una señal más para recuperar la “confianza” de los empresarios y a prensa de derecha, es porque estoy lamentando que la primera dama no se pueda convertir en la candidata que necesita la izquierda. El Perú de estos días está lleno de este tipo de silogismos que fuerza las conclusiones, cuyo mejor exponente es el asesor fujimorista Fritz Du Bois.

Pero bastaría haberme seguido los dos últimos años para saber lo que pienso del gobierno actual y su falta de valor político y moral  para siquiera intentar algunas de las reformas que proclamó durante años en calles y plazas de todo el país,. Y la causa de su conversión al neoliberalismo y al continuismo más chato y burocrático que se hubiese pensado, tiene una sola explicación: su ambición de poder que le hizo temer que cualquier decisión con un cierto grado de audacia, que pretendiera mover el estatus quo de más de veinte años, lo arriesgaría a una crisis y a la posibilidad de perder el gobierno.

Si el sueño de la pareja es durar en la envestidura a la que el pueblo los impulsó creyendo en sus ofertas, se debe entender que si arrían banderas en la disputa de 2016, lo están haciendo contra su fuero interno, entregando la última pieza importante del tablero como lo expresa la portada de la revista Miércoles de Política de ayer. Esto significa que traslada más poder a la CONFIEP y a la gran prensa. La izquierda por su parte, mal que bien, se está haciendo un espacio propio integrándose a la oposición popular que se está enfrentando al gobierno de Humala.

En dos años, Ollanta ha tratado de trasmitir a idea de que el Perú en el que él se rebeló y organizó un movimiento para una gran transformación, en realidad estaba muy bien gracias al impulso a las inversiones que ha tratado de mantener a la manera de García, cediendo a sus “desconfianzas”, y que lo que faltaba era un presidente que se preocupara más por la “inclusión” de los muy pobres, con una variedad de  programas sociales financiados con los impuestos de las mineras. A estas alturas la gente mira esto como una propuesta insulsa que no entusiasma nadie.

Si con ese proyecto político querían aparecer como algo distinto a los demás partidos del sistema era porque tenían en sus manos resortes del poder y una potencial candidata que se movía haciendo uso de ellos. Esta era toda la batahola de la reelección conyugal: que los Humala-Heredia se vayan el 2016 y que todo siga igual. Hasta en eso han sido derrotados. ¿Es tan difícil entender lo que ha pasado?

11.07.13

No hay comentarios.: