Vivimos en una ciudad con insuficiencia de agua, donde los proyectos
para captar nuevas fuentes se postergan o se concesionan sin otro resultado que
aumentar el gasto de SEDAPAL sin resolver los déficits del preciado elemento. A
veces parece que se juega a sabotear a la empresa pública para reclamar el
auxilio privado, pero otros momentos la idea es saquearla directamente.
Casi
nueve millones de habitantes de la gran Lima dependen para calmar su sed de un
río que la mayor parte del año se la pasa casi seco. Considerada la segunda ciudad
más importante del mundo ubicada en zona desértica, la capital del Perú tiene
un déficit de cobertura de poco más de un millón de personas producto del
crecimiento desordenado y de la instalación de centros poblados en zonas de
difícil acceso y altos costos para el tendido de cañerías. Pero este no es su
único problema, porque en diversos lugares como los balnearios del sur y los
barrios populares del norte de Lima, el servicio apenas alcanza para algunas
horas y sufre cortes continuos que afectan la calidad de vida de las familias.
Sobre
estos temas ha girado varias veces la campaña de los que propugnan privatizar
la empresa del agua de Lima, SEDAPAL, porque supuestamente los inversionistas
privados sí estarían en condiciones de resolver las necesidades insatisfechas.
A finales del gobierno aprista y en el primer año del de Humala se produjeron
además rupturas continuas en las redes de agua generando grandes aniegos en
diversos barrios de la ciudad. Era la prueba de ineficiencia que se necesitaba
para insistir por televisión, radio y los diarios, que esto no ocurriría si
SEDAPAL fuese encargada a un concesionario que tomase en sus manos el cobro de
los recibos y con ese dinero hiciese las obras que no se estaban haciendo,
después de separar su parte de utilidad. Sorprendentemente han pasado más de
dos años que no hay noticias relevantes sobre cañerías perforadas y áreas
urbanas inundadas, simplemente porque la empresa estatal aplicó el plan de
renovación que estaba elaborado y que administraciones anteriores prefirieron
ignorar, no se sabe con qué intenciones, aunque se sospecha.
La
privatización franca de SEDAPAL fue una de las pocas cosas que se quedó en el
tintero fujimorista después de que más de 200 unidades económicas fueran
rematadas o transferidas a intereses privados a lo largo de los años 90. El
dictador asustado por las consecuencias, suspendió en 2008, el proceso de venta
de empresas estatales, dejando a SEDAPAL y las empresas municipales de agua de
provincias, junto con la Refinería La Pampilla y la Hidroeléctrica del Mantaro,
en un incierto sector público. Esto no ha impedido que luego surjan voces e
intereses alrededor de la idea de emular a Chile y otros países que apostaron por
la gestión privada del agua[1],
y que se hayan lanzado campañas alarmistas como la que hizo El Comercio, al difundir
que el agua que consumimos en Lima tendría alto componente de arsénico hasta
que se confirmó que los índices de SEDAPAL eran inferiores a los recomendados
por la OMS.
Las concesiones
La
población limeña, en amplia mayoría, mantiene hasta hoy una opinión contraria a
la privatización. Es una intuición elemental que les lleva a suponer que una
decisión así se reflejará inmediatamente en sus recibos de pago, como ocurrió
durante el paso de otros servicios a manos privadas. La idea de que el agua es,
mucho más, un derecho que un negocio monopólico armado con las necesidades más
apremiantes de la gente, está presente en la conciencia de los limeños en los
más distintos estratos sociales. El
propio PPK, que fue uno de los agoreros sobre el trágico destino de Lima si no
se privatizaba SEDAPAL, se replegó a una posición intermedia y se decidió a
venderse como un modesto promotor de pequeños y medianos proyectos locales del
agua, con los que busca asegurarse el lugar de experto que requiere para cuando
vengan las grandes decisiones.
Pero
si la idea de vender la empresa del agua de Lima no camina fácilmente, lo que
sí ha estado avanzando en profundidad es la política de concesiones y traspasos
de proyectos a gestores privados mediante contratos a treinta años en los que
SEDAPAL carga con los costos y sus socios con las ganancias. Desde los años 90,
las empresas de agua potable, incluida la más importante de ellas, la de Lima,
han seguido operando sus sistemas, invirtiendo y proyectando el crecimiento en
función a la demanda de millones de personas. En paralelo, sin embargo, un
equipo de “expertos” de Proinversión (antes COPRI), iba diseñando alternativas
para interesar capitales privados en inversiones en agua potable, desagües y
alcantarillados. Así idearon la privatización de la empresa de Tumbes, que fue
un rotundo fracaso hasta el día de hoy. En el colmo de la ridiculez, luego de pasar por varias manos, la empresa
municipal ha concluido administrada por otra estatal de origen colombiano, Empresa
del Agua de Manizales. Casi una confesión de la incapacidad de la tecnocracia
peruana para hacer lo que otros países hacen.
En
Proinversión, sin embargo, han seguido cumpliendo con su trabajo, que por ahora
está concentrado en privatizar proyectos y no empresas. Dos casos concretos son
los de las plantas de tratamiento de Aguas Residuales de Taboada y La Chira,
que representan inversiones por montos de 500 y 450 millones de soles cada uno,
cuya importancia indudable es que ayudarán a reducir la contaminación del mar,
pero cuya gestión ha sido concedida por 25 años a operadores extranjeros que
serán remunerados por SEDAPAL. En otras palabras las constructoras ya no son
solo contratadas para realizar una obra con fondos del Estado, sino que además
asumen por el mismo contrato la operación del proyecto por un tramo largo en el
que el Estado a través de la empresa del agua les pagados por el servicio.
Algo
por el estilo es lo que ocurre con la concesión de agua sobre el río Chillón,
al norte de Lima, que administra el Consorcio Agua Azul de accionistas
italianos, otorgada por un espacio de 27 años, y que después de una década de
funcionamiento no ha mejorado la oferta de agua potable en los distritos a su
cargo debido a las deficiencias de captación sobre un río que permanece seco
casi todo el año. Sin embargo SEDAPAL sigue abonando 14 millones de dólares
anuales de acuerdo a contrato. Otro caso, denunciado por los trabajadores del
agua es el de la Planta Desalinizadora del Sur, que tiene un costo aproximado
de 150 millones de dólares y figura como iniciativa privada de inversión
aprobada por el MEF a través de su agencia Proinversión, y que consiste en
tratar agua de mar para convertirla en agua potable y abastecer los balnearios
del sur, calificada además como proyecto turístico.
El
problema es que la planta producirá agua entre 10 o 15 veces el costo de la que
se obtiene en La Atarjea y es innecesaria porque para este fin ya se hizo la
segunda planta en la misma Atarjea y sólo falta entubarla para cubrir los
distritos desabastecidos. Un costo de agua como el que se proyecta no podría
ser solventado por los usuarios de la zona, especialmente la población que
reside en forma permanente, lo que lleva a concluir que esta inversión no se hace
pensando en ellos sino en la construcción de cadenas de hoteles, que fue el
gancho para la privatización en Tumbes. Por lo demás parte de la factura se trasladará
a los demás usuarios de la ciudad mediante aumentos de precios.
Mientras
tanto, hay obras que no se hacen e inversiones ya concluidas e inauguradas que
no funcionan. Es el caso de Marca II, para captar aguas de la vertiente
oriental que contaba con financiamiento internacional por 32 millones de
dólares del banco japonés, y que fue paralizado en el 2004 por el ministro de
Economía Pedro Pablo Kuczynski, con directo efecto sobre el volumen de agua disponible
en La Atarjea. Otro es la construcción de Planta de Tratamiento de Huachipa y
Ramal Norte por un monto de 550 millones de soles que debía llevar agua a 2
millones y medio de personas, cuyas tuberías explotaron en San Juan de
Lurigancho creando una impresionante inundación, perjudicando a numerosas
familias y dejando inoperativo el nuevo sistema hasta el día de hoy.
Empresa del agua
SEDAPAL tiene un movimiento económico de más de
mil 250 millones de soles anuales, da empleo a 2 mil 387 trabajadores, entre
ellos 594 profesionales, y otros cientos en actividades tercerizadas, que
abarcan las funciones de apoyo técnico, cobranza, administración, transporte y
otras . Las conexiones actuales en uso ascienden a 2 millones 278 mil 939,
siendo de uso doméstico casi 2 millones (84 %). Se trata de una inmensa
organización, con un monopolio natural por ser el proveedor único de agua y de
servicio de desagüe a sus usuarios. Es fácil entender las razones por las que
desata tantos apetitos.
Cada elección, el tema de SEDAPAL reaparece y
los políticos populistas prometen y reprometen que no habrá privatización y que
el Estado impulsará y multiplicará sus programas de agua. Pasó con Toledo que
se comprometió en simultáneo con los trabajadores y organizaciones de usuarios
a no privatizar, y con la Corporación Suez de Francia de que SEDAPAL sería entregada a gestión privada
(se dice que Suez pagó parte de su campaña del 2001); y volvió a pasar con
García a partir del 2006 cuando en uno de sus alardes de demagogia lanzó el
eslogan de que sin agua no hay democracia, que fue un pretexto para obras
fantasmas (nunca existieron), sobrevaluadas o mal hechas, que se justificaban
en que el agua debía ser para todos.
Finalmente llegó Humala cargado de promesas
progresistas y de una dura crítica a las privatizaciones, pero que en su primer
acto de gobierno nombró como ministro a un tipo que en el 2007, fue obligado a
renunciar por las críticas del presidente que dijo que le faltaba energía para
avanzar en las concesiones. Claro que eso no le impediría volver a contratar
con el gobierno de García durante las obras del Estadio Nacional y reaparecer
en el primer gabinete de Humala, donde ha permanecido hasta ahora, varias veces
propuesto para la presidencia del Consejo de Ministros.
SEDAPAL es la empresa sobreviviente de la
privatización de los 90, que ha atravesado los últimos años cercado e
infiltrado de privatizadores.
24.08.14
[1] la empresa chilena a cargo de Aguas de Barcelona, tiene
tarifas muy altas y diversos déficits, como una producción de agua no facturada
de 40%, por encima del índice limeño que ha sido reducido a menos de 30%
10 comentarios:
Las supersticiones progresistas al desnudo en la opinión de Wiener. Obviamente por progres necesitan de que su papá sea un ministerio y su mamá otro. ¿Son o no son seres humanos privados?
Por supuesto que los limeños estarían mejor con el servicio del agua privatizado. ¿No entienden que todo los manejado por el Estado funciona mal, es corrupto e ineficiente y caro? ¿Qué organización estatal sirve bien a los peruanos? No, no lo hay.
Los desalmados de la izquierda corrupta quieren todo en manos del Estado, la única forma que ellos agarran una chamba, nadie los contrata por incapaces.
Muy inteligente: "todo en manos de, Estado funciona mal, es corrupto e ineficiente=
Entonces ¿como hay CODELCO en Chile, Ecopetrol en Colmbia, pra mencionar casos cercanos, o las empresas ferroviarias en Europa.
Es el Estado el mal, o la forma como se administra el Estado. Hace más de veinte años que Sedapal está en manos de privatizadores, que deben haber concedido muchas fases del servcio, que no son las que funcionan mejor.
Que el agua privatizada funciona mejor se lopueden contar los argentino, bolivianos y chielnos (donde el agua cueta el doble que en Lima.
Haría bien en responder con experiencia reales y no con un catecismo neolibreal
Wiener cree que estamos en Chile o en Colombia. ¿Vieron que omitió ejemplos peruanos en empresas estatales como PetroPerú, PescaPerú, Estanco de la Sal? ¿Quién dice que Chile o Colombia no se beneficiarían (menos impuestos, menos corrupción, mayor producción, más transparencia) si Codelco y Ecopetrol estuviesen en manos privadas? ¿Toyota, Apple, Exxon, Microsoft, BMW, Fiat funcionarían mejor, nos bonificaríamos con mejores productos a menos precio si fuesen empresas estatales?
El Estado, la propiedad estatal castra la iniciativa y al individuo. Es Wiener que sigue en su cajita supersticiosa ideológica: todo en manos del Estado socialista.
Si el agua cuesta más es porque así es, Wiener. Sigues con los delirios del "control de precios" socialista.
Aldo Mariátegui, Ensayos impopulares
¡Qué sapo el rojo Raúl Wiener de no consignar que el agua potable de La Habana-Cuba es gestionada por una empresa privada española en su informe de ayer sobre la privatización del agua! Tampoco mencionar que en Chile ha funcionado muy bien la privatización del agua. La desastrosa Sedapal debe ser privatizada. Ni mucha vuelta que darle. Fujimori fregó todo por detener su inminente privatización en agosto de 1994, cuando estaban solo por abrirse los sobres con la oferta económica y teníamos tres postores europeos de primera.
Aquí tenemos algunas perlitas negras de lo que va ocurrir si el pueblo peruano permite que la cleptocracia derechista y neoliberal se apodere del agua.
Según la ONU, más de mil millones de personas carecen ya de acceso al agua potable. Si la tendencia continúa, para el año 2025 la demanda de agua potable será superior a la cantidad que se dispone actualmente. Las corporaciones multinacionales conocen estas tendencias y están tratando de monopolizar el suministro de agua en todo el mundo. Bechtel y otras grandes multinacionales en complicidad con gobiernos neoliberales corruptos y un ejército de lobbistas sinvergüenzas, como el tío PPK, el ganapán Mayorga o la BLUME, están buscando a toda costa controlar los hidrocarburos y los sistemas de agua y su abastecimiento.
En 1985 el Estado boliviano encabezado por el MNR de corte derechista, promulgaba orgulloso el fin de la crisis económica mediante la aplicación del Decreto Supremo 21060, enrumbando al país en el camino neoliberal que se apoderaba del mundo. A más de 20 años de aplicación de este modelo los índices de pobreza se han incrementado, al igual que las tazas de desempleo y el malestar social lo que nos permite afirmar que el neoliberalismo no logró conseguir ninguna de sus metas y promesas de "desarrollo con equidad"; más bien lo que hizo fue flexibilizar el trabajo, es decir, anular las conquistas laborales, desarticular los sindicatos obreros, fragmentar a la clase proletaria y aplicar la libre contratación (o subempleo), lo mismo que viene ocurriendo en el Perú tras casi treinta años de gobiernos derechistas y neoliberales.
En 1999 el gobierno boliviano apelando al pretexto falaz que la empresa privada es más eficiente que el Estado, y mucho mejor administrador y en complicidad con el municipio de Cochabamba, entregó en concesión el servicio y distribución de agua de la ciudad a la empresa "Aguas del Tunari" -subsidiaria de la transnacional norteamericana Bechtel. Pero al mismo tiempo promulgó la Ley 2029, bajo la cual EL AGUA ERA CONVERTIDA EN MERCANCIA. La consecuencia inmediata de la instalación de Bechtel en la ciudad, fue: la elevación de las tarifas hasta en un 200% y en el área rural, la nueva empresa instaló medidores para cobrar por el uso del agua intentando apropiarse de los pozos y sistemas de riego que las comunidades agrarias habían construido con sus propias manos. En una palabra: se trataba de la privatización del agua en la ciudad y en el campo.
Esta situación generó un gran rechazo popular que se cristalizó a fines de diciembre de 1999, cuando de forma casi espontánea, surgió un heterogéneo tejido social compuesto por varios sectores : sindicatos obreros, juntas de vecinos, asociaciones de profesionales, transportistas, maestros, campesinos regantes, campesinos cocaleros, estudiantes, vino la protesta social y se desató la llamada «Guerra del Agua», hubo muertos, heridos, presos; y Bechtel tuvo que largarse de Bolivia.
Los gobiernos en todo el mundo deben actuar rápidamente para declarar el agua como un derecho humano fundamental, y prevenir así los intentos de privatizar, exportar, y negociar con esta sustancia esencial para todo ser viviente. Los estudios realizados demuestran que en un futuro próximo el agua por su escasez se convertirá en un mercado multimillonario en dólares pero tambien advierte que comercializar el agua en mercado abierto va traer como consecuencia que esta sólo llegue a las ciudades y a las personas ricas. Para el año 2025, dos tercios de la población mundial estará viviendo en un serio estado de carencia. Sin embargo gobiernos traidores están entregando la responsabilidad de este precioso recurso a las gigantes corporaciones transnacionales, quienes, en complicidad con el Banco Mundial, buscan privatizar el agua e imponer su comercialización en todo el mundo y si eso ocurre millones de ciudadanos de todo el orbe van a ser despojados de este derecho humano fundamental. Jamás debemos olvidar que EL AGUA ES UN DERECHO HUMANO. Por eso, todos unidos y a viva voz debemos gritar hasta que nos entiendan: NO A LA PRIVATIZACION DEL AGUA.
Sedapal es una empresa muy codiciada por los privados por una razón de peso: es un monopolio, y si es un monopolio el precio lo fija la Empresa privada puede cobrar lo que quiera; por eso es que la prensa concertada levanta las noticias negativas de Sedapal y calla las noticias negativas de las empresas de servicios privatizadas (electricidad y teléfonos).
Recuerdo que en los noventas los privatizadores ponderaban los beneficios de la privatización de Electrolima argumentando que al dividirla en dos (Edelnor y Luz del Sur) estas dos empresas iban a competir entre sí y las tarifas iban a bajar; ya todos sabemos lo que resultó de esta privatización cero competencia, una de las tarifas mas altas de latinoamérica y un pésimo servicio, el año pasado la electricidad (Edelnor) estuvo fallando varias veces por mi distrito (Breña) y este año cuando estaba de visita en Molitalia se fue la energía (otra vez Edelnor) porque falló la subestación de Palomino, perjudicando la producción de esa empresa y sus vecinos, todo porque estas empresas privatizadas para ahorrar costos reemplazan los cables y las subestaciones mucho después que acaba el tiempo de vida útil de los mismos.
Así que la barra brava de oligofrénicos del austriaco de la carabina no me vanga conque las empresas privatizadas son una maravilla.
Saludos desde Bruselas
Mejor seguir el ejemplo de los gringos en las "Public Utilities", monopolios naturales debido a la infraestructura necesaria para producir y entregar un producto como la electricidad o el agua es muy caro de construir y mantener. Como resultado son monopolios gubernamentales (o de propiedad privada) regulados por comisión pública.
Sedapal no se merece los buenos argumentos. Si operase bien Raúl la hubiese usado de ejemplo, no a Codelco
ANONIMO ES UN COBARDE, NO DA LA CARA,NO DICE ABSOLUTAMENTE NADA DEL FRACASO DE LA PRIVATIZACION EN ARGENTINA, EN EL PERU TENEMOS 2 EXPERIENCIAS FALLIDAS, LA PRIMERA CONCESION SE DIO EN PACASMAYO, CON NORWASER EMPRESA ALEMANA, QUE EN UN AÑO DEJO LA EMPRESA EN UNA CRISIS PEOR DE LA QUE ENCONTRO, Y LA ULTIMA LO QUE FUE EMFAPA TUMBES, PRIMERO LOS ARGENTINOS Y AHORA LOS COLOMBIANOS, FRACASO TOTAL PERO EL COIMERCIO, DISFRAZA ESTE FRACASO
¿Qué nos garantiza que una empresa privada llevará a los poblados más humildes el suministro del agua? ¿Quién defenderá nuestros derechos cuando la tarifa suba? ¿Cómo dejamos en manos de empresarios nuestro derecho humano?
¡Qué sucede con el Estado!
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