“Rusia no puede hacer uso impune de
sus soldados y violar principios fundamentales de vigencia mundial” Barack Obama
Rusia no puede. Pero Estados Unidos sí. Y la
Unión Europea (UE), con el consentimiento de Washington, también.
Yugoeslavia, Irak, Afganistán, Libia, Siria,
son sólo algunos de los países donde Estados Unidos ha hecho uso impune de sus
soldados y de su poder político-militar para derribar gobiernos e imponer sus
condiciones.
Pero Rusia, que era antes la vieja Unión
Soviética, ha perdido el papel de equilibrador global que antes tenía y que le
permitía ponerle frenos al poder de los Estados Unidos.
Ahora hay un solo gobierno sobre la Tierra que
puede violan los principios del derecho internacional sin que le pase nada.
Pero lo mejor es que se permite dar lecciones a los demás como se ve en la cita
más arriba.
Podemos hacer mil disquisiciones: que Ucrania fue
el hinterland histórico de la Rusia zarista, soviética y moderna; que la
península de Crimea era parte de la vieja Rusia, cedida a Ucrania dentro de una
estrategia de rusificación, que la UE viene creciendo hacia el este
arrinconando al gigante, cortando su influencia sobre los pueblos eslavos.
¿Estos datos generan algún derecho para movilizar
tropas y amenazar a una nación independiente? Seguro que no. Pero quedarse ahí
sería desconocer que el presidente ucraniano que fue destituido a la mala,
cuando ya se habían suscritos acuerdos con la oposición, que fueron
desconocidos bruscamente, y apenas dejó su Palacio en Kiev, era un aliado de Moscú
que fue enfrentado en esa condición.
Hoy es claro que en las fronteras de Rusia hay un
gobierno de origen golpista y de abierta hostilidad a la antigua superpotencia.
Y era obvio que eso traería alguna respuesta. Si los Estados Unidos y sus
amigos europeos no midieron lo que podía pasar, debe ser porque están embebidos
de soberbia. Ya durante el desmembramiento de la antigua Yugoeslavia, la voz
del Kremlin fue que se le tomara en cuenta en el rediseño del territorio de los
Balcanes, pero fue dejada de lado.
Pero el tiempo ha transcurrido y Rusia ya no es
la de los años 90. Mucho menos China. Así que puede haber hegemonía en un solo
polo, pero están apareciendo señales de que la expansión de Occidente sobre
Oriente está tocando sus límites.
Que Estados Unidos hable de “misiones
humanitarias” cubiertas de bombas sobre poblaciones civiles; de armas de
destrucción masiva que nunca existieron y fin de la autocracia, al precio del
desangramiento iraquí; de las crueldades de Gadafi, para instaurar el caos y la
crueldad permanente sobre Libia; y que los rusos hablen directamente con el
crudo expediente de mover su flota; no cambia que los dos países estén haciendo
avanzar, o protegiendo, sus particulares intereses.
Allá los que quieran creer que imponer un
gobierno forzando una sangrienta ocupación de las calles, con financiamiento y
sostén de las potencias globales, es un ejercicio de democracia.
05.03.14
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