En este debate ridículo sobre que todo el que mencione el hipotético
aumento del salario mínimo en relación a la agenda del gobierno, está contra la
primera dama y su ministro de economía, y debe corregirse o caer por malagradecido
como ha ocurrido en estos días con sendos premieres, con el aval del presidente Humala, se ha
llegado al punto en que podría parecer que en este tema se estaría jugando la
mayor herejía que se puede hacer contra los principios del régimen iniciado el
2011.
Ya ni siquiera se habla de la siempre socorrida Hoja de Ruta
en la que la segunda medida de los programas sociales que eran el centro de
toda la propuesta, consistía en una elevación inmediata del salario mínimo a
750 soles (se tardó nueve meses) y el aumento progresivo de acuerdo a la
evolución de la productividad y del costo de la canasta de consumo. Ahora Humala declara que es “irresponsable”
volver sobre eso. Y todo porque Nadine habló del asunto sin entenderlo y luego
lo mandó a los economistas, y Castilla se ha puesto erre con erre a resistir
que se abra cualquiera discusión al respecto, que es lo que aplauden en la
CONFIEP.
El del mechoncito ha reducido ciertamente el problema a que
si el piso salarial se eleva, muchas empresas se irán a la informalidad. Lo que
visto bien equivale a una crítica a su propia gestión que no habría podido
generar otra razón para formalizarse que la de un salario base 40 veces
inferior a su propio ingreso como ministro. Pero uno puede pensar que en el
fondo el jefe de la banda del MEF, comparte con otros neoliberales el concepto
de que el mínimo es una interferencia en el mercado y que mejor fuera que las
patronales negocien lo que se paga de acuerdo a la demanda de empleo existente.
Mientras sean muchos más los que necesitan trabajar, más
abajo se podrá contratar nuevos trabajadores o cambiar los que se tienen por
otros más baratos. Es decir cero regulaciones, y el salario mínimo ciertamente
es un regulador de la economía. Humala entendía antes de ser presidente que
este era un punto fundamental de justicia social y de dinamización del mercado.
Por eso es de los puntos de la Gran Transformación que siguió con vida en la
Hoja de Ruta y los primeros meses del gobierno. Pero ahora él mismo se califica
de haber tenido ideas “irresponsables”, seguramente como se lamentará no haber
tenido antes de asesor a Castilla en vez de a Félix Jiménez.
O será que todo esto es una farsa envuelta de ortodoxia
económica. Y más allá de la teoría económica lo que se está jugando en realidad
es quién manda aquí. Miren no más la secuencia: habla Castilla, reafirma
Nadine, cae Villanueva, Cornejo se dispara, Ollanta manda callar, Nadine grita
yeah, Cornejo se rectifica, Castilla decide ya no hablar.
Hasta la próxima vez.
03.02.14
No hay comentarios.:
Publicar un comentario