El Perú debe ser el único país del mundo que toma como lo
más normal que un juez que resuelve una causa en forma sospechosamente
parcializada, se convierta apenas salido del Poder Judicial en abogado y
candidato del grupo a favor del cual había fallado días antes.
Ahora lo tenemos al tal Malzon agitando ante los últimos
resistentes de La Parada, vendiendo la ilusión de que siempre habrá un recurso
judicial para obstaculizar y mantener esperanzas de reabrir el viejo mercado,
con su basura y sus delincuentes característicos.
Pero no es el único. Basta ver a Velásquez Quesquén y Mulder
hablando de la inmoralidad de la alcaldesa que toma un préstamo de una entidad
financiera que ha ido pagando, como si se tratara de un caso de meter la mano
en el presupuesto o en licitaciones como
saben hacerlo tantos en el APRA.
Nadie sin embargo conoce la posición del partido de la estrella
respecto a La Parada y no se sabe si apoyan o condenan la clausura dispuesta
por la Municipalidad. Como si se tratara de cualquier bagatela, el dos veces
expresidente que habla sobre cualquier cosa, se ha contagiado de Castañeda y no
le sale una palabra respecto a la reforma del comercio mayorista.
Pero mejor es el caso del PPC que tiene varios regidores que
tomaron igual préstamo de la Caja Municipal, en esta y las anteriores
gestiones, y que sin embargo han encargado a sus voceros hablar de vacancia, y para
mayor coherencia lo hacen luego de haberse opuesto a la revocatoria.
Dicen además que apoyan la clausura de La Parada, pero están
mermando la autoridad de la persona que lidera este paso decisivo de cambio en
la ciudad. Los fujimoristas son por supuesto más crudos en sus intenciones,
como se registra en las visitas del congresista evangelista-fujimorista Julio
Rosas que pide la cabeza de la alcaldesa y que vuelva La Parada.
¿Es esta la posición de todo el partido naranja? Todo indica
que sí, como que nadie sale a desmentirlo o a precisar lo que piensan sobre el
futuro de la comercialización mayorista de alimentos en la gran ciudad. Entre
las distintas formas de oportunismo está la de callar ante los temas que queman
y también la de plegarse a lo que se cree que son bolsones de votos, como hacen
algunos congresistas.
Ni que se diga de los medios, en los que se escriben
columnas aún ahora sobre la alcaldesa que “no hace nada” y que en el colmo de
la corrupción contrajo un crédito y lo pagó. ¿Y La Parada?
Es como si les doliera muy profundamente que un cambio de
los de fondo y de los que siempre eludieron las gestiones anteriores a Susana,
pudiera ser exitoso, en sus objetivos y ejecución, bajo conducción de su peor
enemiga. Así se juegan las cosas. Es bueno saberlo a poco tiempo de las nuevas
elecciones.
08.03.14
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