sábado, noviembre 29, 2014

Un sistema cerrado

Algunos congresistas y jefes de partidos creen que para solucionar la “crisis de los partidos” en el Perú, lo que hay que hacer es impedir que fuerzas nuevas se incorporen al sistema. En eso es que ha estado pensando cuando subieron la valla para inscribirse por segunda vez en estos tres años y medio (con la valla previa ya nadie se inscribió y ahora será aún  más difícil que alguien lo haga) y se hizo también más complicada la permanencia de los partidos chicos, como si hacer política en este país fuera una carrera de obstáculos.

El mensaje expresado por la boca del congresista Juan Carlos Eguren, que sin duda debe creer que algún mérito lo ha convertido en administrador del sistema de partidos desde la Comisión de Justicia que preside dos veces en este período de gobierno, es bastante evidente: la situación ideal sería la de que el APRA, PPC, Fujimorismo y quién sabe otro partido más (¿nacionalismo?) se queden solos sobre el terreno, lo que tal vez imagina como un equivalente de los sistemas bi o tri partidistas de los países desarrollados.

El tema que parece que, por ahora, no preocupa demasiado a la gente, porque en realidad la política interesa bien poco a nuestros compatriotas, tiene una tremenda implicancia en una mirada de mediano o largo plazo. La gente puede decir a los encuestadores que vota por Keiko, por PPK o Alan García, porque ese es el menú que le dan a escoger, pero si le preguntan si desearía alguien distinto, nuevo, que refresque el escenario, inmediatamente responden que sí, en un alto porcentaje. La mayoría quiere un outsider, más o menos como los que se han probado en los últimos años: Fujimori, Toledo, Humala; pero los exoutsiders, ahora asociados  a la vieja partidocracia contra la que despotricaban no quieren que vengan a desalojarlos.

Es verdad que los outsiders son normalmente un salto al vacío y que los tres mencionados traicionaron sus ofertas electorales una vez en el gobierno. Pero lo que están expresando difusamente los encuestados es que quieren una renovación total del sistema político que se está hundiendo hasta que ya no de más. La falta de vergüenza de los partidos que no son capaces de ganar en una sola región, debería merecer que el país que los repudia les exija que así como quieren poner una alta valla para los que vienen, por qué no se anulan las actuales inscripciones y todos asumen el compromiso de reinscribirse.

Esto seguramente produciría una renovación profunda del sistema como la que ocurrió entre el año 1977 y 1980, cuando la Constituyente y las primeras elecciones después de 12 años. Un sistema cerrado, del que participa una minoría ciega y egoísta, separada profundamente de la población, siempre ha sido una material políticamente explosivo. Pero el penoso Congreso actual parece no darse cuenta.  

27.11.14

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de “anónimo”, soy Ambrosio

Don Raúl se consiguió otra urgentísima “crisis” en el Perú, esta vez la de los partidos, para lo que receta una “renovación profunda del sistema”, inmediata e ineludible, que concluya, eso espera él, no me múltiples partido sino en el unipartidismo: el Partido Comunista del Perú como dueño del país y de la vida de los peruanos, que nos lleve por el delirio llamado “dictadura del proletariado”.

Para la izquierda troglodita del Perú el panorama político es patético. Con sus dirigentes presos o muertos, habiendo naufragado el proyecto con Ollanta Humala, empantanado con el niño Goyito Santos y en la alcaldía de Lima, se consuelan imaginado el outsider providencial, que aparezca en el último momento, una combi asesina a la que se subirán para llegar al Parlamento, ministerios, embajadas y demás. Mientras tanto desprecian al el APRA, PPC, Fujimorismo, los de PPK y quién sabe otro partido más (¿nacionalismo?).

Lo cierto es que la llamada “crisis de partidos” no es un problema peruano único. Colombia, Panamá sufren de lo mismo; en Europa es un revuelo de nuevos en Italia, Alemania y Francia. Sin embargo siempre el outsider “flautista de hamerlin” estará por allí vendiendo mentiras y metidas de dedo, el tío lo sabrá todo, todo será mejor con él a cargo para, luego de unos años, llegar a la conclusión que se votaron por incapaces corruptos –de los cuales es casi imposible escaparse- como Hugo Chávez, en Venezuela, o Daniel Ortega, en Nicaragua.

En el Perú todo es una “carrera de obstáculos”, eso sí que es cierto. El mayor culpable es el Gobierno y su ejército de burócratas desalmados, los que puntillosamente ponen trabas (e impuestos) a toda actividad privada (la que les paga sus sueldos). El Gobierno negocio más rentable del país para los burócratas, el lugar de las corruptelas grandes y pequeñas en permanente crecimiento: han recibido cinco veces más en impuestos en los últimos veinte años sin mejorar los servicios, sino todo lo contrario: las carreteras buenas no existen, los trenes no funcionan, el transporte colectivo una inmundicia, la seguridad ciudadana un desastre.

Anónimo dijo...

Que tal lacra, el ambrosio o falso ambrosio son la misma tonteria es tiempo que por la salud de este foro se deje de escribit tonteria y media que ya nadie ni el mismo cree.