sábado, noviembre 29, 2014

El caso Belaúnde Lossio

Este diario (Diario Uno) tiene obvias limitaciones para entrar a aclarar las zonas oscuras del caso Belaúnde Lossio, y el resto de la prensa se divide entre los que han creído encontrar una pista hacia la pareja presidencial y los que simplemente se han plegado a los aspectos de escándalo del asunto.

A mí, por supuesto, me han dicho que hablo por mi patrón a pesar que Belaúnde dejó el diario hace cinco años, o por el gobierno por una especie de nostalgia de los tiempos en que colaboraba con Humala. Pero lo que es evidente es que nadie está analizando en profundidad lo ocurrido y atreviéndose a decir algo más de la pauta que marca la gran prensa.

Por eso agrego algunos puntos de reflexión que me parecen pertinentes y que no están siendo tomados en cuenta.

1.     El llamado caso “La Centralita”, es hasta ahora el centro del prometido megaproceso para aclarar lo que pasó en Ancash. Se dice que el local que estaba alquilado por una empresa de Belaúnde Lossio actuaba como una fachada de un centro en el que se planeaban actos ilegales, se pagaban coimas y presuntamente se hacían chuponeos (que nadie ha podido probar). El caso tiene, además, una derivación que se refiere  los fiscales que hicieron el allanamiento del local y fueron suspendidos por sus superiores, generándose una controversia legal por lo que sería una protección indebida al presidente regional. Martín Belaúnde sería en este caso culpable de proporcionar el inmueble y de hacer uso de medios de comunicación para promover a Álvarez y atacar a sus enemigos. Por esto le han dictado 18 meses de prisión preventiva y permanece prófugo.

2.     En un segundo momento el nombre es mencionado como parte de unos mails que indican que MBL hizo gestiones ante algunos congresistas para que no se modificara el presupuesto del Instituto del Deporte del año 2012, donde se incluían las obras de remodelación de un Estadio en Lambayeque cuya licitación había sido ganada por una empresa española con la que estaría relacionado. Esta es la acusación sobre lobby que luego ha llevado a que aparezcan acusaciones del personaje haciendo gestiones en diversas regiones a favor de la empresa española y de otras ante los presidentes regionales, para que salgan las obras licitadas, se paguen los adeudos o quejándose de las descalificaciones. Sobre esto es que se aprobado conformar una comisión en el Congreso.

3.     Pero la pepa del asunto no es si MBL, se movía a favor de empresas con contratos que nadie ha objetado en su legalidad o pertinencia, sino si hacía todo eso en condición de “amigo de la pareja presidencial” que querría decir que tal vez estaba cumpliendo encargos del más alto nivel del gobierno. Si no fuera así sería un lobby cualquiera, muy por debajo de los de Cecilia Blume y otros. ¿Y cómo se prueba que eran íntimos amigos con Humala y Cía.? Ahí está el detalle profesor. 

26.11.14

1 comentario:

Anónimo dijo...


Nada de “anónimo”, soy Ambrosio

En el numeral 3 don Raúl se las arregla para equiparar malsanamente y arbitrariamente a su exjefe, Martín Belaúnde Lossio, con Cecilia Blume, a la que odia con alma vida y corazón. También Raúl W. hace evidente su deseo terco y pertinaz de no querer entender que el lobby es una actividad democrática legítima. ¿Cuán valido y sano es el lobby como actividad democrática? Únicamente las democracias tienen lobby; las dictaduras –como la cubana, venezolana, norcoreana- no lo permiten porque el Estado es dueño de todo. Hacen lobby en las democracias liberales los sindicatos legítimamente por cierto, lo mismo las organizaciones deportivas, los clubes departamentales, los gay, las monjas, los boy scout, los abogados de la izquierda realizan lobby al pedir mejoras para sus patrocinados en las cárceles; los niños hacen lobby cuando le piden al papá que les aumenta la propina.
Es legítimo el lobby si es transparente.

Don Raúl es un lobbista de la izquierda radical para no ir muy lejos. Él es lobbista de sus amigos caviares a los que siempre les está buscando puestos. El que lo haga desde columnas de opinión, que no reciba honorarios no quiere decir que no haga lobby.

Regresando al caso Belaunde Lossio.
Tanto Martín Belaunde, como Omár Chehade y Alexis Humala, se organizaban para ser parte de la cleptocracia lobbista de la presidencia de Ollanta Humala. El que los agarrasen (a medias) no quiere decir que no se disponían a (1) ganar comisiones, (2) vender influencias, (3) hacer lobby, (4) sacar ventaja, (5) mover el aparato atrofiado del Estado en su conveniencia para hacerse ricos lo más rápido posible, no organizando una empresa industrial, sino lucrando como intermediarios. Quien sí logró con éxito organizar su cleptocracia fue Goyo Santos en Cajamarca, quien, encubriéndose en retórica tercermundista medioambientalista, instauró una mafia dedicada a la extorsión, chantaje para recibir cupos y comisiones.

Entiendo lo delicado de la posición de don Raúl respecto a Martín Belaunde, obviamente él no tiene nada que ver en las aventuras de don Martín. Sin embargo, someto a la consideración de este foro la siguiente reflexión: ¿Cuál hubiera sido la posición de Raúl W. si el dueño de El Comercio estuviese buscado por las mismas imputaciones de Martín Belaunde? Raúl W estaría rasgándose las vestiduras, clamando –con toda razón- que la policía no está trabajando bien en el caso, especulando, con la mente retorcida que tiene, mil menjunjes para implicar al (dueño de El Comercio) con corruptelas a diestra y siniestra, descubriendo (inventando) conexiones aprafujimontesinista....