sábado, noviembre 22, 2014

No te cobro impuestos para que inviertas

En donde estábamos de la crisis económica era que había que recuperar la confianza de la inversión y apabullarla de medidas que la animaran a meterse la mano al  bolsillo y poner de la suya para reactivar la economía. Todo el discurso sobre la tramitología que supuestamente abruma a tipos que en los años anteriores invertían con trámites y todo, el relajamiento ambiental, las deudas que ya no se pagan, la estabilidad tributaria en el largo plazo, se justificaron en que había una inmensa inversión retrasada que estaba pidiendo señales para descargarse.

Pero ya se sabe que la única reacción del sector privado fue saludar la buena intención de las medidas y subrayar su insuficiencia. Pero desembolsos de dinero propio, nada. El propio ministro Segura lo dijo apenas algunos días después de asumir el cargo: la reactivación no funcionaba. Y si en septiembre se llegó a 2.7% de crecimiento del PBI, que mejora la pésima performance de los tres meses anteriores,  lo que es claro es que no representa ningún despegue y se basa exclusivamente en los sectores de construcción y finanzas, y como ya ha anticipado el BCR lo más probable es que en octubre la tasa vuelva a bajar como para probar que la reactivación está bastante lejos.

Entonces, después que no funcionaron las concesiones iniciales ya andamos por el cuarto o quinto paquete, y nos encontramos con la sorpresa que ya no es que hay que abrir los duros bolsillos empresariales para sacarle el dinero que espera “confianza”, sino que hay que ponerle plata del Estado para ver si se anima.  La idea de que reduciendo varios puntos la tasa de impuesto a la renta de las empresas, lograrán un “plus” para invertir, implica privar al fisco de recursos que podrían ser usados para impulsar la inversión pública directa y apostar que ahora sí los privados se comprometerán a reactivar en serio. Un asunto parecido es el que se busca con la rebaja del impuesto selectivo al consumo ISC, a los combustibles, que en vez de esperar mejorar el precio por efecto del descenso internacional de las cotizaciones, pone otra vez plata estatal, para ver si funciona.

Se dirá que también se han reducido impuestos para los ciudadanos de ingreso medio de cuarta y quinta categoría, que mejorará la economía de otra parte de la población. Es verdad y muestra el afán de este gobierno por evitar verse demasiado sesgado hacia el poder económico. Pero hay que tener cuidado, porque esta parte del paquete representa la cuarta parte del costo tributario que el gobierno ha calculado con sus medidas. Lo que se transferirá al “consumo” va por  el orden de los mil millones de soles y un poco más, mientras lo que irá a las empresas supera los 3 mil millones. ¿Se han puesto a pensar lo que representa un punto de las ganancias de Telefónica, Plus Petrol, Antamina o Yanacocha? 

222.11.14

8 comentarios:

A. Arispe dijo...

Este paquete beneficia al país tremendamente, ( a pesar que una medida asi pueda generar en nuestra economía, un déficit equivalente al 2% del PBI en 2015 y podría generar problemas políticos con los populistas de siempre), Me Explico.
En primer lugar, una medida así, es un claro mensaje a los inversionistas de que este gobierno es amigable a la inversión. Ya no son sólo palabras. El gobierno está arriesgando dinero del Estado para promover la inversión y el consumo y eso es algo que se debe valorar. Si lo hubieran hecho hace 3 años, pero mejor es tarde que nunca.
En segundo lugar, menores impuestos a las empresas (de 30% de impuesto a la renta a 28% en 2015 y hacia 26% en 2019) incrementan la rentabilidad de las mismas y por tanto, provocará que estas compañías busquen expandirse, invirtiendo más, demandando más mano de obra, etc. Ello tiene un impacto directo sobre el PBI (la inversión privada) y directo sobre la reducción de la pobreza (más empleos). También tiene un impacto directo hacia los ingresos de mediano plazo del Estado (más crecimiento y más empleo = más ingreso por impuestos, y menos informalidad).
En tercer lugar, menos impuestos a los trabajadores incentiva el consumo y mayor consumo tiene un efecto multiplicador sobre la economía. Y el Estado compensa algo de la recaudación perdida en el corto plazo, con el IGV.
Finalmente, menores impuestos determina que todo proyecto de inversión en el Perú sea más atractivo, pues el valor presente de los flujos de caja futuros será mayor y ello determina que más empresas apuesten por proyectos en el Perú y se creen nuevos mercados, nuevos empleos, etc.
Parece que el Ministro Segura convenció al Presidente de que se necesitaba un cambio estructural importante y este anuncio si me parece importante. Sobre todo el mensaje al mercado. Este gobierno es amigable al mercado.
El déficit de 2% se convertirá nuevamente en superávit en el mediano plazo, a medida que el crecimiento genere más recaudación de impuestos. Mayor crecimiento vía menores impuestos es un crecimiento sano que ya ha resultado en países vecinos. ¡Y todo esto determinará que las empresas vendan más, tengan más utilidades y paguen más impuestos en términos absolutos! Todos ganamos.
Si bien el gobierno mete la pata en muchas cosas, también acierta en otras y este, para mí, es un gran gran acierto, una jugada arriesgada, que vale la pena felicitar.

TAMER LAM dijo...

Es cierto que al ex Presidente García le costó menos tiempo que al Presidente Humala entender la conexión entre mayor inversión privada, mayor empleo, menor pobreza. Lo bueno es que ahora ha aprobado un paquete que devuelve al país a esa senda virtuosa de la que no debimos salir. Encambio Otros Aun no terminan por entender de que se trata y elevan el tema a si Yanacocha o Telefonica o Antamina ganan mas o menos mas parecen antipatias mezquinas. Las Empresas mas Beneficiadas seran las ligadas a la demanda interna (bancos, constructoras, empresas ligadas a infraestructura, cementeras, consumo interno).

Anónimo dijo...

Nada de “anónimo”, soy Ambrosio

Don Raúl cree que el dinero que pagan los contribuyentes a la SUNAT con su trabajo es “palta del Estado”; y que ese Estado, si tiene “más plata”, puede usarlos “para impulsar la inversión pública directa”. ¿Cómo en Cuba o Venezuela, Raúl?
“Impulsar la inversión pública directa” es lo que hacían en la Unión Soviética en los estupendos planes quinquenales, el resultado fue la quiebra más gigantesca de la historia.

Obviamente don Raúl odia la libertad económica. Para él el Estado (gestionado por sus patas marxistas leninistas) debe ser el dueño de todo, del trabajo de los ciudadanos, además de su salario. ¿Por qué no el Estado quedarse con el 90% del salario, Raúl? Total para ti los trabajadores son unos cojudos que no tiene idea de cómo gastar “la plata del Estado”, de pronto lo hacen en frivolidades como ir al cine o a cenar en familia. El que el trabajador libre, ejerciendo su derecho humano de hacer “con su plata” lo que le de la puta gana no le parece bien a Raúl. El que disminuyan los impuestos a los contribuyentes le parece pésimo también, el que los trabajadores tengan más dinero en su bolsillo (para ahorrarlo, comprar una refrigeradora, hacer un viaje) tampoco le gusta. Para don Raúl el Estado es el que debe decidir qué hacer con “su plata”.

A don Raúl le debe parecer ideal la manera cómo se reparte el salario de los médicos esclavos cubanos. En Brasil en el programa “Mas médicos” con profesionales cubanos, Brasilia paga por cada uno el equivalente mensual a más de 4.100 dólares, mientras La Habana le pagaba solo 400 dólares en Brasil, y les depositaba otros 600 en cuentas en la Isla, que no podían cobrar ni tocar hasta finalizar el contrato. Este es el mundo “prefecto” para don Raúl; aquí no hay Telefónica, Plus Petrol, Antamina o Yanacocha, sólo él y sus amigos a cargo, los “dueños” de la “plata del Estado”.

Tarea pendiente para don Raúl es economía. Sus recomendaciones, sugerencias, insinuaciones fomentando la envida y el rencor entre los peruanos es un suicidio económico, es el camino a la pobreza y desesperación. Sabe que nunca funcionaron; sabe que no sirven; sabe que crean más pobreza. Nada eso le importa a don Raúl. Él continúa recomendando lo mismo porque es el camino seguro al poder absoluto y hereditario de su proyecto totalitario.

Anónimo dijo...

La reducción del Impuesto a la Renta (IR) no solo beneficia a las personas, sino también a las empresas, esta medida vuelve al Perú más atractivo para las inversiones.

El que le dólar esté S/. 2.921 ayuda a los exportadores, hace más atractiva la oferta de la industria nacional.

Wiener no sabe de lo que habla. Este gobierno es mediocre, pero Segura es mejor que Castilla.

Raúl Wiener dijo...

Bueno, el gobierno se ha pasado desde su instalación buscando ser amigable con la inversión. Para eso dejó a un lado todas sus ofertas de campaña y la filosofía política que estaba detrás; que incluía la reforma tributaria para lograr una redistribución progresiva del ingreso y recursos para políticas de desarrollo; entregó ministerios y el BCR a tecnócratas de confianza de los inversionistas que se encargaron de facilitarles asociaciones con el Estado en donde siempre salían ganando a costa del Estado; dejó en piloto automáico las políticas de gobiernos anteriores, etc.

Eso de que ahora "se volvió favorable a la inversión", y que antes sólo eran palabras, es una tontería que se quiere pasar con poses de opinadores serios. Lo que el gobierno ha hecho además a lo largo de este año es armar paquetes conversados con los abogados de las empresas para desregularizar la economía y sacrificar controles ambientales, culturales y reducir derechos laborales, supuestamente para que el capital suelte sus duros bolsillos.

Pero como a pesar de los aplausos empresariales, el esfuerzo inversor ha sido cercano a cero, la solución final ha resultado siendo que el Estado se prive de los ingresos que le correspondían (y los supla por deuda externa), para que los privados inviertan con la plata que deja entrar al fisco. Esto ya se ha ensayado en otros lugares y lo que se ha comrpobado es que agrega déficit fiscal a la desactivación. Pero como está en el código del Tea Party y otros conservadores, parece la gran medida. Ya veremos lo que sucede.

Y, como digo en mi nota, que a esto le agregue una baja de impuestos a las personas de ingresos medios, sólo prueba que el gobierno siempre quiere quedar bien con Dios y con el diablo y servirse de periodistas serviles para que hagan la propaganda al paquete social, mientras le hacen su rebaja a las grandes empresas, de la que casi no se habla.

Ahora además se flexibilizan los despidos en las empresas que den resultados negativos. Y un gracioso dice que generaremos más empleo. Es que no se tiene ni idea de la clase de crisis que estamos empezando a vivir que tiene que ver con la alta dependencia del Perú de un mercado internacional claramente a la baja. Si no hay una intervención fuerte para reanimar a una economía que vende menos, nos seguiremos hundiendo. La apuesta a que le pongo dinero en el bolsillo de las empresas para que reinviertan si no tienen demanda segura, puede resultar en un desperdicio de recursos con pobres resultados.

En el 2009, el propio Alan García respondió a la crisis internacional con una fuerte inversión estatal (otra cosa son los robos que se hicieron aproechando el pánico). Pero Humala se está amarrando las manos para hacer una intervención "keynesiana" para evitar una caída más fuerte. Y es jocoso que los que hasta hace unos días ya casi pedían la destitución del presidente, que ahora salten a defender el plan económico. Algo así como te odio pero a veces me haces feliz.

Anónimo dijo...

..."Reforma tributaria para lograr una redistribución progresiva del Ingreso y Recursos políticas de Desarrollo"...
¿Como? Aumentando Impuestos ¿?
Es Esto en Serio? ¿Sangrar con Impuestos al Motor de la Economía e incentivar así a que lleguen más inversionistas a nuestro país?
El Propósito de la baja del Impuesto a la renta y la Subida del Impuesto a los dividendos es incentivar la Reinversión de Utilidades y con ello la Expansión de actividades y por consiguiente la Contratación de personal nuevo, Sino lo entiendes, o no te tomas en serio la molestia de analizarlo y pierdes con ello automáticamente el rotulo de analista que todavía algunos insisten en darte.

Héctor Mejía dijo...

En lo que van a terminar estos interminables "paquetes reactivadores" es en que los empresarios se van a meter la plata en el bolsillo y esperar que las condiciones internacionales mejoren (pueden ser 3, 5 años) para recién ahí invertir; y mientras tanto el cuasi analfabeto de nuestro presidente va a esperar en vano que inviertan el dinero que les esta dando por la reducción de impuestos.
Nuevamente los neoliberales se comen con zapatos y todo al presidente aprovechándose de su nulo conocimiento económico, obteniendo mas dinero para sus amos los de la Confiep y el gran capital internacional.

Anónimo dijo...

CUANTA RAZÓN TIENE CESAR LEAN Y DIFUNDAN EL SIGUIENTE ARTÍCULO:

C L O A C A

Escribe César Hildebrandt

Mi país es un ho­menaje involun­tario a Breton, al dadaísmo, a Moro, a Kafka. Aquí los policías suelen ser una amenaza, los jueces ad­ministran injusticias, los que pierden las elecciones gobiernan, los fiscales dudan en favor de los acusados, el Tri­bunal Constitucional es fuente de sos­pecha.
Y aquí resulta que el fujimorismo, que es el mal venéreo multidrogorresistente más extendido en el Perú, y el aprismo, que es la franquicia picabolsos del doctor García, se han conver­tido en guardianes de la moral y en la oposición modelo Savonarola que grita desde el pulpito. Jajá.
Los jóvenes que ignoran quién fue Fujimori y qué fue el decenio regido por su banda de hampones deberían preguntar a sus padres -salvo que ape­lliden Joy Way o Hermoza Ríos- cómo fue que el Perú se convirtió en un botín y de qué modo llegamos a limitar, por el oeste, con un nada pacífico océano de mierda.
Y es cierto: nacieron en la cloaca de "Página libre", el diario que Alan Gar­cía y Guillermo Thorndike armaron, nariz en ristre, en el hotel "Crillón" para inventar la candidatura del "chinito que barrería con la derecha". Fue el diario donde empezó Beto Ortiz su carrera de columnista.
Ahora los congresistas herederos de esas sanguazas: abandonan el pleno y sabotean una sesión. Con qué nostal­gia deben recordar algunos de ellos los tiempos en que el líder japonés que los ensució cerraba el Congreso con el respaldo de la chusma y el miedo del periodismo amanerado.
¿Quieren crear un clima parecido al que precedió el golpe de Estado de 1948? No lo creo. Para eso tendrían que haber leído algo de Historia.
El fujimorismo no es una corriente política. Es una propuesta delictiva, un resumen de lo peor. Si algún ar­queólogo del mal pudiese juntarlos latrocinios de José Rufino Echenique, la traición de Mariano Ignacio Prado, las felonías de Nicolás de Piérola, las arbitrariedades de Leguía, la vacuidad de Benavides, los vicios putañeros de Odría y la ninfomanía dineraria del Apra de Alan García, la figura resultan­te sería el fujimorismo. No hubo cri­men que le fuese ajeno, no hubo hedor que no emanase. Copó absolutamente todo el Estado para depositar en él sus larvas. Corrompió al poder judicial, borró a la ONPE, hizo del Congreso una mascota salivada, malogró al TC, violentó a la Fiscalía, barrió con los de­rechos laborales, mató en nombre de la paz creando grupos de exterminio para ese propósito, compró con millo­nes de sobrevaloración las armas que no necesitábamos porque ya habíamos perdido la guerra del Cenepa. ¿Qué se salvó del Perú de Fujimori? Sólo lo que no estuvo con ellos: la resistencia cívi­ca y periodística que peleó hasta que el japonés intruso se fue a Brunéi, paró en Japón, renunció por fax a la presi­dencia usurpada con un fraude y no regresó.
Años después oficializó su condi­ción nipona, candidateó al senado del Japón, se casó para la foto con una volantusa de la mafia de Tokio y quiso regresar, desde Chile, en olor de mul­titud.
En esta revista vamos a recordar, cada semana y a partir de este núme­ro, qué fue el fujimo­rismo y qué es hoy la impertérrita Fuerza Po­pular, el partido cuyo único programa consiste en excarcelar al reo rematado y cuya máxima dirigente recibió; de manos de Montesinos y durante cinco años, dinero de la mafia paterna.
Nacieron en una cloaca. Y quizá go­biernen a partir del 2016. Será un nuevo homenaje al surrealismo. O a Macondo.