Conocidas las primeras declaraciones de Ollanta sobre la
concentración de propiedad en los medios de prensa, expresé mi casi certeza de
que retrocedería ante la presión del grupo concentrador y de sus aliados y en coherencia con su falta de propuestas y
sustento para cambiar una situación evidentemente anómala.
Pero la verdad es que el presidente, después de recibir la
primera andanada de respuesta de los aludidos y en medio de ministros y
parlamentarios oficialistas tratando de calmar las aguas, volvió a insistir en
el tema proponiendo que el Congreso sea el encargado de desarrollar el debate.
Esta inesperada insistencia sumada a la decisión de una
jueza de admitir el procedimiento de demanda de amparo contra el acaparamiento
de propiedad, que se sustenta en el artículo 61 de la Constitución, ha
exasperado a la gran familia mediática, que decidió mandarse con un comunicado
de toda página contra la “injerencia” que representaría la vía sugerida por el
presidente Humala y con un recurso ante la OCMA contra la jueza del caso.
De pronto la neolengua que llama “asociación” a la cruda
compra de la empresa grande a la de menor tamaño, se incrementó con el concepto
de que debatir sobre concentración de propiedad es igual a “injerir” sobre la
libertad de expresión. O sea que como estamos la “libertad” está garantizada.
Y, por cierto, todos esperan que en los siguientes días la pelea siga subiendo
de tono, hasta que el presidente pague como ya ocurrió con lo de Repsol o lo de
la crisis internacional, por ponerse a pensar en voz alta.
Pero dentro de todos estos hechos previsibles, me he puesto
a considerar si lo que está pasando no podría ser una indicación de que otra
vez los orgullosos Miró Quesadas podrían haber cometido el error de creer que
con el control del dinero y las comunicaciones todo se puede hacer.
Ellos que consiguieron domar a Humala los días siguientes de
su elección y le impusieron su programa económico, sus ministros estratégicos y
lo separaron de su base social, y que en el último año lo zarandearon para
donde quisieron, castigándolo además con titulares, editoriales y encuestas,
pueden haberse hecho demasiado evidentes como un solo grupo que usa demasiadas
voces.
Hoy deben estarse preguntando si cuando el presidente al que
llaman despectivamente “cosito”, los critica dos veces y se mantiene una semana
sin cambiar de idea, es porque les está empezando a perder respeto. Antes daban
la idea del cargamontón de diarios, televisoras y radios de derecha, pero ¿qué
pasa si casi todos esos vienen con la marca del mismo dueño?
Tal vez lleguen a la conclusión de que era mejor una
pluralidad de propiedad aún entre medios de derecha. Pero prefirieron ser
dueños totales. Y de eso, casi todos, incluido el presidente, se han dado
cuenta.
3 comentarios:
Si el Presidente no aprovecha esta oportunidad para hacerle un gol a la mafia mediática de El Comercio (esto es prácticamente un penal sin arquero) ¿Entonces cuando?
TODABIA ES MOMENTO PARA QUE EL PRESIDENTE RETOME LA GRAN TRANSFORMACION Y CUMPLA CON LOS MAS DE 8 MILLONES DE PERUANOS QUE APOYARON ESE PROYECTO.
La derecha ha atacado al Presidente de la peor manera pero éste se lo busco': abandono' a su base social, empezando por Antauro y Don Isaac, empodero' a la borracha de poder y se dejo' agarrar a periodicazos. en realidad lo de "cosito" le cayo' de perilla. Y sigue con la nominacion de la sra en el partido. Ojalà que el hombre reaccione y ponga a consejeros competentes
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