Dijimos, ayer, que la Dra. Baffigo, de Essalud, había tenido
el desparpajo de justificar, en el programa de Lúcar, a los 432 casos de altos
funcionarios que entre noviembre del 2004 y noviembre del 2010, fueron
calificados como despedidos arbitrariamente para que pudieran cobrar la
indemnización establecida por este concepto, lo que representó un egreso de 16
millones 432 mil soles, según Caretas del 14 de octubre del 2013.
Ninguno de estos fue despedido realmente sino que se
trasladaban a nuevos trabajos, en muchos casos en la misma administración
pública, pero la recomendación de la gerencia de Recursos Humanos, era que no
renunciaran y que se generara una resolución de cese, consignando que se había
dado por concluido el vínculo laboral y eso era suficiente para dar por
“despedido” al personaje y llenarle lo bolsillos. El propio Barrios Ipenza
indicó en su descargo que a él le dijeron que existía esa posibilidad, por lo
que se hizo el despedido antes de jurar como ministro.
Pero Baffigo puede ser tan patética como para sacar algunas
de esas resoluciones y decir que efectivamente no se trató de renuncias sino de
conclusiones del vínculo laboral, como si realmente quisiera sugerir que basta
lo que se pone en un papel para falsear un despido y saquear la Seguridad Social.
Claro que no lo hace por gusto, porque cuando a ella la propusieron para
reemplazar al Dr. Álvaro Vidal en la presidencia de Essalud, sus padrinos
Miguel Castilla y Jorge Villena, le exigieron que se hiciera acompañar en la
secretaría general por uno de sus operadores, Jorge Velarde Salazar, que es
ahora el hombre de confianza del MEF y el encargado del acelerado programa de
las asociaciones públicas-privadas en que se ha metido a la institución a un
alto costo.
Pues bien, el señor Velarde es uno de los que cobró en paila
por declararse despedido arbitrario, antes de emigrar de la secretaria general
de Essalud en el 2006 a la Gerencia Legal de la ONP, desde donde se tortura a
los jubilados. O sea el “despedido” se metió 253 mil soles (132 mil por “despedido”)
antes de emigrar a un nuevo puesto de alta dirección en el Estado y luego
regresó, con la teoría de los “expertos” con la que se ha venido meciendo a
Humala desde el comienzo de su gobierno. Entonces, ya no sólo es la conchudez
de cobrar por falso despido, sino la extrema desvergüenza de regresar al mismo
cargo y tener a una presidenta ejecutiva declarando en público sobre que todos
tenemos derecho al trabajo, como si “todos” pudiésemos hacer maniobras de este
tipo para esquilmar sistemáticamente al Estado.
Es impresionante ver cómo personas que tienen entre sus
tareas diarias ajustar a otros (trabajadores y jubilados), se permiten no sólo
sueldos y beneficios muy por encima del resto, sino sucias trampas a la ley para llenarse de dinero.
23.01.14
www.rwiener.blogspot.com
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