lunes, enero 27, 2014

No hay empate en La Haya

Empachado de fallo de la Haya, me he puesto a pensar en algunos de los lugares comunes que han precedido a este 27 de enero, que todos más o menos consideramos decisivo. 

La frase más socorrida es que sea cuál sea el fallo aquí acaban las discusiones de frontera entre Perú y Chile, y a partir de allí el futuro se nos presenta promisorio para los negocios. Es la visión empresarial, sustentada por varios líderes de opinión, que pretenden que hay que pasar de las llamadas “cuerdas separadas” (la demanda separada de las inversiones y el comercio), a una sola cuerda económica en la que ya no haya obstáculos para vender gas al sur, permitir participación chilena en los puertos y el sentimiento de minusvalía que nos impone LAN en nuestro espacio aéreo.

Por supuesto que el fallo cerrará el asunto del mar, para bien o para mal, específicamente en su aspecto jurídico. Pero resta saber cómo se asimilará este resultado por las partes y si los recelos y resentimientos acumulados hallarán una vía para canalizarse. Las controversias incipientes sobre el tiempo que tomará la ejecución de la sentencia, y sobre sus repercusiones en otros espacios, por ejemplo en la porción de tierra que se ubica entre los hitos Número Uno y el de La Concordia son un indicio de que las cosas no son tan fáciles como se dice.

Una versión en línea parecida es aquella que dice que todos ganamos, o casi todos porque los que perderán algo serán los vendedores de armas, los chovinistas y algunos empresarios pesqueros. Casi es como decir que el contenido de la demanda es poco menos que irrelevante y que las molestias chilenas no tendrían base real. No es que se trata de una inmensa área marítima, con un riquísimo banco de anchovetas y reservas minerales, sino de un motivo para demostrar que podemos resolver problemas en un tribunal sin declararnos la guerra. Es verdad que hasta hoy los dos países, mal que bien, se han sometido a los rituales de la justicia internacional, pero eso no quiere decir que les sea indiferente lo que va a ser resuelto.

Y si van a bajar las compras militares, está por verse; así como tampoco sabe uno cuántos políticos a ambos lados de la frontera van a usar el fallo para mover los sentimientos más profundos de la gente. Hay una corriente actualmente en Chile para retirarse de la jurisdicción internacional, tomando en cuenta por ejemplo que se les viene la demanda de Bolivia por acceso al mar. Pero en Perú, se ha hecho evidente que García prefiere una tensión fronteriza a someterse al juicio por los delitos económicos de su segundo gobierno.

Si la población de los dos países ha esperado este día con ansiedad es porque espera ganar en la contienda. Y los dos no pueden declarar la victoria.     

27.01.14

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