Todos hemos visto, a través de la televisión y los diarios, las veces en que
Alan García ha querido contestar a las denuncias sobre corrupción que lo
acosan, con espectaculares presentaciones “técnicas” para hacernos creer que si
fuera él –con sus narcoindultos y decretos de urgencia-, quién estuviera en el
gobierno la economía estaría creciendo al 8% y los inversionistas harían cola
en Palacio para poner su dinero en este país milagroso. Así a qué tanta
historia de megacomisiones e investigaciones si lo que deberíamos hacer es
ponerlo en el lugar que corresponde para que volvamos a ser felices.
El jueves fue Fujimori el que desde
la prisión nos lanzó un mensaje de 19 minutos a través de la radio de mayor
alcance, para volver a dramatizar su caso de salud (si le dicen algo le sube la
presión y lo ponen al borde del ataque…); descargar sus responsabilidades
penales (no tienen ninguna prueba sobre los casos Barrios Altos, La Cantuta o
diarios chicha, salvo "referencias de personas"; mi error fue confiar
en algunas personas), sacar la cara por sus hijos (un contenedor de droga le
encuentran a cualquiera; igual un aportante del narcotráfico); y dejar al
futuro un eventual regreso a la política (estoy muy enfermo, pero no puedo
decir nada del futuro).
Si se mira bien, son dos personajes
que se siguen imaginando presidentes y que se expresan cada uno en los temas
que creen que son de interés para el público que aspiran influir. García puede
sonar más vanidoso en directa correspondencia con su ego colosal; Fujimori
puede estar manipulando otro tipo de fibras sentimentales en la gente o
enviando mensajes subliminales de hago lo que quiero; pero ambos no sólo se
burlan del país y de sus instituciones, promoviendo la cultura del cinismo y la
impunidad, sino que ponen en evidencia que siguen siendo poderosos y que tienen
a los grandes medios de su lado, con mucho mayor voluntad de servirlos que la
que muestran hacia el presidente en funciones.
Hay que prestar atención a las
preguntas de “Chema” Salcedo y Ricardo Gómez al exdictador para confirmar que
los grandes medios peruanos apenas se cubren con el supuesto “interés de la
noticia”, cuando lo que realmente están haciendo es participar de una operación
política que luego se refleja en encuestas que piden que al pobrecito Fujimori
lo manden a su casa a pasar el resto de su condena, como antes respaldaban el
indulto. Compadecerse del “viejito enfermo” y celebrar al “político pendejo”
que se burla de todos, es una combinación contradictoria de la que participan
un buen número de peruanos incluidos por cierto sus amigos de RPP. Como que
también hay los del grupo El Comercio, que dicen qué barbaridad lo de liberar
narcotraficantes que siguen delinquiendo, pero de inmediato piden una
entrevista con Alan García al que ven como su próximo presidente.
09.11.13
2 comentarios:
José María Salcedo, sujeto que durante muchos años se hacía pasar por izquierdista, incluso llegó a dirigir "El Diario de Marka". Ahora, su evidente involución ideológica confirma el siguiente aserto: si hay algo peor a un izquierdista arrepentido es otro izquierdista arrepentido.
Otro joven incendiario y viejo bombero igual que Rospigliosi.
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