Hubo una vez un gobierno maravilloso que volvió a hacer
crecer la economía, vendió las empresas públicas deficitarias y nos reinsertó
en la economía mundial. Igualmente derrotó al terrorismo, sirviéndose de las
Fuerzas Armadas y un eficaz Servicio de Inteligencia.
Pero, claro, nada es perfecto en esta vida, y este gobierno
tuvo un único defecto: no se percató que había un asesor que usaba dinero del
Estado para bombearlo hacia cuentas en el exterior, realizar adquisiciones
corruptas de armamentos, comprar parlamentarios, magistrados y medios de
comunicación, y para crear diarios chicha que denigraban a sus opositores; que
tenía escuadrones militares irregulares para la eliminación de opositores, que
infiltraba los partidos y organizaciones sociales para manipularlos, que
organizaba sicosociales, etc.
Por supuesto, que para robar como se hizo se requería que el
gobierno, es decir el presidente, estableciera un sistema de fondos secretos,
que como eran secretos nadie sabía en que se usaban, tampoco el presidente, y
que los “héroes anónimos” del MEF, liberaran el dinero sin hacer mayores
preguntas. Esto no impedía que el propio
presidente solicitara luego al asesor fondos para su campaña y para la
educación de sus hijos en el exterior, y que muchos del los grandes desembolsos
del Estado en ese período se discutieran entre empresarios y asesor en una
cómoda sala del SIN.
También, como sabíamos todos, las Fuerzas Armadas y el
Servicio de Inteligencia que derrotaron al terrorismo, enfrentaron el
narcotráfico y participaron en la guerra con el Ecuador, estaban profundamente
influenciadas por el asesor de marras, para el cual firmaban actas de sujeción,
le proporcionaban personal y medios para operaciones encubiertas, lo acompañaban
en sus reuniones filmadas en la sala de sillones marrones, etc.
O sea que el pequeño defecto del fujimorismo estaba recontra
presente en sus cacareados éxitos. No había economía exitosa por aquí y
corrupción montesinista por allá, y mucho menos Fuerza Armada y SIN separadas
del asesor al que se le subordinaban a pesar de ser apenas un capitán retirado
y no poseer ninguna autoridad administrativa. Por tanto el gobierno maravilloso
y su lado turbio eran la misma cosa; el “mejor gobierno de nuestra historia” al
decir de Keiko Fujimori, y el más corrupto de todos los tiempos como lo
reconoce la mayoría de la gente y está en los estándares internacionales, son
una unidad indestructible.
Nadie negará, salvo que cierre los ojos, que el gobierno de
los 90, encontró una fórmula, costosa, injusta e insostenible a largo plazo, de
salir de la crisis del período anterior; como que usó la manera más sangrienta
y autoritaria de vencer en la guerra interna, pero venció. Pero los que
hicieron esto, institucionalizaron la corrupción en el Estado, construyeron una
legislación para el robo y organizaron un sistema de gobierno que combinaba
poderes formales con clandestinos. Todo eso dura hasta hoy. Porque nadie se ha
atrevido a desmontarlo.
24.11.13
1 comentario:
Used asume que antes no habia corrupcion?
Hasta ahora solo estamos pagando lo que la dictadura de Velazco y ustedes los de izquierda le hicieron al país?
Es risible sus críticas sin propuestas.
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