El abogado Fernando O´Phelan, luego de tratar de
convencerme (tengo todo el diálogo por Facebook), de no defender a la jueza
Nieto Nacarino porque supuestamente tenía una mala trayectoria en otros
procesos que no eran el de Lima Airport Partners LAP versus CEXPORT al que me
había referido en un artículo en LA PRIMERA, ha decidido lanzarse al ataque
público contra mí sacando abiertamente la cara por la concesionaria del
aeropuerto cuya política hasta ahora ha sido eludir los temas en los que ha
sido reiteradamente emplazada y perseguir a través de juicios penales, amparos
y otros recursos legales a los periodistas que nos hemos interesado en los
entretelones de la última privatización de Fujimori, hecha supuestamente para dotar
al país de una segunda pista de vuelo, que doce años después, aún no se empieza
a construir.
Mis puntos de vista sobre LAP, incluida su disputa con
la tienda de artesanías que ocupa un pequeño espacio del espigón internacional,
es conocido para cualquiera que haya seguido mis artículos o leído mi libro
“LAP un fraude en tres letras” del año 2005. También se puede consultar una
amplia cantidad de escritos del periodista Herbert Mujica y su libro “Estafa al
Perú” (Como robarse aeropuertos y vivir sin problemas). Lo que es nuevo es el
estreno público de O´Phelan como abogado de ese oscuro magma en que se ha
convertido el consorcio que recibió la concesión sin competidores y cuyos
integrantes: Aeropuerto Franckfort, Betchel de los Estados Unidos y COSAPI, ya
no responden por el bien asignado, supuestamente por las calidades de su
currículum, y se encuentran reemplazados por una empresa que se colocó el
nombre de origen, sin que se sepa con precisión quiénes la integran. ¿Sabe el
buen O´Phelan a qué intereses concretos está sustentando con sus escritos o es,
como otros, que sólo se fija en las caras de los gerentes que van pasando por
ahí?
Pero vamos por partes. Según O´Phelan no es nada
valiente sacar una resolución desfavorable a LAP, en un contexto como el del
Poder Judicial chalaco, como seguramente tampoco lo es otro reciente fallo de
Nieto Nacarino contra Hayduck que le ordena pagar los costos y costas de un
proceso ya zanjado en la Suprema, pero que viene rebotando tres años en los
tribunales del primer puerto y en el cual han estado interesados varias
autoridades judiciales, algunas de las cuales están denunciadas en la OCMA. Sí
pues, son igualitas de capitalistas, una empresa que utiliza un módulo de un
metro cuadrado y vende artesanías en acuerdo con la Asociación de Artesanos del
Perú, y otra que tiene ingresos por cientos de millones de dólares cada año,
que los cobra a los peruanos y a las empresas vinculadas a la aviación
comercial por el uso de “su” aeropuerto.
Porque por si acaso el buen O´Phelan cree que LAP ha
comprado el terminal aéreo como se compra una casa, en la que varios cuartos
están ocupados por inquilinos uno de los cuales no ha querido irse y ha
resistido doce años el pedido de desalojo, y ahora como se ha cambiado de habitación
pide que le abran un nuevo proceso porque no está en el mismo lugar del
contrato original. ¡Qué lisura!, y además no le paga nada a la pobre LAP, que
gasta y gasta en abogados y costos judiciales sin poderlo sacar. Bueno, pero
ocurre que el aeropuerto no es una casa, sino un servicio público.
Público-privado, digamos, para estar a tono de los tiempos. Y no fue vendido,
sino otorgado en concesión.
Estos datos son pertinentes, porque el título con el
que estaban los exhibidores en la etapa previa a la privatización, que era el
contrato de arrendamiento de espacio comercial con CORPAC, era, guardando las
proporciones, por lo menos tan válido y eficaz como el que le permite operar a
LAP (al consorcio original me refiero, y no a su sustituto con el mismo
nombre). Los dueños de la concesión querían disponer de esos lugares para
asignarlos a quién quisieran y por eso introdujeron el nuevo contrato de tres
meses, que era como un aviso de despedida. Hasta donde sé, CEXPORT no firmó el
documento, pero LAP lo asumió como si lo hubiera hecho. Sé además de las
protestas de Camusso (joyería), Zeta Bookstore (librería) y otros, pero que no
siguieron la pelea, y del favorecimiento grosero a Café Britt (vinculada a
LAP), Ilaria (con relaciones con Eliane Karp y el gobierno de Toledo), entre
otras.
Y no es verdad querido Fernando que no sabes por qué
el Tercer Juzgado Penal del Callao, concedió la ministración provisional del
módulo de venta a CEXPORT, después que LAP, intentara impedir el ingreso de
trabajadores de la empresa a su lugar de actividad comercial regular, aplicando
el desalojo por su propia mano. Este hecho que fue constatado por el fiscal y
la policía a los que tampoco permitieron ingresar al espigón internacional
declarándola zona extraterritorial, dio lugar a la acción del Juez por delito
de usurpación agravada, que explica además lo que tú dices es increíble: que
CEXPORT no saliera de su sitio, hasta la reconstrucción del espigón y que el
mismo juzgado ordenara que le dieran una nueva ubicación. Tú sabes todo eso,
como que llegas a tener hasta el número de carta con la que LAP demandó el
retiro de la tienda en disputa y la fecha de cada uno de los episodios que
cuentas en clave de la concesionaria, que según tú siempre actuó de buena fe,
frente a los malosos de CEXPORT.
También conoces de qué se trata esa bagatela de que el
firmante del contrato de concesión no tuviera los poderes vigentes para
hacerlo, lo que se suma a otras barbaridades de la privatización como que se
cambiaron las bases del concurso a último momento y el ministro que lo hizo no
firmó los documentos sino su sucesor que ocupó el cargo cuando las nuevas bases
ya habían sido ejecutadas. Claro que van a importar estas minucias a un
justiciero que está pensando seguramente que son pequeñas fallas de forma
frente a la gigantesca tarea cumplida por LAP de construir dos espigones nuevos
(en el Perú nadie lo podía hacer) y un hotel en el centro de la playa de
estacionamiento. Pero como abogado que eres, imáginate que estuvieras en el
lado de la empresa desalojable (porque el letrado a diferencia del periodista,
no escoge el campo del que cree que tiene la razón, sino el del cliente), y
pregúntate si no reclamarías los títulos válidos del que te
demanda.
Sigamos: me decías que la Jueza Nieto no era de
confiar porque intervino en una de las demandas de Delgado Parker, como si
estuvieras hablando de alguien capaz de las peores decisiones, y que por ello
tenía que haberse prestado a fallar a favor de CEXPORT. En cambio te parece
encomiable el papel cumplido por la jueza Dora Carhuamaca Sánchez, que falló
por el desalojo, aunque después su resolución fue anulada y el caso trasladado
a otro juzgado. Pues bien, la doctora Carhuamaca tiene tremendos anticuchos por
la importación de vehículos usados, que fueron materia de escándalo mediático.
Pero eso ni lo mencionas, porque la jueza es buena si sirve a LAP, y negativa
si le da la contra.
¿Qué es lo que diferencia el punto de vista de
Carhuamaca con el de Nieto Nacarino? Que la primera ordena desalojar a
CEXPORT del emplazamiento inicial que figura en el contrato en un edificio que
ya no existe, y que ante el riesgo de que su orden caiga en saco roto añade: o
de cualquier otro lugar del aeropuerto. También pudo decir de cualquier otro
lugar de Lima o del Perú donde se encuentre. La doctora Nieto dice que eso
es un imposible, porque todo desalojo se refiere a un lugar determinado sobre
el cual se estableció el contrato. Por tanto, la acumulación de
acontecimientos, aquí mencionados, lo que ha producido es una nueva realidad,
distinta a la del contrato que quiso imponer LAP, y la jueza apunta que lo que
ahora debe discutirse es la posesión que CEXPORT mantiene por años en su nueva
ubicación, sin contrato, porque LAP no quiere establecerlo. La concesionaria
debe probar ante el juez que tiene derecho sobre el módulo de ventas de un
metro cuadrado, después de los juicios penales y civiles que explican la
dilatación del problema.
Finalmente, en el
largo sermón de O´Phelan a favor de los santos de LAP, no falta una puntual
preocupación por los pagos que la empresa que cobra con palo a los usuarios y
regatea sus obligaciones con el fisco, tendría que hacer por daños y perjuicios
ocasionados en los 12 años en que ha usado todo su poder para hacer que CEXPORT
salga de “su” aeropuerto. Sorprende que en medio de tantos principios aludidos
a lo largo de cinco páginas, el final sea tan pedestre, pero en fin así es la
cosa. De mi experiencia puedo decir que los abogados de LAP, son normalmente
gente mosca para asuntos de dinero y se podrían pasar la vida litigando y
cobrando, casi como socios de esa mina de oro que es la administración de un
aeropuerto del Estado puesto en manos privadas para sacarle todo el chicharrón
que se pueda. A eso se está prestando mi amigo O´Phelan. Cada quién sabe lo que
hace en esta vida.
16.10.13
1 comentario:
Este Fernando O´Phelan es sólo otro falso moralizador.
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