sábado, octubre 26, 2013

Expresidentes

Las encuestas dicen que la gente ya no cree en los expresidentes. Pero cree menos en Toledo que en García. Parece sorprendente porque el tema de la corrupción es casi nuevo en Toledo, al que se le veía más bien como frívolo e irresponsable, hasta que llegó el enredado caso Ecoteva, mientras que García arrastra investigaciones, denuncias y pruebas de cargo sobre actos de corrupción y enriquecimiento ilícito, desde los 80 y sigue surcando por el océano de la política hasta hoy, con pretensiones de volver al poder por tercera vez.

Ayer, en el Congreso Toledo volvió a mostrar ese estilo llorón y falsamente autocrítico que se le conoce y desde el saque las reacciones de los que lo escuchaban volvieron a ser de desprecio hacia la falta de inteligencia para mentir. No es que Toledo no tenga habilidades suficientes para darse cuenta de la clase de aprieto en que está metido, sino que no puede bajarse del pedestal desde el que mira el mundo y todo en él, suena falso y rápidamente se percibe que va a perder. Diferente es el caso de García al que también lo percibe un percepción de culpable, pero muchos dudan que algún día vaya a caer.

La diferencia estadística entre Toledo y García, es que al primero le faltan alrededor de diez puntos para la unanimidad en considerarlo corrupto, y al otro le faltan más o menos veinte. Podría decirse que ambos están hundidos en la desconfianza ciudadana. Pero al “cholo” se le reputa ya como un cadáver político y hay muchos creyendo que terminará preso, aun cuando la naturaleza de los delitos cometidos a través de los traspasos de dinero y compra de inmuebles a, estén lejos de haber sido precisados. Lo que se sabe, y nadie lo discute, es que la pareja Toledo-Karp ha movido mucho dinero en años recientes y que el origen de esos fondos es misterioso, lo que es inaceptable para alguien que ha ejercido el máximo cargo del poder.

De García se sabe que sacó de la cárcel a los peores delincuentes y que hubo dinero detrás de eso; que manipuló la investigación de BTR para eliminar pruebas sobre el lobby en torno a las licitaciones públicas, que hizo una ficción de urgencia de gasto para asignar obras a sus amigos, que autorizó inversiones que no se hicieron, que hizo desaparecer fondos de la reconstrucción del sur, etc., sin contar las tropelías del primer gobierno. Pero los medios no lo tratan nunca como investigado y presumible culpable como hacen con Toledo, sino como un candidato al que se quiere inhabilitar.  

Casi el 80% lo considera corrupto, como antes más del 70% consideraba que su primer gobierno había sido el peor de la historia. Pero el tipo está seguro que nos va a avolver a gobernar y borrar las huellas de lo que hizo entre 2006 y 2011. 

28.10.13

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