sábado, octubre 19, 2013

Perú ¿un país conservador?

En las elecciones del 2006, la “candidata de los ricos”, según frase de Alan García, fue Lourdes Flores. La misma que había sido ovacionada de pie en el CADE de noviembre del 2005 cuando dijo que no había que cambiar la Constitución fujimorista de 1993. Toda la prensa conservadora estaba segura que había llegado el turno a la heredera de Bedoya Reyes y que tener al frente a AGP era una ventaja decisiva.

Las encuestas decían que un 70% de los peruanos, nunca volverían a votar por el líder aprista, reputado por haber dirigido el que consensualmente se consideraba el peor gobierno de nuestra historia. Sin embargo, el plan se frustró por la aparición de Humala, que estaba fuera de todo cálculo, y por el descenso de Flores que favoreció el voto duro de García, que con un poco de maña llegó a segunda vuelta, aparentando un tercerismo (cambio responsable), con el que ganó las elecciones, para luego correrse a la extrema derecha.

En el 2011, Toledo trataba de ocupar un espacio más ancho que el de Flores, cinco años antes, y expresar a un gran centro: centroizquierda, centroderecha y centrocentro, lo que lo colocó adelante en las encuestas en las primeras semanas de la disputa y le permitió simular lo que García había simulado para su victoria del 2006. Sien embargo, otra vez, el proyecto que se juzgaba ganador y tenía el favor de los medios, se cayó antes de las definiciones finales. Por el lado derecho Toledo perdió apoyo a favor de PPK y por la izquierda en beneficio de Humala.

En las semanas previas a la primera vuelta, el escenario se polarizó entre un Humala que ocupaba el flanco izquierdo y el fujimorismo que, a la manera del APRA, tenía el suficiente voto duro como para aprovechar el desinfle del candidato principal y su disgregación en varias alternativas. La oferta de ese año desafió la tesis clásica de que en el Perú siempre se vota al centro y que sería el dato de la elección de Toledo el 2001 y García el 2006. Claro que podría discutirse los casos de Fujimori el 90, contra Vargas Llosa, y Toledo, el 2000, contra Fujimori, para ver que eso del centrismo es por lo menos discutible.

Pero lo cierto es que después de la juramentación de Humala y la traición al movimiento que lo condujo al poder, en el país ha aparecido una discusión sobre conservadorismo que antes no estaba presente o se ocultaba muy bien. Hoy, por ejemplo, el APRA de García puede acudir al diálogo con Jiménez poniendo como primer punto de su propuesta que el modelo económico no debe ser cambiado, y Fritz Du Bois puede hablar de una operación política de concentración mediática para que los conservadores se aseguren el poder. ¿Tiene esto algo que ver con la conducta electoral de los peruanos de los últimos 30 años?

19.10.13

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