Organizando su propia teatralización, García ha declarado
después que el famoso “Brasil” se retractó de sus dichos del mes de junio a
través de un texto escrito en el que llega a lamentar la prisión de Miguel
Facundo Chinguel, a quién acusó de haberle cobrado 30 mil dólares por su
libertad, pago que se hizo en Piura, en un viaje que está confirmado por los
manifiestos de vuelo y facturas de hoteles, que a un delincuente como este no
se le puede creer ni la primera ni la segunda vez. En otras palabras no se le
debe creer nada. Lo mismo que repite Mulder, en estilo más canino, de que los
que antes llamaban testigo a Butrón Dos Santos ahora lo llaman delincuente.
Y lo más curioso, es que está también resultó la línea de
Rosana Cueva y se entiende que del canal, Panamericana Televisión, cuando no
refuta a Tejada sobre los hechos que rodean las denuncias anteriores de
“Brasil” (él busca a la Megacomisión para presentar su caso, repite la versión
ante la Fiscalía y los medios de comunicación, entrega documentos, etc.), y se
limita a decir que el problema es que a un tipo así no se le puede creer, antes
ni después. En esencia pues no se trata de un “giro en el caso narcoindultos”
como decía la propaganda, o que alguien se vaya a creer que Tejada haya
procedido a extorsionar o presionar al declarante, como señala en el texto que
leyó, sino de poner la duda en un testimonio que tuvo alguna resonancia, para
que reste credibilidad a toda la investigación.
Evidentemente, García es más elaborado que el moribundo del
jueves que el viernes ya era otra vez el mandón autoritario de los 90. AGP no
invoca a la lástima y el fanatismo como lo hace Fujimori, y su objetivo es la
destrucción de las pruebas, como antes con la acción de amparo para invalidar
sus propias respuestas ante la Megacomisión en las que habla de que sólo liberó
“pequeños burriers”, que Dios lo orientaba a escoger a los indultados y
conmutados, que ponía la mano al fuego por Facundo y que volvería a excarcelar
a 5 mil delincuentes comunes si estuviera en el gobierno (y ahora critica con
una tupé increíble la llamada “ley Antauro”, asegurando que para beneficiar a
uno se ha devuelto beneficios a 40 mil presos, cuando es exactamente al revés).
Lo interesante es, como subrayamos en la columna de ayer,
que al lado del tinglado de “Brasil” y el texto de arrepentimiento que alguien
le escribió, acaba de caer en paralelo otro de los narcoconmutados de García
con casi 4 toneladas de droga, también
en Piura. Este dato desarma toda la coartada de AGP. Pero muy pocos se atreven
a decirlo. No eran “burriers”, no era el consejo de Dios, y Alan ¿lo volvería a
hacer?, ¿a cambio de qué?
22.10.13
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