viernes, octubre 25, 2013

Error en Nueva Esperanza

Siete niños quedaron huérfanos después que su padre, Paulino Huamán, perdiera la vida en un bombardeo militar en el poblado de Nueva Esperanza que  arrasó además con casi la mitad de las viviendas, afectando a numerosas familias de agricultores que no habían hecho nada que justificara el ataque. Dicen ahora que es un error, pero  ya están saliendo versiones de que esta sería una zona de paso de droga en la que los senderistas realizarían constantes incursiones contra la base de Mazángaro que domina el valle.
  
El argumento principal que pretende justificar el “error” se resume en dos ideas: que se trata de una zona de guerra donde ocurren enfrentamientos y que ha habido una variación en la estrategia que ya no emplea patrullas terrestres que pueden ser emboscadas sino medios aéreos que reciben información de inteligencia para definir sus acciones. La apelación al supuesto estado de guerra, por cierto que debilita la tesis de que el problema del VRAEM es sólo de narcotráfico y de senderistas protegiendo los pases de la droga.

El gobierno además parece haber dado órdenes de buscar victorias militares rápidas sobre las huestes de los Quipe Palomino, lo que se habría hecho más insistente tras la caída de Alipio y Gabriel, en el mes de agosto. Pero, ni el gobierno ni los militares pueden permitirse bajas como las de la famosa “operación libertad” en el verano del 2012, cuando la cuenta de muertos y heridos entre militares y policías iba cayendo como una lluvia ácida sobre el gobierno y los jefes militares.

Así que como resultas de eso tenemos una nueva estrategia de bombardear en vez de patrullar y el resultado es la destrucción de Nueva Esperanza, cuyo nombre es casi un testimonio de lo que está pasando en esa zona donde la gente tenía grandes esperanzas de progresar. Ya habíamos anotado que en la operación que liquidó a Alipio y Gabriel se había usado el método expeditivo de hacerlos volar con casa y todo y evitarse fugas o resistencias armadas, y que el riesgo era que  se quisiese resolver estas situaciones de la misma forma, lanzando bombas para luego preguntar si se acertó.

Después de todo este es el método que los norteamericanos practican en países como Irak, Afganistán y Pakistán, de evitar contacto con los adversarios, y que en su versión más sofisticada ha llegado al nivel de los Drones o naves no tripuladas que bombardean a control remoto.

El “error” de Nueva Esperanza denota que no hay una línea segura para poder distinguir a la población de los subversivos. Si nos atenemos a lo que los jefes dicen, estamos ante un fallo de inteligencia. ¿Y cuál es el riesgo que esto representa para poblaciones pacíficas que trabajan la tierra y a las que el Estado debería tratar de ganar para una pacificación duradera?

25.10.12

1 comentario:

Anónimo dijo...

El sueño de Aldo M hecho realidad: bomba para los revoltosos.