viernes, julio 21, 2006

Sunass agente de la privatización

Sunass agente de la privatización

Fue la campaña a favor de la privatización de Sedapal la que introdujo el concepto de que las inversiones necesarias para resolver los problemas del agua eran tan inmensas que ni el Estado ni la empresa pública podían reunir los fondos suficientes para financiarlas. Si los postulantes a hacerse del negocio del agua potable hubiesen tenido que presentar su plan de inversiones a todo costo a la Sunass para los próximos cinco años, ¿cuánto creen que habría sido la propuesta de aumento de tarifas?, ¿o es que alguien cree todavía que las trasnacionales regalan dinero?, ¿cuánto costaría sumarle a la inversión de base la rentabilidad de las nuevas operadoras que será siempre más elevada si son mayores los factores de riesgo (tamaño de la población de Lima, sequía crónica, resistencia a la gestión privada, etc.)?

Lo que sí podemos afirmar con absoluta certeza es que los chicos del órgano regulador no harían público el expediente de los privados, ni entregarían a la jauría de los medios de prensa el dato demoledor del incremento. Eso lo saben esconder muy bien en fórmulas de progresión como han hecho con el contrato de concesión de Tumbes. Pero lo que sale de la experiencia en otros lugares (Cochabamba, Buenos Aires, Tucumán), es que con la intervención privada el alza es mucho más rápida y contundente. Si el 137% en cinco años de Sedapal es excesivo y debería revisarse en función a mecanismos de ahorro; tarifas diferenciadas según consumo, estratos sociales y tipo de uso del recurso; y financiamiento con fondos públicos; habría que preguntarse cómo se sentirían los saltos vistos en Argentina, Bolivia, Chile, de más de 100% en un solo golpe. Con la obvia convulsión social que eso contrae.

Pero aquí nos han querido convencer que el asunto del precio del agua y la protección al consumidor, no era importante y que apenas habría un ajuste chiquito; y que sería bastante solidario con los pobres sin agua que ahora pagan tanto a las cisternas, que los demás nos mojásemos con un sacrificio económico para que todos tengan agua. Puedo citar uno por uno los artículos con los que he polemizado en los que se dice que eso del salto tarifario es trampa estatista para asustar a la gente Así que, en resumen, habría que hacer grandes inversiones pero sin fuertes exigencias tarifarias. Casi el paraíso. Sólo que ahora nos quieren convencer de lo contrario, que la amenaza contra nuestros bolsillos proviene de la gestión pública del servicio y que para salvarnos debemos recurrir a la generosidad de los privados, que tendrían alguna manera de realizar la misma inversión pero sin trasladarnos el gasto. Bastaría ver lo que pasa con las eléctricas, la Telefónica, los peajes, las tarifas del aeropuerto y otras para saber lo que esto significa.

Más aún, el concepto gubernamental el 2002 era que no había ninguna urgencia de tomar el crédito japonés para el proyecto Marca II, que se propone revertir agua de la vertiente del Atlántico hacia el Pacífico aumentando las reservas de la empresa. PPK dejó morir este préstamo que hubiera amortiguado en el tiempo el costo de inversión, no provocando aumentos traumáticos, y preparado a la ciudad para afrontar su propio crecimiento y los efectos de la variabilidad climática. Pero ahora, cuando hacen la simulación de inversiones pretenden que de la tarifa de los años siguientes salga el financiamiento íntegro de esta formidable obra. Es de una exigencia aparentemente ingenua de la Sunass para que Sedapal le diga cuánto costaría hacer todo lo que está pendiente, que ha derivado el lío reciente, en el que el órgano regulador denuncia a su regulado por estar pretendiendo cargarle al público un volumen de inversiones desmesurado.

La manipulación PPK-Sunass está a la vista. Han desfinanciado consistentemente a Sedapal todos los años, bloqueando su plan de inversión y los ajustes tarifarios progresivos para mejorar sus ingresos. La han paralizado hasta donde han podido, dejando que sus enemigos la tachen de ineficiente y fallida para incorporar a la población periférica sin agua. Y apenas ha sonado la alarma de la escasez, han vuelto al ataque para culpar al esquema de gestión estatal de todos los problemas. Son municiones regaladas a la campaña de privatización. El Estado contra el Estado, Sunass contra Sedapal, PPK contra el mundo.

Cosas que suceden con un gobierno lobbista. Aupado al poder para servir intereses extranjeros y sociedades oscuras entre el poder y los dueños del dinero.

13.01.06

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