No es muy difícil imaginar lo que serán las reacciones de las personas con enfermedades crónicas, de tratamiento largo y costoso, que de aquí a unos años encuentren que la tendencia en el precio de los medicamentos –especialmente de los que van entrando al mercado-, se han encarecido progresivamente por efecto de un acuerdo de comercio en el que el gobierno peruano aceptó esas condiciones para que los esparragueros y otros exportadores pudiesen vender en Estados Unidos sin pagar aranceles.
Lo que seguramente nunca será revelado serán los rostros de los “investigadores” que en estos días han estado produciendo estudios para convencer que el impacto va a ser mínimo o irrelevante, y que comparando las medicinas que bajan y las que suben, hasta de repente terminamos ganando. En la era neoliberal la economía se empieza parecer cada vez más a la abogacía y hasta son intercambiables, como lo demuestran las negociaciones del TLC, en las que tan pronto uno puede estar representando al Estado, y al poco tiempo aparecer de asesor de las empresas que salen ganando con los nuevos mercados y derechos otorgados.
Así el estudio del IPE de Abusada, Dubois, PPK (presentado como de la Universidad del Pacífico), y el de APOYO, que han provocado tantas exclamaciones de Althaus en su programa la hora N (de negociados), son instrumentos políticos del lobby por-TLC y del ministro Ferrero, que se organizan con objetivos precisos, responder a la crítica “comunista” que acusa al TLC de negociar con la salud de la población y al informe del MINSA que sostiene que habrá un encarecimiento sostenido de las medicinas, un mayor gasto para el Estado y un número importante de personas que quedarán excluidas de tratamientos que no podrán ser solventados con sus actuales ingresos.
Por supuesto que todos dicen que la oposición al TLC es ideológica, pero vayan a ver como contestan a las observaciones fundamentadas de los especialistas: narcoterroristas, enemigos de los EEUU, quieren mantener la pobreza para conservar su base social, autarquistas, desestabilizadores, etc. Claro, invirtieron una burrada de dinero para fijar la idea de que el TLC sería la única forma de aumentar la oferta de trabajo, ocultando la pérdida de empleos del mercado interno (que es mucho más grande), pero ahora tienen que contestar a los sectores directamente afectados. Por eso también tienen sus propios estudios que dicen que vamos a estar muy bien en salud y medicinas. En el corazón de las negociaciones del TLC está el entrampamiento por el tema del tiempo de duración de patentes, período de protección de datos de prueba y patentes de segundo uso, lo que ha motivado crisis en los equipos andinos (la más reciente, la renuncia del grupo colombiano de propiedad intelectual) y este es además uno de los puntos críticos del entrampamiento de la OMC, porque la mayoría de países del tercer mundo no quiere darle sobreplazos a la angurria de los grandes laboratorios, pero aquí las mismas entidades que asesoraron la política económica de Fujimori, las privatizaciones, el canje de deuda por privatización, la emisión de bonos, la formación de las AFP, entre otros símbolos del neoliberalismo, y que mintieron en todos los casos para pasar sus propuestas, vienen ahora a decir que la exigencia estadounidense es inocua y tal vez hasta conveniente.
El estudio del ministerio de Salud es absolutamente ajeno a las pasiones políticas, como son las observaciones de Indecopi. Pero el lobby pro-TLC, pretende que estos documentos de entidades oficiales son parte de la campaña. Se podría preguntar casi al paso, si estos tipos se han detenido siquiera por un momento a considerar el futuro de enfermos con sida, cáncer, diabetes, tuberculosis, hipertensión y otros males equivalentes. Todo indica exactamente que la ideología se está haciendo tan poderosa como para eliminar sentimientos de culpa. La cosa es defender los altos objetivos de alcanzar a caminar al lado de las transnacionales (entrar a la “globalización” como le llaman) y presentar un estudio acomodado al mensaje que ellos difunde. Lo mismo que hacen cuando venden sus proyectos mineros.
Que la salud sea un objeto colateral a las negociaciones de comercio y que las perspectivas más sombrías se arreglen con el tranquilizante de presentar un estudio contra el otro, muestra la escala de prioridades en que estamos moviéndonos. Mientras Venezuela lanza un programa para sacar a su país de la pobreza con petróleo a la que la condenó la oligarquía y de propone formar decenas de miles de médicos para construir una sociedad sana, nosotros estamos pensando que con el mercado abierto a los Estados Unidos y con la aceptación de su pliego intervencionista, incluido los derechos de propiedad intelectual y patentes, nos haremos modernos y competitivos.
06.10.05
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