viernes, julio 21, 2006

Las guerras simultáneas de Gaza y Líbano

Según los medios la actual guerra de Gaza la iniciaron los guerrilleros que capturaron a un soldado israelí de origen francés al que mantienen de rehén, lo que ha conducido a un bombardeo generalizado sobre la población civil, a centenares de muertos y heridos y a la captura de medio gobierno palestino y de numerosos miembros de la Asamblea Legislativa de esa nación.

También según la prensa internacional, la guerra del Líbano, que está volviendo a devastar a un país independiente al que Israel sometió a una ocupación ilegal durante 17 años, es consecuencia de la acción de los milicianos de Hizbolá, que mataron ocho soldados de Israel y tomaron dos como rehenes. Debido a eso ahora las bombas estallan en Beirut, destruyen la infraestructura y han provocado centenares de muertos entre la población libanesa que no es parte del problema entre Hizbolá e Israel.

En el Medio Oriente todo parece que ocurre a partir de un hecho fortuito. Alguien explota en medio de civiles, alguien ataca a un soldado desprevenido, alguien dispara un misil en la frontera, etc. ¿Por qué hacen eso? Porque se supone que hay organizaciones terroristas que no quieren la paz. Y qué es lo que sale como resultado: dos guerras al mismo tiempo, y un montón más a lo largo de cada año, desde la creación del Estado de Israel y de la ocupación de territorios palestinos y de vecinos árabes desde 1967. Es decir guerra, no paz.

Los analistas internacionales que juzgan estos acontecimientos explican las cosas con tanta frialdad que uno tiene que convencerse que esto no tiene ninguna posibilidad de salida. ¿Por qué hay terrorismo? Porque hay ocupación. ¿Por qué hay ocupación? Para evitar el terrorismo. ¿Por qué matan civiles israelíes? Para enviar un mensaje al gobierno de Tel Aviv de que nadie está seguro. ¿Por qué Israel se ensaña con poblaciones indefensas? Para que se entienda el mensaje de que si apoyan a las organizaciones de resistencia sufrirán aún más y para que presionen a sus gobiernos contra ellas.

Todo lo que ocurre en Medio Oriente tiene la forma del círculo vicioso. Israel se presenta como una nación pequeña frente centenares de millones de árabes cegados de odio hacia ellos, obligada por tanto a defenderse y autorizada a actuar desproporcionadamente ante cualquier ataque para desalentar nuevas acciones. Pretendiéndose la continuidad de la Shoá (el holocausto judío durante la ocupación nazi de Europa), el Estado de Israel sostiene firmemente la tesis de que si no se defienden con todos los medios a su alcance, nadie sacará la cara por ellos, como no lo hicieron entre 1939 y 1945.

Esta es la ideología, ciertamente, que se puede encontrar con mucha facilidad en personas que llevan la marca del pueblo doliente desde su primera infancia. La verdad histórica sin embargo es que Israel es el aliado clave de Estados Unidos en la zona más caliente del mundo en los últimos 60 años, y que puede desafiar a las grandes pequeñas naciones árabes que lo rodean, con muchos motivos de resentimiento, porque tiene un extraordinario poder militar en sus manos, un financiamiento casi ilimitado y la posibilidad de aprovisionamiento continúo de armas, bombas y municiones, desde el otro lado del mundo. Pero no sólo eso, sino que Estados Unidos neutraliza, con su poder político y militar, cualquier movimiento de solidaridad de otras partes del mundo, manipula a Europa, Japón y a buena parte de América Latina, especialmente a los países que como Perú harían cualquier cosa por un TLC con la gran potencia de Norteamérica y pone en ridículo a las Naciones Unidas que no puede condenar las agresiones israelíes, como si lo hace en conflictos protagonizados por países de menor trascendencia.

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El 17 de julio, Bush reveló sus planes y su filosofía ante un micrófono que permanecía abierto: "lo que tienen que hacer es obligar a Siria a que Hizbolá pare esta mierda, y listo". Le estaba diciendo a Blair y a la Unión Europea que tenían que presionar a sus canallas de Damasco (a los que les tiene preparada una futura guerra), para que se hagan cargo de parar a la guerrilla chiíta que fue su aliada, con la que está chocando actualmente Israel. Y, de paso, el presidente tejano anunciaba también por alta voz que ordenaría al tonto de Kofi Annan para que busque que los demás países árabes fuercen una solución: entrega de los soldados prisioneros, algún acuerdo con Israel, para recién pedirle al ministro Olmert que detenga la matanza de Gaza y el bombardeo del sur de Líbano. O sea que los ingleses y europeos, así como el secretario general de la ONU, son piezas móviles de los intereses de Estados Unidos y de su alianza con los guerreristas de Israel. Pero cada uno de ellos son además los que dicen estar trabajando por una fórmula de paz para la región. Escuchando eso yo me declaro más escéptico aún que todos los analistas que he escuchado en estos días. Hagamos todas las movilizaciones necesarias para detener la barbarie y desenmascarar la mentira de que los soldados israelíes en las fronteras de Gaza y Líbano son agentes pacíficos, y que la recuperación de tres prisioneros de guerra, justifica una agresión a gran escala sobre dos naciones como la que estamos viendo. Pero tengamos conciencia que la única manera de poner fin al nuevo holocausto palestino y árabe, es con un cambio de la correlación mundial de fuerzas, que con seguridad requiere que Bush deje el poder. 20.07.06

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