sábado, agosto 03, 2013

Pensiones versus bonos agrarios

Cada vez que se plantea la pregunta: ¿y con qué derecho el gobierno de Fujimori, a los pocos días del golpe de Estado, congeló las pensiones de los jubilados de Ley 19990 y les fijó un tope máximo, condenando a las personas mayores que habían trabajado y ahorrado toda su vida a una eterna indigencia o a la dependencia de sus familiares más jóvenes?, la respuesta ha sido una sola: porque no hay dinero en caja fiscal, y cumplir con el compromiso de garantizar una pensión justa sobre la base de aportes del trabajador y de los empleadores era secundario a la estabilidad fiscal y monetaria.

El mismo argumento se usó para matar los derechos de los afiliados a la Ley 20530, a los que ya no una dictadura sino un Congreso de “demócratas”, los guillotinó cuando ya había empezado el crecimiento económico, con la irrebatible fórmula de no había plata, que significaba que si usted se privó de una parte importante de sus remuneraciones para acumular para futuro, basta una frase, que ni siquiera es de disculpas, para expropiarle su dinero. Lo mismo se ha hecho, además, con las pensiones militares, bajo el gobierno de un comandante en retiro, introduciendo una brecha insalvable entre la condición de activos y el personal en retiro.

Dicho todo esto, cabe preguntarse por esos comentaristas que en las últimas semanas han dicho a propósito de la forzada resolución del Tribunal Constitucional dándole plazos y fijándole esquemas de pago al Estado en relación a la deuda agraria de hace 44 años, y que argumentan muy sueltos de huesos que aunque le cueste al fisco o amenace la estabilidad monetaria, lo que se debe tiene que ser pagado, si no fueron ellos mismos, o la mayoría de ellos, los que justificaron y hasta hicieron campaña para que se roben las pensiones.

¿De dónde sale la medida que señala que un tenedor de un bono de reforma agraria tiene alguna prelación para ser tratado distinto que personas que construyeron su derecho en base a su esfuerzo, o que otros tantos que están a la espera de que se cumpla con fallos nacionales e internacionales para pagos de remuneraciones, pensiones, indemnizaciones u otros, adeudadas por el Estado, sobre todo si quienes así piensan saben que no están hablando de los viejos propietarios de la tierra, casi todos muertos o habiendo transferidos sus bonos a través del tiempo, sino de banqueros y fondos internacionales que se hicieron de esos documentos cuando tenían un valor por los suelos?

Es evidente que el neoliberalismo que aparenta una supuesta objetividad y frialdad de mercado para cada una de sus decisiones, oculta el hecho de fondo de que ellas se realizan en función a un sistema en el que unos siempre ganan más y usan el Estado en su beneficio, y otros siempre pierden y tienen que ajustarse a vivir como pueden.

03.08.13

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