La historia cuenta que Fujimori después de ganar las
elecciones y en medio del rompecabezas económico que le tocaba enfrentar,
recibió la visita de Hernando de Soto que le hablo de su hermano Álvaro, por
entonces secretario de Pérez de Cuéllar en la ONU, y de la posibilidad de
lograr un contacto rápido con los organismos internacionales. Así fue que el
presidente electo recibió una terna de nombres para ministro de Economía que
tenían aval del FMI, entre los que se hallaba Juan Carlos Hurtado Miller, que
fue el ministro del fujishock y Carlos Boloña, quién lo reemplazaría en la fase
de las privatizaciones y reformas.
Once años después, el electo presidente Toledo se encontró
en Nueva York con Pedro Pablo Kuczynski que le contó que tenía buenos contactos
en París con la empresa Suez, que estaba interesada en la privatización de
Sedapal y de otras empresas de agua y energía. El “cholo” incorporó entonces al
“gringo” en su comitiva e hizo arreglos en Francia que luego se realizarían muy
parcialmente debido a la fuerte resistencia social que contuvo la nueva ola
privatizadora. Pero en la movida ya había escogido Toledo a su ministro de
Economía, que antes había sido ministro de Energía de Belaúnde y luego hecho
buenos negocios eléctricos con Fujimori.
En el 2006, García convocó a Luis Carranza que renunció al
viceministerio de Hacienda un año antes del término del período de Toledo,
acusando de despilfarradoras varias medidas del gobierno con las que se quería
recuperar imagen ante el pueblo. Con el cartel de austero y de exfuncionario
del FMI, Carranza fue dos veces ministro de García: entró con la propuesta de
austeridad y regresó para levantar los candados que el ministro Valdivieso
había puesto al gasto público en la crisis 2008-2009. O sea servía para lo que
fuere.
En el 2011, Ollanta Humala desató el pánico de las bolsas y
los inversionistas cuando ganó la segunda vuelta. Entonces entró a tallar la
brigada de medios de comunicación que lo presionaron para influir en la
decisión del nuevo ministro de Economía. Ollanta se dejó vapulear pero se
mantuvo en silencio. Hasta que estalló el caso Alexis que fue manejado de la
manera más infantil y torpe, negando relación entre los hermanos y dejando
correr la interpretación de que se había producido un viaje corrupto con el que
el presidente no tenía nada que ver. Inesperadamente Nadine encontró la
solución al primer gran dilema de quién todavía no había juramentado:
·
No te acuerdas que somos amigos del viceministro
de Economía, Miguel Castilla, que tiene a sus hijas en el colegio con las
nuestras. Es bien visto por los empresarios y los medios.
Así se retiró el nombre de Alexis en las primera páginas y
apareció la figura del ministro del mechoncito y del presidente del BCR que
simplemente había sido ratificado en el cargo.
Todo el sistema batió palmas y nuevamente el jefe de la Economía
peruana, el que maneja el dinero y dicta políticas económicas, salió de un
enésimo sombrero, al margen del partido ganador de las elecciones y de lo dicho
en la campaña.
En resumen a Fujimori le dieron la terna dentro de la que
tenía que escoger, a Toledo se le subió PPK casi al paso, García buscó entre
las gente de Toledo quién le había dado la contra y Ollanta le preguntó a
Nadine como calmaría los mercados y a la jauría de prensa que perseguía a su
hermano. Cualquiera fuese la anécdota, el resultado fue siempre el mismo: hayan
dicho lo que hayan dicho los candidatos en campaña (no shock, más trabajo,
cambio responsable o gran transformación), el ministro mas importante porque
maneja la plata y todo el sistema de contrataciones siempre cae del cielo o del
infierno, no importa, pero es alguien puesto ahí para controlar al presidente
para que justamente no haga lo que había ofrecido en las elecciones.
Y a esto le llamamos democracia.
14.08.13
Columna de Wiener
Miércoles de Política Nº 7
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