Vuelvo con lo de los medios, las encuestas y la fabricación
de opinión pública. Y me refiero a la denuncia sobre narcotráfico contra Nancy
Obregón y los dirigentes cocaleros, basada en versiones policiales que señalan
que la forma como se expresa en sus conversaciones telefónicas interceptadas es
propia de quién realiza actos ilícitos y que hay informantes que la
comprometen. Para eso se han publicado un montón de “filtraciones” policiales.
Pero lo interesante es lo que ya se está dando por cierto:
que la cocalera es una especie de cabeza de una banda; que su entrada al
Congreso es parecida a la que hizo Escobar en Colombia; que Ollanta la buscó a
ella y a Malpartida por sus dinero; que cuando a esta última le sacan una
grabación en la que afirma que defenderá la hoja de coca, está hablando de narcotráfico;
y que el congresista Walter Acha, que también es cocalero, es vinculado a los
narcos y debe prohibírsele acceso a información de defensa.
¿Cómo se deduce de lo que se sabe de Obregón, todo lo demás
que se está diciendo? Bueno, sale de antiguos conceptos sobre coca y cocaína,
cocaleros y mafiosos, aderezado con la imaginación que permite la información
fraccionada que entrega la policía. Pero, como no podía ser de otra manera,
después de semanas de colgar a Obregón, de pronto aparecen IPSOS y El Comercio
y nos dicen que han detectado que población opina que hay una “grave
injerencia” del narcotráfico en el Estado.
¿Cómo se dieron cuenta si el tema no aparece en la lista de
los problemas de la gente yen las críticas al gobierno? Muy fácil, ellos lo
metieron a partir del caso Obregón. Son sólo tres preguntas: (a) ¿está enterado
de la captura y de la acusación?; (b) ¿quién cree que la convocó al Congreso?;
(c) ¿cree que Nancy Obregón aportó a la campaña de Humala? Y, obvio, entre los
enterados (70%), unos creen que el convocador es Humala, el PNP, Nadine,
Abugattás o les compró el cupo (lo que es casi lo mismo); y la mayoría opina
que si hubo aporte narco-cocalero a la campaña. Por supuesto que de ahí sale
que el nivel del Estado más infiltrado es el Ejecutivo, que es lo que se quería
demostrar para arrinconar aún más a Humala.
IPSOS y El Comercio no se plantean si la percepción de la
gente sobre el narcotráfico tiene alguna relación con las fortunas que hay en
el país; con el boom inmobiliario; con los poderes regionales; los
narcoindultos; la corrupción policial y judicial; etc. Es que no se trata de
investigar si la gente es consciente de todo el problema del narcotráfico, sino
solamente medir si lo que se ha estado diciendo con el caso Obregón ya prendió
entre los que reciben el bombardeo de los medios. Si aprendimos la lección. De
eso se trata.
22.08.13
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