El tipo de guerra en que se encuentran envueltos los
senderistas del VRAEM tiene todos los rasgos de descomposición que acompañan a
las aventuras armadas que pierden la perspectiva del poder. La eliminación de
sus mandos militares como consecuencia de una delación de una persona a la que
le tenían la mayor confianza como para convertirlo en anfitrión de una cita
fatídica, prueba que a diferencia de lo que dice la doctrina maoísta, el tiempo
está jugando en su contra, desgastando la moral de los combatientes y anulando
los reflejos de los jefes.
La organización de los Quispe Palomino consiguió sobrevivir
más de veinte años a la captura de Guzmán y casi quince años a la de Feliciano
que fue en algún momento su jefe político. Sus mandos no forman parte de la
dirección histórica de Sendero Luminoso, y si el PC-SL era un grupo marginal al
resto de la izquierda con la que mantenía constantes enfrentamientos, la
fracción del VRAEM ha sido marginal a los marginales. Ninguno de sus jefes y
milicianos ha tenido una historia en común con los movimientos sociales en los
que se ha desarrollado la izquierda. En esencia son una estructura militar que
quedó del conflicto armado de los 80 y 90, y que han podido mantenerse en base
a dominio del terreno y manejo de la técnica de combate.
No se conoce ninguna lectura política de parte de este grupo
sobre lo que ha venido ocurriendo en el Perú desde que se autonomizaron de la
dirección de Guzmán y la incluyeron en la lista de sus enemigos. Pero eso no
quiere decir que no hayan representado un factor importante en la pugna de
poder que existe en una zona tan desintegrada del resto del país como es la
selva de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro. Esta es un área en la que se mueve
mucho dinero (se calcula que la droga que sale de la zona genera poco más de
200 millones de dólares por año) y en la que todos los actores están conectados
con el ilegal negocio, incluidos por supuesto las autoridades y las fuerzas de
represión.
La intensidad de la economía ilegal ha ido minando la
autoridad del Estado y la credibilidad hacia los jueces, fiscales, policías y
militares, lo que explica por qué las mafias son casi intocables y lo complejo
que viene a ser la presencia senderista. Pero es evidente que la organización
de los Quipe Palomino ha sido alcanzada por el tipo de relaciones que se han
ido imponiendo en la zona. Si tuvieron alguna vez la idea de que podían usar la
ideología para evitar que el medio los penetre, la conclusión es que no lo
lograron. Después de ver que un topo de la policía estaba al lado de Alipio y
de Gabriel, lo que hay que decir es que el Sendero del VREM puede tener las
horas contadas. Pero ahí quedará todavía el problema del narcotráfico.
16.08.13
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