Sobre este RT de @cxcperu, ciudadanos por el cambio está de acuerdo con
este señor Wiener en que la discrepancia se resuelve insultando.
23.08.13
Álvarez Rodrich
@alvarezrodrich
El mensaje de twitter que transcribo me ha preocupado
doblemente: primero, porque si Augusto Álvarez se ha ofendido o quiere
discrepar conmigo por un artículo que salió en el diario, tiene abierto un
abanico de posibilidades para responderme (un diario, la radio o la TV, o más
modestamente contestarme en la web de La Primera o en mi blog, y finalmente en
la propia lista de CxC), que es lo democrático, pero en vez de ello se enoja
con los que reproducen mi nota y los emplaza a decir si están o no de acuerdo
conmigo. Querrá decir que el buen
Augusto piensa que el medio tiene que “estar de acuerdo” con lo que se publica
firmado. No se entenderían de esa manera las muchas diferencias en las páginas de
opinión de La República.
Segundo, porque no encuentro el “insulto” que he proferido
contra Augusto Álvarez Rodrich, en un artículo en el que recurro a la memoria
de los años 60 para reflexionar como se arrinconó y neutralizó las promesas de
cambio de Belaúnde con el tema de que los empresarios no le tenían confianza,
que es lo que los principales medios de derecha vienen haciendo actualmente
abusando de la paciencia al equiparar la desconfianza e incredulidad ciudadana
ante un presidente que ha faltado a sus promesas con sus electores y que
permite que lo traten como un muñeco de los grandes intereses, con el índice de
confiabilidad de los inversionistas afectado por un contexto internacional
desfavorable, cifras de retracción económica, clima social agitado y aguda
inestabilidad política, para los que se pide un “shock de confianza” entendido
como nuevas sacadas de vuelta a los reglamentos ambientales, derechos comunales
y obligaciones de cuidar el patrimonio cultural, menores impuestos y mayor
flexibilidad laboral. Es decir se quiere ganar una reforma estructural con una
encuesta dirigida al sector social dominante para que el gobierno se someta aún
más a él.
Pues bien, AAR está en esa campaña, lo que no niega que en
otros puntos defienda causas justas y que haya criticado directamente el
lenguaje coprolálico de la DBA. Entonces, la pregunta que me hice es: cómo
explica que sea tan urgente ceder a la confianza empresarial ahora, si hace
poco más de dos años estuvo en el voto por el candidato que más aterraba al
capital y contra la que lo llenaba de confianza. ¿Votó por la desconfianza?,
¿creyó que habían valores más altos que cuidar que los intereses de un puñado
de bancos y mineras? ¿imaginó que OHT sería lo que hoy es, fácilmente
manipulable? En ese punto recordé que trabajó en el gobierno de Fujimori en el
tema de las privatizaciones. No es un insulto. Solo que ayuda a comprender su
actual posición.
17.08.13
No hay comentarios.:
Publicar un comentario