No niego a las personas que he conocido y apreciado cuando
atraviesan un momento difícil. Y me refiero en este caso a Martín Belaúnde
Lossio, a quién conocí en el año 2006, en el entorno de Ollanta Humala luego de
su primera participación electoral. Lo recuerdo en los mejores términos y
espero que se aclare su participación en los problemas de Ancash, para que
pueda recuperar la normalidad de su vida.
Esta semana Martín ha ocupado tres veces la carátula de uno de los
diarios de la gran concentración y otras más en los demás medios del mismo
grupo y se ha usado su nombre para hacer una forzada relación entre César
Álvarez y su grupo, con las personas con las que tuvo (o se dice que tuvo)
vínculo personal o empresarial. Del propio Martín no se ha hecho ningún cargo
concreto, salvo que tenía un departamento en el edificio donde se dice
funcionaba la “centralita” y que mantenía cercanía con el presidente regional.
Pero lo más increíble es que desde ese punto de partida se haya
querido jalar a una asesora de la primera dama que hace mucho tiempo tuvo un
hijo con él, para de ahí derivar que Nadine algo tendría que ver con Álvarez y
las cosas de las que se le acusan. También se ha metido en el asunto al menor
de los Heredia, que si fuera cierto (pero no lo es), que trabajó en una empresa
de Martín Belaúnde querría decir que se trataría de otro vínculo entre la
esposa del presidente y el ahora detenido presidente regional ancashino.
A este diario lo han querido involucrar, a pesar de que Martín no
participa de su gestión desde hace muchos años, lo que es conocido más que
nadie por los propietarios de otros medios de prensa escrita que forman parte
del Consejo Nacional de la Prensa.
El señor Arturo Belaúnde Guzmán, que encabeza la empresa que edita
este diario, donde tiene una columna semanal, ha desmentido una versión
antojadiza que le achaca haber abierto una cuenta corriente en común con el
hermano de Nadine.
El problema es que una vez construido el monstruo más detestable
alrededor de la figura de César Álvarez, que efectivamente tiene mucho que
aclarar sobre lo que está pasando en su región, su nombre se convierte en una
bomba arrojadiza para insistir en viejas rencillas políticas.
Pero ninguno de los grandes medios quiere aclarar cómo fue que
Álvarez terminó asociado con Solidaridad Nacional de Luis Castañeda en las
elecciones del 2011, al punto que tienen una bancada parlamentaria en común. O
explicar tantos abrazos fotografiados con Alan García. No por nada será que
Rómulo León pide en uno de sus audios que le informen a AGP que ya le domó a la
bestia de Ancash.
18.05.14
4 comentarios:
Nada de "anónimo", soy Ambrosio.
Don Raúl se las arregla para ensuciar a lo que él llama "grandes medios", inventa que Castañeda tiene la culpa de Ancash y demás. No puede con su genio el Inquisidor de la Izquierda troglodita peruana.
Por supuesto que omite lo principal: don Martín Belaúnde Lossio es el dueño de "La Primera", empresa que opera a pérdida, y que fue financiada originalmente con el dinero de la mujer boliviana de Martín Belaúnde.
Por cierto, creo que don Martín saldrá de esta acusación sin manchas.
http://elcomercio.pe/politica/actualidad/martin-belaunde-lossio-pongo-manos-al-fuego-alvarez-noticia-1730246
No infeliz, Wiener no "inventa" que Castañeda tenga la culpa de lo que pasa en Áncash, lo que Wiener sostiene es que Álvarez es ahora la tinta indeleble con la cual se puede involucrar a quien la derecha no quiera, controlar a revoltoso o al que le malogre el escenario para el 2016, pero que se queda callada y mira para el costado cuando varios partidos políticos (SN y el Apra) se codeaban con Álvarez sabiendo que había mucho chanchullo de por medio. No solo está Rómulo sino Heriberto Benitez que acaba de declarar que "Álvarez es un político un poco loco, pero no asesino" (¿?)
Te falta harta comprensión de lectura, "liberal".
El rojerío con las hipocresías de siempre. Nadie los quiere, sois unos incapaces. Wiener el peor, lanzando cortinas de humo para ocultar las raterías de los rojos. Peor cuando se quieren robar todo el Perú.
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