Se ha ido en silencio, con la elegancia que siempre lució
como si fuera una condición innata. Emocionándose de los recuerdos de su gran
compañero después de veinte años de ausencia, que es como la recuerdo de
nuestro último encuentro en octubre del año pasado en el Congreso, conmemorando
una vez más el cumpleaños de Carlos Malpica en la reunión que religiosamente,
el Comité Malpica, que preside Ricardo Letts realiza cada año desde 1998.
Era la viuda del gran parlamentario de la izquierda, del
investigador acucioso que nos adelantó las claves para entender la corrupción y
combatirla, del luchador de mil jornadas. Y lo era con una fidelidad que mantenía
vivo más allá de las palabras a Carlos y que nos animaba a seguirlo celebrando.
Cuando la abracé por última vez, me recordó que era yo el que debía cuidarse
después de la dura enfermedad que me postró en el 2012. ¡Cómo iba a saber que
me estaba despidiendo de esta noble mujer que en el algunos momentos de su
discreción me recordaba a mi madre!
Se llamaba Teresa
Molina y si tuviera que decirlo así nomás poco sabríamos de quién se trataba.
Pero a ella debemos que exista el libro póstumo de Carlos, que lleva el título
de “Pájaros de Alto Vuelo” y que es la disección más rigurosa y documentada de
la corrupción en el primer gobierno de Alan García, que retoma temas claves
como la triangulación para la reventa de los Mirage; el escándalo de las
reservas del Estado colocadas en el BCCI; y la coima para la construcción del
Tren Eléctrico.
Pero debe ser verdad que otras de las obras del Malpica de
los 70, 80 y 90, deben tener la marca de Teresa, aunque ella jamás lo
reconocería. Ricardo, con esa capacidad persuasiva que le reconocen todos los
que han tratado con él, logró llevarla a participar del recuerdo activo de su
marido. Y a aceptar el simbólico título de vicepresidenta del Comité, que
seguro que ella asumió para no desairar al amigo que ha dado tanto de sí para
recordar y revalorar la vida y obra de Malpica.
Todavía la puedo recordar en la sala de la Asociación de
Profesionales de Ingeniería Agrícola en la avenida Pablo Bermúdez, a la espalda
del ministerio de Salud, donde fundamos el Comité Malpica y lo mantuvimos
durante varios años; en la Plaza Francia, a cielo abierto, con sillas y mesas
que no recuerdo de donde salieron; en diversos auditorios del Congreso. Teresa
fue donde nos llevó Ricardo y otorgó con su sola presencia el respaldo más
contundente a la parte evocativa y al compromiso intelectual y político con
Carlos. Lo demás, como ella lo sabía, corresponde a nuestras convicciones y
responsabilidades personales.
Ahora que Teresa se ha ido se hará más difícil la tarea de
preservar el legado de Malpica. Y eso hace pensar en tanta memoria valiosa que
debemos conservar y enriquecer.
25.05.14
1 comentario:
Nada de "anónimo", soy Ambrosio.
Santa Teresa de la profunda elegancia progre; sentada en el paraíso progre a la siniestra de San Javier del gesto hosco, patrono de la antipatía, cuya festividad se celebra el 28 de diciembre.
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