lunes, mayo 26, 2014

El muñeco está armado

El último sondeo de opinión de IPSOS, correspondiente al mes de mayo, realizado a pedido de El Comercio, a más de ser el más desfavorable para Humala desde el comienzo de su gobierno, con una cifra de aprobación de 22% (la más baja) y de desaprobación de 72% (la más alta hasta ahora), trae como novedad una pregunta sobre los defectos y virtudes de nuestro primer mandatario.

Esta interrogante no existía en los estudios anteriores, en los que únicamente se solicitaba dar razones políticas y de gobierno a la aprobación y desaprobación, y no valoraciones personales. Así en el casillero de la desaprobación siempre aparecieron ítems como: no cumple sus promesas, no resuelve la inseguridad ciudadana, aumentan los precios, se rodea de colaboradores inadecuados, hay corrupción, etc., los que no eran por cierto producto de reacciones espontáneas sino opciones planteadas por los encuestadores.

El caso es que esta vez se vuelve a preguntar por estas razones, pero al lado de ellas se inaugura otro cuestionamiento, también dirigido, en el que un presidente desaprobado por el 72%, ya no lo es solo por lo que hace su gobierno, sino por taras de su propia personalidad. De esta forma sale que un 50% de los encuestados escogen, entre las opciones que le presentan, el defecto de “no tiene liderazgo”, un 46% que “no está capacitado”, 31% “no dice la verdad”, 22% “no tiene buenas ideas”; y entre las virtudes que es “sencillo/humilde” (21%), “cercano al pueblo” (17%).

Se puede entender fácilmente que los que responden están escogiendo varias alternativas a la vez por lo que la suma final es mucho mayor al 100%. Es decir el encuestador le está pidiendo que construya el muñeco de sus insatisfacciones y desencantos. Esto es lo interesante. Porque el muñeco ya existe, detrás de imágenes como la del cosito, o el cachaco ignorante, o el tipo que con dos titulares lo hacen bailar lo que quieran. Es decir que hace tiempo que la respuesta “no tiene liderazgo” estaba en la punta de la lengua pero ninguna encuestadora la ofrecía dentro de sus propuestas programadas.        

Es cómo para reírse que El Comercio titule como gran descubrimiento que la mitad de la gente cree que Ollanta no es líder y que Bernales diga muy serio que esto es “preocupante”. Pero la derecha supo en julio de 2011, cuando vio a Humala asustado por el asunto Alexis y apenas unos días después cediéndoles el BCR y el MEF, que el hombre al que tanto habían temido, no iba a dirigir ningún cambio. Precisamente ahí celebraron que no tuviera liderazgo y evitaron que se discutiera sobre ello.

El mismo tema de la primera dama, que tanto daña a la figura presidencial, se lo inventaron sus nuevos amigos de la CONFIEP, la familia propietaria y la tecnocracia del MEF, que en distintos tonos y lugares dijeron que se trataba de una mujer muy inteligente, que había sido la más realista, que a ella se debía que Humala hubiera dejado sus ideas locas, etc. Ellas fabricaron al calzonudo y a la presidenta, y luego quieren decirnos que recién lo acabamos de descubrir.

Aislando al presidente


En febrero de 2012, en pleno conflicto de Conga, con Valdés empeñado en resolver la cuestión minera a punta de estados de emergencia y una larga lista de muertos y heridos, el apoyo de Humala se recuperó de la caída noviembre-enero y llegó a 59% (12 puntos más que en diciembre 2011), con Lima marcando 61% y el sector socioeconómico A: 75%. Era como para decirle al presidente que su base social se había modificado, pero que seguía teniendo a la mayoría del país en el bolsillo, en un esquema que podría empezar a parecerse al de Fujimori, con respaldo entre los muy ricos y los muy pobres, con los sectores intermedios menos entusiasmados.

Entre julio de 2012-enero de 2013 se vivió sin embargo un nueva etapa a la baja, en la que el peor mes fue agosto con 29%  de aprobación y 62% de desaprobación. Pero en febrero se alcanzó una importante mejora con una aprobación de 53%, que en Lima era de 60%, en el sur de 44% y en A y B de 65 a 60%. Otra vez Humala imaginó haber tocado la flauta aunque fuese de casualidad, con el premierato anodino de Jiménez, que le sirvió para quitarse el rostro represivo previo y lograr una bajada de tensiones. Pero todo acabó unos cuantos meses después. En junio del 2013, por fin los número negativos (53%) superaron a los favorables (41%). Un mes antes, la relación era 46% de aprobación por 44% de desaprobación, se veía venir la debacle.   

Para explicar lo que pasó en esta etapa la derecha tiene un rollo que incluye el  intento de comprar La Pampilla a Repsol (nuevo “estatismo”), el reconocimiento que había un cambio del contexto internacional desfavorable al crecimiento (alentar la crisis) y la “falta de definición hacia Venezuela” (donde la derecha criolla quiere convertirnos en el soporte de la restauración neoliberal y reaccionaria en ese país). Como se sabe Nadine resolvió el asunto de la compra de la refinería con algunos mandaderos en Petroperú y con el aplauso derechista. Y Humala se enredó en el tema de la economía y se paralizó en política internacional.

Pero ¿qué hubiera pasado si las encuestas de esos días preguntaban por el liderazgo, precisamente cuando la falta del mismo favorecía la derechización? En julio del 2013, la derecha prefería hablar de “confianza” y mezclaba deliberadamente la “confianza” en sentido empresarial que tiene que ver con seguridad de las inversiones, y la de sentido popular que tiene que ver con un presidente que no gobierna y al que lo dirigen a empellones los dueños del dinero y de la prensa.

En julio del 2013, las encuestadoras indicaban que Lima ya había abandonado al que había sido  su nuevo engreído al aprobarlo con sólo 29% versus 35% en el interior del país. En mayo del 2014, Lima le termina dando 25% a favor a Humala, y el interior le otorga 19%, y dentro de esta última cifra el Sur marca apenas 14%. El sector A está en 25%, y el B y D en 19%. El presidente no tiene quién le apoye en ninguna región y ninguno de los estratos sociales..

Liderazgos, sólo algunos


Entre 1990 y 2014, el Perú ha tenido un continuo de presidentes elegidos  desde la izquierda o la centro-izquierda e invariablemente corridos a la derecha. Pasó con Fujimori, Toledo, García y Humala. El proceso fue casi idéntico, de apestados antes de las elecciones a cercados aún antes de haber juramentado. Y el primer elemento de la entrega fue siempre el ministro de Economía, ajeno a la propuesta inicial, avalado por organismos internacionales y el poder económico nacional: Hurtado Miller, Kuczynski, Carranza, Castilla. Todos traicionando a sus electores y “descubriendo” en el poder la maravilla del “crecimiento”.

Pero nadie fue a preguntar por el defecto de “liderazgo” de García, al que después de repudiarlo, la derecha ha convertido en su engreído (escribe todas las semanas en los diarios de El Comercio, y cuando no lo hace, lo entrevistan). Tampoco lo discuten en el caso de Fujimori, al que nadie le reconoce una idea valiosa, pero sí que tiene “liderazgo”. En cambio hay mucho más dudas con Toledo, aparentemente por su frivolidad, pero realmente por lo enredadas que han sido sus alianzas para llegar al poder.  Pero el caso clínico es Humala, que fue elegido mucho más a la izquierda que los otros, pero al que han transformado literalmente en una marioneta.

Y, por lo que se ve, ha llegado el momento de decirle que no se haga ilusiones sobre el futuro, que no tiene el “liderazgo” para ser como García y Fujimori. O sea que ya lo usaron y lo están botando como un presidente que fuera desechable.  Eso es todo. 

26.05.14
Publicado en Hildebrandt en sus Trece

                                                                                  

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de "anónimo", soy Ambrosio

La verdad de la mermelada, como decía mi abuelo, es que en el Perú, aún si estuviese ocupando la presidencia don Ramón Castilla, asesorado por Chuchill, Metternich y Lincoln, luego de tres años la aceptación presidencial será invariablemente baja. Esto ocurre por una razón principalmente, el Estado peruano es un enfermo inútil, llevado por una burocracia inepta, muchas veces corrupta, cuyo negocio no es estar al servicio de los peruanos, sino ponerle dificultades, hacernos desfilar con partidas de nacimiento legalizada; burocracia siniestra que es imposible despedir, imposible que cambie de mentalidad, tampoco modernizar.

Y si de Ollanta Humala se trata, don Raúl se queja de él porque, de presidente, se sacudió del rojerío debido a sus pretensiones, corrupción de Chelade, Alexis y muchos más que no trascendieron, y la lealtad que tenían los izquierdistas entre ellos, y no con su presidencia.

Eres un ignorante en temas de economía, Raul. Por ti el Perú pobre, divido, sin libertades y desesperado es ideal. Muchas veces sospecho que odias al Perú y a los peruanos.

Eres un obtuso ideólogo, entreguista a la dictadura. Odias la democracia, te descalificas como demócrata. Afirmar la cojudez, respeto a Venezuela, país “donde la derecha criolla quiere convertirnos en el soporte de la restauración neoliberal y reaccionaria en ese país”. Estás feliz porque tus amigotes convirtieron Venezuela, de ser un país rico y con posibilidades, en uno dividido, empobrecido, violento y protectorado de la dictadura cubana.

Anónimo dijo...

Sr. Aldo M o Ambrosio, es usted el único enfermo inútil de la prensa peruana, siempre con comentarios baratos basados en sospechas personales e insultos, si quieres comentar aporta alguna información o sino ocúpate de tu incapacidad

Anónimo dijo...

Soy juanita
Ambrosio tus comentarios con insultos no son argumentos asi que no nos hagas perder tiempo.

Héctor Mejía dijo...

Si Ollanta Humala se convirtió en marioneta de la derecha es por supropia decisión, nadie lo obligó y si pensaba que por eso iba a ser tratado con consideración por los poderosos ahora él y su esposa deben estar lamentando su triste realidad.
En todo caso Don Raúl creo que lo que hay que hacer es mirar al futuro para presentar un candidato de las Fuerzas de Cambio y ya no preocuparse de traidores como OH.

Anónimo dijo...

Ollanta es lo que es, la Izquierda es la marioneta de su incapacidad e idiotez