Pero yendo por partes y pedazos
hay algunos elementos a tomar en cuenta: el primero de ellos es que el
reemplazo de Ochoa, sea la economista Isabel Tafur Marín, que ocupaba la
gerencia general antes del cambio, y precisamente desde ese cargo fue la
firmante de las cartas de Perupetro del mes de mayo, en la primera de las
cuales se conmina a pagar las regalías adeudadas y se dicta el primer plazo de 60 días, haciendo
recordar que el tramposo procedimiento para eludir las regalías genera causal
de terminación de contrato. Se dice que en esta carta y en la siguiente en la
que se retrocede y se acepta pasar a un Comité de Conciliación (que
finalmente no ha conseguido instalarse)
estaba la inspiración de Ochoa, sumado al juego de presiones desde el Consorcio
y el propio gobierno, pero la firmante era Tafur Marín. Es difícil creer
entonces que se esté volteando la orientación del ente estatal, aunque es obvio
que se le ha quitado peso a la presidencia.
El segundo punto es que se han
presentado declaraciones de hace unos días del presidente saliente de Perupetro
en relación al cobro de regalías y cancelación del contratos como un detonante
de la crisis que conduce a su salida. Esto también merece una puntualización ya
que no es posible olvidar que la denuncia de los barcos que cambian de puerto
de descarga, engulléndose la mejor parte de las regalía, la acción de control
de Perupetro y los avances y retrocesos en el procedimiento de cobranza, se
hizo pública, en este diario, hace más de un mes, y que el ente estatal nos
contestó con un aviso pagado que confirmaba nuestra denuncia pero no explicaba
porque un incumplimiento mondo y lirondo
se convirtió en una controversia.
Como fuimos los únicos en sacar
el tema a luz y nadie nos siguió, ahora parece que nunca existió la denuncia,
cuando lo que hubo es escasa agudeza para captar la gravedad del caso y de cómo
llegó a rozar la gran cuestión de la recuperación de las reservas del lote 88,
con las que el Consorcio explotador-exportador quiso poner contra la pared a
Perupetro. En estos días se ha escuchado de un Ochoa que amenaza y después lo
sustituyen. Pero si se le puede llamar “amenaza” (dizque “velasquista”, como
dice Du Bois) a cobrar lo que se debe, esta estuvo en negro sobre blanco al
comienzo de mayo. Así también podría decirse que fue Ochoa el que se enteró que
querían sacarlo para lograr algún objetivo con la institución que aún no se
sabe, y el que retomó un tema que sin ser nuevo, la mayoría de medios lo
tomaría como tal.
28.07.12
www.rwiener.blogspot.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario