viernes, diciembre 14, 2012

Negacionistas totales



Si hay un negacionismo terco en el Perú que nos impide entender nuestro país y proyectarnos hacia el futuro es el de los fujimoristas que se preparan para eventualmente gobernar el Perú en las próximas elecciones favorecidos por el giro a la derecha de Humala,  y que han construido una ideología en base a una serie de negaciones que por más evidentes que nos puedan parecer a muchos, son el sustento de un proyecto político que está funcionando en el país. Ahí van:

      La negación de que la complementariedad entre los actos de Montesinos y Fujimori era la clave de un gobierno que tenía una dimensión secreta y otra pública que apuntaban hacia el mismo objetivo. Así el asesor generaba el ambiente de podredumbre con la prensa chicha, compraba aliados de prensa con montañas de dinero y repartía publicidad para tener a todos los medios contentos y domesticados, mientras el presidente hablaba de libertad de prensa. O sobornaba parlamentarios, jueces, militares y empresarios en citas secretas en el Servicio de Inteligencia para que unos votaran por el gobierno, otros resolvieran las causas que le interesaban al oficialismo, los uniformados se cuadraran con el régimen y Romero dijera que viva la re-reelección. Ahora lo que se dice es que Montesinos era la parte mala de un gobierno bueno y Keiko pionera en tomar distancia del verdadero bandido. Y hay gente que se lo cree y niega la división del trabajo que había en los 90.

      La negación de que la actuación del Grupo Colina era punto más sistematizado de un mecanismo de ejecuciones extrajudiciales que venía desde los años 80 y que con el fujimorismo se convirtió en un brazo punitivo y de contra-terror, y no eran hechos aislados generados por algunos sicópatas del Ejército, slo que se afirma con el argumento elemental de que Fujimori no tenía por qué saber lo que pasaba con cada miembro del ejército, cuando el avaló sus servicios “especiales”, los ascendió y tuvo siempre cerca a sus principales integrantes.

      La negación de los actos de corrupción por los que Alberto Fujimori fue juzgado  y aceptó  su culpabilidad en bloque al momento de empezar su último juicio, lo que se dice fue una gran jugada “porque de todos modos iba a ser condenado” y la nueva sentencia no le iba a agregar más años de cárcel. Así los 15 millones de “indemnización” a Montesinos, el allanamiento ilegal de la casa de su asesor para borrar huellas, la intercepción telefónica, el desvío de fondos hacia el SIN, etc., o no existieron o los ejecutó alguien que tenía el poder y el nombre del presidente pero no era el presidente. Pero hay gente que se cree que fue de “sapo” que Fujimori se allanó y niega que haya aceptado ser corrupto.

Ustedes se imaginan que si aceptamos que Montesinos era el malo infiltrado en un gobierno bueno, que la guerra sucia (La Cantuta, Barrios Altos y otros muchos hechos por el estilo) hubieran sido asuntos que se le escaparon al presidente que estaba muy ocupado, y que la corrupción es un invento a pesar de que volaron los fondos de la privatización, se traficó con el armamento y se sobornó a medio mundo: ¿cómo es que se terminaría escribiendo la historia futura y se formarían las nueva generaciones? Y eso que no hemos tratado el tema del golpe de Estado, las esterilizaciones forzadas, la re-reelección, el narcotráfico y otros. ¡Qué viva el verdadero negacionismo!  

14.12.12

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