La única forma de parar a un tipo malo con un arma, es
un tipo bueno con un arma
Wayne
La Pierre
Vicepresidente
de la Asociación Nacional del Rifle
Un tipo, no sé si malo, pero
definitivamente mal de la cabeza, usó las armas que había comprado una mujer
que seguramente se consideraba buena y con derecho a defenderse, y que por
añadidura era su madre, para matarla mientras dormía con cuatro tiros en la
cabeza y para acribillar a veinte niños y siete profesores antes de suicidarse.
Todo esto en una pequeña y acomodada villa en Estados Unidos donde no había
estadísticas del crimen antes de la trágica mañana en que Adam Lanza disparó el
fusil automático que robó a su madre.
Una semana les ha tomado a los
estadounidenses de distintas tendencias reaccionar a la tragedia y cuando se
mira lo que ha pasado se comprueba que ninguna de las posiciones que existían
antes de los hechos sangrientos de la escuela Sandy Hook en Connecticut, ha
variado y que lo que antes dividía al país lo sigue haciendo casi en los mismos
términos. El presidente Obama ha recogido la iniciativa de una senadora
demócrata para prohibir la venta libre de armas de guerra, creyendo que esa era
la lección de lo ocurrido.
Pero, ahí mismo, los republicanos y la
Asociación del Rifle, que son casi la misma cosa, han reaccionado volviendo al
argumento de que las armas no crean violencia sino que la reducen. Aunque
parezca increíble, lo que se ha estado discutiendo al pasar los días es sobre
una mayor permisividad para ingresar armas a las escuelas para enfrentar
futuras masacres. Hombres buenos armados, acaban con hombres malos con armas.
Haciendo un ensayo de afiliación a la
Asociación de la que fuera presidente el actor Charlton Heston, el ultraliberal
criollo Alfredo Bullard ha hecho una disquisición en la página editorial de El
Comercio en la que afirma que si no se quiere que los malos tengan más armas
que los buenos, hay que abaratar sus costos de adquisición, lo que supone no
sólo libertad para obtenerlas y conservarlas, sino capacitación para hacer uso
de ellas. Porque, ¿para qué sirve un fusil en poder de un bueno que no sabe
usarlo?
En Estados Unidos hay más 300 millones de
armas de fuego en poder de civiles, lo que implica un promedio de una por
persona. Y este es el país con mayor número de atentados masivos (62), de los
últimos años, que no se explican por razones económicas, políticas o
ideológicas. En realidad casi no tienen otra interpretación que la cultura de
la violencia que eclosiona cada cierto tiempo. Cierto que la abundancia de
armas no crea directamente a los criminales, pero les favorece ampliamente.
Las armas son un mercado cualquiera, como
pretende Bullard, que no debe ser interferido por el Estado. La idea de la
seguridad como un asunto de la mera esfera personal-individual, sólo refleja
una relación de dominio entre los que tienen las armas para hacer un Estado
dentro de otro y los que están privados de ellas. Es como cuando Israel, con el
soporte de los Estados Unidos, sustenta su derecho a defenderse y mantiene una
brutal desproporción de armamento con los palestinos y otros vecinos y cada
cierto tiempo muestra para qué es que sirve todo eso.
A su manera, la Asociación del Rifle se
resiste a desarmarse o bajar su poder de fuego frente al Estado que amenaza su
manera de interpretar la vida. Si para conservar eso se requieren otras
masacres, para ellos carece de toda relevancia.
23.12.12
www.rwiener.blogspot.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario